Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5


Maratón 2/4

Nadai

Basado en los capítulos 77 - 78 del manga

Caía un aguacero en Shisen, en la Tribu del Agua. Llovía tan fuerte que parecía que estaba a punto de caerse el cielo sobre ellos. El hombre oyó unos golpes a la puerta, a acercarse a abrir, descubriendo a un grupo de extraños viajeros cubiertos con capuchas, pero calados hasta los huesos.

-¿Un lugar para quedaros?

-Lo más barato que nos puedo dar para una habitación para ocho personas que quieren pasar la noche.- pidió un niño joven.

-Uhm... Aún tengo alguna habitación vacía.- comentó el hombre, suspirando.- Será por 600 rin.

-Gracias.- sonrió el joven, aliviado.

-La frondosa y verde Tribu del Agua...- comentó Yona, tranquila, aún con la ropa y el pelo mojados, pero en la habitación, asomándose mientras miraba por la ventana hacia el cielo nublado.- Es una pena. Me encantaría poder verla, pero lo único que se ve es lluvia.

-Que la Tribu del Agua esté cubierta por una lluvia así también puede ser elegante y hermoso, ¿no crees, Yona querida?- comentó el peliverde, relajado. De fondo, Zeno se sacudía la ropa, Kija se escurría la túnica estrujándola entre sus manos y Shin-Ah limpiaba a Ao.

-Shisen. Es la ciudad más prominente en la tribu, ¿no es así?- inquirió Hak, reclinándose algo a la ventana junto a Yona.

-Sí.- respondió Yoon, mientras se quitaba los zapatos.- Después de que fuésemos al mercado, oí algunos rumores. Parece que han habido algunos disturbios en las costas de la Tribu del Agua.

-He escuchado que la gente de aquí es bastante relajada.- comentó Yona, mimrando hacia atrás.- No puedo imaginarme que haya disturbios.

-Los guerreros de la Tribu del Agua fueron una vez lo más feroces que pudo haber.- comentó Mio, escurriéndose el pelo, relajada, con los ojos cerrados.- Conocí a un guerrero de aquí hace muchos años. Era bastante increíble. Ahora los más conocidos por su fiereza en batalla son los de la Tribu de la Tierra, pero eso es a raíz del General que los lidera.

-Como alguien que ha vivido muchos años junto al mar, sé que hay una gran cantidad de forasteros que entran y salen de la ciudad portuaria, es bastante común que haya algunas disputas.

-De todas formas, con esta lluvia no podremos movernos demasiado, así que será mejor que descansemos.- comentó Yoon, al girarse viendo que Zeno ya estaba casi totalmente desnudo y Shin-Ah estaba deshaciendo de la parte superior de su ropa. Kija permanecía con una toalla sobre su cabeza, secándose el cabello relajado.

-Por cierto...- comentó Yona, con su voz, haciendo que todos los chicos, menos Jae-ha, se girasen hacia la pared.- A nosotras también nos gustaría cambiarnos, así que giraros un momento. Tú también, Jae-ha...- añadió aunque Hak ya se había encargado de agarrarlo del pelo y tirar de él hacia fuera para dejar a ambas mujeres cambiarse de ropa.

Fuera de la habitación, Jae-ha decidió empezar a meterse con Hak, para variar.

-Hak.kun, ¿por qué no vas a ayudar a Yona-chan a cambiarse?

-Sus puños me mandarían a volar si me intentase acercar.- replicó el moreno, serio y relajado.-¿Por qué no vas tú a ayudar a Mio?- pinchó, mirándolo de reojo.

Jae-ha no le devolvió la mirada.

-Qué malo, Hak.

-¿Qué ocurre?- inquirió el moreno, girando su cabeza hacia él.

-Nada.- farfulló el mayor, reprendiéndose para sí por pensar aquellas cosas a la ligera.- ¿Acaso soy un niño...?- tras carraspear y recuperarse, cambió de tema.- Ya que no podemos irnos a ningún lugar, ¿por qué no salimos fuera un rato?

-¿A dónde?

-A la Zona Roja.- replicó el mayor, sonriéndole y mirándole con diversión.- Hablando de la Tribu del Agua, ¡es más que famosa por tener elegantes y agraciadas señoritas! Ya que estamos aquí, nosotros los adultos deberíamos aprovechar de...

-No voy.- cortó Hak, apartando la mirada. Tras unos segundos, Jae-ha suspiró y le puso la mano en el hombro, negando.

-Escucha, soy consciente de que derramas todo tu preciado y bonito amor sobre tu Yona querida, pero es malo para la salud contenerse.- habló, callado cuando Hak presionó su puño contra su cara.

-Cállate o haré que tus ojos estén aún más caídos. De todas formas, ¿por qué yo? Tienes a tus amiguitos dragones.- comentó, haciendo al peliverde exclamar.

-¡Sabes que son diferentes!- chilló, de fondo apareciendo los otros tres Dragones envueltos en toallas y con caras de gente pura.

-Lo sé.

-Sólo creí que sería divertido si tú y yo saliésemos juntos.

-¿A dónde vais?- apareció Yona, con Ao en el hombro, entre ellos, mirándolos. Ya estaba cambiada, como Mio, quien les miraba desde lejos mientras se secaba el cabello.

-A un bar con mujeres.- comentó Jae-ha con una sonrisa satisfecha, su mano sobre el hombro de Hak.

-Bastardo.- farfulló el moreno.- Yo no voy.- añadió, volviendo a mirar a Yona.

-¿De verdad?- inquirió ella, mirando a su amigo de la infancia desde abajo. El Ryokuryū les vio y dio un ligero suspiro, apartando la mirada.

-Entonces iré a emborracharme solo.- avisó, girándose para irse. No avanzó muchos pasos antes de oír.

-Es peligroso que vayas solo.- avisó Mio, mirándolo aún desde su lugar, silenciosa.

-Tranquila, tengo gran experiencia bebiendo, no me emborracharé tan fácilmente.- aseguró Jae-ha, riendo entre dientes.

Yona apretó algo los labios, dudosa. Mio también se mantuvo algo en silencio antes de añadir.

-Ve con cuidado.- añadió, haciendo al peliverde sonreír calmado y feliz.

---⛩️---

Cuando Jae-ha pudo volver a abrir los ojos, llegaba primero a sus oídos unas voces ahogadas. En cuanto pudo enfocar la visión, vio inclinados sobre él a Yona, agachada a su lado, y Mio, acuclillada junto a ellos, cubriendo a Yona y el rostro de Jae-ha con un paraguas.

-¡Jae-ha!- exclamó la pelirroja, la inmortal dando un pequeño suspiro al verlo reaccionar.- ¡¿Estás bien?!

-Hemos sentido que tu presencia estaba extraña.- explicó Mio, con vos tranquila.- Hemos venido a buscarte.- añadió, alzando la cabeza a Hak y Kija, quienes las habían acompañado.

Jae-ha oyó algo más, notó una mano en su mejilla y algunas caricias en su cabello mojado, pero pronto volvió a perder el conocimiento.

---⛩️---

Los gritos que salían del interior de la habitación hacían estremecerse al grupo de amigos preocupados por el peliverde que gritaba. Cuando Jae-ha salió, todos se aproximaron un poco a él.

-¿Cómo está?- preguntó Yoon, preocupado.

-Está furioso.- respondió el moreno, cerrando la puerta tras él.- Probablemente le forzaron a tomar alguna droga.

-Déjame echarle un vistazo, podría ayudar.- pidió Yoon, nervioso.

-No puedo dejarlo. Es peligroso mientras yo lo diga, así que esperad fuera.

-Yo voy a entrar.- avisó Mio, acercándose, sosteniendo la mirada de Hak con fijeza.

-Me ha dicho que no deje a nadie pasar.

Mio dio varios pasos hacia él, deteniéndose delante.

-No quiere que nadie le vea así.- le susurró Hak, mirándola desde arriba.

-No creo que esté suficientemente consciente como para recordarlo.- susurró ella a su vez.- Puedes detenerme.- añadió, haciéndolo a un lado y entrando.

