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4

Es temprano, como siempre acostumbro a levantarme. Parado frente al espejo termino de abotonar mi camisa y escucho mi celular sonar. Camino hasta la mesita de noche y miró el nombre en la pantalla. Me lo pienso para contestar o no, aunque pienso que al final que más da, le tomo y contesto.

-Ho...

-¡Evans!-la escucho entusiasmada y ni siquiera me dejó hablar.

-Hola, ¿cómo estás?-digo educadamente porque la verdad no es que este encantado de hablar con ella.

-Todos bien. Te tengo una sorpresa.

-Sorprendeme-espero no note que para nada me tiene intrigado.

-Mañana tomo un vuelo e iré para allá.

-Que bien. ¿A qué hora será?

-En la mañana. ¿Puedes ir por mi al aeropuerto?

-No tuviera problema en ir pero tengo que esperar a la paciente por la que estoy acá.

-Vale entiendo. Bueno, no pasa nada supongo que tomaré un taxis y ya está.

-Llámame cuanto estés de camino para ir por ti en la entrada.

-Okey-su risa fina se escucha baja. ¿Muy feliz por verme? Siempre lo está.

-Nos vemos mañana-nos despedimos y cuelgo deteniéndome junto a una cortina, al hacerla a un lado noto una ventana. Abro en par dejando entrar el aire fresco de la mañana. Poniendo mis manos en el marco miró hacia abajo los autos y las personas transitando de un lado a otro.

El apartamento está en un cuadragésimo piso. Así que la vista es impresionante. Hay edificio igual de altos pero no muchos así que se puede ver bastante a los alrededores. Vuelvo a cerrar la ventana dejando la cortina donde la puse y me doy la vuelta para mirar sobre la encimera los papeles de anoche.

Pasé la noche leyendo el resto de los exámenes médicos y análisis, hay muchas consultas y lo peor de todo es que son muchas letras diferentes. ¿A cuántos doctores habrán visto exactamente?

Para mi comodidad me veo obligado a tomar todo este monto de papeles y resumirlo. No es que sea como un seminario pero se dice muchas veces lo mismo y tantas hojas solo me van a volver loco. Soy limpio y organizado pero cuando algo está hecho un desastre pues... simplemente no puedo continuar.

-¿Dónde he puesto ese papel?-pienso en voz alta sin mirar a algo en específico. Ya lo recuerdo y voy por el.

El padre de Sky, justo el día que le conocí en persona, me dió los datos de su hija. Fueron datos personales y entre ellos hay una dirección. Justo a donde voy ahora.

-Te encontré-tomo la hoja en mi mano y escribo la dirección en mi celular para guiarme por el GPS. Miró en el mapa, acerco y ahí está, no es para nada lejos.

-Asi que allí estudias.


Acabo el fin de semana y llegó el lunes, bendito lunes. Estoy sentada en la parte trasera del auto. Adelante van mi madre y mi padre. Ah si, voy camino a la universidad y...

-Que perezaaa-soy ruidosa sin motivo alguno y mis padres se asustan.

-¡Stella, estoy manejando!-dice mi padre enojado.

Que me digas Sky, joderrrr.

-Perdona-encogiéndome de hombros miro por la ventanilla me deslizo un poco hacia abajo hasta chocar mi rodilla con el asiento donde está mi mamá-¿Cuánto tardarán en volver?

-No es mucho lo que nos falta para terminar pero aún así puede que nos tome casi dos meses-dice mi madre mirándome por el retrovisor.

-Tú abuela llegará esta noche, así que comportate y no des problemas o cuando volvamos...ya sabes.-eso es una clara advertencia mientras se detiene en la entrada de la universidad.

Tomando la mochila a mi lado abro la puerta. Salgo y me acerco a la ventanilla de adelante me inclino para verles.

-Nos vemos en dos meses entonces- me despido y mi madre besar mi mejilla, luego yo la de ella.

Mi padre acelera y les veo alejarse.

-Por fin podré salir a divertirme luego de tres meses con ellos en casa.

-¡Sky!-alguien me llama y cuando me doy la vuelta veo una chica pelirroja lanzarse sobre mi.

-Nina-la rodeo con mis brazo respondiendo a su abrazo.

-Tus padres te trajeron...-dice con una sonrisa separándose y miró ese brillo en sus ojos-eso quiere decir...

-¡Que hay fiestaaaa!-decimos al unisono.

