Shura caminaba por las calles con sigilo, se dirigía a su trabajo. Era gerente de un restaurante de comida española.
Hoy tuvo la mala suerte de que su auto no encendiera y terminó yendo a su trabajo caminando.
Trataba de ser muy cauteloso porqué no había día que fuera ser acosado por Aioros. Siempre afuera de su casa ó sobre el cofre de su auto siempre encontraba algún ramillete de flores o de chocolates.
Era algo tímido para aceptar los sentimientos del castaño.

Dio un gran suspiro al darse cuenta que hoy no tuvo que encontrarse con él, estaba a una cuadra de llegar a su trabajo.

- Menos mal no apareció.

Siguió su camino sin problema, al llegar al restaurante notó que una de los meseras lo esperaba impaciente.

- Buen día Sunrei ¿Ocurre algo? - Preguntó el español notando a la joven desesperada.

- ¡Oh! Que bueno que ha llegado señor Shura.. Verá, hay un cliente que reclama a gritos que en su sopa hay una mosca. Le dijimos que se lo cambiaremos sin problema pero...

- ¿Pero? - Cuestionó el español esperando que prosiguiera con su charla la joven.

- Quiere ver al gerente... Es por ello que estoy aquí esperándolo.

Shura se llevó las manos a la sien, trató de tranquilizarse para poder tratar con ese cliente - Bien Sunrei, llévame a la mesa donde está el comensal que espera verme.

La chica asintió y comenzó a caminar para guiar al gerente hasta donde se encontraba aquel cliente que exigía verlo.
Grande fué su sorpresa al ver que se trataba de aquel sujeto que siempre le deja detalles.

- Buen día Shura - Saludó el castaño con una mirada coqueta.

El español no se esperaba que fuera aquel que siempre lo acosa - Buen día Aioros... Me dijeron que tenías problemas con tu sopa, en seguida Sunrei te traerá otro - Shura estaba por darse la vuelta pero el castaño lo tomó del brazo.

- ¡Oh no! No quiero una sopa nueva... Quiero una cita contigo, esta noche.

- ¿Qué? - Exclamó sorprendido.

- Claro que si no aceptas, seguiré armando un escándalo en este lugar.

Shura rodó los ojos, no podía creer que ese sujeto fuera muy manipulador. Dejó escapar un suspiro tratando de relajarse.

- Está bien, tu ganas... Salgo de trabajar a las diez de la noche.

Aioros sonrió al escuchar esto, logró su objetivo después de todo.

Kanon trataba de no perder la cordura, comenzaba a cuestionarse porqué tenía que lidiar con ese hombre nuevamente.

- Tío Deuteros ¿Qué hace este hombre aquí?
- Preguntó con altivez.

- No cambias Kanon... Te presento a tu nuevo asistente - Deuteros se acercó al joven y colocó su mano en su hombro - Te presento a Milo y será quien te ayude de ahora en adelante.

- No me lo tomes a mal tío pero... Ya nos conocemos, desgraciadamente - Esto último lo susurró para no ser escuchado por Deuteros.

- ¡Qué mejor que ya se conozcan! Me ahorro el tiempo de presentarlos, puedes irte a tu escritorio y llévate a tu amigo de una vez para que comiences a enseñarle su labor - Contestó Deuteros tomando asiento nuevamente frente a la computadora.

Kanon comenzaba a impacientarse apretó los puños tratando de controlarse, después intentó contar hasta diez para relajarse.

- De acuerdo, vamos Milo - Kanon sonrió con malicia tomando al joven del brazo para llevárselo a su escritorio.

Deuteros solo miró como ese par tenían sus diferencias - Solo un juego de amigos - Dijo sin darle mucha importancia y siguió su su trabajo en la computadora.

Kanon llevaba a Milo con algo de rudeza, el menor solo lo miraba de manera divertida, la gente que trabajaba en ese lugar se quedaban observando a Kanon y al nuevo empleado.
Cuando llegaron a la oficina que le correspondía a Kanon, al entrar el gemelo cerró rápidamente la puerta para que nadie interrumpiera.

- ¿Me puedes decir que carajos haces aquí?- Preguntó Kanon tratando de intimidarlo.

- Desgraciadamente a trabajar... es obvio ¿No?

- Más te vale que aquí no me estés haciendo la vida imposible ¿De acuerdo? - Respondió Kanon molesto- Yo no se porqué no te mandaron con Saga, él y tu son tal para cual.

- Mira que tampoco es de mi agrado estar aquí, mi hermana me mandó a este lugar, de haber sabido que tú estarías aquí mil veces prefiero morir de hambre.

Kanon rodó los ojos molesto, tomó su lugar detrás del escritorio y encendió la computadora.

- Lamentablemente si necesito de tu ayuda ¿Ves esos papeles que están en ese sobre amarillo? - Señaló.

Milo se dio la media vuelta para ver donde estaban - Si... ¿Qué quieres que haga con ellos?

- Ve hasta donde está mi tío y saca copias por favor - Respondió Kanon levantándose de su asiento saliendo de su oficina.

- Pero... ¿A donde vas? - Cuestionó asombrado.

- Por suerte lejos de ti - Respondió saliendo de ahí.

Realmente Milo disfrutaba molestar al hermano de Saga, al menos su trabajo no sería tan malo después de todo, podría seguir haciéndole la vida imposible. Tomó aquel sobre y se fué a la oficina del señor Deuteros.

Saga se encontraba acomodando sus cosas en el escritorio de su padre, necesitaba comenzar a tomar las riendas del lugar. En experiencia le ganaba Kanon, siempre estuvo ayudando a Deuteros.
Tenía que tomarse las cosas con seriedad, pronto uniría su vida con el amor de su vida.
De pronto se le vino a la idea marcarle a su gran amor para saber de él.

Estaba por sacar su celular del bolsillo pero la visita inesperada de su gemelo lo interrumpió entrando sin permiso.

- ¿Me puedes decir que hace tu amiguito como mi ayudante Saga?

- Espera... Ni lo buenos días me darás, saliste de la casa sin avisar y ahora entras simplemente a pelear - Contestó Saga sin entender el comportamiento de su gemelo.

- ¡Salí de imprevisto porqué entraron a robar a la casa y en segundo lugar tu amigo Milo resulta que es mi asistente! - Bufó Kanon molesto.

Saga al escuchar el nombre de su amigo comenzó a reír sin parar - Ja, ja, ja ¿Milo está aquí? Esto no me lo esperaba - Se burló limpiándose una pequeña lagrima producto de la risa.

- No pues ahí si te fallo mi estimado hermano, no sé que hace aquí. Yo tampoco lo sabía hasta que lo estás mencionando tú.

El gemelo menor cerró los ojos tratando de controlarse - Dime una cosa Saga... ¿Porqué tu amigo es muy infantil?

Saga se quedó pensando que responder, claro que era su amigo... Pero desde que se conocieron siempre ha sido así - No lo sé, Milo así es, es el tipo de personas que busca hacer sentir bien a los demás con sus ocurrencias pero veo que entre ustedes dos hay mucha tensión.

- ¡Como no voy a odiarlo si hasta nuestro padre piensa que es mi pareja! - Se quejó irritado.

El gemelo mayor se levantó de su silla y se fué acercando a su hermano - Kanon, dale una oportunidad a Milo, verás que te agradará cuando lo conozcas más.

Kanon levantó una ceja al escuchar esto, como lidiaría con él ahora que trabajen juntos...

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