El comienzo de todo
Miré detalladamente la página rosa que tenía abierta en mi computadora. En la parte superior se podía distinguir: "¡Encuentra a tu alma gemela con tan sólo un click!" en grandes letras rojas.
En verdad... creo que ya caí muy bajo...
Suspiré pesadamente, ¿a esto he llegado? ¡¿a buscar una cita a ciegas?! Aún no podía creer que yo misma estuviera en este lugar... pero en verdad estaba desesperada, MUY desesperada.
Chloe y sus "amiguitas" ya me tenían harta. Todo el tiempo presumiéndome sus hermosos y fabulosos novios, y diciéndome que yo nunca podría encontrar alguno igual. Quería quitarle ese rostro de princesita mimada y restregarle en la cara, a esa rubia oxigenada, mi grandioso novio.
Aunque... había un sólo problema... yo no tenía uno.
Y el destino parecía estar en mi contra. Ya había intentado tener varias citas, 11 para ser más exactos, pero por alguna razón ninguna funcionaba. O eran machistas maleducados sin el conocimiento de la palabra "higiene" o eran descarados que sólo querían pasar una noche como si yo fuera una cualquiera. Pero gracias a todo eso pude hacerme una nota mental: "nunca hacerle caso a Nina cuando a hombres se refería".
La página en la que había entrado era toda una novedad y un éxito en ese tema. Poseía mucha fama y prestigio, es por eso que decidí entrar. Cuando finalmente pude terminar de hacer todo mi perfil, presioné con el ratón el gran botón rojo para que buscara una pareja compatible conmigo. En tan sólo unos segundos ya la había encontrado. El nombre de usuario me llamó mucho la atención, ChatNoir, se me hizo muy interesante y misterioso. Leí su perfil. Hombre de 25 años, soltero y sin hijos, entre muchas cosas más. La única imagen que había era la de un hermoso ojo esmeralda de un gato negro.
Mi sexto sentido me decía que era demasiado sospechoso, pero estaba desesperada así que decidí dar click en el botón que decía "invitar a cita". Ahora sólo tenía que esperar a ver si aquella persona aceptaba.
—¿Qué haces? —una voz se escuchó por detrás. En un acto reflejo cerré rápidamente la notebook para que no viera dónde estaba.
—Hola hermanito je je je, ¿cómo estas? —traté de sonar lo más normal que podía, pero me estaba riendo torpemente.
—Ya te dije que no me llames hermanito que soy mayor que tú, además... no contestaste a mi pregunta... —me dijo con una mirada acusadora.
—¿E-Eh? Ahhh sí, eso... N-No es nada interesante... —bajé la mirada disimuladamente para no hacer contacto visual con él.
—¿Y por qué cerraste así de golpe la computadora? —cruzó sus brazos.
—Marin ya te estas pareciendo a papá —riendo forzadamente.
—Desde que papá y mamá se fueron, yo prometí que te cuidaría y eso significa que tengo que evitar que cometas tonterías.
—¡Eeeeyyyy! —dije ofendida. Él se rio fuertemente.
—Pero es la pura verdad —sus carcajadas se hacían más fuertes, yo honestamente no le encontraba la gracia—. Vale, te dejo de molestar, pero más te vale que no hagas nada raro —a veces me desesperaba mucho, ni papá me cuidaba así, pero lo compensaba con la deliciosa comida que hacía. Yo soy un desastre para eso, extrañamente para los postres y cosas dulces soy muy buena, pero cuando hablamos de comida salada ahí soy un caso perdido. La comida convence a cualquiera.
Cuando finalmente se marchó abrí de nuevo la computadora y algo me sorprendió realmente mucho. Había un mensaje que decía "Felicidades, ¡tu cita ha sido aceptada! En minutos les inviaremos a ambos los posibles días de encuentro". ¿Q-Qué?... ¡¿TAN RÁPIDO ACEPTÓ?! Creí que por lo menos tendría que esperar varias horas o incluso días, pero nunca me imaginé que él iba a aceptar tan rápido...
Y ahí caí en cuenta...
Iba a salir con un completo desconocido.
Sola.
¡MADRE MÍA DE DIOS! ¡¿QUÉ HE HECHO?! ¡¿Y si en realidad está casado y tiene cuatro hijos?! ¡¿O si es un anciano asqueroso y perverdido que quiere violarme?! ¡¿O tal vez un lunático psicópata que me quiere matar?! No no no no no no, será mejor que cancele todo esto.
En el momento que iba a cancelar mi teléfono comenzó a vibrar, era una notificación de Facebook. La abrí y casi quise tirarle el celular por la cabeza a aquella rubia. Había publicado una bella foto en donde ella y él estaban disfrutando del día en la playa, y colocó un mensaje que decía: "Aquí con mi gran amor. Marinette te dejo esta foto para que disfrutes de por lo menos imaginar lo que nunca tendrás." ¡Maldita rubia oxigenada! Miré con rabia la pequeña pantalla de mi celular y la comparé con la de mi computadora. Aunque sea un gran riesgo no dejaré que esta oportunidad se me escape.
"Fechas y horarios posibles para el encuentro:
- 14 de Febrero, 17 hs.
- 16 de Febrero, 11 hs.
- 17 de Febrero, 21 hs."
— ¿14? ¿En serio?— ¿por qué justamente la hora que mejor me parecía era justo ese día? Pero no tenía otra opción, a la mañana cursaba y ni loca iba a ir con un tipo que ni conozco a una cita a las 9 de la noche. Elegí la primera fecha. Genial, sólo faltaban 2 días para el tan esperado momento.
¡Destino, dame suerte!
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