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Capítulo once: Una decisión determinante

Melissa y Sara llegan a la entrada del hospital. Al cruzar las puertas de cristal, se aproximan rápidamente a la recepcionista. 

—¡Busco al paciente Asher Lowell! —El rostro de Melissa expresa la preocupación que se desborda en su interior.

—Permítame, señorita —La recepcionista busca el nombre en su computadora —. ¿Hoy fue ingresado al hospital, cierto? 

—¡Así es! 

Observa el reloj colgado en la pared que marca las 11:05 pm, las manecillas del reloj se mueven lentamente, este sonido lástima sus oídos. Melissa aprieta sus nudillos y muerde sus labios para contener su angustia. De pronto la recepcionista la mira a los ojos, sacándola de su malestar.

—Asher Lowell ingresó a las 9 pm, al parecer en estos momentos se encuentra en el área de Urgencias —La mujer acomoda los lentes de su rostro—. Sí, gusta pasar a la sala de espera. El doctor más tarde les dará el informe. 

—¿Señorita, en dónde se encuentra la sala de espera? —pregunta Sara amablemente. 


Luego de recibir indicaciones, las mujeres se dirigen apresuradamente al lugar.

Dylan permanece sentado en una de las bancas metálicas, bebiendo de un vaso de café con leche, mientras Zaiden toma unas galletas de la máquina expendedora, la cual se sitúa a lado de las bancas.

—¡Dylan! —exclama Melissa. Al llegar a la sala de espera, los dos hombres la miran al mismo tiempo.

El rubio hace a un lado su bebida y se levanta inmediatamente de su asiento. Melissa corre a los brazos de Dylan y se refugia en ellos. 

—¿Qué ocurrió? —Ella lo mira al borde de las lágrimas. 

Dylan duda en decirle la verdad, en consecuencia el silencio se prolonga.

Zaiden se acerca a Melissa. —Lo que pasó fue que... 

Dylan lo mira a los ojos y con un gesto le indica que no lo haga, por ello Zaiden cambia de idioma. 

—¡Amor, ella merece saber la verdad! 

—¡No lo va a soportar! —El temor que siente el hombre es evidente. 

—¡Aun así tiene que saberlo! —Su semblante serio sorprende al rubio—. ¡Siempre es mejor decir la verdad, por más dolorosa que sea! 

—¡Zaiden dime qué fue lo que pasó! —La mujer tiene una mirada de súplica sobre él.

—Yo le digo... —Dylan le indica a su novio, por ende el pelinegro solo asiente.

Dylan deja de hablar en Alemán, aprieta sus puños y toma el valor para enfrentar con la verdad a su amiga de la infancia.

—Meli, dame tu mano. 

La mujer toma la mano de Dylan y lo mira directamente a los ojos, esperando el golpe letal.

—Escucha... Zaiden y yo lo encontramos en el cuarto de almacén —Duda por un segundo, pero continúa —. Estaba tirado en el piso con múltiples cortes y mutilaciones en su torso, perdió mucha sangre...

Melissa esperaba todo, menos aquella respuesta. Se niega creerlo, pero al leer el cartel colgado en la pared con la palabra "Urgencias" cae en la realidad. 

No hacía falta detalles en la explicación de Dylan, Melissa sabía perfectamente lo que Demian le había hecho a su amado guardaespaldas, ya que del mismo modo se lo hacía a ella. La diferencia radica en que después de cortarla miles de veces, el psicópata sanaba sus heridas, pero dejaba un par de cicatrices como recuerdo de aquellas noches de oscuridad.

—Intentaron reanimarlo en la ambulancia, pero él no reaccionó, así que lo ingresaron a Urgencias — explica Dylan, observando la mirada vacía de su amiga —. Estamos esperando a que nos den el informe...

Melissa cae de rodillas al suelo, aquella noticia le ha disparado al corazón, dejando una opresión insoportable en su pecho, ya que su mayor temor se ha hecho realidad.

—¡Es mi culpa! ¡Si yo estuviera muerta, nada de esto habría pasado! ¡Él no hubiera sido torturado! —La pelinegra se agarra el cabello con fuerza.

Enseguida, Sara toma sus manos y las retira de su cabeza.

—¡Amiga, no fue tu culpa, no sabemos lo que pasó! —La chica se aferra a las manos de su amiga Melissa. 

—¡Lo fue Sara! ¡Si yo no hubiera asumido la dirección, no existiría el evento y Asher no estaría en este estúpido hospital! —Melissa llora desesperadamente y reprime sus ganas de correr hasta desmayarse.

Dylan se coloca en el suelo a lado de ella. 

—Meli, Meli, escúchame —con lágrimas en los ojos, ella mira el semblante afligido de Dylan —. Nada de esto es tu culpa. Tenías que asumir tus responsabilidades y estoy muy orgulloso de que lo hayas hecho. ¡Te prometo que descubriré quién hizo esto, pagará muy caro el sufrimiento que les está provocando! ¡De eso yo me encargo! 

—Nos encargaremos... — Zaiden se coloca en el suelo a lado del rubio, sonríe con dolor al ver las lágrimas de Melissa.

El llanto de la mujer de cabello largo cesa, por lo que con un nudo en la garganta decide hablar. —Sé quién lo hizo...

—¡Es hombre muerto! —Manifiesta Zaiden con rabia en su mirada. 

—Es un psicópata que posee poderes sobre naturales —Para Melissa hablar de él, es como tener espinas en la garganta que la desgarran por dentro.

—¿Poderes? —Zaiden mira a su novio con un semblante incrédulo, luego recuerda el hoyo en la pared donde encontraron al guardaespaldas, lo cual lo deja mudo.

Sara piensa que es una broma, pero al ver el sufrimiento de su amiga, le aterra pensar en cómo unos simples humanos podrían enfrentar algo así.

—Extraterrestre, Superman, Unicornio, no me importa quién sea, voy a destruirlo —Los ojos de Dylan transmiten el furor en el que arde. 

—Gracias, amigos... —Dice Melissa en un susurro, aun con toda la pesadez que siente en el alma.

—Todo va a estar bien, amiga —Sara le entrega un protector beso en la frente. 

Dylan la envuelve en sus brazos, le transmite el inmenso amor que siente por ella. La pelinegra percibe esa hermosa energía hasta la raíz de su alma, de manera que es una anestesia para su insoportable dolor. Zaiden y Sara se unen al amoroso abrazo que quedará marcado en el corazón de Melissa, por el resto de su caótica vida.


Asher abre los ojos de manera abrupta. El hombre se encuentra en medio de la oscuridad infinita. El frío envuelve a su cuerpo, por consiguiente toca con premura su abdomen. La calma vuelve a él, cuando se percata de que su piel se encuentra completamente sana.

Enseguida se levanta al ver la esfera violeta flotar frente a él.

—¡Tu cometido ha sido visto! —dice la voz firme proveniente de la esfera violeta —. Tu deber... aght ...

—¿Qué? 

—¡Olvídalo, ya me harté! —La esfera violeta comienza a moverse de un lado a otro.

De aquella luz violeta emerge un delgado cuerpo con hermosas alas doradas. 

Frente a Asher flota un chico de aspecto juvenil. Sus ojos turquesa lo miran fijamente a los ojos. Su cara es pequeña y andrógina, su cabello es de un brillante color blanco. Lleva puesta ropa de tonalidades grises y doradas, la cual se asemeja a la vestimenta de un bufón. 

La luz oscura se disipa a su alrededor. El pelirrojo observa a lo lejos, majestuosos árboles con grandes ramas doradas. Se posa sobre el pasto verde que está cubierto por abundante neblina. Delante de él se encuentra una hermosa cascada, llena de agua cristalina. A las orillas de la cascada se localizan gigantes cuarzos blancos que iluminan todo a su alrededor. Por los aires vuelan aves fénix con total libertad.

El Ángel siente una paz infinita al escuchar los sonidos de la naturaleza y la furia con la que cae el agua de la cascada. El pasto en sus pies, le transmite la energía que su cuerpo necesita. 

—¡Esa esfera ya me tenía harto, mi energía no cabe ahí! — El joven estira sus delgados brazos.

El guardaespaldas lo mira desconcertado.

—Hola, mi nombre es Orion —su voz es suave y jovial —. Soy un Ángel Árcane, eso quiere decir que soy tu supervisor y también le informo a los jefes cuando algo no está bien.

—¡Tengo que regresar al mundo humano! —Declara Asher con urgencia.

—Tranquilo, mientras estés aquí, el tiempo en el mundo terrenal se detendrá. Cuando estés de vuelta con los humanos, será como si nunca te hubieras ido —Orion vuela a su alrededor. Luego se acuesta suspendido en el aire, mientras coloca sus brazos detrás de su cabeza.

—¿Y qué estoy haciendo aquí? —Observa a su alrededor, sintiéndose desorientado.

—¡Muy buena pregunta, amigo! —el Ángel Árcane sonríe—. Has puesto al mundo angelical de cabeza. 

Asher lo mira sin poder creerlo. —¿De qué estás hablando? 

—Antes, déjame contarte una historia.

Hubo una vez un ángel amoroso y bueno, al cual  le asignaron la misión de cuidar y proteger a un hombre frío y solitario. Este hombre se dedicaba a cazar ballenas, tiburones, delfines y un sinfín de animales marinos, los cuales vendía en el mercado negro. Él disfrutaba hacerles daño, de igual manera tomaba perros y gatos callejeros, los descuartizaba y torturaba por diversión. El ángel no soportaba ver el dolor en los animales, ni la destrucción del planeta. Se preguntaba así mismo: —¿Por qué tengo que proteger a una raza tan débil y cruel?— Tomó al hombre de la misma manera que a los animales, lo torturó hasta matarlo y sintió una gran satisfacción por ello.

Los jefes llamados "los 3 Serafines" se reunieron con él porque había roto las reglas. Pero aquel ángel no veía el mal en sus actos, consideraba a los humanos inútiles e insignificantes, así que les propuso a los Serafines matar a los humanos o hacerlos sus esclavos, para hacerle justicia al planeta y a los animales. Por su puesto, los Serafines le negaron su petición, ya que consideraban al ser humano como una valiosa especie en proceso de evolución. 

El Ángel Guardián reclamó y agredió a los Serafines. Como castigo lo mandaron al planeta tierra como un ser humano, le quitaron sus poderes para que comprendiera, en su propia piel, la importancia del ser humano. Aquel Ángel se sintió incomprendido y humillado por tal castigo, así que le tomó odio al mundo celestial. 

Ese ángel es Demian Bennett... —El guardaespaldas siente un escalofrío que recorre todo su cuerpo al escuchar aquel nombre —. Creíamos que vivía en paz como un ser humano, hasta que te enfrentaste a él.

—Ahora los jefes te quieren ver, al parecer están muy alarmados ahora que Demian conserva sus poderes de Ángel Guardián —De pronto Orion aterriza en el pasto —. Demian aumentó sus poderes, así que los Serafines tienen miedo de enfrentarse a él y, como una bomba atómica, destruir ambos mundos.

Asher camina detrás de Orión, hasta llegar a la sublime cascada. —¿Y por qué los Serafines quieren verme? 

—No lo sé, están estresados —Orion rueda los ojos y en un momento se detiene.

Esta es la "cascada de la curación" cuando los seres humanos sufren fuertes traumas en el mundo terrenal, entran en la cascada para purificar su alma y sanar todo el sufrimiento acumulado en su vida humana, luego pueden trascender al mundo celestial. 

—¿Y qué pasa con aquellos que agredieron o mataron a otros seres humanos? —cuestiona el hombre alto mientras toca el agua con los dedos de sus pies. 

—Vuelven a encarnar en el mundo humano hasta que evolucionen por completo. Los ángeles Metamex se encargan de evaluar y tomar la decisión más conveniente para sus almas. En tu caso, eres un ángel guardián; los de tu tipo se encargan de ayudar al ser humano en el mundo terrenal. 

—O sea que hay más Ángeles viviendo entre los humanos —Asher coloca ambos pies en el agua, luego mira a Orion asentir como respuesta.

—¡Vamos, entra a la cascada, yo tomaré una merecida siesta! —Orion bosteza y recuesta en el pasto verde.

Asher se adentra en la cascada. Los chorros de agua caen en su nuca y llegan hasta los dedos de sus pies. Una sensación liberadora recorre cada fibra de su ser. Respira profundo y se alimenta de la energía sanadora, sus pulmones respiran aire fresco, por ello se llena de vida. Las sensaciones de dolor en su cuerpo desaparecen de su memoria. La cascada abriga al Ángel con nuevas sensaciones de amor y tranquilidad. Asher se deshace entre cada pequeña gota que cae sobre él. Alivio, fuerza y amor son palabras que ahora conforman su mente.

Asher abre los ojos, estos reflejan la resiliencia y el amor que fluyen dentro de él. Orion observa al pelirrojo saliendo de la cascada.

—¡Bien! ¡Ahora estás como nuevo! —El Ángel pelirrojo está empapado de pies a cabeza, al igual que su pantalón rojo. Orion chasquea los dedos, en un segundo Asher se encuentra seco, vestido con un pantalón holgado y una playera blanca. 

—¡Estás listo! Ya es hora de ir con los tres Serefines —De la palma de sus manos, Orion forma una luz blanca, con la cual dibuja en el aire un círculo perfecto, hasta formar un portal que los llevará a la séptima dimensión —. Entra, amigo, nos esperan. 

Inmediatamente, Orión cruza el portal. Asher duda en hacerlo, pero sabe que es su deber. Por ende observa la luz blanca que surge de él, cierra los ojos y sin más entra al portal.

Asher abre los ojos, nota que ahora se encuentra en un enorme salón con paredes blancas hechas de mármol que miden más de 15 metros de altura. Camina en medio del pasillo, al igual que Orion el cual se encuentra volando delante de él.

El ángel pelirrojo se asombra al ver que el techo está cubierto por hermosas estrellas acompañadas de una tormenta eléctrica sin lluvia.

—¡Vamos, amigo, no te distraigas! —exclama Orion con premura.

El Ángel apresura el paso. Más adelante visualiza enormes sillas bañadas en oro, acomodadas en forma de media luna. Asher sube las escaleras hasta llegar a estas. Él se sorprende al notar que las sillas son más grandes que su propio cuerpo. A los lados se encuentran enormes ventanales, donde se muestran las distintas dimensiones que existen, así como la diversidad en especies extraterrestres.

—¡Tranquilo, yo abogaré por ti si es necesario! —Orion deja de volar y se coloca a lado de Asher.

De pronto un fuerte temblor sacude el lugar. Asher siente una fuerte presión en todo su cuerpo. Percibe una energía descomunal, una energía que jamás había sentido en lo que lleva de existencia; las vibraciones retumban por todo el lugar.

En un segundo, los 3 seres se posan frente a los asientos de oro. Asher contempla a los Serafines que miden alrededor de 10 metros de altura, visten túnicas blancas, su rostro y manos están hechos de energía blanca que imposibilitan su visibilidad.

—Bienvenido seas Ángel Guardián Asher —. Los 3 Serafines toman asiento, y una voz imponente surge de los seres esplendorosos —. Te hemos convocado, ya que hace poco te enfrentaste al Ángel expulsado del mundo celestial. Ofrecemos nuestras disculpas, no era tu misión enfrentarlo.

Asher solo asiente, ya que la impresión que los Serafines le generan es inconmensurable. No distingue las voces, suenan exactamente iguales.

—Hemos decidido anular tu misión con respecto a la humana Melissa Hyland. Ahora debes regresar al mundo celestial o, si lo prefieres, obtener una nueva misión.

Asher siente una puñalada en su corazón, sus ojos se abren por completo ante la impresión de dicha orden.

—¿Qué...? —Dice sin aliento, y asustado exclama —¿¡Pero qué pasará con Melissa!?

—Tomaremos la decisión más conveniente para ella, ahora puedes regresar al mundo celestial.

—No —determina mientras rebobina en un parpadeo los hermosos momentos junto a Melissa. Tensa los puños antes de alzar la voz —. ¡No lo haré! ¡Regresaré al mundo terrenal!

—¿Nos estás presentando tu renuncia como Ángel Guardián?

—Si eso me permite estar a su lado, entonces abandono el cielo —responde Asher sin titubeos.

—Estarás perdiendo miles de años de evolución e innumerables encarnaciones que te llevaron al ascenso a un Ángel Guardián. ¿Abandonarás todo esto por una humana?

—Sí. Renuncio.

Continuará.....🥀

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