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Especial capítulo navideño🎄

Melissa se encuentra en la mansión ayudando a Petra en la cocina. La mujer de canas blancas se encarga de preparar el pavo para calentarlo más tarde en el horno; por otro lado, Melissa se ocupa de cortar los duraznos para el postre.

De pronto, Asher interrumpe el arduo trabajo de las mujeres, al entrar a la cocina con una serie de esferas enredadas por todo el cuerpo.

—¿Preciosa, están bien estas esferas? —dice Asher mostrando una sonrisa nerviosa.

—¿¡Qué rayos!? ¿¡Cómo te enredaste en la serie de luces, mi amor!? —dice Melissa estallando de la risa, al ver que el pelirrojo se enreda aún más.

Por otro lado, Petra se divierte con el baile peculiar de Asher, el cual sigue atrapado entre las luces navideñas.

Digamos que nuestra hija gatuna se subió al árbol, intenté bajarla, pero se cayeron las luces encima de mí y entre más quería atraparla, más me asfixiaba las luces. —dice Asher entre risas —Y es por eso que no puedo moverme…

—¡Mi dulce ángel, eres tan tierno! —Melissa se acerca al pelirrojo, otorgándole un dulce beso en la mejilla, para luego ayudarlo a moverse, teniendo cuidado de no romper las luces.

Asher se derrite por la calidez de aquel beso. Fácilmente, podría desenredar las luces por sí mismo, pero adoraba hacer reír a Melissa con cualquiera de sus ocurrencias.


Petra y Melissa habían logrado preparar un sinfín de platos deliciosos para la cena. Todo había sido orquestado por la adorable cocinera de la mansión; sus años de experiencia se veían reflejados en la comida, preparada con dedicación y amor para sus apreciados invitados.

Melissa acomoda los platos y copas en la mesa de cristal. Un exquisito pavo, repleto de especias aromáticas, se encontraba en medio de la mesa, listo para ser degustado.

—Cariño, ve a arreglarte, yo seguiré acomodando lo que falta en la mesa —dice Asher al sujetar la cintura de Melissa y tomar los cubiertos que lleva en la mano.

—Gracias, mi vida, no tardó —dice Melissa luego de llenar a Asher de amorosos besos en toda su cara.

—Ve, preciosa —expresa Asher con una mirada acaramelada.

Petra sale de la cocina con un bowl de ensalada en las manos.

—Señorita Petra, por favor, permítame ayudarle

Enseguida, Asher toma el bowl de las manos de la anciana, para finalmente acomodar la ensalada junto al pavo que se encuentra en la mesa.

—Gracias, hijito, iré a cambiarme —su voz es dulce y pacífica —. Gracias por ayudarnos.

—Es un placer para mí ayudarles.

Los ojos de Asher se cierran en forma de media luna al sonreír, haciendo que involuntariamente Petra sonría. Luego la mujer se adentra a la mansión para prepararse para la ocasión.


Horas más tarde Asher contempla detenidamente el comedor que se encuentra decorado con velas aromáticas, luces navideñas, copas de diamante,  platos y cubiertos bañados en oro.

El pelirrojo sale del comedor para encontrarse con el enorme árbol de navidad, que se localiza frente a la sala. La estrella de diamantes y las esferas doradas adornan al árbol natural que desprende un aroma fresco. Asher observa las luces que horas antes se habían enredado en su cuerpo, por lo que sonríe al recordar la risa de Melissa. 

Frente a la chimenea la minina Fanny duerme plácidamente en su cojín afelpado. Su atención hacia la minina, se ve arrebatada por las figuras de ángeles hechos de cristal, que cuelgan del árbol. 

El ángel comienza a sentir una inmensa gratitud, al tener una vez más, la oportunidad de sentir la calidez humana y vivir una nueva experiencia, al festejar la navidad como un ser humano.

El hombre de ojos azules divisa el reloj que marca las ocho pm. Sacude su esmoquin negro previniendo que alguna pelusa indeseada se haya pegado a su ropa. Pasa sus dedos en su cabello aún húmedo, después de la ducha que tomó hace unos escasos minutos.  

