#2
—Si yo que tú, no hubiera hecho eso. — Caín menciona distante. Estaba claro que le había molestado mi comportamiento, él estaba acostumbrado a la ilusa de Kayla, pero todas las personas tenemos un límite y el mío está llegando a su fin.
Solo lo mire seria, me dirigí a la puerta, pero él fue más rápido que yo, me agarro fuerte de la mano, mientras que con la otra ponía seguro.
—No te vas a ir.
—¿Qué quieres Caín??¿Por qué has cambiado? ¿Qué te hicieron?—le pregunto alterada. Tenía tantas preguntas en mi cabeza atormentada.
—Que te importa Kayla. —suspira acercándose a mí.
Caín me empuja en su cama para luego subirse arriba de mí, dios mío no, otra vez me va a tocar, él era mucho más fuerte que yo eso era obvio, él era hombre pero él estaba ejercitado se la llevaba haciendo gym o en el boxeo, seguía besándome como loco, me empezó a quitar la ropa cuando me la quito todita él se quitó su pantalón, después su bóxer, me sonrió llena de lujuria, ya sabía lo que iba a pasar a continuación así que cerré los ojos para no sentir dolor, pude ver una almohada como pude la jale y la empecé a morder para poder aguantar el dolor que sentía en ese momento.
Caín lo sacaba y lo metía rápidamente, moviéndose dentro de mí, hasta que se vino y se salió.
Se acostó en la cama satisfecho.
—Deberías aprender a moverte —dice pícaro.
—No, no lo hare, solo para darte el gusto Bestia— menciono sería, estaba harta de su estúpido trato hacia mí.
—No te hagas la rejega cariño, si ambos sabemos que te encanta —sonríe como baboso—no te gusta que me acerque a ti. —susurra acercándose a mi oído, me puse chinita, maldita sea. —Ves te pongo nerviosa.
—No digas tonterías, no me pones nada —menciono enojada.
—KAYLAAAAAAAAAAA —grito mi madre—iré con Maddie a tomar algo, ¿quieren ir?— nos pregunta rápidamente, volteo a ver a Caín que me niega con la cabeza.
—Ni se te ocurra, decir que si —me susurro Caín.
—No mama, vayan ustedes, nos quedaremos viendo pelis—grite viendo asustada a mi ex mejor amigo.
—Está bien, diviértanse —grita mi madre para poderla escuchar.
—Así me gusta que me obedezcas preciosa.
—Me voy a cambiar, puedes voltearte—menciono seca, agarrando mi ropa del piso.
—No cariño, quédate así desnuda para mí—Caín quitándome la ropa de mis manos.
—Quieres seguir haciéndolo —le dije enojada.
—Me encanta estar dentro de ti cariño. —menciona un sonriendo divertido Caín.
—Realmente te odio, en verdad TE ODIO. —gritó irritada.
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