---⛩️---

Mientras dormía, Jae-ha estaba seguro de que, entre todos los demonios y alucinaciones que lo asaltaron, notó un par de suaves manos acariciarle el rostro y el cabello. Y estaba bastante seguro de que aquello había sido real. Cuando abrió los ojos, sentada cerca de su cabeza mientras tallaba un pequeño trozo de madera pálida, se encontraba Mio, silenciosa. Enfocó su mirada. A su lado estaba tumbada Yona, que dormía. Pudo ver a Hak acercarse y taparla.

-No me lances esta mirada... No me interesa robarte a Yona.- farfulló Jae-ha, con la voz algo ronca. Mio alzó la mirada al oírlo despierto, dejando lo que estaba haciendo.

-Idiota.- susurró Hak, serio.- A nadie le preocupa eso. Sólo preocupas tú siendo tan descuidado.- añadió, presionando la cara del peliverde con el final de su alabarda.- Yendo tú solo a la Zona Roja y siendo forzado a beber cualquier mierda.

-No fui forzado.- respondió el peliverde cuando Hak dejó de castigarlo.- Decidí beberlo.

-Incluso aunque tuvieras una razón, no deberías haberlo hecho.- comentó Mio, seria, cerrando la navaja para guardarla.

-Lo siento.- se disculpó Jae-ha, mirándola de reojo.

Con el ruido, Yona se despertó, sorprendiéndose y aliviándose de ver al peliverde con los ojos abiertos.

-¡Jae-ha! ¡Estás despierto!

-¿Cómo te sientes?- preguntó Yoon, acercándose con los otros Dragones.

-Sí, estoy bien...- soltó una ligera risa el peliverde, sentándose con gran esfuerzo. Mio y Hak vieron su brazo temblar de la fuerza que ejercía para sentarse, pero el moreno rápidamente le puso la mano en la cara y lo empujó hacia abajo.

-A dormir.- avisó, silencioso.

-¡Sí, duerme!- secundó Kija.

-¡Vete a dormir!- animó Yona, mientras Zeno reía y Shin-Ah asentía, aunque ellos mismos no habían dormido demasiado.

-Deberías descansar.- admitió Mio, más relajada.

-Vosotros también...- suspiró Jae-ha, desde su posición tumbada.

-Intentamos hacer que vomitaras lo que bebiste, pero...- comentó Yoon, mirándolo.- No resultó muy bien.

-Sí, así que cogí mi puño y te lo clavé fuerte en el estómago.- resultó Hak, cerrando la mano.

-Oh, así que es por eso que sentía que se me estaban rompiendo los huesos...- asintió, pensativo, el adolorido Dragón Verde.

-Deberías estar agradecido. Supuestamente iba a hacerlo la Serpiente Albina.- continuó Hak.- Pensé que morirías así que decidí tomar el lugar.

-No, incluso un puñetazo normal de Hak podría matar a una persona normal. No hubiera muerto de la droga, sino porque estaba siendo apaleado hasta la muerte.- resopló el mayor con una ligera risa.

-Si es una droga fuerte, los síntomas pueden llegar después.- avisó Yoon, reprendiéndolo.

-No pasa nada, estoy acostumbrado a tomar drogas.- aseguró el convaleciente. Algunos de sus amigos (Hak, Kija, Yoon) le lanzaron miradas furtivas.- Oh, eh, no. Mentí.- soltó este al ver que lo miraban tan mal.

-... Eres peligroso, Jae-ha.

-¿Qué?

-¡Peligroso, peligroso!- canturreó Zeno, riendo.

-Probablemente sería mejor si no lo dejamos salir.- comentó Kija en alto, pensativo.

-¿Qué...?

-Necesitamos disciplinarte para que no hgas nada estúpido de nuevo.- apoyó Hak.

-¿Q-qué...?

-¿Deberíamos atarlo?- preguntó Yoon al resto.

-¡¿E-eh...~?!

-Desde ahora, hay que mantenerlo dormido y quieto.

-¿Debería mandarlo a dormir de nuevo.

-También tenemos anestesia.

-U-un momento, con mi fuerza actual yo no... podría resistirme...- pensó Jae-ha para sí, nervioso.

Mio retrocedió un paso, con sus manos suavemente puestas en los hombros de Yona y haciéndola apartarse ligeramente, con los ojos cerrados. Un grito se oyó en la habitación.

---⛩️---

-La noche pasada, Jae-ha cayó inconsciente por aquí.- comentó Kija, liderando el grupo. Todos menos Shin-Ah y el propio Jae-ha, a quien el peliazul se había quedado vigilando, se encontraban inspeccionando los alrededores. Yona miraba alrededor, entre pensativa y silenciosa. Yoon la miró de reojo.

-¿Qué ocurre, Yona?

-Algo... Siento como si alguien nos estuviese mirando...- explicó, con la mirada en la lejanía.- Uhm... Me pregunto si es sólo mi imaginación...

-¡Señorita! Zeno cree que ve algo por allí.- avisó el rubio, con su mano cubriendo sus ojos del sol. La pelirroja se acercaba a él, pero notó la mano de Mio en su hombro.

-No sólo es tu imaginación.- aseguró, mirando seria alrededor.- Permanece alerta.

Yona asintió, acercándose a Zeno y viendo a dónde señalaba. Todos se quedaron algo atónitos al ver el cadáver de un hombre flotar río abajo.

-¿Está muerto...?- preguntó la pelirroja, nerviosa.- ¿Qué le ha ocurrido...?

-Probablemente se resbaló y se cayó al río por la lluvia de ayer.- comentó un aldeano, mirando el cadáver como si no fuese algo nuevo.- Apartáos, tengo que sacarlo.

El grupo se hizo a un lado, silencioso. Cuando el hombre tumbó el cuerpo en una estera, Mio lo ayudó a cubrirlo con una tela.

-Ese hombre... Sus uñas estaban amarillentas y descoloridas y sus dientes estaban cayéndose...- comentó Yoon, algo pensativo y preocupado.- Me pregunto si ahogarse provoca eso...

-La gente que vive aquí es muy extraña.- soltó Hak, mirando a otro lado.- A pesar de que alguien ha muerto, nadie parece sorprendido. Ni una sola de estas personas ha pestañeado.

De repente, escucharon un grito bajo. Al girarse, vieron a un hombre algo anciano, mal vestido, con el pelo lacio y pegado a su cabeza. Estaba agachado y gritando, tratando de separarse de algo que los demás no veían.

-¿Qué ocurre? ¡Tranquilícese!- exclamó Kija, corriendo el primero hacia él con el resto a sus espaldas, intentando agarrar al hombre.

-¡Atrás! ¡Atrás! ¡Aléjate!- verreó el hombre. Mio alzó la mano y agarró a Kija del cuello de la ropa, separándolo justo cuando el hombre movió sus brazos y le lanzó algunos golpes al aire.

-Deja de asustarlos, Serpiente Albina.- pinchó Hak, detrás.

-¡Cállate!- reprendió el mayor.

-No nos está viendo.- avisó Mio, observando fijamente al hombre ante ellos.- Esta persona no está cuerda.- aseguró, viendo al hombre volver a gritar y agarrarse del poco pelo que le quedaba, tirando de este y agachándose de nuevo en el suelo.

-Probablemente... es lo mismo que le pasó a Jae-ha ayer.- comentó Yoon, apretando los labios.

-Esta persona también... Esta ciudad... ¿Qué está pasando aquí...?- preguntó Yona, con un hilo de voz.

-Vosotros...- oyeron una voz, al girarse viendo a un aldeano. A diferencia del que tenían delante, parecía sano y cuerdo.- ¿Sois viajeros?- inquirió, mirándolos.

-Sí...- asintió Yona, girándose hacia él.

-Entonces no deberíais quedaros en esta ciudad por mucho tiempo.- avisó el hombre, relajado.- Deberíais iros cuanto antes.

-Señor... ¿Qué ha ocurrido aquí?- preguntó Yoon, cauteloso.

-¿No habéis visto al hombre de antes?- inquirió el contrario.- Ese hombre era un adicto. Las personas y los cadáveres rotos y destrozados por esta droga... No es nada extraño ni raro de ver.

-Habíamos oído que la seguridad no era la mejor aquí, pero... no creímos que los problemas con la droga fueran tan malos.- suspiró el chico genio.

-Pues este es uno de los mejores lugares.- aseguró el aldeano.- Hay muchas ciudades en las áreas costeras por toda la tribu.

-¿Qué? ¿Peor que aquí...?

-¿Por qué las zonas costeras...?- preguntó Yona, preocupada.

-Es por que ellos están en la costa. El Imperio Kai... O bueno, los mercaderes del sur del Imperio Kai... han estado metiendo en la Tribu del Agua una droga conocida como Nadai.

-¡¿El sur de Kai?!

-Nadai... Nunca había escuchado al respecto de ella...- susurró Yoon, preocupado.

-No es una droga que circule por el Reino de Kouka. Por eso nadie sabía la adicción que acabaría desarrollando.- explicó el hombre.- Justo después de tomarla, sientes un inmenso placer y dejas de sentir cualquier dolor, pero... Poco a poco, empiezas a ver alucinaciones, sentir tal dolor en tu cuerpo que pareciera que se está partiendo a la mitad, y eventualmente enloqueces.

-¿Hay algún antídoto? Uno de nuestros amigos fue afectado por la droga.- preguntó Yoon.

-¿Cómo? La única solución es hacerle vomitar rápidamente o empezará a pasar por una intensa retahíla de síntomas.- replicó el anciano, asustando a Hak.

-¿Debería haberle golpeado aún más fuerte...?- se preguntó, nervioso y pálido.

-Si una persona cae en el Nadai aunque sea una vez, no importa cuándo, intentará obtenerla a cualquier precio o coste; harán lo que sea para poner las manos encima de esta.- aseguró el hombre, los rostros del grupo colorido mutando y enseriándose.- Los mercaderes del sur de Kai están usando a estas personas como ratas para expandir el Nadai alrededor. Una vez que te das cuenta de todo esto, ves a cuánta gente de Shisen ya han pasado por el punto de no retorno.

-Parece que tú no consumes nada de Nadai, pero, ¿no te marcharás de aquí?- inquirió Yoon, pensativo.

-Llevo trabajando aquí desde que nací. No importa lo duas que sean las cosas, este siempre será mi hogar. No puedo dejarlo todo atrás tan fácilmente.- suspiró el hombre, sonriendo con cierta nostalgia.- Además, esos bastardos del sur de Kai están expandiendo sus dominios. El mercado aquí ya está hecho un desastre irreparable.

-No puedo creerme que la Tribu del Agua, conocidos por ser hermosos y pacíficos... estén cayendo bajo las manos de este tipo de enfermedad.- admitió Kija, preocupado.

-Creo que deberíamos investigar más a fondo...- comentó Yona.

Justo entonces, Mio sintió una mano agarrarla del hombro. Se giró rápidamente y agarró el brazo, torciéndolo, aunque sorprendiéndose al ver de quién se trataba.

-¡Jae-ha!- exclamó Yona, acercándose, mientras Mio soltaba el brazo del peliverde.- Y Shin-Ah.- agregó, al ver al peliazul arrastrado por el suelo, abrazándose a las piernas del mayor.

-Ha sido un pilla pilla muy intenso...- comentó Jae-ha, entre dientes.- Ha sido una batalla para ver si ganarían mis piernas o sus ojos...

-Lo siento, Yona... No pude pararlo...- se lamentó el enmascarado con voz suave.

-No deberías estar moviéndote por ahí.- comentó Mio, mirando al de ojos violetas.

-Vosotros también, ¿por qué tenéis que andar metiendo las narices en los asuntos de esta ciudad?- inquirió él, algo impotente y molesto.- ¿Por qué no podéis dejar de perseguir los problemas para poneros en peligro? La oscuridad de este lugar es incluso peor que la de Awa.- agregó, con la voz algo más baja, apretando los dientes.- Tenemos que dejar esta ciudad inmediatamente. Si nos entrometemos demasiado en este lugar, no saldremos vivos.- avisó, mirando a Mio y apretando los labios.

La inmortal, sin embargo, sólo suspiró y apartó un poco su mirada hacia Yona, dirigiendo su atención allí. Jae-ha también, viendo a a tiempo a la pelirroja negar con la cabeza suavemente. El peliverde apretó los dientes y los puños, furioso.

-¡Escúchame!- gritó, alarmando un poco y sorprendiendo al resto de compañeros. Todos se enseriaron y pusieron atención.

-Incluso si esquivamos este peligro ahora...- habló Yona, calmada, pero resolutiva.- esto eventualmente se convertirá en una amenaza para el resto del país. No es sólo Shisen. Todas las ciudades costeras de Kouka... incluso donde está la Capitana Gi-Gan, Awa, podrían enfrentar este peligro. Y no puedo darles la espalda. Solamente estoy viajando porque quiero luchar para acabar con el sufrimiento de la gente. Y además, no puedo perdonar al Nadai, porque te hizo daño.- explicó, resolutiva y directa, dejando totalmente sin palabras al mayor.

Este suspiró, cerrando los ojos y poniendo una mano en la cadera.

-Qué injusto... la forma en que dices todo eso.- comentó, sin mirarla.- Lo entiendo.- aceptó, tranquilo de nuevo.

-Eso fue algo raro.- le comentó Hak a Jae-ha rato después, mientras todos caminaban por la ciudad.- Que alzases tu voz así. Como aquella otra vez.

-Sí... Fue un error.- admitió este, cerrando los ojos.- Pensar que... ahora hasta la que parecía tan fuerte puede ser débil...- comentó en bajo, alzando la mirada y poniéndola en la espalda de Mio, que observaba la naranja que Yona había tomado de un puesto y le acercaba a la cara. La inmortal tomó la fruta y dejó un par de monedas en la mesa, empezando a pelar la fruta, relajada.- Cuando está involucrada... hago cosas que no son para nada como yo. Y... creo que es algo bastante problemático.- añadió en bajo, siendo observado por el moreno.

-Bueno, desde ayer, he visto un montón de lados inusuales de tí que ya no me sorprendo, ya no me debe quedar ninguno sin conocer.

-Eres tan malo, Hak...- suspiró el peliverde, bajando la cabeza.

Mio dejó de pelar su naranja y giró la cabeza, observando fijamente hacia un lugar.

-¿Ocurre algo, Mio?- inquirió Kija, mirándola.

La mayor se quedó unos segundos callada, negando silenciosa.

-No.- negó, pero habiendo visto a una joven de largo cabello negro esconderse tras una pared.

---⛩️---

-Bienvenida de vuelta, Señorita Lili.

-¿Cómo ha estado en Shisen?

-¿Señorita Lili?- inquirió de nuevo la rubia, viendo a la joven sentarse.

-Ha sido un paseo por el bosque, obviamente. Los adictos que deambulaban por ahí no me han asustado ni un pelo.

-Oh, vaya, sus ojos están llorosos.

-Pobrecita.- añadió la compañera morena.

-¡Calláos! ¡Es sudor!- negó la más joven, la recién llegada, aún algo temblorosa.- Todavía puedo obtener resultados sin vuestra ayuda, Ayura, Tetora.

-¡Como se esperaba de la Señorita Lili!- exclamó la rubia, Tetora, riendo suavemente.

-He visto un grupo sospechoso de ocho personas. El hombre de pelo verde estaba llevando ropa del Imperio Kai. Deben ser contrabandistas del Sur de Kai.

-Oh, Dioses. ¿Deberíamos informar de esto al General Joon-Gi?- inquirió Tetora, juntando algo sus manos.

-No puedo confiar en mi padre. Yo misma investigaré a esos sospechosos.

---⛩️---

3371 palabras.

Yujuuuuuuu arco del Nadaiiiiii

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro