Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo doce: Un dulce regreso.

—Sí. Renuncio.

—Notamos tu fervor por cumplir tu misión, algo que valoramos de un Ángel Guardián. Por lo tanto, te daremos la oportunidad de regresar al mundo terrenal, siempre y cuándo logres acatar las reglas sin excepción.

—¿Cuáles son esas reglas? —Asher mira confundido al joven Ángel. 

El adolescente de ojos turquesa empalidece al darse cuenta de su equivocación.

—¿Ángel Arcane, no le informó al Ángel Asher? —La voz del Serafín es grave, el sonido retumba en las paredes de mármol. 

Orion sonríe, sintiéndose avergonzado.

—Discúlpenme, mis solemnes Serafines, solo le mencioné dos de las demás reglas.

—Arcane Orion, cumpla debidamente con su misión, no toleraremos otro error — Orion percibe la molestia de los Serafines, por ello se erizan sus alas.

—No volverá a suceder —Orion hace una reverencia en señal de disculpa. 

—Ángel Guardián, a continuación te daremos las reglas que deberás acatar. 

Asher presta atención a las palabras que se dibujan en el aire frente a él.

Regla número 1) Los Ángeles tienen prohibido enamorarse de un ser humano.

Regla número 2) Está estrictamente prohibido concebir con una humana.

Regla número 3) Prohibido odiar a los humanos o atentar contra la vida terrenal.

Regla número 4) Los Ángeles Guardianes tiene prohibido interponerse en el libre albedrío de los seres humanos.

Regla número 5) Está estrictamente prohibido informar a los humanos sobre la existencia de los Ángeles Guardianes y el mundo celestial.


El pelirrojo traga saliva, al mismo tiempo mantiene la compostura al escuchar las reglas impuestas por los Serafines.

—Orion nos seguirá informando sobre tus acciones en el planeta tierra.

Asher lo mira por un instante, pensando en el obstáculo que Orion representa para él. 

—Tu estancia en el planeta tierra ya no será de 3 meses, ahora será por tiempo indefinido —decretan los Serafines. 

Asher se regocija en la inmensa felicidad que oculta en su interior.

—Gracias, Serafines, seguiré cumpliendo mi deber —expresa el pelirrojo con convicción, aunque sus intenciones sean opuestas.

—Pero antes, debes estar preparado para enfrentar al Ángel desterrado del cielo. 

De pronto, Asher es atraído por la energía emanada de los Serafines, hasta ser rodeado por ellos. 

Colocan sus manos esplendorosas sobre el torso y la espalda de Asher; una explosión de luz ilumina el mágico lugar.

El cuerpo del pelirrojo se ilumina de pies a cabeza. Mantiene los ojos cerrados, dejándose llevar por la energía que fluye en su cuerpo celestial. Una electrizante energía blanca recorre cada partícula de su ser, su piel se eriza, su cuerpo resiste a la colosal carga eléctrica que los Serafines transfieren a su espíritu.

El pelirrojo se eleva a lo más alto del salón. De sus ojos azules brota una infinita luz blanca, que se expande por todo el universo existente. Antes de que la energía colapse en sus ojos, la luz se contrae en el corazón de Asher hasta desaparecer. 

El hombre cae lentamente sobre una nube blanca, sintiendo una paz inigualable. Abre lentamente los ojos, mientras recobra la conciencia. Se levanta del piso con destellos de grandeza, nota que sus deslumbrantes alas doradas se mueven con facilidad. Él se percibe así mismo como un ser renovado y poderoso.

—Llevas contigo el 10% de nuestro poder, con eso bastará para derrotar a Demian —Asher siente un gran alivio, ahora que realmente puede proteger a Melissa.

—Orion, tu nueva misión es enseñarle a usar sus nuevos poderes.

—Como deseen mis honorables Serafines —, el Ángel Arcane de nuevo hace una reverencia.

—Esta reunión ha finalizado, nos veremos pronto, celestiales Ángeles —dicen los Serafines al unísono, y en un instante desaparecen de los asientos de oro.

Luego de cruzar el portal, Asher y Orion se encuentran en la "Cascada de la curación". 

—¡Melissa, me necesita, tengo que volver! —dice Asher con premura. 

Orion se encuentra flotando frente a él.

—¿¡Qué!? ¡Pero tengo que enseñarte a usar tus poderes! 

Orion puede notar la angustia que siente el pelirrojo, a través de su mirada.

—Tranquilo, amigo, recuerda que el tiempo no está avanzando en su mundo — manifiesta Orion con tranquilidad mientras relaja sus hombros.

—Lo sé, pero necesito verla, necesito estar con ella ahora mismo —expresa Asher con urgencia —. Te prometo que volveré, solo ayúdame a salir de aquí. 

—¡Tú en serio la amas! ¡Nunca había visto a un ángel llegar a tales extremos por un humano! —Orion coloca su dedo índice y su pulgar en su propia barbilla —. ¡Está bien! Regresa al mundo humano, luego vuelves aquí para enseñarte todo lo que sé.

Orion se avergüenza por lo que está a punto de decir.

—Honestamente, me sorprendió tu renuncia al mundo celestial, por esa razón no le informaré a los jefes. —Una sonrisa pícara se le escapa al adolescente —. Quiero ver qué tan lejos puede llegar tu amor por la humana...

—Gracias, Orion —dice Asher, mientras el peliblanco se posa a lado de él.

—No me lo agradezcas, ahora cierra los ojos y deja que se concentre la energía —Asher experimenta la sensación de una esfera caliente en sus manos —. Dibuja un círculo en el aire, ahora desea regresar a donde se encuentra tu cuerpo. 

El Ángel abre los ojos y se sorprende al ver su cuerpo recostado en la cama de hospital. Su cara, al igual que su cuerpo, se encuentra cubierta por gasas y vendas. Su antebrazo permanece conectado a un suero y su pecho a un monitor cardíaco. 

—¡Felicidades, amigo, acabas de aprender a hacer portales! También podías cerrar los ojos y solo desear que entrara tu cuerpo, pero quería que aprendieras de esta otra manera.

Asher observa a la enfermera que se encuentra acomodando la bolsa de suero, que cuelga del tripié.

—¿La enfermera va a notar mi presencia? —Asher contempla la sonrisa confiada del adolescente.

—¡No, amigo! Los humanos nunca ven nada del mundo astral. ¡Ahora ve, vuela hasta tu cuerpo!

—Gracias, Orion, pronto volveré. —Asher cierra los puños y por primera vez sus alas comienzan a moverse.

El portal se ubica en el techo, el pelirrojo vuela hasta llegar a su cuerpo.

—¡No olvides invocarme en tu mente si me necesitas! —grita Orión desde arriba. 

—¡No lo haré, lo prometo! —El pelirrojo se  posiciona nervioso sobre su cuerpo, hasta que tranquilamente abre los ojos y regresa al mundo terrenal.


Melissa se encuentra sentada en la sala de espera, intentando beber el café que su amigo rubio le obsequió, en cuanto lucha por contener sus pensamientos intrusivos. Sara se mantiene sentada en silencio, bebiendo café, respetando el cansancio físico y emocional de su amiga. Dylan y Zaiden platican en idioma alemán, sentados en la parte de atrás. 

—¡Familiar o tutor del paciente Asher Lowell!—Anuncia la doctora. 

Melissa, Dylan y Zaiden corren apresurados hacia ella.

—Pueden pasar uno a la vez —la doctora revisa el informe en el portapapeles que sostiene en sus manos —. ¿Quién de todos ustedes recibirá el informe?

Dylan conocía perfectamente la mirada de súplica de Melissa, esa siempre ha sido su debilidad. Al ver de nuevo ese gesto en su rostro, sabía a lo que su amiga se refería.

—Corre, ve a verlo, yo recibiré el informe.

—¡Gracias, Dylan! ¡Lo dejo en tus manos! — Melissa corre a toda prisa en búsqueda de la habitación.

—¡Señorita, el joven se encuentra en la habitación 502! —exclama la doctora, deseando que la mujer la haya escuchado.

Aunque siente un miedo desmesurado, Melissa corre a toda prisa. Su pecho le pesa,  ignora al doctor que le reclama por correr en los pasillos. Finalmente, encuentra la habitación 502, e inmediatamente se apresura abrir la puerta.

El sufrimiento y el dolor desaparecen de su pecho, al ver la dulce sonrisa de Asher. Se pregunta a sí misma si está sumergida en un sueño. En su desesperación le arrebata un profundo beso, en donde la pasión que siente por el pelirrojo, le llega hasta los huesos.

Asher toma las mejillas de Melissa, su corazón está a punto de explotar, su respiración agitada es prueba de la desesperación que siente por tenerla en su piel.

Sus corazones se unen en un solo latido, y por fin experimentan la satisfacción de sentirse el uno al otro, una sensación gratificante que se desborda en sus almas entrelazadas.