Eso era una señal que ya conocíamos. Normalmente suelo venir sola. Cuando mis padres me traen es porque seguirán su camino hasta el aeropuerto y siguiente a eso estar unos meses en cierto país.

-Si que extrañan las salidas de noche-dice Ty detrás de Nina y se acerca a nuestro lado. Luce la misma clase ropa de siempre. Una sudadera, pantalón negro, manos en los bolsillos, pelo despeinado y unos audífonos colgados en su cuello.

-¿A quién no le gusta?-le pregunto y el alza sus hombros "me da igual".

-Bueno...

-Que auto mas cool-miramos a nuestro lado unas chicas algo hipnotizadas. No sólo ellas sino que también ellos, a nuestro alrededor-¿Quién es? Que guapo-escucho más voces.

-¿Qué pasa?-miró a Nina y Ty, también están fijos en lo mismo.
Me doy la vuelta y...-¡Santa Cachucha!-digo en voz alta, muy alta cuando le veo caminas directo a mi.

-Que bueno que estás aquí. No sabes cuántas cosas me ahorro con eso.

-Doc, doctor E, Evans-musito, tartamudeo, me suda las manos, en fin.

-¿Qué? Viste un fantasma.

Miró el auto, es un Ford Moustang deportivo de color negro. Él viste de negro igual, unos lentes dejando ver sus cejas tupídas pereciendo enojado, una camisa remangada y un pantalón algo ajustado y su entre...ufff. Unas gafas dejando ver sus cejas tupídas pareciendo enojado y miró por último en su mano un reloj de plata.

-¿Sky?-dice quitando sus gafas y ver sus ojos azules hace que me tiemble las piernas.

-Joder-miro a un lado, creo que me estoy sonrojando y uso mi antebrazo para cubrirme-¿Qué hace él aquí?-musito bajo.

Me doy cuenta de todos los ojos puestos tanto en él como sobre mi. Somos el centro de atención.

-Sky, ¿quién es él?-dice Ty y se para a mi lado Nina se acerca más aún.

-Emm...es mi profesor... él me repasa en casa.

-¿Qué?-dice el doc ladeado la cabeza a un lado, arqueando una ceja mostrándose desentendido, le guiño un ojo para que entienda que tan solo debe asentir.

-Yo no soy tu prof...-tapo su boca y abre sus ojos mirándome directo a los ojos. Se que quitará mi mano pero antes tomo la suya y jalando de ella lo llevo dentro.

-Suéltame. ¿Cómo te atreves a tocarme?-separa nuestras manos cuando ya estamos dentro.

-¿Serás tonto o qué?-bajo mi todo casi a un susurro-¿Por qué no me pudiste llevar la corriente? Ellos no saben nada.

-No me gusta mentir y tampoco deberías hacerlo. Necesitas el mayor apoyo posible. ¿Qué harás si te sientes mal delante de ellos?

-Al menos no me ha pasado hasta ahora.

-En fin...-rueda los ojos cruzando sus brazos.

-¿Qué rayos haces aquí?-pregunto directo a lo que me interesa.

-Vine a hablar con tus superiores. Todos deben de estar al tanto para que no cometas una estupidéz y puedas hacer las cosas bien. No puedes dejar el tratamiento que te daré. También...

-Vale entendí.-le interrumpo haciéndole callar-Hay un problema.

-¿Cuál?

Miró a mi alrededor y joder con todos los ojos están sobre él. Tomo su antebrazo y le llevo a un pasillo no tan transitado de estudiantes.

-Primero que todo. No me gusta que me toquen, así que no lo hagas-sacude ropa.

-Bien, no lo haré más.-tomándolo con seriedad hablo bajo solo para nosotros-Con respecto a mi problema, nadie lo sabe...nadie sabe que estoy enferma.

-¿Por qué? ¿Te avergüenza?

-No es por eso...¿o tal vez?-admito que me lo pensé un pelín-El caso es que si todos supieran me tendrían lástima. Odiaría la forma en que me llegasen a tratar, así que mejor no hagas esto. Estoy bien así, no necesitas ir con mis superiores.

-Tus padres me dieron ese consejo. Si lo hicieron fue por algo.

-No es que me importe lo que me digan.

-¿Lo ves? Eres rebelde e irresponsable. No voy a tratar de curarte si tú no colaboras.

-¿Qué pasa si no te dejo decirles?

Miró en sus ojos reflejados la profundidad del mar y noto esbozar una pequeña pero atrevida sonrisa...vaya, me gusta más con cada jodido gesto.

-Pues, Sky. No soy alguien bajo tu merced. Tú debes obedecerme a mi. Tus padres estarían gastando millones para tirarlos a la basura.

-Soy mayor de edad puedo obedecer a quien desee y con respecto al dinero eso ni me importa.

-Claro porque no eres tú quien lo saca de su bolsillo. Escucha me niñita desordenada...

Él da un paso cerca y yo retrocedo, un paso, dos pasos y golpeó mi espalda contra la pared. Él está cerca, muy cerca de tocarme con su cuerpo.

-Vas a obedecerme. Dalo por hecho.

Nos miramos directamente a los ojos.

-¿Por qué algo me dice que conoces tu encanto y me quieres tener a tu merced?

Sonríe a medias y se separa por lo menos a dos metros.

-Te equivocas. No soy esa clase de hombres. Ahora llévame junto al director.

Me cruzo de brazos y miró a mi derecha, a lo largo del pasillo todos dirigirse a sus salones de clase hasta quedar pocos.

-Sky.-me llama cuando me quedo como hipnotizada.

Todos me recordarían a cada hora que me queda poco tiempo...vivir así no quiero...

-No quiero...no quiero que por el hecho de que voy a morir me tengan lástima luego de saberlo-eso sonó como una niña tímida y avergonzada.

Le miro cruzado de brazos.

-A mí no me das lastima.

Golpe directo al pecho.

-Se nota.-musito para mi poniendo la mano en mi pecho-Para que veas que si voy a cumplir con el tratamiento te llevaré. Solo con él.

Ja, que fácil es fingir. Camino y él se queda tras de mí.¿Por qué camina detrás de mí? Voy a su lado y él solo mira al frente callado. Es incómodo estar en silencio, al menos yo tengo que estar hablando aunque sean puras bobadas.

-Oye doc ¿tiene novia?-suelto sin saber que más decir. Aunque pensándolo bien quiero saberlo ahora.

-¿A que viene la pregunta?

-Es tan guapo, doctor, inteligente. Imagino que tiene muchas pacientes, doctoras, enfermeras que hacen fila. Alguna se le habrá acercado.

-No te interesa mi vida personal.

Ahí va. Golpe a pecho X2.

-Solo trato de ser amigable y hablar de algo.

-Se más inteligente a la hora de socializar.

Golpe al pecho X3.

-Oye doc-comienzo a cabrearme pero ni dejó que el descontrol me domine-Trato de llevarme bien contigo.

-Si obedeces mis órdenes entonces podremos ser amigos.

Siento el sonido de una locomotora en mi oído.

-¡Serás...!-

-Ya llegamos.-dice de repente-¿Es la dirección?-señala con la mirada y en la puerta hay un pequeño letrero "Dirección"

-Si-desanimada-Bueno ya cumplía, ahora iré a clases-trato de huirle.

-Nop.-toma mi muñeca-Tú entras conmigo.

-Ja, te volviste loco-claramente rechazo esa idea pero me veo frente a la puerta y él tocando. No puedo soltar mi mano y cuando me doy cuenta ya estamos dentro y el director sentado en su silla detrás de su escritorio.

El hombre de unos 50 años nos mira y Se pone en pie.

-Buenos días señor. Soy el doctor Evans-extiende su mano y es correspondido también con una sonrisa.

-Me parece haberlo visto en la tele no hace mucho.

¿Ah si? Debería mirar más las noticias... Mejor no, que aburrido.

-Si es un puto prodigio en medicina-suelto de repente.

¿Y por qué he dicho eso? Ya hablo en piloto automático.

-¿Puto?-él me mira sorprendido.

Cruzándome de brazos le miró y rápidamente le saco la lengua para volver mi vista al director.

-¿Qué se le ofrece? Doctor Evans.-nos ofrece asiento haciendo el gesto con su mano.

-Vengo ha hablar de esta especimen de alumna-lo dice aún mirándome y tomando asiento.

-¡Oye!-le clavo la mirada y mira al director ignorándome.

--Ella está enferma y sus padres me han pagado para tratarla. Necesito de la cooperación de usted y profesores para que no haga nada estúpido y siga el tratamiento.

-Oye como lo dices así, tan a la ligera.

Qué simplemente lo haya dicho así me incomoda y avergüenza mucho.

-Soy directo Sky, siempre lo soy.-sus ojos casi miran los míos antes de esquivarle.

Ya me di cuenta-cabizbaja.

-¿Enferma?-escucho decir al director.

Miró mis manos sobre mis muslos.

-Si, ella está diagnósticada con Amiloidosis. Es una enfermedad degenerativa de los órganos y que causa la muerte aproximadamente en la adultez.

-Muero lentamente, resúmelo y ya-le miró.

-¿Es cierto?-aquel frente a nosotros parece impactado y se fija en mi-Pues no pareces enferma, cuando haces las cosas que no debes.

Ahí vamos otra vez-pongo los ojos en blanco.

-Ah si....eso-cansada de escuchar lo mismo.

-Tus profesores-continúa-dan muchas quejas de tu comportamiento en clases...te quedas dormida y...

-Director-le interrumpe y este le presta atención-yo soy doctor, no su padre, ni siquiera su hermano. No me interesa nada más que solo su enfermedad. Si hay algo que ocurra respecto a eso deben llamarme de inmediato-se pone en pie y quedó embobecida mirándole desde abajo. ¿Acaba de interceder por mi?

¿Es un profesional en mandar a callar educadamente o qué?

-Está bien señor Evans-también se pone en pie y extiende su mano, el doc una vez más educado y toma esa mano-Haremos lo posible...pero ella debe poner de su parte.

-¿Y por qué me miras a mi?-me pongo en pie igual y mira a unos de los adornos sobre su escritorio.

Este chico le entrega una tarjeta... es demasiado educado y me da dolor de estómago. Al salir cerramos la puerta y nos detenemos. Él pone sus manos en sus caderas de una forma varonil y su mirada parece querer quemarme por dentro.

-¿Qué?

Él respira hondo y toca su nuca. Mis ojos se fijan en su bicep. Por debajo de esa ropa parece haber un cuerpo de los dioses.

-No es nada. Olvídalo. Llévame con la doctora de aquí.

En la universidad tenemos una enfermería y un lugar visitado por los muertos vivientes de último año.

-Dijiste que solo era el director.

-¿Solo? Nunca dije esa palabra.

-Pues no...la encuentras solito.

-Te comportas como una niña.

-Solo tengo 19 años que esperas ¿una vieja amargada?-diciendo esto él mira su reloj. ¿Me está ignorando otra vez?

-Solo dime dónde es. Estás en tiempo de clases justo ahora te traería problemas.

-¿Traer problema?-me detengo y volteo a mirarle con las manos en la cintura-Amigo, ya yo vengo siendo un problema.

Solo me mira arqueando una ceja y sus manos van adentrándose en los bolsillos de su pantalón.

-No, no lo eres.

-¿Sky?-una voz femenina y se escucha el sonido de tacones acercándose.

Evans y yo miramos a la vez de dónde proviene la voz.

Ay no...doña estirada-pienso sobando mi frente.

-¿Por qué no estas en clases jovencita?

Ñiñiñi jovencita-eso entendí.

-Secretaria Trina. Solo acompaño al doctor Evans a ver a la doctora Gisell-le señaló con la vista y creo que se me está pegando lo educado de él.

Ella lo mira y noto su mirada vacilante sobre él. También noto que se quedará sin labio inferior si muerde más duro.

-Yo lo llevaré. Tú ve a clases o te castigarán nuevamente por eso-pone sus manos en su estrecha cintura, a causa de tanta cirugía.

-Buena idea. Sky, ve a clases-dice el guapo a mi lado.

-¿Seguro que quieres ir con esta chupacabras?

-¡Sky!-chilla como una chica de mi edad.

Él va a reír pero se abstiene.

Casi le hago reír, que guapo, ayyy me encanta...pero duro de roer.

-Espera...-camina hacia mí y veo que saca una tarjeta, la misma que dió al director y la pone en un bolsillo de mi mochila-Es solo en emergencia, ¿okey?-asiento como respuesta.

Me despido y me alejo de ellos. Realmente quería estar más tiempo con él. Maldita vieja con su sueño frustrado de haber nacido como Barbie.

Camino con mi mochila colgando de un hombro y llego al salón. Miró a mis amigos, y me acerco sonriéndoles, la profesora no está. Espero no me esté buscando como la semana pasada que me escape de clases para ir al baño y me quedé dormida.

-Sky-me detengo a mirar, Melanie o Mel como todos le dicen-¿Cuando vas a dejar que tu amiga este con Ty? Si sigues entre ellos Ty no se fijará en ella nunca.

-Cállate plástica desechable-reviro los ojos y ni llego a dar el paso a causa de su bocota:

-¡Oye Nina, dile! Antes que él lo haga con Sky y te quedas fuera.

-¿Qué has dicho?-pregunto y será mejor que no diga más.

Ella está diciendo lo que Nina ha estado guardando tanto tiempo como si fuera su asunto. Me acerco y la mano de Nina sujeta la mía desde atrás.

-Sky, siéntate. No le hagas caso-dice apenada pero me doy cuenta cómo Ty me mira y Nina a él.

-Que fastiosa-me refiero a Mel.

-Todos saben que le gustas a Ty.

Abro los ojos al escuchar eso y la miró fijo. Desearía tener ese jodido láser que tiene Superman en los ojos.

-Mel-dice Ty y se le escucha enojado siento a mi amiga sujetar mi mano con mis fuerza.

Esta está humillando a mi mejor amiga delante de todo el salón.

-¡Cierra esa boca!-me voy transformando en el lobo feroz.

-Pobre Nina-dice mirandola como teniéndolo lástima-Deja de estar detrás de alguien que está para tu mejor amiga.

-Maldita zorra-me lanzó sobre ella muy, muy, muyyyy....enojada.


Sky se aleja.

¿Chupacabras? ¿De donde sacará esas palabras?-me abstengo de reír.

-Doctor, por aquí-me indica la mujer el lado opuesto al que va Sky.

Es estirada, de pelo claro y me doy cuenta de cuántas operaciones puede tener a causa de su ropa ajustada al cuerpo. Cara, senos, cintura, caderas y glúteos, por lo visto piensa que así puede llegar a ser la mujer perfecta. Aunque no lo creo asi. Lo natural de una mujer es lo que la hace perfecta a su modo. Ser como todas es para mí pensar que todas son sacadas de la misma fábrica. No tienen nada de único o especial.

-Entonces, ¿qué es usted de Sky?

Por lo visto curiosa también.

-Solo soy su doctor, sus padres me contrataron.

-¿Le pasa algo a Sky?

-Por lo visto todos dudan que ella pueda estar enferma.

La mujer empieza a reír como su hubiera dicho el mejor chiste de la historia.

-¿Enferma?...Ella no lo aparenta ni un poco. Siempre está en problemas y le encanta llamar la atención. Aún así ¿qué enfermedad tiene?

-Lo diré cuando esté con la doctora. No me gusta repetir mucho las cosas.

-Bueno, ya hemos llegado. Es en aquella puerta-alzando su brazo señala con su dedo índice al final del pasillo.

Al entrar noto a la doctora atender a una estudiante en cama, le pone un suero. Me acerco notándola centrada.

-¿Está bien?-pregunto por la estudiante y ambas dan un salto sorprendidas para luego mirarme hipnotizadas.

-Si.-sonríe apenada terminando lo que hacia-Es algo común, los jóvenes tienen que estudiar mucho y suelen tener recaídas por mala alimentación y mucho estrés.

-Doctora Gisell, él es el doctor...

-Evans-le completo y ella extiende su mano y la sostengo respetuosamente-Vengo por una estudiante y necesito de su cooperación.

-Soy toda oídos, sígame.-caminamos hasta su escritorio-Dígame cual es el problema.

-Sky-dice la rubia y la doctora suspira mirándola, como sabiendo de que sería algo fuera de lo normal, un desastre.

-Está enferma-acoto-sus padres me han contratado para tratarla y curarla.

-¿Enferma? ¿Sky?-abre sus ojos como platos- Y...¿De qué enfermedad hablamos?

-Amiloidosis.

Ella alza sus cejas juntamente con sus ojos bien abiertos como hace un segundo. Por lo visto la única en saber de tal enfermedad.

-¿Está seguro?-luce incrédula.

-De hecho ella fue diagnosticada desde pequeña y sus padres hacen lo posible por sanarla.

-Pero es incurable.

-No soy cualquier doctor.

-Aun así luce muy joven para tener la experiencia-siento que me subestima.

-Soy un doctor...especial, nombrado así por otros doctores de alto prestigio. Digamos que tengo ciertas habilidades.