En breve su atención se desvía por el carraspeo de Melissa. El tiempo se detiene para el joven guardaespaldas al ver a la hermosa mujer que desciende de las escaleras, luciendo un elegante vestido de tirantes color rojo, dejando al descubierto su escote, así como parte de su pierna derecha. Su cuello y manos son adornados por un collar de diamantes. Su preciosa melena destaca su elaborado maquillaje.

La mujer se acerca lentamente al guardaespaldas, seduciéndolo con su cazadora mirada. 

—¿Y qué te parece mi vestido? —susurra Melissa de manera seductora. 

Toma con fuerza la corbata de Asher, invadiendo su espacio personal. Luego finge inocencia al acomodar cuidadosamente su corbata. 

—Eres la mujer más hermosa que haya visto en la tierra —expresa Asher al acercar a Melissa y sujetar con firmeza su cintura.

Con el corazón en la mano, Asher entrelaza sus labios con los de la mujer de ojos del color de la luna. Melissa se embriaga del perfume que Asher se había puesto para la ocasión. 

En breve el timbre suena, por lo cual ambos se colocan frente a la puerta, listos para recibir a sus invitados. 

Las primeras personas en aparecer son Carol y Sara. Llevan consigo un pastel y una bolsa de chocolate. 

—¡Amigos! ¡Ya estamos aquí! —exclama Sara con una sonrisa en el rostro. La mujer viste de un vestido negro junto con una larga gabardina negra.

—¡Trajimos un pastel de fresa, espero que nadie sea alérgico! —Carol hace entrega del pastel al pelirrojo. La mujer luce un vestido rosa, repleto de brillos que caen al piso y cubren su delicado cuerpo.

—¡Pasen, por favor! —Melissa siente un calor abrasador en el pecho.

Los próximos en ingresar son Oliver, Zaiden y Dylan.

—¡Ya llegaron los reyes de la fiesta! —anuncia Zaiden, llevando unas cuantas botellas de vino en los brazos.

—¡Díganme que la cena está lista, muero de hambre! — Dylan lleva en las manos una bolsa de pan recién horneado.

—¡Te sorprenderá lo que tu abuela y yo preparamos! —Melissa hace un guiño a su amigo de la infancia.

Oliver saluda a la pareja que los recibe en la puerta. El adolescente lleva puesto un traje color blanco, que lo hace lucir limpio y fresco. Por el contrario, Zaiden lleva puesto una playera azul metálico, pegada a su cuerpo con la espalda descubierta, acompañado de un pantalón color negro. Dylan lleva un conjunto de saco y pantalón del color de su dorado cabello.

Entre risas, abrazos y halagos, los invitados se aproximan al comedor, donde se percibe en el aire un exquisito aroma, que hace salivar la boca de los presentes.

Cada uno toma asiento a lado de sus respectivas parejas. Zaiden se apresura a abrir el champagne que sostiene entre sus manos. Cuando el timbre de la puerta de la entrada suena.

—¿Quién es? —pregunta Carol con curiosidad.

—Yo iré— responde Dylan.

Sara inhala el aroma del champagne recién servido en su copa, mientras que Oliver mastica un pedazo de pan caliente.

—¡Mis amores, ya llegaron! —dice Petra al entrar junto a Dylan al comedor, el cual sostiene dos bolsas de hielo que Petra había comprado en el supermercado.

—¡Toma asiento, abuela, ya vamos a cenar! — Zaiden se apresura a seguir sirviendo una de las bebidas favoritas de Dylan.

—¡Esperemos que les guste lo que preparamos mi chiquita y yo con tanto amor! —exclama Petra al mirar con orgullo a Melissa.

—¡El olor es delicioso, Petra, ya quiero probarlo! —expresa Carol al ver con atención la charola repleta de pasta italiana frente a ella.

De nuevo el timbre suena.

—¿Quién será? —Melissa frunce el ceño al quedarse en blanco en cuanto a su propia pregunta.

—Yo iré —afirma el pelirrojo al levantarse de su asiento para dirigirse a la puerta.

Carol y Sara intentan adivinar, pero solo son especulaciones sobre los guardias de seguridad y el electricista.