—Hola, preciosa... —Susurró en sus labios.

Asher acaricia con delicadeza el suave cabello de Melissa, contempla detenidamente sus incomparables ojos grises. Limpia las lágrimas que se deslizan por sus suaves mejillas, besa delicadamente sus párpados, haciendo que Melissa suspire de alivio.

El pelirrojo la aprecia con infinita dulzura, y se embriaga en su refrescante aroma frutal, que lo hace sentir en casa.

Melissa observa detenidamente el suero y los aparatos que lo rodean.

—Lamento todo lo que ha pasado, todo esto es mi culpa. —Se sienta a un costado, sintiendo un profundo dolor reflejado en su mirada. Asher de nuevo limpia sus lágrimas.

—No es tu culpa preciosa, lamento no haber sido lo suficientemente fuerte... —Aprieta la mandíbula ante su frustración. Melissa toma con fuerza su mano.

—No digas eso, mi vida —acaricia con ternura su sedoso cabello rojo, sintiendo una profunda tranquilidad al admirar su existencia —. No es tu culpa, hiciste todo lo que estaba en tus manos. En estos momentos lo único que importa es que te recuperes...

—Preciosa, te juro que me volveré más fuerte, no permitiré que nada ni nadie, nos vuelva a hacer daño —expresa Asher con gran fuerza de voluntad.

Melissa toca con delicadeza su abdomen vendado.

—¿Te duele?

—¡Auch! ¡Sí, me duele! —Asher actúa lo mejor que puede, luego de curarse a sí mismo anteriormente.

Melissa retira gentilmente su mano.

—Pero tu amor me cura las heridas —la voz amorosa de Asher relaja a la pelinegra.

Melissa sonríe —A mi lado te vas a recuperar muy pronto—. Toma la mano de Asher y la coloca en su mejilla, luego de haberle dado un tierno beso.  

Asher sonríe, y en un dulce instante sus labios se unen de nuevo, envolviéndose una sensación exquisita para ambos.

—Preciosa, por favor, llévame a casa.

Melissa abre los ojos en un gesto de sorpresa. —¿¡Qué!? Pero acabas de despertar, necesitas recuperarte.

Asher la toma del brazo con firmeza —Por favor, confía en mí, estaré bien, solo sácame de este lugar.

Melissa accede a su petición, al ver sus hermosos ojos azules que le imploran.


Sara termina de beber su café, permanece sentada en las bancas de metal. Observa detenidamente a Dylan y a Zaiden, que permanecen atentos a lo que les comunica la doctora.

Ella logra escuchar acerca de la transfusión de sangre que aplicaron en Asher. La doctora reporta el uso de 6 bolsas de sangre O+. La noticia deja atónita.

Se percata de la presencia de Carol, al verla entrar apresuradamente a la sala de espera. La rubia la toma entre sus brazos.

—Siento llegar tarde, el evento acaba de terminar — susurró Carol en su oído—. Matt me trajo en el Lamborghini.  

Sara cierra los ojos, respira su olor a Vainilla que proviene de su cuello. Todo el estrés que le asfixia en un instante desaparece. Ella duda en tocarla, pero los brazos que envuelven a su cuello son reconfortantes, su mano viaja a su cintura y por impulso la aprieta con firmeza. La irresistible atracción que siente por ella es evidente, pero hace aún un lado sus sentimientos dados a las circunstancias en las que se encuentran.

—¿Estás bien? —Carol la mira esperando urgentemente una respuesta.

—Sí, solo estoy preocupada por Melissa y Asher —siente un nudo en la garganta al recordar el sufrimiento de su amiga.

—A mí también me preocupan, por esa razón vine lo más rápido que pude... —De pronto su rostro se empalidece —. No sé cómo voy a decirle a la señorita Melissa...

—¿A qué te refieres? —cuestiona Sara de manera preocupada.

Carol muerde sus rosados labios y aprieta la mano de Sara al no encontrar las palabras correctas.

—Carol, me estás asustando. ¿Qué sucede? —La pelinegra se exalta.

—La mansión... —Carol la mira desolada, una tristeza innegable embarga a su rostro.

—Lograron entrar a la mansión... —Tensa su cuerpo —. Robaron el cuadro "Melissa", la última obra que le regaló su padre antes de morir.

Un frío violento llega a su cuerpo y mira, perpleja, el semblante desolado de Carol.

—No puede ser.

Continuará....🥀

...🌻...

Una querida lectora ♥️ nos regaló esta hermosa ilustración de Asher, le quedó divino ¿Cierto?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro