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9


La llamada de Evans me fue inesperada. Luego de llamarle tan tarde pensé que dormía pero aún así me llamó. No me lo esperé realmente, una llamada suya a las tres de la mañana. Tardé unos minutos en volverme a dormir luego de eso, no dejaba de sonreír recordando su voz.

Me estoy volviendo tonta.

A la mañana siguiente desperté y luego de alistarme bajé al comedor donde justo un minuto después siento un beso detrás de mi cabeza.

—Abuela ¿cuándo llegaste?—la miro sonriente.

—Hace unas dos horas más o menos—toca mis hombros frotando suave—Mi Stella querida, te veo contenta.

—Sky abuela, que me digas Sky...y si, me siento animada.

—Que bueno escuchar eso—dice sentándose a mi lado. No la veo comer nada y le ofresco una tostada—Ya desayuné mi niña.

—Oye abuela ¿te puedo preguntar algo?—ella asienta tocando mi pelo—Cuando conociste al abuelo ¿qué sentistes?... aquí—pongo la mano en mi pecho donde mi corazón late.

Ella ríe y luego piensa.

—Fue hace tantonoto nostalgia en su mirada y la sonrisa aún así no cae-Muy nerviosa y tímida. Era muy introvertida también así que fue muy vergonzoso estar a su lado. Mi corazón latía rápido y tanto que si lo hiciera así hoy puede que me infarte.

—¡Ay abuela!—digo asustada con eso último y se ríe de mí.

Intrigada me preguntó la razón de mi curiosidad. No quería contarle, me apenaba hacerlo así que me doy cuenta de la hora y me apresuro.

Voy al garage y veo mi auto pero niego con la cabeza y seguí hasta mi bici. Salí en ella y unos 20 minutos después llegué a la universidad. Algunos me miraban y otros no. Respiré hondo y me estacioné con las demás bicis.

Con mi mochila colgada de un hombro y sujetándola fuerte caminé por los pasillos. Me sentía sola y desarmada pero no bajé la cabeza.
Pasé por el parque donde habían muchos estudiantes sentados y esparcidos. Noté a Nina y Ty junto a un árbol, conversando y sus caras estaban serias.

—Si vas a coquetearle sonríe al menos—pensé en voz alta mirandoles y Ty fue el primero en mirarme, luego Nina se dió cuenta. Tragué forzadamente y apreté mis labios.

Por lo visto no van a hablarme–miré al suelo un segundo y volví a ellos. Simplemente puse mis pies en acción de caminar siguiendo mi trayecto.

Llegué al salón y ví a Mel sentada con sus amigas. Seguí de largo hasta mi puesto. Me sentía inquieta en mi silla y la razón era porque escuchaba murmuros y la mirada estaban sobre mi. ¿Cuánto tiempo va a durar esto? Se vuelve molesto, no puedo seguir así todo el resto de mi vida.

Me puse en pie de golpe y pase mi vista por todos.

—¿Qué pasa? ¿Tienen algún maldito problema?

Mel fue la primera en reaccionar riéndose y llamo mi atención.

—¿Y nos preguntas a nosotros? Ja, aquí eres la que tiene el problema.

Me encamine hasta pararme frente a ella y poniendo mis manos en la mesa me inclino acercando mi rostro al suyo.

—Puedo partirte la cara todavía...no me provoques.

—No gracias Sky. No quiero ser responsable si terminas muerta por mi causa.

Quedo en shock mirándola y está se ríe. Me alejo y miro a la chica sentada a su lado golpearla con su codo discimuladamente.

—Vete Sky. No desperdicies tu tiempo discutiendo conmigo.

Aprieto el puño y aprieto mis labios. Baje la cabeza por un segundo sintiéndome humillada y triste.

Mi tiempo...mi tiempo.

Estar enferma no es un delito, no te escondas–recorde a Evans y me di cuenta de algo–Si tienes que patear un trasero, tienes mi permiso.

¿Saben qué? No me pienso contener.

El mismo puño lo impacto contra su mejilla. Si, lo hice como en las pelis de acción y debo decir que me dolió pero se sintió bien al verle poner su mano sorprendida y dolida. Me mira furiosa y viene sobre mí directo a tomar mi pelo y jalar.

—¡No te soporto Sky!

Ella no me suelta y no sé cómo hacer que...Ah, ya sé. Tomo su blusa justo en su pecho y tiro de fuerte a cada lado terminando por rasgarlo. Inmediatamente me suelta y cierra su ropa para no quedar expuesta ante todos.

—Tampoco te soporto. Fastidiosa—gruñí y parecía que le escupiría fuego.

—No es mi culpa que estés frustrada.

—El tiempo que tenga lo empleo de la forma que me salga de mi...

—¡Sky!—alguien hace que cierre la boca y miro parado en la puerta al profesor de la materia que íbamos a dar.

—Profesor mire lo que me hizo Sky—dice haciéndose la víctima.

—Sky te quiero en la dirección y tú igual Mel.

***

En la dirección. Estoy sentada de brazos cruzados muy enojada y a mi lado está Mel con la misma posición y cara. El director nos mira a ambas con sus manos sobre el escritorio y hace sonar sus dedos contra la madera en espera de que alguna hable.

—¿Y bien? ¿Ahora no van a decir nada?

—Sky me ha golpeado, mire como me ha dejado la mejilla—suelta alzando su un poco más que el hombre que tenemos enfrente.

—Por perra y sabes que tú me provocaste—la miro enojada señalándola.

—¿Qué? Tú me provocaste a mi cuando me amenazaste.—se inclina hacia mí y hago lo mismo y así nos intimidamos con las miradas.

—¡Basta las dos!—el director nos calla-Sky ya te conozco.

—Ella me ofendió—mis ojos se humedecen pero trato de ser fuerte y no dejar que caiga ni una lágrima—¡Todos lo hacen con su mirada!

—Mel. Entiende la situación de Sky...

—Alguien como ella debería ser calmada—me mira de reojo—Si realmente estuviera enferma de muert...

—¡Mel!—golpea el director su escritorio asustándonos—¡Pídele disculpas a Sky!

¿Qué?–noto que está indignado con Mel.

—¿Qué yo diga qué?

—Déjelo. No lo necesito. Ya estoy bien.-miro a un lado.

—¡¿Qué esperas Mel?!—el director se altera aún más.

—¡Dije que no!—me pongo en pie.

—Mañana traes a tus padres—se dirige a mi con una expresión seria.

—No están en el país—me encojo de hombros.

—Alguien más—ordena.

—No hay nadie.

Definitivamente no metería a mi abuela en esto.

Él abre su laptop y le veo andar en ella y luego no hace nada, solo esperar.

—Oh ¿Es el director del la universidad de Sky?—escucho provenir de la laptop.

Esa voz–abro los ojos reconociéndole.

—Disculpe que le llame y sé que me dijo que sólo le importaba su salud...pero...—voltea la laptop y veo a Evans en la pantalla vestido con su bata blanca de doctor, tan guapo que mi corazón se acelera—...esta chica acaba de pelear otra vez. Pienso que eso puede afectar a su salud.

—Sky—su voz baja y ronca regañar me eriza, él arquea una ceja y se cruza de brazos como si no le sorprendiera.

—No fui yo quien empezó—me siento apenada de repente.

—¿Tú eres la misma chica con la que peleó aquella otra vez?—no miro la cara de Mel porque mi rostro punta al lado opuesto por evitar Evans—¿Por qué han discutido está vez?—no la escucho hablar y entonces la miro.

El rostro de Mel está avergonzado, sonrojada y sus hombros encogidos. Nunca la ví así me asombra un poco.

—Soy el doctor personal de Sky. Así que como tal te pediré algo...no le vuelva a tocar ni un cabello de su cabeza.—abro mis ojos sorprendida de oír eso y le veo claramente enfocado en Mel—Sky es mi paciente y tengo una responsabilidad con respecto a ella. Si vuelve a estar herida por tu causa...

—Evans—él se calla cuando digo su nombre—No volverá a pasar, lo prometo.

Miro al director y asiento confirmándose que esta promesa también se la hago a él. Miro los ojos de Evans hasta que el director voltea la pantalla hacia él y continua hablándole. Miro a Mel a mi lado y ella también lo hace. Chasquea su lengua y revira sus ojos evitándome.

***

Ha llegado la hora de almuerzo y todos están por los pasillos. Voy caminando y me topo con Nina y Ty en una esquina.

Nos miramos y bajo mi cabeza. Al ellos no decir nada yo no sé qué decir tampoco así que pasó por su lado encogida de hombros.

—No dirás nada, ¿en serio?—Nina ha hablado y me detengo sin voltearme a verles.

—Sky...¿por cuánto tiempo lo estuviste ocultando?—la pregunta de Ty me hace estremecer y entristecerme, me cruzo de brazos abrazándome.

—Perdí la cuenta. Tenía seis años cuando me dijeron que estaba enferma.

—¿Hace tanto? ¿Por qué no nos contaste?

Me volteo lentamente y miro sus rostros. Mi corazón se oprime dentro de mi y provoca que mis lágrimas se formen rápidamente...

—Porque no quería que me mirarán como lo hacen justo ahora—respondo y ellos se miran entre sí—Si no les dije es porque no quiero que me traten como una niña enferma. No quería estar con ustedes y que al hacer algo me detuvieran porque no puedo-mis lágrimas caen y las seco, cada una.

—¿Es cierto que puedes morir por eso?—pregunta Nina y bajo la cabeza luego de asentar con la misma.

—No me tíden de mentirosa, solo quería callarlo. No me digan mala amiga por querer ser como ustedes y pasar cada momento, ya sea peleando, riendo o llorando...quiero estar ahí. No me odien.

Mis lágrimas caen al suelo y comienzo a sollosar como niña. Cierro mis ojos y seco mis lágrimas. Justo entonces me sentí siendo abrazada. Abro mis ojos y los ví, sus cabezas en mis hombros, sus brazos me rodearon escuché a Nina llorando y dice entre solloso:

—Idiota...no creas que por estar enferma te vamos a ver diferente.

—Sky... Nina y yo estaremos ahí para seguir caminando a tu lado.

—¿Por qué?

—Porque somos mejores amigos-dicen al unisono y aunque no vea sus rostros se que están sonriendo y yo estoy conmovida de hacer escuchado eso.

Al separarnos Ty puso su mano en mi cabeza y me despeinó mientras que Nina tomó mis cachetes y los apretó. Sonrió mirando a los dos pedazos de tontos que me hacen feliz. Luego de esto fuimos juntos a almorzar.

Estoy en medio de clases cuando siento el celular vibrando en mi mochila. Yo tomo a escondidas y veo una llamada.

—¡Evans!—digo en voz alta y me doy cuenta que todos me miraron incluyendo la profesora. Sonrió apenada y me disculpo.

Como si mi vida dependiera de ello busco mis audífonos y coloco uno en mi oreja. Al ser inalámbrico pues nadie lo nota gracias a mi pelo que lo esconde.

—¿Si?—susurro.

—Sky cuando termines la universidad ven al hospital.

—¿Y eso por qué?—pregunto confundida.

—¿Por qué hablas así?—miro a mi alrededor a todos centrados.

Si le digo que estoy en medio de clases es probable que me term.ine la llamada...¿qué digo?...

—Emm... estoy en el baño.

Creo que tenía que haberlo pensado mejor.

—¿Y hablas en el baño?

—Bueno...¿quién no está con el celular en el baño hoy en día?

—Como sea. No olvides venir.

—¿Pero por qué?

—Ya te voy conociendo. Necesito esos exámenes mañana y me es mejor tenerte vigilada.

—¿En el hospital? ¿Vigilada?—me río de forma clandestina. Ty a mi lado me mira y sonrió avergonzada—Me acordé de algo—le digo para discimular.

—Sé que te crees "misión imposible" pero está vez no vas a huir. Los de seguridad estarán atentos a las cámaras por si intentas algo.

—Vaya me la has puesto difícil en ese caso—me ha dejado sorprendida.

—Bueno voy a colgar, tengo trabajo que hacer.

—Nos vemos.—me despido susurrando y sonriente.

Uyyy voy a ver a mi doctorcito–doy pataditas silenciosas bajo la mesa contra el suelo de la emoción.

***

Terminaron las clases y junto a mis mejores amigos salimos a la entrada de la universidad. Nina me convencía de ir a su casa para terminar el trabajo que debíamos entregar la próxima semana. Les respondí la verdad, dije que no podría ir hoy porque debía estar en el hospital. Me sentí bien de no ocultarles y evitar el inventar una excusa. En sus rostros se reflejan el hecho de que aún no lo asimilan.

—¿Necesitas algo? ¿Quieres qué hagamos algo?—sonreí ante el rostro apenado de Nina y los hombros encogidos de Ty.

—Tranquilos solo sigan siendo los mismos.

Monte en mi bici y me despedí de ellos para luego fijar mi rumbo a donde por primera vez en mi vida me sentía emocionada de ir. Raro ¿verdad?

Voy sonriendo y pensando en que decir cuando le vea y cuando le vea que hago. Nunca me había sentido así antes, tan desesperada, animada o nerviosa de ver a un chico.

El tiempo pasa rápido y cuando me doy cuenta ya he llegado al hospital, dejo la bici segura en el estacionamiento y con mi mochila a cuesta entro por la puerta principal. Estoy tarareando mientras camino mirando al frente y algo choca conmigo y siento mi brazo mojarse por algo caliente. Me asusto y mi reacción es pasar mi mano quitando ese líquido marrón oscuro antes de quemarme aún más.

—Ay perdona no te ví—miro a mi lado una mujer rubia con su cabello trenzado a un lado y por su bata blanca obvio es una doctora.

—¿Eres tonta o qué?—le alzó la voz a causa de mi enojo—Cuando tienes algo caliente en las manos debes tener cuidado de no derramarlo...como por ejemplo ¡encima de mi!

—Te he pedido perdón—dice muy tranquila pero preocupada.

—¿Y si me deja marca?

Mi piel es sencible, muy blanca y de cualquier cosa la irrita. Luzco horrenda cada vez que me pasa.

—Oye no tienes porque ser tan grosera conmigo.

—No soporto a la gente despistada...

Y eso que soy una...pero no dejo que nadie me supere.

—No soy despistada solo miraba a otro lado—noto que tiene unos papeles en sus manos que al parecer leía.

—Tu madre no te enseño a caminar y te dijo que se mira al frente y debajo para saber por dónde pisas.

—Oye te estás pasando...

—¡Sky!—reconozco la voz de Verónica.

—Grosera—musita la rubia y se va.

—Oye chiquita ¿qué pasó?—dice Verónica al llegar a mi lado.

Indignada le cuento lo que pasó y ella llama a los de limpieza por el café derramado en el suelo. Fue curiosa en preguntarme que hacía en el hospital y eso es otra cosa que también le cuento con detalles.

—No sabía nada—dice confundida.

—No imaginas la emoción con la que venía—sonrío ampliamente y capta mi directa.

—Sky, ¿no me digas que te gusta el doctor Evans?

—¿Gustar? Mmm—pienso recordando su rostros, su sonrisa, su forma de ser tan sereno y...—Si, creo que me gusta.

—Pero acabas de conocerle.

—No importa. No dejo de pensar en él—suspiro—Por cierto ¿dónde está?

—Ocupado.

—¿Pero dónde?—insisto.

—Resulta que se acercan unos exámenes finales para los estudiantes y todos ellos pidieron una última clase para repasar todo. Reclamaron al doctor Evans para eso.

—O sea que ...

—Esta en una conferencia con los estudiantes de último año.

—¿Evans como profesor?...¡tengo que ver eso!—camino rápidamente alejándome de ella.

—Sky, no puedes ir.

Verónica camina detrás de mí y tengo que apresurar mi paso aun más antes que me detenga tomándome del brazo.

Este hospital es inmenso y está dividido en tres secciones.
El ala A, es donde se atienden a los menores de edad, o sea, pediatría. El ala B es donde atienden al resto de los paciente (mayores de edad) y donde estoy ahora y por último está el ala C es la parte donde están los estudiantes, es como una universidad de prestigio y escuché que no todos son aceptados. Allí es a dónde me diríjo huyéndole a Verónica.

—Creo que la perdí de vista—digo agitada recostada a una pared.

¿Cómo es que conozco este hospital tan bien? Pues llegó un día en el que mis travesuras comenzaron y escaparme se hacía normal. Pasé meses encerrada mientras me examinaban y solo había una niña con quién compartía mi cuarto, algo divertido tenía que hacer.

Camino mirando encima de las puertas y leo...

—Salón A-11. Salón B-2...¿que rayos significa eso?-arqueo una ceja confundida.—A la mierda no pienso pasar trabajo.

Abro una puerta a la azar y entro tan solo mi cabeza. Trago en seco al ver a todos los estudiantes centrados y me miran como si fuera el centro del universo.

—Ejem—escucho un hombro sonar su garganta, le miro sonriente y apenada.

—Perdone—¿por qué mi voz suena tan fina?—busco el salón de conferencia donde está el doctor Evans...

—Dobla a tu derecha y es la puerta que verás al final—dice cruzándose de brazos algo molesto.

—Gracias—salgo lentamente y cierro la puerta, respiro relajada—Joder que tensión se siente allá dentro—paso las manos por mis brazos quitando el escalofrío—Los pobres ya tienen el aspecto de un zombie.

Continuo caminando hasta doblar a mi derecha y a lo lejos veo una puerta ancha y encima está escrito "Salón de Conferencias". Me encuentro parada enfrente algo nerviosa y dudosa de abrir.

—Lo hago, no lo hago...lo hago, no lo hago...En fin...¡Por la patriaaa!—susurro abriendo lentamente y evitó hacer el mínimo sonido.

Abro mis ojos como platos al notar el inmenso lugar. Entro agachada y no tengo palabras para describirlo. Un cine, es como un cine...la diferencia es que todo es blanco pero es igual porque los asientos son como escaleras que descienden y hay una pantalla enorme–como la de un cine– hay una plataforma, la cual se ve a la perfección desde cualquier punto del lugar.

Allí está él–sonrío mordiendo mi labio al verle tan guapo y centrado.

Me acerco a la última fila de sillas y me brazo al sentir el frío del lugar. Todos los estudiantes ocupan los puestos de la mitad hacia abajo, más cerca de Evans.

Él está hablando mientras muestra una fotos de no sé que rayos o partes del cuerpo son esas, ¿nervios talvez?

Le miro tan enfocado en explicar a los demás que tienen toda su atención en él. Pongo mis brazos cruzados en la silla de enfrente y recuerdo mi cabeza hipnotizada.

—Es perfecto—suspiro sonriendo.

Nunca he visto un hombre así. Que fuera guapo y tan inteligente. Se le da muy bien de profesor, luce tan sensual.

—Evans—susurro tapando mi boca con mi brazo en la misma posición—Me estoy volviendo loca por ti.

Han pasado unos minutos y he comenzado a bostezar con frecuencia sin poder evitarlo. El frío, la larga conferencia y el no entender una parábola me da sueño. Pienso que ni Evans puede hacerme quedar despierta o atenta a una clase entera.

—Dios no entiendo ni una palabra y eso que es el mismo idioma.

Mis párpados empiezan a cerrarse sin poder controlarlo y simplemente los cierro cuando me canso de luchar contra ellos.

Sentía a alguien detrás de mí y abrí mis ojos, era Evans. Toca mi cabeza y desciende a un lado y mi pelo se cuela por sus dedos. Su mano termina bajo mi barbilla y recuesta mi cabeza mientas se acerca. Aparta mi pelo lentamente y cierro mis ojos, me dejo llevar por las caricias de sus dedos. Sentí un como aire caliente en mi cuello seguido a eso fueron sus labios, un beso suave provocando que sintiera algo entre mis piernas. Sus labios tardaron en despegarse de mi piel y me frustré por eso, no quería que lo hiciera.

—Evans—al decir su nombre mi cuello se sintió frío y me sentí sola. Abro mis ojos y lo veo frente a mi de brazos cruzados. Me asusto y tocó mi cuello dándome cuenta que fue un sueño.

Un sueño, joder.

—¿Por qué me llamas dormida? ¿Qué soñabas?

—Nada—paso la mano por mi boca apenada de estar babeando y me pongo en pie.

—¿Nada? No creo—dice sereno arqueando una ceja.

—Estabamos haciendo algo normal... tomando helado.

—¿Helado?—dice serio e incrédulo y luego respira profundo—Bueno, de todas maneras no me interesa. ¿Qué haces aquí?

—Supe que estabas dando clases y me dió curiosidad.

—Y supongo que curiosidad es tu segundo apellido.

—Ja, ja, ja—río apenada—Algo así.

Se abre la puerta y entra una mujer. Es rubia, alta, con su bata blanca y me doy cuenta que está mirando a Evans. Observándola bien se parece la del café...¡Oh, pero si es ella misma!

—Tú—algo irritada de tenerla cerca.

—¿Tú, otra vez?—tan sorpredida como yo.

—¿Se conocen?—Evans pregunta desconcertado.

—De hecho ella tiró su café sobre mi—me cruzo de brazos mirándola.

—Te pedí disculpas y tú respuesta fue grosera.

Siento un escalofrío y miro a Evans, veo su ceja arqueada temblar ligeramente aún con sus brazos cruzados. ¿Está enojado por qué me conoce? Pero nunca lo hago porque si, siempre hay alguien que me hace ser de esa manera.

—Ella fue la que...

—No me importa quién empezo Sky. No empieces con las excusas.—dice luego relajando las fracciones de su rostro.

—¿Cuándo va a llegar ella? Dijíste que la llamaste.

Él hace un gesto con su cabeza mirándola y de esta forma señalándome.

—¿Es ella?—dice la mujer confundida. Su mirada me examina de pies a cabeza-¿Eres Stella?

—¡Que me digan Sky!—alzo la voz un poco y el dedo de Evans me golpea en la frente, pongo mi mano sobandome—Auch.

—Ten más respeto.

—¿Por qué? ¿Quién es ella?—estoy totalmente confundida.

—Ella es la doctora Kathya y será la otra doctora que trabajará junto a mi y el doctor Patrick.

—Ah—como una niña que entendió algo, esa fue mi reacción pero tengo una duda—¿Por qué tantos?—la miro de abajo a arriba discimuladamente.

—Ella conoce mis métodos y mi forma de trabajo. Es mi mejor compañera, el doctor Patrick fue recomendado y tambien viene siendo en todo caso como mi suplente en caso de yo no poder estar a tu lado.

—Así que tú eres Stella.—la miro fijo y ella sonrie-Vale, Sky. Encantada de conocerte, empecemos de cero ¿si?—miro su mano extendida dudosa de tomarla.

—Muestra respeto Sky. Ella no solo es mayor que tú y quién te atenderá sino que yo tampoco te dejaré hacerlo.

—¿Por qué? Por ser tú compañerita de trabajo.

—No...porque ella es mi prometida.

¿Prometida?–miro su mano extendida y está el anillo en su dedo anular.

—¿Ustedes, son pareja? ¿Se van a casar?—digo mostrando lo afectada que esto me deja.

Evans mira mis ojos y asienta poniendo sus manos en los bolsillos

—Si Sky. Nos vamos a casar.

********************

Tan tan taaaaan

Ay mi madre y mi padre.

Ahora sí se prendió esto...pobre Sky, justo cuando se daba cuenta que le gustaba el doctor Evans, Pumm, viene Kathya.

Ja... pero Sky no se queda de brazos cruzados ...¿quieres saber que hará?

Besos

Shira

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