-Vaya, ¿puedo llamarle cuando me sienta mal?-dice la secretaria detrás de mí. La ignoro.

-Sky llevará un tratamiento del que yo mismo estaré a cargo. Necesito de la cooperación de todos a su alrededor, sus padres me contaron algo de lo inquieta que puede llegar a ser. Ella sufrirá dolores fuertes propios de la enfermedad, puede ser rebelde y hacer actos que vayan en contra de mantenerse sana...

-¿Ha dicho puede?-me interrumpe mostrando una sonrisa luego de haber estado preocupada y atenta a mis palabras.

-Ja, como se ve que no la conoce-escucho detrás de mí.

Sus padres, profesores...todos lo dicen e incluso la misma Sky lo acepta.

Dejo en claro la situación y digo casi las mismas palabras que dije al director. Entrego mi tarjeta de presentación y solo puede llamarme en caso de emergencia, único y exclusivo para Sky. Cuando todo está dicho y me doy cuenta que es una persona seria, me despido. La rubia se cruza en mi camino cruzando sus brazos por debajo de sus senos.

-Doctor ¿le gustaría tomar algo?

Creo que se por donde viene esto.

-Lo siento, no tengo tiempo para estar sentado sin hacer nada. Debo ir al hospital-miro el reloj y no tardé tanto como esperaba.

Tengo que tolerar que la sensual mujer me acompañe a la salida. En uno de los pasillos nos topamos con dos chicas estudiantes que estaban corriendo.

-¿Qué pasa?-pregunta la mujer a mi lado haciendo que se detuvieran en seco

-Señotita Trina. Están peleando-dicen las dos estudiantes con la respiración irregular.

-¿No me digas que es ella otra vez?- pregunta nuevamente y ellas asientan.

-Venga doctor, conozca que clase de chica es con la que va a lidiar.

-Espera, la que está peleando ¿es Sky?

A paso rápido casi a punto de correr.
Las voces de los estudiantes se hace más clara. La puerta está totalmente bloqueda por los mismos estudiantes. Se escuchan las mesas y las sillas moverse de forma escandalosa. Abro paso a la fuerza y finalmente llegó adelante.

¿Qué rayos?-miro a Sky levantarse de entre unas sillas y está enojada, despeinada.

Ella se lanza sobre una tomándola por el pelo y otra se va a acercar pero Sky la patea fuerte contra una mesa. Mientras esto pasa, la loca que lleva el protagonismo lanza al suelo a la que sujeta por su pelo. A horcajadas sobre ella, con sus rodillas en el suelo y sujetando su pelo con una mano, con la abofetea en la cara

-¡Discúlpate!-le grita Sky luego de detenerse por un segundo y la abofetea fuerte.

-¡Sueltame maldita descerebrada!

-¡Descerebrada te voy a dejar a ti!-la toma con ambas manos por su pelo y la comienza a golpear contra el suelo y esta solo puede poner su mano para verdaderamente no quedar descerebrada.

-¡Ey! ¡Sky! ¡Detente!-por mucho que grite no me oirá en medio de tantos.

Voy hasta ella apartando los que se me interponen y colocándome detrás de ella la rodeo por la cintura. La jalo con trabajo porque ella se aferra al pelo de la otra. Finalmente la suelta y mueve sus pies violentamente y golpea mis brazos para que la suelte.

-Siempre de bulgar ¡No eres par nada femenina! ¡Eres un macho Sky!-dice la otra levantándose del suelo y pasando su mano por su pelo como acomodandolo.

-¡Si claro!-grita-¡y también la tengo más grande que tu cruch...quieres vermela!-grita abultado su ropa en su entrepiernas.

-Sky, ¿qué es eso?-abro mis ojos sorprendido. Jamás escuché a una chica hablar así y tocarse de esa forma.

Ella se agita violentamente y tengo que ser aún más fuerte para que no escape.

-¡Suéltame Evans!-me grita-¡La voy a moler a golpes! ¡Va a ir directo a la fábrica de muñecas para que la reconstruyan!

-¡Tú no vas a hacerle nada a nadie!- trato de salir de entre los estudiantes y llego a bajarla al llegar afuera. Sigue con la idea de entrar pero al tomar su antebrazo la llevo al lugar del que vengo, a la enfermería.

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Ay Sky querida de mi corazón
¿Quién puede contigo?🙄

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Recuerda que me gusta leer tus comentarios.

Besos,

Shira

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