Sin avisar, Oliver se dispone a comer un pedazo de pizza que se localiza cerca de la pasta, la cual es imposible de ignorar. Petra, por otro lado, de la tabla, toma pequeñas porciones de jalea, queso y galletas para calmar su hambre con dicha entrada.

Melissa deja de beber de la copa de Champagne, cuando se percata del inesperado invitado. Inmediatamente, lo reconoció al ver su inconfundible pelo blanco.

—¡Orión! —exclama Melissa con inmensa felicidad, abre sus brazos de par en par, hasta capturar el delgado cuerpo del joven ángel.

—¡Sorpresa! — dice Orión con las mejillas ruborizadas.

—¿Quién es el pequeño? —Sara queda enternecida por el momento que ambos comparten.

—Es nuestro amigo, lo conocimos en uno de nuestros viajes —afirma Asher. Intercambia miradas cómplices con el adolescente y su amada novia.

—¡Ah! ¡Sí! ¡Digamos que les enseñé todo lo que tenían que saber del lugar! —dice Orión junto a una risa divertida. Coloca ambos brazos sobre su nuca, soltando toda la tensión en su cuerpo. Rápidamente, Asher empuja los hombros de Orión hacia el piso, evitando que el ángel flote en el aire.

—¡Él es mi guapo hijo Oliver! —exclama Zaiden desde el fondo de su alma, provocando las risas de todos en la mesa.

Orión solo se sonroja, al igual que Oliver. Ambos se miran por un instante, pero la vergüenza los hace desviar la mirada.

—¡No puedo con la ternura que me dan! — Carol suelta una risa escandalosa. 

Melissa contempla con admiración la hermosa imagen que se plasma frente a ella. Una imagen donde su familia, por elección, comparte dulces miradas y contagiosas sonrisas, que hacen que aquel momento sea un regalo de la vida que jamás olvidará.

—¡Ahora sí estamos todos listos! —anuncia Sara al ver a todos sentados en la mesa.

En breve alguien más llama a la puerta.

—¿¡Qué!? ¿Quién más podría ser? —se cuestiona  Melissa, al ver a sus amigos sentados en la mesa, en especial a Orión, quien casualmente se encuentra sentado frente a Oliver.

—¡Necesito saber quién es! —Zaiden deja la botella a un lado y se apresura a ir hacia la puerta.

Dylan tranquilamente prueba las uvas verdes y moradas que están junto al florero repleto de flores amarillas.

De nuevo, los ojos del joven albino, se cruzan con los del adolescente de cabello azabache. Esta vez una tímida sonrisa se forma en los labios de Orión, por lo que Oliver le responde, asintiendo junto a una confiada sonrisa, soltando toda tensión al colocar sus codos sobre la mesa.

De pronto una mujer de un metro setenta, de cabello oscuro que cae a lo largo de su espalda, cruza la entrada del comedor. Lleva puesto un corset dorado junto con un pantalón holgado color negro, el cual le va perfecto para la ocasión.

—¡Amigos! ¡Les presento a mi amiga Sara! Bueno, en realidad se llama Susan, pero así la conocen sus seguidores en… ¿Wattpad? —cuestiona Zaiden, luego de rodearla con uno de sus brazos, sobre los hombros de la esbelta mujer.  

—¡Sí! En realidad, jamás pensé en mi nombre, solo decidí escribir y cuando vi, ya me conocían como “Sara”. —Menciona Susan entre risas divertidas.

—¿¡Y cuál te gusta más!? —cuestiona Carol, curiosa de las expresiones faciales y los movimientos en las manos de Susan al hablar.

—¡Ambas! Siempre me ha gustado Sara, es como mi alter ego en Wattpad y Susan, que es mi nombre real —dice Susan con una sonrisa en el rostro, que deja al descubierto sus dientes naturalmente derechos.

—¡Cierto! ¡Tiene un libro sobre un ángel que finge ser humano! —dice Zaiden manteniendo los ojos sobre Susan, buscando su aprobación respecto al tema.

Asher y Melissa intercambian miradas cómplices, que inevitablemente provocan risas nerviosas entre ellos.

—Y sobre un demonio que quiere matar a todos, ¿cierto? — Zaiden observa los ojos marrones de la mujer de cabello negro. 

—Algo así… — Susan cubre su sonrisa, tratando de evitar decir más de lo que desearía sobre el libro.

—¡Bienvenida, Susan! ¡Por favor, toma asiento,  iniciaremos con la cena navideña! — anuncia Melissa alzando la voz, toma la copa de champagne entre sus dedos. 

Susan se acomoda en el asiento vacío que está junto a Zaiden. Del otro lado se encuentra Asher quien sonríe al notar la afectuosa mirada de Susan, la cual refleja profundos sentimientos que el pelirrojo no logra descifrar, pero extrañamente percibe una reconfortante energía que llega a lo más profundo de su corazón. 

—¡Ahora, amigos, estamos listos para iniciar! —Melissa se levanta de su asiento —¡Por favor, tomen la copa que tienen frente a ustedes! 

Enseguida, todos los presentes se levantan de sus asientos, posicionándose alrededor de la mesa. 

—Deseo que esta Navidad la pasemos increíble junto a las personas que amamos. Siempre estaré aquí para ustedes, esperándolos en este acogedor lugar si me necesitan —dice Melissa con un mar de emociones en el corazón  —. ¡Salud!

Todos alzan sus copas, intercambian sonrisas y le dan un trago a su bebida.

—Deseo que vivan con plenitud y felicidad en esta experiencia humana. Disfruten cada emoción y vivencia que solo este cuerpo nos permite experimentar. ¡Salud! —En un segundo Asher es sorprendido por Melissa, al recibir un amoroso beso en la mejilla.

—¡Deseo que tengan el valor y la sabiduría para proteger a aquellos que aman! ¡Salud! —Dylan alza la copa, dejando en evidencia su gran entusiasmo. 

—¡Nunca olviden lo sexy, fuertes y poderosos que somos todos aquí! ¡Así que salud por nosotros y nuestro empoderamiento! —dice Zaiden, en seguida le da un gran sorbo a su copa de champagne.

Oliver finge beber de su vaso de soda que Zaiden le sirvió, pero discretamente vierte un poco de champagne a su bebida.

—Yo deseo que tengan la fuerza para ser quienes realmente son, y se atrevan a expresar lo que realmente sienten — Sara intercambia miradas con Carol, quien es la protagonista de su historia de amor. 

—Deseo que tengan la valentía de experimentar el amor en todas sus formas, sin importar las etiquetas o su sexualidad. ¡Salud! —Al pronunciar dichas palabras, Carol entrelaza sus manos con las de Sara, que la sostiene con fuerza.

Zaiden anima a Oliver a decir unas palabras, por lo que el adolescente deja aun lado el pedazo de queso, que Petra le había preparado para degustar.

—Hoy celebro a la familia que realmente nos aman por quienes somos, sin la necesidad de tener conexión sanguínea para serlo —dice Oliver sin titubeos. Alzan la copa en dirección a sus padres adoptivos, que lo observan amorosamente.

—¿Orión? —pregunta  Melissa al ver su emoción contenida en su mirada.

—¡Adoro a los humanos! ¡Salud por ustedes! — Orión muestra una sonrisa, capaz de iluminar hasta el rincón más oscuro de la galaxia. 

—Nosotros —corrige Melissa, luego de recibir la risa nerviosa de Orión.

—Queridos hijos míos, les deseo mucha paz, amor y salud en sus vidas. Los amo a cada uno de ustedes. ¡Salud! —dice Petra con un nudo en la garganta.

Aquel gesto no hace más que enternecer a todos a su alrededor. Petra es abrazada por Oliver y Sara que se encuentran a su costado.

—¿Susan, algunas palabras que decir? —manifiesta  Asher con amabilidad. Todos a su alrededor prestan atención a su respuesta.

—Mi más profundo deseo para ustedes, es que encuentren aquello que les apasiona y se aferren a ello, porque al final eso será lo que le dé sentido a la vida y les motive a seguir adelante ¡Salud queridos! —Anuncia Susan con gran ilusión, disfrutando ese pequeño instante con cada latido de su corazón.

—¡Feliz Navidad, amigos! —dice Melissa en voz alta.

—¡Feliz Navidad! —responden los invitados al unísono.

Absolutamente, todos intercambian amorosos abrazos que iluminan de amor el lugar.

Con los nervios contenidos en el cuerpo, Susan abraza a Asher con gentileza. Al mismo tiempo, el rostro, tan sublime y fuera de este mundo del pelirrojo, la deja totalmente sin aliento.

Susan se regocija de amor en los brazos de Melissa, además de sorprenderse por la piel tan suave que la mujer posee.

Traga saliva al contemplar tan cerca al rubio. A pesar de ser una mujer alta y grande, en ese instante Susan se percibe a sí misma como una delicada flor, a lado de un hombre tan alto y fornido, como lo es Dylan.

Susan queda sorprendida por la belleza de Carol, sus carnosos labios y su sensualidad natural la hacen admirarla aún más.

Recibe los brazos de Sara, quien la mira con gran cariño, inhala su dulce aroma a rosas rojas y se sumerge en el afectuoso abrazo que comparten.

También abraza con dulzura a Zaiden, quien la envuelve en sus brazos. A Susan le sorprende la pequeña cintura del pelinegro y el hermoso cuerpo que tanto presume.

Sonríe al sentirse cómoda entre tantas personas altas a su alrededor, ya que está acostumbrada a ser la amiga más alta.

Abraza cariñosamente a Orión; él la mira con astucia, tras saber su verdadera identidad. Susan acomoda sus característicos lentes negros en su nariz, al no poder creer la existencia de unos ojos tan mágicos y una piel tan lechosa como la del joven ángel.

Susan se agacha un poco para abrazar a Oliver, ya que el adolescente no pasa del metro cincuenta y cinco, al igual que Orión. Su abrazo es breve pero afectuoso.

Petra toma a la mujer de lentes por sorpresa, cuando sin previo aviso la toma entre sus brazos. El cuerpo de la anciana es tan suave, que Susan comienza a relajarse, sintiéndose como si flotara entre las nubes.

Después de tantos abrazos, el timbre suena de nuevo. Susan, Melissa y Zaiden acuden al llamado a la puerta.

Al abrir la puerta, Zaiden grita de felicidad por la gratificante sorpresa, pues sus amigos del trabajo habían llegado. Astrid y Caelus se presentan en la puerta con más alcohol. Nobu sostiene una charola de carne asada. Set carga dos cajas de luces de bengala en las manos; por último, Lyssa y Han cargan una enorme piñata llena de dulce.

Zaiden bromea con sus amigos, que felizmente se adentran al comedor listos para la cena. Susan saluda a cada uno de ellos, siente, en cada fibra de su ser, una inmensa felicidad que se apodera de ella, al conocerlos finalmente en persona.

—¿¡Madre!? —exclama Melissa antes de cerrar la puerta principal, al descubrir a Lucía detrás de la puerta—. Creí que  pasarías navidad con tus amigas.

—¿Qué, no puedo pasarla contigo? Además, quiero estar esta noche con mi adorada Petra —La mujer que rápidamente endereza sus brazos que se encontraban cruzados —. Voy a portarme bien.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Ambas mujeres se abrazan y adentran a la mansión. Melissa se detiene por un momento en la entrada del comedor para observar la hermosa imagen frente a ella. Todo el mundo se encuentra riendo, conviviendo y otros, probando la comida que preparó con tanto esmero junto a Petra.

—Feliz Navidad, amor mío —le susurra Asher al oído.

—Feliz Navidad, mi dulce ángel —dice Melissa al ser abrazada por la espalda.

La pareja continúa empapándose de infinita felicidad, al atesorar una gran Navidad, junto a sus grandes amigos.

FIN 

Nota del autor:

Este fue mi regalo para ustedes mis querid@s lector@s 🙌❤️ espero que les haya gustado.

Así es, estuve en la cena navideña junto a mis muchachos ❤️ y sí, cenamos mucho y después rompimos la piñata, obvio me lance por  muchos dulces. Luego finalizamos con divertidos bailes hasta el amanecer ✨

¿Te gustó mi interacción con los personajes?
No pude con tanta belleza por todos lados jajaja 😅

¡!Feliz Navidad!! 🎄 🎊

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