🐣 16 - 24 🐱
Cuando JiMin se presentó, no fue lo más bonito para el omega. No se encontraba en casa de los tíos Min, y tampoco había llevado algún supresor.
A sus dieciséis años, el joven d cabellos castaños, experimento por primera vez el celo, el dolor y la impotencia.
Ocurrió en la casa de su mejor amigo Alfa, Kim TaeHyung. A pesar de que este tenía un omega como pareja, era un Alfa. Así que entre su omega y su madre, encerraron a TaeHyung en una habitación y luego le inyectaron un inhibidor.
Desde el otro lado del cuarto, TaeHyung dijo: —Llamen... A, Yoon-YoonGi Hyung... Su celular...
JungKook entendió, así que busco entre la mochila del omega recién presentado, sin embargo, estaba dispuesto a fracasar su intento. Ni había teléfono celular en ella.
Chasqueado la lengua, camino hacía la habitación contigua y abrió sumamente la puerta, el joven estaba acostado en medio de la cama, retorciéndose de dolor, su ropa estaba empapada de sudor frío y su cara estaba cubierta de lágrimas.
Cuán doloroso debió de ser.
JungKook sabe, que el primer celo es realmente doloroso, pero lo único que no sabe es que para JiMin, es el doble de intenso por su presentación tardía y el desarrollo completo de sus glándulas.
Cubrio su nariz, la feromona era intensa. —Buscare tu celular, no te muevas mucho.
El omega tanteo los bolsillos delanteros y pronto encontró el celular en el bolsillo derecho. Tenía contraseña cuando lo encendió.
No había que ser adivino para saber cuál era. La fecha de cumpleaños de su Hyung, Min YoonGi.
La pantalla se desbloqueo y rápidamente fue a su agenda para buscar el contacto y llamar.
Mientras tanto, YoonGi estaba dando su segunda clase.
Era Maestro de Artes en la universidad en la que se graduó. Después de su cumpleaños número quince, cuando Nam y los demás le regalaron un caballete, lienzos en blanco y pinceles con una variedad de pintura. Asimiló su verdadera pasión por el arte.
Descubrió que es muy sencillo plasmar sus sentimientos en pinturas. Tiene una bodega en cierta calle, donde todas las paredes están cubiertas de cuadros de una sola persona. En esos cuadros, el joven en la pintura está sonriendo, durmiendo, leyendo, o llorando. Diferentes emociones, diferentes sensaciones. Cada pintura es un mundo diferente.
Min observó a los jóvenes dibujar el bodegón de frutas que está en el centro, algunos realmente tenían talento, otros necesitaban pulir sus habilidades y los demás, mejor ni hablar.
El teléfono celular comenzó a sonar, hizo oídos sordos y siguió indicándole a los jóvenes a re direccionar la iluminación. Sin embargo, el celular volvió a sonar y aunque la llamada terminaba, no se detenía en volver llamar.
— Puede ser importante, profesor Min —El joven al que YoonGi estaba guiando, dijo—. Debería responder, no nos molesta.
— Bien. Lo siento. —Dijo el Alfa, su voz siendo ronca. Con sus piernas largas camino hasta el escritorio y tomó el celular del maletín.
Cuando encendió la pantalla, observó más de cinco llamadas perdidas de su niño, y automáticamente se puso inquieto. JiMin no le llamaría al trabajo a menos que fuera urgente.
El tono de llamada volvió a sonar y está vez respondió rápidamente. —¿Sí, pasó algo? Estoy en medio de una clase.
Había una mirada tranquila y una media sonrisa en su rostro. Los que nunca habían visto esa expresión en su profesor, no pudieron evitar suspirar. Que belleza.
Sin embargo, al instante siguiente la expresión de YoonGi cambio y había una mirada preocupación. —Bien, yo iré para allá. Intentaré no tardar.
La llamada se cortó y vio la hora en la parte superior del celular. Aún faltaban diez minutos para que la primera hora terminará y empezara la segunda, sin embargo, no tenía cabeza para ello.
— Chicos, tengo una emergencia, de verdad lo siento. Pero, tengo que irme ya. —Sus pasos fueron veloces y empacaron sus pertenencias, se inclinó ante los estudiantes y salió del salón, como una bala.
Por otro lado. JungKook se dejó caer en el sofá y luego limpio el sudor de su frente. —Dijo que vendría pronto. Espero que no tarde, las feromonas de JiMin comienzan a desplazarse fiera de la habitación.
La madre de TaeHyung asintió. Tenía la tés un poco pálida, suspiro y también espero que la persona a cargo, se llevará rápidamente a JiMin. Su hijo también debería de estar muy incómodo. Y también lo debería de estar su pareja, aunque no tienen un vínculo permanente. JungKook lleva la marca temporal de TaeHyung en su cuerpo.
Quince minutos después la puerta se abrió de sobremanera y un agitado YoonGi entró, habían gotas de sudor en su rostro y cuello.
— Arriba, primera habitación. —Le indicó el menor.
El Alfa dio zancadas grandes hasta terminar de subir las escaleras, cuando llegó a la puerta, el mar de feromonas lo golpeó. Tomando una profunda respiración. Toca la puerta y luego la abrió suavemente.
JiMin yacía hecho un ovillo en la cama, estaba incómodo y sollozando. Jamás había sentido tanto dolor, no podía calmarse, su lobo recién despertado lloraba por algo, pero no sabía que era lo que le hacía falta.
— JiMinnie... —El mayor llamo, pero no hubo respuesta, sólo podía escuchar los sollozos bajitos del menor.
YoonGi no podía ver u escuchar a JiMin llorar porque era como volver a cuando el menor tenía cinco años. Camino rápidamente hacía la cama y tomando fuerza interior, dejo salir un poco de su feromona.
Cuando el omega sintió un suave olor entrar en su nariz, inconscientemente quería más y se movió hasta el lugar de donde provenía el olor.
YoonGi dejo que el menor se acurrucara en su regazo, tenía la respiración rápida, sin embargo, aguanto la tentación.
Diez minutos después, JiMin recobro un poco de sobriedad y sonrió al ver el perfil de YoonGi, desde su punto.
— Hyung... Due-duele... —Se quejó, realmente dolía, no soportaba ya la incomodidad en su cuerpo.
No era tonto, sabía lo que era. Pero nunca pensó que sería así de intenso. Y ni tan siquiera estaba sobrio la mayor parte del tiempo.
YoonGi remojo sus labios y después de pensar en si decirlo o no, hablo. —Puedes elegir Minnie, inyectar un supresor de calor o... ¿Me dejas marcarte temporalmente?
YoonGi aguardo en silencio. Era una bestia. Realmente ya no podía aguantar más. Anhelaba tanto...
— Marca temporal... Hyung, quiero tú marca ¿si? —Respondió el menor. No había vacilación en su mirada.
Tenía dieciséis años, sabía lo que conllevaba ser marcado temporalmente, pero no le importaba. Porque la persona que lo iba a marcar era su Hyung, y él estaba dispuesto. Cuando su celo termine y el efecto de la marca temporal se vaya, se va a confesar. Ya no tiene once, ahora si puede decirle a su Hyung, que le gusta y que lo espere, que lo espere unos años más, para entregarse completamente a él.
YoonGi acarició sus cabellos sedosos y sonrió de lado. El menor bajo la cabeza y dejo al descubierto esa zona donde había una gran cicatriz. YoonGi lo toco con sus dedos y luego dejo caer un beso que hizo temblar al omega.
Fue como ir en cámara lenta. Unos colmillos perforaron su piel, justo al lado de aquella cicatriz fea, dolió mucho, tanto que lo hizo llorar de nuevo. Apretó sus manos en la camisa del Alfa y luego, sus dolores se calmaron, la incomodidad se atenuó. Ya no dolía tanto como al inicio.
JiMin lo admiro. El poder de una marca es realmente mágica. Con razón hay muchos omegas que prefieren ser marcados por sus alfas que usar supresores.
Las feromonas de ambos se combinaron y lo último que logró a ver antes de quedarse dormido fue una sonrisa satisfactoria en su Hyung.
Sí, el también estaba feliz. Que bien. Ahora puede dormir tranquilo, porque su Hyung esta allí, con él. Cuidándolo, igual que siempre. Justo como debió ser.
Luego de unos minutos, Min bajo con JiMin en sus brazos. JungKook tenía la mochila del castaño en sus manos y se la extendió al Alfa.
— Gracias, por cuidarlo mientras venía. —Agradeció sinceramente el mayor.
— Esta bien, es nuestro amigo —Dijo JungKook, dándole una mirada seria—. Espero que puedas aguantar, aunque JiMin sea un omega ahora, aún es menor. Sólo espéralo un poco más. No seas impaciente.
YoonGi viró los ojos en blanco y no dijo nada, camino hacia la puerta donde estaba la mamá de TaeHyung y luego se detuvo para hablar.
— Lo he estado esperando desde mis trece años, no me molesta esperar unos años más.
Luego salió de la casa. JungKook chasqueo la lengua. Presumido. Sin embargo, había una sonrisa en su rostro. Que bueno, los sentimientos de su amigo eran recíprocos. Que alivio.
Hi, no te olvides de regalarme tus votos y comentarios!!
Os ha gustado??? digan si we ;-;
Yep, el próximo es el final~ yei y si, el prox tiene su anhelado papapa😏 no vayan a esperar cosas obscenas xq no se me da escribir vulgaridades.
Será dulce, su primera vez, para ambos.
Nos seguiremos leyendo en mis demás historias en emisión!! Siganme si aún no lo hacen!!✌️🏃
MinMin✨
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