Capítulo 6
Maratón 3/4
Señorita Lili
Basado en los capítulos 79-80 del manga.
En cuanto Lili, acompañada de sus siempre presentes Ayura y Tetora, divisó de lejos al grupo, los señaló.
-¡Son ellos! ¿Los veis?- exclamó en bajo la adolescente.- ¡Sospechosos, ¿a que sí?!
-Oh, Dioses.- soltó Tetora, con sus ojos caídos observando a los jóvenes atactivos.- Qué apuestos.
-¡¿Eh?!- se quejó Lili, girándose a verlas.
-Ayura, ¿cuál te gusta? Yo me quedaría con cualquiera.
-Uhm... A mí me agrada la chica alta.- comentó la morena, relajada.- Aunque si son traficantes...
-Nunca hay ni bien ni mal en los hombres exquisitos, Ayura. Fufufufu.- se rió la rubia.- Señorita Lili, ¿no estáis interesada en ninguno de ellos?
-Los hombres sólo son hombres cuando son mayores de 40.- soltó la morena, seria, aunque ella no contaba ni con 18 años.- No tengo interés en los jovenzuelos. Esos hombres son sospechosos, pero... La persona que me interesa es ella.- señaló, mirando a Yona.- La chica del centro.
-¿No es una chica normal?- preguntó Tetora, pensativa.
-Esa chica sintió mi presencia cuando los estaba siguiendo. No es una chica normal.
-A lo mejor sólo sois terrible escondiéndoos, Señorita Lili.- comentó Ayura.
-No debisteis haber hecho un buen trabajo.- secundó Tetora.
-Pero mira, no sólo es esa chica, sino también...- continuó Lili, señalando a Shin-Ah, quien las miraba a las tres fijamente, con el cuerpo totalmente girado hacia ellas. Mio las miraba de reojo, cerca de Yona, silenciosa.- N-nos está viendo, ¿verdad...? Está totalmente fuera de lo ordinario, pero... esa ardilla también nos está mirando.- comentó en bajo, con un sudor frío.
Lili se los quedó mirando mientras Shin-Ah señalaba en su dirección y rápidamente el grupo empezaba a caminar hacia ellos.
-Oh, vaya. Vienen hacia aquí.- comentó Tetora, relajada.
-¡Ayura, Tetora, maniobra de evasión!- gritó Lili, empezando a correr.
-Yona, ¿debería perseguirlas?- inquirió Shin-Ah, calmado.
-No te preocupes, Shin-Ah.- calmó la pelirroja, tranquila.
-Yona.- llamó Yoon, acercándose.- He estado negociando con el hombre de la tienda donde la gente parece reunirse por la noche.
-Gracias.- respondió la pelirroja.- Incluso si investigamos de esta forma, no alcanzaremos ningún progreso.
-Pero... esto parece muy peligroso, ¿verdad, Jae-ha...?
-Yo ya no puedo disuadirla de nada.- respondió este con los ojos cerrados.- Pero si alguna de las dos se encontrase en peligro esta noche...- añadió, abriendo los ojos y mirándolas.- Os cogeré y me iré corriendo cuan lejos pueda sin importar lo que diga.
-Tendremos cuidado.- calmó Yona, sonriendo, mirando a Mio. Ella le devolvió la mirada y asintió suave.- Adelante, entonces.
---⛩️---
Por la noche, desde su habitación en la posada, Lili vio por la ventana como Jae-ha y Zeno hablaban con la gente y la dirigían hacia el interior de un bar. Sin decirles nada a sus guardaespaldas, se preparó y bajó también. En el bar había todo tipo de gente. Hombres que bebían y charlaban, jóvenes que jugaban, mujeres de compañía y...
Al alzar la mirada, se encontró con una hermosa danza. Las dos chicas del grupo sospechoso que antes había visto se encontraban allí, en un escenario, bailando juntas. La pelirroja tenía la parte superior de su cuerpo prácticamente descubierta, excepto por un pequeño top que cubría sus pechos y una capa que cubría sus brazos y espalda. Bailaba con un sombrero tradicional y un abanico que movía con energía.
