Capítulo 31
Lo peor que puede pasar en una boda es hacer travesuras, todos los amigos de Milo se encontraban en el centro de la pista aventando por los aires a Saga quien pedía a gritos que lo bajaran de una vez por todas antes de que pasara algún accidente.
Por fortuna al último aventón como ellos gritaban Saga sin querer se atoró con una de las cintas de tela que servían en el techo como decoración e iban a lo largo de todo el sitio; esto provocó que aquella tira blanca cayera sobre varios de los invitados así como de algunos que se encontraban en las mesas terminando sus alimentos.
— ¿Ves Shaka? Te dije que este bonito jardín adornado para la alta sociedad terminaría siendo un desastre — Susurró Aioria al ver cómo terminó aquella tela sobre los demás invitados quienes se mostraban inconformes de ver esa larga tela sobre sus platos.
— Es que ustedes no se pueden comportar, ni por qué se trata de la fiesta de su gran amigo.
— De mi no te puedes quejar, yo estoy aquí contigo — Se defendió tomando la mano de su pareja.
— Eso puedo notarlo, incluso me estoy dando cuenta que ni siquiera Milo está con ellos haciendo desastre tambien ¿Quien es el hombre que está a su lado? Se parece demasiado a Saga.
— Es su hermano gemelo, lo conocimos en la fiesta de despedida de soltero de Saga. Días después de que pasé la noche en casa de Milo me enteré que es su jefe, aunque debo admitir que el tipo se molesta si intentamos llevarnos a Milo a tomar.
Antes de que Shaka pudiera responderle al castaño, los meseros ya se habían dado a la tarea de retirar todo el desorden que pasaron hacer con la tela y ahora la pista se encontraba despejada con una música tranquila de fondo, eso solo daba señal a una cosa y esa era que el ansiado vals llegaba a su momento.
Todo los presentes comenzaron a aplaudir al ver a la pareja de recién casados entrar tomados de la mano, una leve pausa se hizo presente mientras esperaban el cambio de la música para comenzar a bailar.
Que bellos se ven.
Hacen bonita pareja.
Era algo que Milo escuchaba a sus espaldas mientras observaba la escena, aunque realmente ya no le molestaba les daba la razón a los murmullos de la gente.
Después de todo Camus no sería parte de su vida; mientras seguía perdido en sus pensamientos no se daba cuenta de lo pasaba a su derecha.
— Oye Kanon ¿Aún quieres que pase contigo al vals? — Cuestionó Milo pensando que el gemelo menor se encontraba a su lado, grande fue su sorpresa al saber que no era así y todo este tiempo estuvo hablando en medio de la nada.
Kanon mantenía una plática demasiado fluida con una invitada que al parecer los dos se llevaban perfectamente; por qué aquella mujer en cada momento que podía pasaba sus manos sobre el brazo del gemelo menor.
Cuando Milo se dió cuenta de lo que sucedía no dudó ni un solo momento en apretar sus puños molesto ¿Que se creía aquella damisela? Ella no puede llegar y tocar a Kanon así de manera más cercana invadiendo su espacio personal.
¿Pero cómo acercarse?
En ese momento a Milo se le ocurrió la idea de pasar entre ellos dos interrumpiendo esa cercanía, también podía tomar una de las bebidas que se encontraban sobre las mesas y empapar a la chica con el líquido el vaso solo para decir que fue un accidente.
El tiempo de vals seguía llevándose a cabo, ahora era el turno de los familiares pasar con la pareja para seguir bailando conforme se les fuera llamando por el micrófono.
Kanon se despidió de aquella joven con la que había platicado y después se dirigió nuevamente a lado de Milo quien intentaba evadir su presencia.
— En unos momentos nos toca a nosotros.
Pero lo único que obtuvo fue el silencio por parte de su acompañante quien seguía con los brazos cruzados.
— ¿Ahora que ocurre? Te estoy hablando Milo.
— ¿Ahora sí estás hablando conmigo? — Respondió llevándose las manos a la cintura girando para darle la espalda a su jefe — Estuve hablando todo este tiempo solo, como un idiota.
Kanon se llevó su mano al puente de su nariz intentando calmarse — Milo, desde hace quince minutos te avisé que iría a saludar a una amiga de la infancia, al parecer no me prestaste atención.
— No te oí — Respondió con molestia.
— Ya me di cuenta que no escuchaste.
— No, por qué seguramente la plática con tu amiga — Hizo una leve señal con sus dedos mirando al gemelo menor — Estaba mucho mejor que escucharme.
El gemelo menor no entendía los cambios repentinos de Milo, a veces podía ser demasiado alegre, orgulloso e incluso un poco rebelde y desesperante pero en estos momentos ¿Le estaba haciendo una escena de celos?
¿Por qué?
— ¡Milo, vuelve aquí! — Exclamó Kanon señalando con el dedo a su empleado esperando que obedeciera, sin embargo Milo siguió alejándose del gemelo menor.
— ¿Qué le hiciste? — La voz de uno de los amigos de Milo se hizo presente a su lado,
— No le hice nada.
Aioros se colocó a lado de Kanon, desde el momento que llegó a la fiesta tanto como Shura y como él se habían percatado de la manera en la que los dos se miraban, se trataban, como si los dos quisieran estar juntos el uno al otro pero parecía que los dos eran ciegos al no darse cuenta que realmente se necesitan.
— ¿Por qué no vas tras él e intentas llamar su atención? — Le sugirió el castaño — Milo es una persona que no deja su lado inmaduro si lo quieres ver así pero ahorita que lo he visto en la fiesta disfruta mucho tu compañía.
— Mira, no sé quién seas, no he terminando de conocer a los amigos de mi hermano, mucho menos a los de su esposo pero no tienes ideas de cuánto he batallado para intentar comprenderlo — Kanon se quedó callado uno momentos — Cuando estoy con él me siento confundido.
— Siento no presentarme, mi nombre es Aioros para servirte — El castaño extendió su mano para estrecharla con él.
— Kanon, hermano de Saga, es un gusto.
— Bueno, regresando al tema... Será mejor que vayas por él antes de que quiera hacer una locura, estamos hablando de Milo y con él podemos esperar cualquier locura.
El gemelo menor dirigió su mirada al castaño, agachó un poco la cabeza y después salió corriendo detrás de los pasos de Milo.
— ¿Que hiciste Aioros? — Preguntó el de cabellos azabache tomando un lugar a lado del castaño.
— Unir dos corazoncitos así como el tuyo y el mío — Después de decir esto, Aioros tomó al español de la cintura acercando su cuerpo con el contrario para poder posar sus labios sobre los de Shura.
Si algo que le gustaba demasiado es hacer locuras por amor.
❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro