
Capítulo 12
Está va a estar 🔥🤒🥺
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Días después…
CAMERON
«Entre a una habitación que no reconocía, solo podía escuchar una música fuerte y alegre. En el momento que crucé la puerta, adentro estaba una mujer de largo cabello negro que bailaba y movía sus caderas al ritmo de esa música. La mujer vestía de negro mostrando su plano abdomen y tenía finas cadenas doradas alrededor de su cintura, tenía un velo cubriendo su cara y otro en sus manos que uso para rodearme y atraerme a ella.
Estábamos frente a frente, sus ojos oscuros se curvaron lo que me hizo saber que sonreía bajo el velo. Me guio hasta una silla, donde me sentó y empezó a volver a bailar para mí. Podía aspirar su olor, hasta que su rostro estuvo cerca del mío, solo quería saber quién era ella y levante mi mano para quitarle ese maldito velo, revelando el rostro de Beatrice, quien me sonreía.
—Cam… — la agarre de la nuca para juntar nuestras bocas.
Tris…»
Desperté sobresaltado, encontrándome en la cama de mi habitación y al mirar por debajo de las sabanas era obvio que estaba excitado.
“Maldita sea. No, no, ¿qué mierdas estoy pensando?”
Revolví mi cabello, frustrado, había estado así desde que fui a ese casino y hablé con esa mujer. Las personas siempre sueñan cosas sin sentido, tal vez el hecho de que Odette se parecía a Tris, también la bailarina; se mezclaron y me hacen tener estos sueños. Su olor no podía olvidarlo, estoy casi seguro que detrás de esa mascara estaba Beatrice pero me negaba a aceptarlo porque sería aceptar que quise besar a Tris. No era ella, no lo era, sino una francesa que se le parecía mucho.
Es ridículo, ¿qué haría mi Tris en un lugar como ese? No sería tan estúpida para arriesgar así su seguridad y reputación. Teno que sacarme eso de la cabeza, porque si no voy a volverme loco.
De todas formas no pude volver a conciliar el sueño…
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Mis padres irían a la casa de mis tíos Shawn y Diana, mientras que yo me fui de visita a la residencia de mis abuelos. No tenía cara para enfrentarme a Beatrice, no podía, aunque conociéndola como la conozco, debí suponer que ella vendría también aquí y no me equivoque.
—Ha pasado tiempo desde que los tuve a los dos aquí —dijo mi abuela feliz.
Tris y yo no nos habíamos hablado aun. Es ridículo que termináramos así, ella hablaba con la abuela, el abuelo Heronimo me decía algo pero no podía prestarle atención, en mi cabeza solo estaba el sueño donde Tris era la protagonista. En un momento dado la abuela le dijo a Beatrice que buscara algo en la casita continua que tenía en el jardín, no preste mucha atención a lo que quería, solo deseaba una oportunidad para hablar con ella Tris y me levanté para acompañarla.
VERONICA
Beatrice se levantó para ir a la casita de jardín y Cameron se ofreció de inmediato para acompañarla. Heronimo se acercó para sentarse a mi lado, entrelace nuestras manos, recostando mi cabeza en su hombro.
—Hay algo raro entre esos dos —dije.
—¿También lo notaste, verdad? Como no lo vas a notar, son bastante obvio, ¿crees que pelearon? Siempre han sido los mejores amigos desde pequeños, como hermanos.
—Mi amor si yo te dijera lo que pienso que les pasa no me lo crees.
“De verdad espero equivocarme, tal vez la edad ya me está afectando y veo cosas que no son” –pensé.
—¿Cómo? ¿De qué hablas? —él estaba confundido y curioso —¿Crees que puedan arreglarse? Ni siquiera se hablaron desde que llegaron.
CAMERON
—¿Tris que pasa contigo? —le pregunto cuando estuvimos fuera de la vista de mis abuelos.
—¿De qué hablas Cameron? —ella no me miraba solo caminaba, los abuelos tenían un gran jardín en su residencia y habían remodelado, haciendo una casita de invitados.
—Sabes que estas actuando rara.
—¿Solo yo? ¡El más raro eres tú! —se detuvo y me miró.
—De acuerdo, admito que los dos nos estamos comportando de forma ridícula.
—¿Por qué no empiezas diciéndome porque tú te comportas así? —preguntó con seriedad y desvié la mirada al no poder seguir mirándola a los ojos —Ni siquiera puedes mirarme Cam, ¿tan malo es?
—Tris no es tu culpa.
—Lo dudo. —el ambiente ya había sido incomodo antes y ahora el silencio sepulcral fue peor. La culpa es mía, yo y mis perversas fantasías.
—Dime que está mal y para poder arreglarlo Cam. —pidió acercándose a mí.
—Tris — ella estaba frente a mí, igual que esa noche.
El canto de los pájaros, seguido de los truenos en el cielo era indicación de que iba llover.
—Cameron…—murmuro mi nombre. Sentía que el espacio entre ambos se estaba acortando, de repente empecé a sentir gotas de agua cayendo sobre mí, empezaron a caer tan rápido que nos estábamos mojando —Vamos a la casita.
La solté, alejándome de ella.
—Sí, vamos. —la casita solo estaba a cinco pasos. Nos metimos ahí y justo en ese momento la lluvia había empezado a caer con más fuerza que las gotas parecían golpear contra el techo. La casita estaba amueblada de la misma forma lujosa que la residencia principal, había una manta encima del mueble y envolví a Tris con ella, la sentí temblar bajo mis manos y tome distancia.
—Deberíamos encender la chimenea. —dije.
—Sí, la abuela mantiene muy bien esta casita.
Tris se movió hacia la chimenea, tenían troncos y vi como Tris los apilaba, también había aceite y fosforo, resultándole más fácil encender el fuego. Ella volteo a mirarme.
—Acércate al fuego Cam, no quiero que enfermes. —pidió e hice lo que me pidió.
Los truenos retumbaban con más fuerza y la lluvia seguía cayendo con intensidad. Un ambiente cálido había empezado a creerse entre nosotros, afuera estaba tan nublado que se oscureció, la chimenea era lo único que teníamos para iluminar la estancia y la verdad se sentía perfecto. No quería encender ninguna otra luz. Tris se acercó y recostó su cabeza en mi hombro, gire mi rostro, el olor de la lluvia contrasta con su perfume de lirios, cerré mis ojos disfrutando de eso.
—Lamento comportarme raro contigo, no sé qué me está pasando. Ultímateme solo pienso… —me detuve antes de terminar de hablar.
—¿En qué piensas con tanto fervor Cameron?
—En ti. Pienso ti de formas que no debería hacerlo —confesé temeroso, ella solo mantuvo silencio por unos pocos segundos.
“¿No va a decir nada?”
—Si pudieras detener en un momento especifico, ¿cuál sería? —preguntó mirando el fuego de la chimenea.
—Es difícil, hay muchos recuerdos que son importantes para mí. ¿Por qué escoger solo uno?
—Yo detendría todo aquí y ahora, lo reviviría una y otra vez. —confesó, podía percibir su nerviosismo.
—¿Por qué Tris?
Mi corazón no debería latir ni acelerarse de la manera en que lo está haciendo. Beatrice pasó a recostar su cabeza en mi regazo para mirarme. Podía ver mejor su rostro, sus ojos parecían más oscuro a luz del fuego, su nariz fina, los labios carnosos en los que no había podida dejar de pensar, el cabello negro que desordenado por la lluvia y la humedad.
“Hermosa”.
Más bella ahora de lo que jamás imaginé, su apariencia más desordenada me recordaba a cuando éramos adolescentes.
—No respondiste Tris, ¿por qué revivirías este recuerdo tantas veces?—acaricie su cabello húmedo, luego su mejilla.
—Por ti. Porque… quisiera poder estar así más tiempo. Quiero que sigas mirándome como lo estás haciendo.
—¿De qué manera te miro?
—Como si fuera lo más maravilloso que has visto —dijo con una sonrisa que me resultó devastadora. —Cam…
Me incliné y junté nuestras bocas, fue un impulso, una estupidez, una locura pero en el momento que ella me correspondió, intentando levantarse para abrazarme por los hombros dejé de pensar si era correcto o no, malo o inmoral. Solo éramos ella y yo compartiendo un beso que había soñado como loco en los últimos días.
Tris se sentó a horcajadas en mi regazo, la agarre de la cintura dejando de lado la manta que la cubría. Su boca y la mía se necesitaban, no quería detenerme; pase de besar su boca para ir su cuello, respirando ese perfume que me había estado volviéndolo loco. Ella gimió y sus caderas se movieron contra mi miembro. Perdía el control y no me importaba, estaba seguro que mi barba incipiente raspaba la delicada piel de su cuello mientras la besaba. La tenia fuertemente abrazaba a mí sin darle oportunidad de escapar. Mis manos se movían por instinto desabotonando el vestido y bajándolo para poder acceder a sus pechos.
Se escuchaban las gotas de lluvia cayendo, los troncos al quemarse en la chimenea y nuestros jadeos y gemidos de placer. Su boca volvió a juntarse con la mía, solté su cabello para que cayera por su espalda. Baje su corsé lo suficiente para que mi boca pudiera chupar uno de su pezones. El dolor que sentí en mi verga de la excitación me hizo tomar control para detenerme y mirarla, ella junto nuestras frentes, nos miramos a los ojos.
—Debemos parar Tris.—dije con mi voz ronca por la excitación.
—Es increíble, ¡tú fuiste el que me besó primero! Juro que si llegas a decirme que es un error, una equitación, te odiaré Cameron Perkins.
—¡Nunca lo diré! No me odies Tris. No, por favor. —pedí. La lluvia aún seguía pero ya no se escuchaba tan fuerte. —No sé cómo empezó todos estos sentimientos. Tal vez desde que te vi cuando regrese.
—No sabes cómo me siento Cameron, ni siquiera te lo has preguntado —dijo dándome pequeño besos.
—Tris.
—¿Por qué tenemos que pensar en lo que estamos haciendo mal? —ella quiso volver a besarme y la detuve.
—No. No podemos. —la vi, como una diosa a la que estaba a punto de corromper. Empecé a acomodar de nuevo su ropa y ella estaba tan quieta, mirándome. —Tris, vamos, la lluvia pasara y nuestros abuelos mandaran a buscarnos.
—¿Solo dejaras que esto muera así? Imagino que trataras de olvidarlo. —dijo con un tono bajo.
—Sí, es lo mejor.
—Para ti. Si no querías que me ilusionara no me hubieras besado, no hubieras correspondido a mis afectos, me hiciste probar un bocado del placer de tenerte para luego apartarme. Eres tan egoísta Cameron Perkins. —se escuchaba furiosa, se levantó acomodando su vestido e hizo todo lo posible por arreglar su cabello.
—Beatrice… —iba a tomar u mano y se alejó de mí.
—Vamos, los abuelos se estarán preguntando que paso con nosotros —dijo con frialdad para caminar por delante de mí sin mirarme.
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Hasta aquí la actualización de hoy 😁 gracias por leer.
¿Qué piensan de la relación entre Tris y Cameron?
Se que hay cositas convenientes para la trama 😂 pero mi prioridad es que el desarrollo de su romance sea natural, sin forzar nada.
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