Sin embargo, su compañera de baile lo hacía con más cautela. Tenía una capa, no la usual violeta, sino una negra, pero bastante vaporosa y transparente. Estaba cubierta de gasas. Sus brazos, abdomen y piernas estaban prácticamente descubiertas en su casi totalidad, excepto por el velo de gasas y velos atados a su cintura y sobre sus pechos, incluso uno negro fino cubriendo la parte inferior de su rostro. Ella no tenía un abanico, sino una espada, una vieja, dentada y doblada, oxidada y negruzca.
Juntas se veían como el día y la noche, el amor y el odio, la vida y la muerte. Si la danza de Yona estaba cubierta de energía, vitalidad, colores y flores, la de Mio lo estaba de oscuridad, sensualidad, tragedia y misterio. Si la danza de Yona podría ser un baile hermoso, la de Mio era más como una plegaria melancólica.
Lili las observó atónita bastante rato, incrédula.
-¡Las chicas...!- pensó.- ¡¿Son bailarinas...?! Entonces, ¿son artistas ambulantes...? Uhm... No, aún no lo puedo confirmar... Revelaré lo que realmente son...- pensaba mientras se acercaba un poco, aunque de pronto alguien chocándose contra ella.
-Eso ha dolido...- comentó la voz de un hombre, contra quien Lili se había golpeado. La chica alzó la mano.
-Perdón, tengo que pasar.
-Eso... ha dolido...- repitió el contrario, mirándola. Su rostro estaba pálido y chupado hasta los huesos, portaba unas profundas ojeras oscuras bajo sus ojos vacíos. Lili se estremeció un poco, asustada.
-¿Qu...?
-Recuerda.- le había pedido Mio, mirándola.- No me hace gran ilusión, pero esta noche, nosotras somos un cebo. La droga es un espíritu maligno que posee a la gente con corazones débiles. Ese espíritu maligno trae la envidia y el resentimiento que todos tienen dentro y los convierte en emociones brutales. El Nadai...- había comentado, mirando de reojo a Jae-ha, siendo este también plan suyo.- Está hecho para sacar las sombras de las personas. Vamos a ser "bailarinas encantadoras". Vamos a ser mujeres encantadoras que iluminaremos las noches oscuras de esta ciudad. La envidia y brutalidad de la gente poseída por el Nadai será traída afuera. Y la gente que consume Nadai buscará a sus proveedores.
-En un bar como este, generalmente, hay personas esparciendo oscuridad por todas partes.- asintió el peliverde, que había diseñado el plan con Mio.- Si lo hacéis bien, encontraremos información valiosa sobre el Nadai de la gente que se vuelva brutal o de la gente de los alrededores.
Yona lo podía sentir. Aquello era diferente. La vez que habían bailado en la provincia de Sen había sido más que diferente. Ahora, solo circulaban las emociones negativas. La gente que las veía o no tenían las miradas fijas o eran demasiado escrupulosas. Era un lugar lleno de odio, de deseo, de envidia.
Cuando se giró para continuar su baile con Mio, no la vio en su lugar. Sin embargo, esta había saltado. Seguida por las oscuras gasas vaporosas y hermosas, se dirigía hacia un lugar entre el público. Afinando la mirada, Yona vio a la chica morena arrodillada en el suelo, tosiendo sangre, y a un adicto cernirse sobre ella. Aunque todos estaban presentes, Jae-ha y Yoon tocando música, Shin-Ah, Kija, Zeno y Hak vigilando, ninguno llegaría a tiempo de detener el puñetazo del adicto a la joven...
A excepción de la patada que Mio propinó a la cabeza del adicto con toda su fuerza, lanzándolo al suelo en menos de un segundo y haciéndolo rebotar allí. Yona se acercó al ver que este se levantaba a duras penas, tembloroso, cerrando su puño y dándole un puñetazo que acabó por tumbaro. Jadeando un poco, se alzó el sombrero y estiró la mano para levantar a Lili del suelo, mirándola con bondad y preocupación.
-¿Estás bien? ¿Puedes ponerte de pie?- preguntó, agachándose y tomándola de ambas manos, levantándola con cuidado, aunque a la atónita y emocionada Lili apenas le quedaba fuerza en las piernas.- Vamos a curarte.- propuso Yona, tranquila.
Lili se puso en pie con su ayuda, su brazo pasado alrededor de la nuca de Yona.
-Espero que ese puñetazo haya resultado, no tengo demasiada fuerza.- admitió, viendo al hombre en el suelo.
-¿Viniste volando aquí aunque eres débil?
-Sí, ya que te estaba sangrando la nariz.
-¡¿Me sangra la nariz?!- exclamó la contraria, alarmada, rápidamente cubriéndosela.
-¡No presiones!- avisó Yona, aunque congelándose al sentir una presencia. Cuatro manos la agarraron de los hombros, brazo y pelo, tirando de ella.
-¿Qué pasa, chica bailarina...?
-¿Ya no bailas...?
-Baila más para nosotros...
-Sí, más...
-Sonríe para nosotros...
Apretaron más fuerte a la pelirroja, queapretó los labios, adolorida. En un parpadeo, Mio había atravesado a uno con su espada de atrezzo y tirado del pelo al otro tan fuerte que lo había obligado a agacharse, y una vez a su altura, pateado la nuca tan fuerte que probablemente le había partido el cuello. Se irguió, mirando a Lili y Yona.
-¿Estáis bien?- preguntó, tirando del velo negro que llevaba. Oyeron el sonido de una botella rompiéndose, y al girarse Mio, vio a un borracho correr hacia ella con una botella rota, los vidrios afilados y punzantes.
-¡Quieto ahí!- gritó Zeno, saltando sobre la espalda del borracho y deteniéndolo por un segundo.- ¡Rápido, iros, Señoritas...!- exclamó, antes de ser lanzado contra una mesa.- ¡Oiga usted, Señor! ¡Si quiere golpear algo, venga aquí!- gritó, levantándose y corriendo hacia el hombre que se acercaba a LIli.
-Ni se te ocurra acercarte... a no ser que quieras que tu cabeza sea aplastada.- avisó Kija, su gran garra blanca alrededor de la cabeza de otro adicto. Su mirada azul era fría y cortante como una hoja hecha de hielo.
-¡Kija!- exclamó Yona al verlo, su muñeca retenida por el hombre.
-He hdicho que la sueltes.- repitió Kija, apretando el agarre, aunque el contrario solo rió.
-Kija, cálmate... Esta gente...
-Yona.- llamó Mio, seria.- Esta gente no tiene retorno.- avisó, aunque no alegre por ello. La pelirroja solo pudo apretar los labios, importante.
-Yona.- también llamó Shin-Ah.- ¿Puedo cortarlo?- pidió, con su espada sacada.
-¡Shin-Ah...! ¡No, esta gente solo está...!
Hak y Jae-ha también hicieron acto de presencia, golpeando a puñetazos y patadas a contrincante que se encontraban.
-¿Cómo puedes decir eso después del puñetazo que le metiste a uno de tus clientes?- inquirió Hak, con una vena en la frente hinchada.
-De verdad. ¿Qué tipo de cosas te enseñaban como princesa?- suspiró el peliverde.
-Estaba tratando de imitarte, Jae-ha.
-Ya veo, por eso ha sido tan hermoso.
-Eres el peor ejemplo que conozco.
-¡Bestia del Trueno, Jae-ha! La gente se está yendo loca en la tienda!- exclamó Yoon, agachado debajo de una mesa.
-Pareciera que se ha desatado un fuego durante la conmoción.
-Todos ellos están yendo por la abstinencia.- asintió Hak, mirando las peleas que estaban formándose alrededor.
-Estos tipos no pueden sentir dolor.- aseguró Jae-ha.- Eso significa que todos toman Nadai, todos sus sentidos están adormecidos.
-¡Atrapad a algunos que parezcan involucrados!- gritó Yoon desde su escondrijo bajo la mesa.- ¡Les interrogaremos!
-Sería bueno si pudieran charlar en condiciones.
-Yoon, ¿qué hacemos con una persona que se ha perdido a sí mismo, ¿uhm?
-¡Tened cuidado de no golpearlos demasiado o tendrán contusiones!- gritó Yoon, justo a tiempo en que Kija lanzaba a uno a través de la pared.
-¡Kija, cálmate, monstruo blanco!
-Tener cuidado y no golpearlos... Al menos no demasiado, ¿uhm?- se preguntó Jae-ha, riendo suave.- Eso dificulta las cosas.
-Pues yo lo siento por esos dos.- se disculpó Mio, haciendo crujir un poco sus nudillos.- Trataré de controlarme.
-Por favor, golpéame.
-Cállate.
Yona se acercó corriendo a Lili, ahora cubierta con la túnica exterior de Hak, que estaba encogida contra una esquina, asustada. Esta se agachó a su lado, con Ao en su hombro.
-¿Estás bien...? Tranquila... Respira despacio...- pidió, mientras Lili lloraba y trataba de calmarse.- La conmoción ha terminado. Toda la gente que estaba ida ya no está...- tranquilizó, abrazándola contra sí para acariciarle el cabello.- Tranquila... Respira... Ya estás bien...- le susurró a la joven que sólo podía abrazarla, temblar y llorar.
---⛩️---
Para cuando consiguió calmarse, el grupo, junto a Lili, se encontraban fuera, en una zona más apartada y tranquila del lugar. Lili estaba entre avergonzada e incómoda mientras Yoon le hacía algunas pequeñas curas.
-Incluso aunque fuera culpa del Nadai, que golpeasen así a una Señorita... Merecían ser casrigados.- comentó Jae-ha, sentado, mirándola.
-Por suerte tu nariz no estaba rota.- comentó Yoon, relajado.- Con esto, la hinchazón bajará en un par de días.
-Menos mal.- admitió Lili, algo ruborizada, silenciosa. Mio la miró, como Yona, ya con su ropa habitual, con una mano en la cintura, suponiendo que se estaba sintiendo avergonzada de haber llorado y estar siendo curada por un pequeño golpe en la nariz. Le recordó a una niña tímida que se escondería en las faldas de su madre, sonriendo un poco.
-¿Cómo te llamas?- preguntó Yona, sonriéndole. Lili la miró, silenciosa.- Eras tú la que nos estuvo siguiendo, ¿verdad? ¿Puedes decirnos por qué?
Mio sonrió levemente al ver a la morena ruborizarse.
-¿No es habitual presentarse primero?- preguntó Lili, apretando algo las manos en su regazo.- ¡V-vosotros sois muy sospechosos! ¡Vestís ropa rara y vais por la ciudad investigando todo! ¡Creí que érais unas bailarinas normales, y os pusisteis a pelear de repente!
Los presentes se quedaron momentáneamente sin palabras, antes de que Jae-ha riera.
-Esas sois vosotras, Yona querida, Mio querida.
-¡¿Eh?!- exclamó la menor, sonrojándose un poco.
-Eres tú el que lleva ropa del Imperio Kai.- puntuó Mio, relajada.
-Probablemente todo sea por la máscara de Shin-Ah...- comentó Kija, frotándose algo el mentón con su mano de dragón, pensativo. El nombrado ladeó su cabeza, pensativo.
-¡Zeno no llama la atención!- aseguró el rubio, riendo y saltando.- Pero el Señor sí lo hace.- añadió, mirando a Hak, quien tenía los ojos cerrados.
-Y eres tú el que no se calla ni debajo del agua.
-¿De verdad?- resopló Yoon, cerrando los ojos.- Todos vosotros sois sospechosos, ¡ni aunque os esforcéis en intentarlo podríais pasar desapercibidos!
-Mi nombre es Yona.- cortó la pelirroja, mirando a Lili y sonriendo un poco.- Por algunas razones, estamos viajando por el reino. Hemos oído que esa droga se ha estado esparciendo por este área, así que hemos venido a investigar.
-Yona...- comentó Lili, mirándola, pensativa.- Es el mismo nombre que la princesa que desapareció del Castillo Hiryuu... Y, ahora que lo pienso... alguien te llamó "princesa" también...
Kija y Yona no pudieron evitar empalidecer y dejar sus bocas abrirse hasta que sus mandíbulas podrían desencajarse.
-¡Sí! Su nombre es el mismo que el de la Princesa Yona, por eso bromeamos y la llamamos así.- comentó Kija, riendo suavemente. Lili lo pensó un poco, viendo de fondo a Kija inclinado hasta poner su frente contra el suelo delante de la contraria, disculpándose en bajo mil veces.
-Uhm... Supuse que sería algo así. Sólo a gente tan ridícula se le podría ocurrir un apodo tan ridículo. Así que dijisteis que estabais investigando el caso de la droga, ¿pero por qué...?
-Oíd. Los tipos que dejé atados probablemente estarán tranquilos ahora.- comentó Hak, tranquilo.- Los interrogué un poco y definitivamente son adictos, estuvieron pidiendo Nadai hasta que se calmaron.
-¿Alguna noticia?- inquirió Yoon, curioso.
-Algunos la obtuvieron de algunos lugares aleatorios, pero el resto...- comentó Hak, silencioso.- Oye, Ojos Caídos.- añadió, girándose a mirarlo.- La tienda llamada Suirei, ¿ese fue el lugar donde te dieron la droga, verdad? Esos tipos dijeron que la obtuvieron de ahí.- comentó. Aunque Jae-ha estaba algo sorprendido, tuvo un pequeño escalofrío al recordar el lugar. Notó una mano en su hombro, al alzar la mirada, viendo a Mio dándole un ligero apretón allí, aunque con la mirada puesta en Yoon mientras lo escuchaba.
-Parece que tenemos que ir a esa tienda, Jae-ha.- asintió el menor, dudoso.
-Tendrás que darnos la dirección.- asintió Hak, relajado.- Incluso aunque tú no quisieras, esos tipos nos la podrán dar.- avisó, haciendo al mayor suspirar.
-Ya... Lo entiendo.- dijo, cerrando los ojos.- Aún así, en cuanto entremos allí, obedeceréis mis órdenes.- añadió, no muy satisfecho con la situación.
-Eso está bien. Podremos ir mañana.- avisó Yoon, rápidamente cortado por el peliverde.
-No, no quiero que nada le ocurra a las chicas que están allí dentro.- avisó, serio.- Primero, nos colaremos allí para explorar el sitio.
-Uhm...- comentó Lili, en bajo, dudosa.- Vosotros... No sois de esta ciudad, ¿verdad..? Ni siquiera sois de Shisen... ¿Por qué os meteríais en una situación tan problemática... Además, tú...- añadió, mirando a Yona.- Ni siquiera eres tan fuerte, pero aún así peleaste para protegerme... No te entiendo...
-Tienes razón.- asintió Yona, cerrando los puños.- Practicaré mis puñetazosy patadas.
-Nadie dice que aumentes tu práctica.- aseguró Lili, callándose un momento.- Tú... ¿también irás a esa tienda?
-Sí.- respondió Yona con rapidez.
-Déjame dejar esto claro.- añadió otra voz, seria.- No vas a participar en esto, Princesa.
-¿Qué? ¡Yo también quiero ir!- avisó Yona, girándose hacia Hak.
-Es peligroso.- replicó él, sin mirarla.
-Yona querida, deja este asunto a nosotros esta ocasión y mantén el fuerte.- propuso.
-Ni de broma, vais a encargaros de toda la pelea.
-No importa, también vamos a dejar a Yoon y Zeno.- aseguró Hak.
-¿Ehh? ¿Por qué vais a estar dejando a Yoon, a Zeno, y a mí aquí?- preguntó el rubio, riendo, señalándose y nombrándose dos veces.
-Yona... Sabes qué tipo de tienda es, ¿verdad?- preguntó Yoon, mirándola. La pelirroja lo pensó y se sonrojó.
-¡Pero ese es el plan, ¿no?! ¡Quiero participar!
-Será demasiado hacerlo en ese tipo de tienda contigo alrededor, Princesa.- dijo Hak, mirándola mal.
-¿Hacer el qué?- inquirió Yona, inocente.
-El plan, obviamente.- respondió el moreno, causando a Jae-ha reír, y rápidamente al moreno empezar a patearlo mientras el peliverde se carcajeaba.
-De todas formas, quienes vamos allí seremos él, la Serpiente Albina casi no pasa los requisitos y... Mejor que Shin-Ah no.- añadió.
-¿Por qué casi no paso los requisitos?- inquirió el albino.
-No me has nombrado.- avisó Mio, con los brazos en jarras.
-No te he nombrado.- asintió Hak, mirándola serio.
-Pero yo iré.
-Tú no irás.
Mio lo miró fijamente, decidiendo alzar algo las comisuras en una pequeña sonrisa.
-Sé cuidarme sola.
-Yoon, Zeno y la Princesa no pueden quedarse solos.
-Dijiste que Shin-Ah quedaba fuera. Confío en sus capacidades.- aseguró Mio, mirándolo.- Además, estoy segura de que seré una gran tapadera. Intentaré colarme allí ahora y así cuando lleguéis mañana por la noche estaré envuelta en el ambiente.
Hak apretó algo los labios, dudoso y pensativo. Mio suspiró, mirando a Kija y Jae-ha.
-¿Estáis de acuerdo con eso?- inquirió, silenciosa. Kija asintió un poco, aunque Jae-ha no parecía muy divertido con la idea.
-Podrías meterte en un aprieto.
-No necesito ni treinta segundos para partirle el cuello a un hombre robusto.
-No creo que podamos convencerla de quedarse.- suspiró Hak, cerrando los ojos. Mio asintió, mirando al peliverde.
-Estaré bien, estaré siempre alerta. A la mínima, nos vamos, y ya.- intentó convencer, haciendo al peliverde suspirar.
-De todas formas, Yona no irá. Para ella es demasiado peligroso. Seremos rápidos, investigaremos y nos iremos.
-¡Señorita Lili!- oyeron, girándose hacia las voces.
-¡Señorita Lili! ¡Llevamos horas buscándola!- exclamó Tetora, corriendo junto a Ayura, apresuradas.
-¡Ayura, Tetora!
-Oh, Dioses. Señorita Lili, estuvo jugando con el grupo de hermosos caballeros?- preguntó Tetora, riendo. Kija se sonrojó y Jae-ha sonrió con ojos de estrellas.- No se la puede dejar sola, de verdad.
-Tetora.- cortó Ayura, seria.
-¿Sí?- preguntó, abriendo sus ojos y viendo a la señorita ante ella, congelándose. Vio la nariz hinchada y el moratón en su rostro, su propia cara ensombreciéndose y apretando el puño mientras Ayura desenfundaba sus dos espadas.
-Oh, Dioses, bien, bien. ¿Cuál fue el jovencito? El que hirió a la Señorita LIli. ¿Puedo devolver el favor unas cuantas veces seguidas?- preguntó, alarmando y asustando a todos los varones del grupo.
Mio sonrió un poco y se cruzó de brazos como lista para disfrutar de pan y circo, aunque Lili tomó a Tetora de la ropa y la detuvo.
-Estáis equivocadas. Hubo una conmoción y.. ellos me salvaron.- explicó. Al instante, ambas guardaespaldas estaban arrodilladas en el suelo, hablando a la vez:
-¡Ha debido ser un trabajo agotador! ¡Os estamos más que agradecidas por haber cuidado de la Señorita Lili!
-Es una buena noticia que tus amigas hayan llegado, ahora puedes regresar a casa de forma segura.- sonrió Yona, con Pukyuu en su cabeza.
-¡Podría llegar a casa sola!- aseguró esta, recibiendo a Ao en su propia cabeza y gritando. Hak entrecerró algo sus ojos, pensativo.
-¿Señorita Lili...?
-Todos vosotros de verdad... sois tan apuestos...- suspiró Tetora, junto a Ayura, observando ambas a Hak desde abajo, con ojos brillantes y las manos juntas frente a su rostro, enredados algunos de sus mechones dorados. Las dos chicas se quedaron mirando al pelinegro fijamente, dudosas y pensativas.
-Ayura, Tetora, nos vamos.- avisó Lili.
-Siiiii.- asintió Tetora, aunque tanto ella, como Ayura, como Hak, preguntándose para sí mismos dónde habían visto aquellas caras anteriormente.- Señorita Lili, seguro que ha pasado por un montón de cosas que dan miedo esta noche, ¿verdad? Regresemos a Suiko.- le iba comentando a Lili mientras la guiaban, aunque no demasiado lejos.
---⛩️---
-Pillada.- comentó Mio, a un lado de donde Lili estaba agachada tras un arbusto, donde trataba de espirar al colorido grupo.
-La chica de ayer.- saludó Yona, tranquila.
-¡O-o-o-oh, q-qué coincidencia!- exclamó Lili, sonrojándose, dándole algunas palmadas al arbusto.- Nos encontramos un montón, ¿eh? Sólo estaba recogiendo bayas, nada más.
-Ese tipo de arbusto no da bayas.- aseguró Mio.
-Sois un poco sospechosa, Señorita Lili.- admitió Ayura.
-¿QUé hacéis aquí reunidos?- inquirió Lili, levantándose y sacudiéndose el polvo. Miraron hacia donde los chicos estaban, junto a una gran tienda. Shin-Ah clavaba unos amarres al suelo, Zeno cargaba sábanas y Jae-ha un montón de palos cortos para una hoguera.
-Oh... Es que no nos quedaba suficiente dinero para una posada, y como no había nadie en la calle por lo tarde que era, no pudimos comerciar.- explicó Yona.- Acampamos aquí la noche.
-Hola, Lili, Ayura, Tetora.- saludó el peliverde, sonriente.
-Bromeas.- susurró Lili, con la cara pálida, viendo a Yona directamente.
-Es verdad.
-¡Los pobres son increíbles!- chilló Lili, incrédula, mientras Zeno y Shin-Ah se reverenciaban.
-No somos tan increíbles.- rió el rubio.
-Shin-Ah, Zeno, no nos está alabando.- avisó Yoon, pasando a un lado.
-¡No te creo! ¡Eres una chica joven como yo, ¿verdad?! ¡¿Cómo puedes acambar en un lugar como este rodeada de hombres como estos?!
-Está bien, somos amigos.- aseguró Yona, relajada.
-Somos hombres seguros y estables.- aseguró Yoon, con una expresión desencajada.
-Me pregunto sobre ello...- comentó Jae-ha, riendo.
-Cierra la boca.- recomendó Hak.
-¡Pero...! ¡El suelo está duro y lleno de bichos...!
-¡¿B-b-b-bichos....?!- tartamudeó Kija, empalideciendo.
-Este terreno es más cómodo comparado con las montañas.- aseguró Yona, sonriente.
Mio miró a Lili y rió suavemente, viéndola a punto de estallar.
-Además, estaba preocupada por el estado de la gente adicta de anoche.- añadió la princesa, mirando hacia donde los hombres permanecían atados.- Algunos fueron recogidos por sus familias esta mañana, pero... Hay gente que sigue aquí desde anoche.- explicó, acercándose a un hombre con una botella de bambú.- Es agua. Bebe.- pidió, a pesar de que el adicto sólo la miró con ojos ojerosos y la mayor parte del agua cayó por su mentón. Lili no podía creerlo.
-¿No estás asustada...? Esta persona... Es quien ayer te estuvo agarrando, ¿no es así...?
-Esta persona... estaba teniendo alucinaciones de matar a su propia familia durante la noche. Estuvo llorando.- comentó Yona, silenciosa y triste.- Es por eso que, incluso su sus corazones frágiles están siendo controlados por el Nadai... quiero curarlos... No quería atarlos, pero hubo un momento en el que se pusieron extremadamente violentos.- explicó Yona, mientras el hombre empezaba a llorar y a llamar a su madre.
-¿Cómo obtuvieron el Nadai...?
-Parece que hay varias razones.- explicó Jae-ha, serio.- Pero creemos que la gente que lo bebió en esa tienda llamada Surei, o lo tomaron sin saberlo o fueron forzados a ello.
Lili apretó los labios, impotente y frustrada.
-¿Qué... harás mientras tus amigos están fuera...?- le preguntó a Yona, mirándola.
-Me quedaré aquí. No puedo dejar así a esta gente.
Mio suspiró, estirándose un poco.
-Yo me voy a ir adelantando.- avisó, tranquila.- Así me voy mezclando con el ambiente.- explicó, acercándose a una bolsa y sacando algo de ropa más ligera.- Voy a tener que dejar aquí mis armas, viendo cómo es el sitio, me querrán revisar si tengo o no algún arma.- explicó, empezando a soltar los amarres de sus dagas y cuchillos. Se acercó a Zeno, mirándolo.- ¿Podrías encargarte de ellos? Shin-Ah tiene su espada, pero tú no. Si atacan a la Ama, tienes más opciones para protegerla que pegarles con un palo.- explicó, haciendo al rubio sonreír y tomar las armas.
-¡Zeno las pondrá a buen recaudo!- aseguró, haciendo a Mio asentir, sonriendo un poco.
-Gracias.
-Ten cuidado.- pidió Yona, mirando a Mio. Esta la miró y asintió de nuevo, relajada.
-Y tú.- asintió.- Si algo pasara, Yoon y tú permaneced cerca de Shin-Ah y Zeno.
Yona asintió, Mio despidiéndose de todos y yéndose primera al bar. Lili, Ayuta y Tetora invitaron al resto a la posara donde ellas tres se estaban quedando, con el dinero de la propia Lili, ya que aquella posada también tenía aguas termales.
---⛩️---
4115 palabras.
Bañito timeee
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro