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30 parte 2

El sol ya se había ido pero quedaban unos minutos de claridad. Luego de despedirme de todos y me quedé sola en la terraza. Puse mis manos en la baranda mirando el cielo de color naranja.

—Le caíste muy bien a todos.—su voz se acercaba por detrás hasta que se detuvo a mi lado.

—¿En serio? ¿Todos? Porque yo creo que tu madre no me miraba con muy buena cara.

—No es nada, ni pienses en eso.

También Kathya, ellas estaban justas todo el rato. Por cierto fue la única de la que no me despedí, tampoco la ví subir al elevador con los demás.

Podíamos ver a todos saliendo en sus autos y la primera mano que salió agitándose fue la de Hanna, la prima de Evans. Puedo verla sonreírnos y nosotros agitamos las manos como ella. Las abuelas también.

—Ay algo que me llamó la atención. Ellos decían que estaban contentos de conocerme—le miro pasar su mano por la nuca—¿Ya sabían de mí?

—Si. Mi abuelo y padre son doctores, mi abuelo ya no trabaja en un hospital pero es profesor. Mi madre también y...

—No me digas—le interrumpí—¿Son de esas familias que tienen la misma profesión por generaciones?—él sonríe.

—Pos si.

Me doy la vuelta recostándome a la baranda apoyando los codos y miro hacia dentro a través del ventanal. Kathya aparece de repente y me doy cuenta porque fue que no la ví irse con todos.

—Por cierto si luego tienes hambre...

—No tengo hambre—en ese momento Kathya entraba en la terraza y mirándola para luego encontrar los ojos de Evans me entristecí un poco, sabía que debía dejarles a solas—La comida de tu mamá y las abuelas estuvo deliciosa y creo que no tendré ganas de comer hasta mañana en la noche.

—Sky—vi su mano queriendo toca la mía y me alejé discretamente.

—Evans—Kathya le llama y él nota su presencia dándose la vuelta, entonces me fui de una maldita vez, dejándolos a solas como pensé que querían estar.

Dolía. Dejarlo con ella sabiendo que estarían abrazados o besandose, mirando como llega la noche. Esas cosas cursis que me dan revoltura de estómago. Corrí escaleras arriba y abrí la puerta entrando como si le huyera a la muerte....que irónico.

Me dejó caer en la cama y quedo sentada, mirando a la nada y algo pasa por mi mente.

—No soporto a esa Kathya. De seguro duermen esta noche juntitos—suspiro—Si tan solo se me ocurriera algo para que se vaya.

¡YA SÉ!

Sky salió y no esperaba que fuera tan rápido y sin avisar. A través del ventanal puedo verla subiendo las escaleras a toda prisa.

—¿Pasa algo con ella? ¿Le has dicho que estás soltero por su culpa?—Kathya se para a mi lado mirando detrás de mi, la ciudad y la noche que comienza a notarse. Niego sin dejar de mirar el último punto dónde ya no ví más a Sky—¿Están juntos?

—No—trago saliva forzadamente.

—¿Y qué esperas? No soporto ver esa cara cada vez que ella se aleja de ti... o está cerca.

—¿Qué cara?—pregunto confundido.

—Pareces un idiota que no usa su cerebro—sonreí, no sabía que podía llegar a tener una cara así—Realmente eres un idiota. Nunca imaginé que ese chico prodigio de la universidad tan admirado incluso por los mismos profesores se comportará de esta forma.

—No me has perdonado—confirmo al ver su expresión como si me tuvieron odio.

—Si lo he hecho, aunque no lo parezca. Lo que me queda es lo molesto que es para mí el hecho de que me cambies por ella. Pensé que yo lo tenía todo...

—Lo tienes todo. Eres una mujer hermosa, inteligente y tienes muchas cosas que te hacen ser la mujer que todo hombre quiere. El problema lo tengo yo...que me enamoré sin haber querido hacerlo.

—Estás perdiendo tu tiempo.

—No sé que hacer, no sé que pensar, ni siquiera sé si esto está bien.

—Yo no puedo tomar la decisión definitiva por ti. Solo te diré lo mismo que todos te dicen. Vas a terminar dolido y no quieres prevenir lo que claramente, tú más que nadie, sabe que se avecina.

—Yo más que nadie lo sé.—concuerdo con ella—Eso, es cierto.

—Aahhh—de repente se escucha un grito y viene desde dentro. Me alarmo.

—Sky—cuando me doy cuenta que es su voz entro corriendo y subo las escaleras mientras llamo repetidamente su nombre. Abro la puerta de golpe y la encuentro en la cama hecha una bolita y gritando que la ayude.

Subo a la cama a su lado tratando de ver si rostro corriendo su pelo a los lados. Kathya estaba conmigo y juntos tratamos de hacer que ella nos mostrará su abdomen, parecía dolerle ahí. Sky nos lo impedía y gruñía fuerte.

—Sky, necesito saber exactamente dónde te duele—estoy muy preocupado pero mantengo la calma—Hablame.

—Duele, duele mucho—comienza a llorar y pido a Kathya que busque sus pastillas en la mesita a su lado.

—Llevémosla al hospital.

—No hace falta—dice Sky—Ya pasará, conozco cada dolor y el por qué.

—Iré por el...

—No—de repente la veo cambiar su expresión haciéndome dudar de algo—No te vayas.—vuelve a hacer gestos de dolor.

—Evans ¿necesitas que te traiga algo?

—No, está bien.—vuelvo a Sky—Déjame examinarte, has un esfuerzo por quitar las manos del abdomen y acostarte recta.

Ella obedece y poco a poco logra seguir mi orden. Al tocar su abdomen. Ella se queja de dolor y algo me pone aún más en duda. Cuando un doctor examina el abdomen busca primero la zona en donde ocurre el dolor, luego a través del tacto busca anormalidades palpables. Sky no sabe ni pizca de medicina por lo que tampoco sabe que estoy tocando en un lugar cualquiera donde no es posible que pueda dolerle. A menos que sea un dolor abdominal a causa de ejercicio físico y no tiene ni la pinta de hacer abdominales, ya que es totalmente plano y delgada.

¿Me está engañando? ¿Que quieres traviesa?

—¿Es malo?—me pregunta con cara de angustia y niego, sus pastillas pueden ayudarla.

—Kathya. Será mejor que te vayas. Debo cuidar de Sky.

—¿Seguro?—asentí a su pregunta —Llámame si me necesitas.

—Lo haré.

Le pedí a Sky que se quedará en cama y acompañé a Kathya hasta abajo. Ella tomó su cartera.

—Ella estaba fingiendo, ¿no es así?

—¿También te diste cuenta?

—Ella es muy... transparente, por así decirlo.

Y si lo es.

Cuando subió al elevador fui a la cocina donde preparé un té que ayudará a Sky con su digestión. Ella comió bastante y quiero que esté bien sin importar que sea una bobería.

Ya estaba algo agitado cuando subí las escaleras y toque la puerta del cuarto de Sky para luego entrar. Ella estaba como mismo la dejé, acostada pero despierta.

—Bebe esto.

—¿Qué rayos es esto?

—No seas malcriada, solo bebetelo.

Ella tan solo dió un sorbo e hizo una asqueada, pensé que vomitaría. Por supuesto no se lo tomó. Iba a volver pensando en darme una ducha y descansar pero Sky me detuvo tomando mi mano.

—¿Puedes quedarte un poco más?

No me importaba, así que dejé el vaso en la mesita de noche y me senté en la cama recostando mi espalda. Hubo un silencio entre los dos y miré como ella jugaba con sus dedos entrelazandolos.

—¿Por qué que me mentiste?

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—No te dolía realmente, ¿o si?

—Si, si me dolía—se defendía a toda costa.

—Lo hiciste porque te molestaba Kathya, estoy seguro.—me crucé de brazos observando cómo arrugaba la nariz ligeramente.

—No me importa. Esta es tu casa y ella es tu novia...o debo decir, tu prometida. Me da igual.

—¿Celosa Sky?

—Para nada, ¿por qué debería celarte?

—Eso digo yo. No tienes por qué celarme.

Noté que alzó sus hombros y se cubrió un poco más con la sábana.

—Tengo un poco de sueño.

—Es por el medicamento. Duerme, no fuerces a quedarte despierta.

Sus ojos cafés se conectaron a los míos y con mis dedos toqué su pelo negro deslizándolos hasta detrás de su oreja.

—Duerme.

—Porfa, quédate hasta que me duerma—asentí y ella se acomodó, colocó su cabeza sobre la almohada y yo la miraba desde arriba. Recosté mi cabeza, también estaba algo cansado y con sueño.

Estaba en la cocina, mis padres se habían ido recién y Sky se acerca mirándome fijamente con una pizca de...pareciera estar provocándome con tan solo su mirada. Sentía mis latidos aumentando su ritmo. Me hizo retroceder a medida que se acercaba, sentí la encimera con mi espalda baja, sus brazos delgados me acorralaron y no podía dejar de mirar esos ojos. Pude mover una mano y mi dedo pulgar tocó su barbilla acariciando suave hasta que sin darme cuenta estaba en sus labios.
Sentí sus manos en mi cintura, que luego bajaron para entrar por debajo de mi camisa y ascender lentamente.
Me estaba provocando y era difícil resistirme. Miraba su rostro detalladamente y sus labios eran mi mayor tentación. Cerré mis ojos y sentía de repente su aliento en mis labios, no pude evitar entreabrirlos sabiendo que habría una posibilidad de que me besara y, yo quería. Extraño que sus labios me hagan sentir vulnerable.

Abrí mis ojos y el rostro de Sky está muy cerca del mío, está dormida. Me doy cuenta que terminé acostado, durmiendo e incluso, soñando con ella. Se sintió tan real, sus manos, mi camisa está removida en la parte baja como si ella realmente hubiera metido sus manos. Espera...¿no estará fingiendo que duerme?

—¿Estás fingiendo?—mi voz ronca, es lo único que se escucha.

Silencio. Ella me da la espalda aún con sus ojos cerrados. Me da gracia saber que la conozco y sé que no está dormida. Sigiloso acerco mi boca a su oreja y el olor de su pelo es delicioso. Movía sus dedos encajandolos en la sábana

—Deja de fingir.

—¿Cómo lo sabes?—era su voz.

—Mientras dormía...¿Tú te atreviste a tocar mi abdomen Sky?—intencionalmente quería provocar que se pusiera nerviosa.

Se sentó de golpe mirándome y se aleja un poco. Tartamudea negando. Le mostré una sonrisa y también me senté, pero con calma comparado a ella.

—Fingir dolor para que Kathya se vaya y ahora me tocas mientras duermo.

—¡No es cierto!—sus mejilla se enrojecen.

—Si, como tú digas.

Miro su cabello negro, casi que toca sus hombro. Sus pestañas largas, su nariz fina y sus labios. Ahí me detengo.

—Sky.

—Mmm—mira hacia el abajo, no sabe que en mi mente y corazón hay un caos, por su causa—¿Por qué me llamaste?


—No es nada.—me retracté cuando me miró, recosté mi espalda.

—¿Es cierto que enfermaste?—preguntó de repente.

—¿Cómo lo supiste?—abre sus ojos sorprendido.

—Porfa, no digas que te dije, fue el doctor Chen quién lo mencionó. Dijo que al parecer, yo era especial para ti—digo apenada.

—Si, es cierto—¿lo soy?—Me enfermé.

Me asustó, por un segundo pensé que diría que si era especial para él.

—¿Y no descansaste?—él niega con la cabeza para luego mirarme.

—Tengo que salvarte.—tiene una voz ronca como si estuviera cansado, debe de estarlo, se ha despertado por mi culpa.

—¿Por qué quieres tanto curarme? ¿Es por dinero, reputación o...?

Él niega nuevamente y no dice nada por dos segundos mirando mis ojos, pareciera profundizarse en ellos buscando algo.

—Por ti. Solo por ti.

¿Yo? ¿Solo yo? ¿Qué quiere decir?

Su entrecejo se arruga un poco y ese azul de sus ojos tan singular me tiene embobada. Ahora es como si detallará cada parte de mi rostros, miro sus labios y parecen estar relajados, se ven suaves, como si morderlos sería la más exquisita delicia del mundo.

—No me mires así—mi corazón acelerado me delata a causa de mis sentimientos por él.

—¿Así como?—su voz sale tan suave y ronca que me estremece.

—Como si estuvieras...sintiendo algo...por mi.

No lo niega pero tampoco lo afirma, solo no deja de mirarme a los ojos mientras su cabeza está recostada hacia atrás. De repente mira hacia arriba.

—Sky. Cuando vine aquí repentinamente sin decirte, esos dos meses, ¿qué pensabas de mi?

—Estaba realmente dolida porque pensaba que me estabas alejando definitivamente. Tenía miedo de no volver a verte. Te extrañaba mucho...

—Yo también.—¡¿qué ha dicho?!—Yo también te extrañaba, mucho.

Entonces él comenzó a contarme lo que pasó estando aquí, solo.

Recuerdo de Evans

Todos los días me levantaba temprano e iba junto al profesor Chen, pero hoy no iría a verlo a él, sino a mi padre.

Al llegar al hospital entré a su consulta y no estaba, cuando pregunté por él se encontraba en una cirugía desde hace ya unas cuatro horas. Entonces me quedé sentado a esperarlo dentro de su consulta donde sabía que iría luego. Cerca de veinte minutos después la puerta se abre y miro a mi padre entrar con un hombre más, doctor, pero no le conocía.

—¡Que susto!—pone su mano en el pecho y me pongo en pie—¿Hace cuánto estás aquí?

—No hace tanto.

—Vendré luego—dijo aquel hombre a mi padre y salió por la puerta.

—Que sorpresa verte—me abraza fuerte y su sonrisa se hace más amplia.

—Papá, necesito tu ayuda.

—Habla.

—Necesito que estés conmigo en un caso.

Entonces el doctor Chen me llamó y tomé la oportunidad de que hablara también con mi padre. Sé que le dará gusto ya que mi padre era su alumno en la universidad de ciencias medicas.

—¿Cómo se llama la joven?

—Stella, pero mejor di Sky, a ella le gusta más. Se insulta con su propio nombre.

—Ya veo.—se me queda mirando y eso me incomoda, un ¿qué? se me escapa—No, nada. Solo que no te había visto sonreír solo por decir eso.

¿Sonreí?

Yo no sonreí.

—¿En serio no te diste cuenta?

—No.

***

Era de madrugada cuando me levanto luego de sentirme un poco mal y con frío. Tomé mi celular para mirar la hora y termino por desbloquearlo y ver el chat de Sky, todos sus mensajes. Justo entra una llamada suya y mis manos comenzaron a temblar.

—Sky, tú realmente...—estaba tan nervioso que no sabía si tomar la llamada o no. Todos estos día tratando de olvidar lo que siento por ella y ahora ocurre que no puedo controlarme tan solo por ver su llamada en mi celular.

Luego de ponerlo en silencio dejo este sobre la cama y me niego a contestarle. Salí del cuarto y comencé a toser, sabía que algo andaba mal conmigo. Fui por un vaso de agua a la cocina y me pregunté todo el tiempo si ella insistía la llamada o si desistió ¿Y si dejó  un mensaje en el buzón?

—Por Dios Evans, basta ya.—me decía a mi mismo queriendo entrar en razón.

Volví a mi cuarto y me acosté con frío, tomé una manta gruesa para abrigarme, mi cuerpo ya se sentía dolido. Tocí. Miré el celular a mi lado y pensé en Sky, otra vez. Me repetía en mi cabeza "no lo hagas" una y otra vez pero al cerrar mis ojos imaginé su rostro la última vez que la vi.

Cuando le dije "me gustas" y ella pensó que solo lo decía porque me lo había pedido. Maldición, no, ella realmente me gusta, lo dije en serio.

—¡Evans!—me regañé a mi mismo con una voz débil y ronca. ¿Cómo dejo de pensarle?

Mi mano se movió a tomar el celular y estaba la notificación de que ella había dejado un mensaje de voz en el buzón. Quiero escucharla. Lo puse en mi oreja y escuché su voz:

—Evans...sé que no vas a responderme, aún así quiero que sepas cuanto pienso en ti—Sky, no lo digas—Bueno...pienso en, ya sabes, no es que piense nada malo o perv...—Sonreí imaginándola sonrojada y avergonzada, no me arrepiento de escucharla a pesar de que me obligaba a no hacerlo—En fin...Ha pasado un mes desde que te fuiste y no sé nada de ti.—Aunque no lo parezca el tiempo ha pasado tan lento para mi—No puedo creer que me hayas dejado en manos de Kathya ¿Lo hiciste para molestarme?—Lo siento por eso, dijiste que ya no...—Sé que prometí que luego de que dijeras lo que quería escuchar te dejaría de conquistar, sé que te gusta Kathya y eso hace que yo no signifique nada pero... Sé que te lo prometí...pero...¿sabes qué?...—dímelo, quiero saber—Olvídalo.

Un segundo y dos, cuelga. Dejándome con las ganas de continuar escuchando su voz. Mordía mi labio y no podía dejar de pensarla.

—Se suponía que iba a dejar de sentirme así por ti. Se suponía que no ibas a hacerme sentir así otra vez—puse la mano en el lado izquierdo de mi pecho, ahí estaban los latidos fuertes y acelerados por ella.

Ahora esto solo provocó que quisiera volver, mirarla a los ojos y talvez, si tengo el valor, besarla. No puedo, no puedo hacer eso, estarías en problemas.

Quiero llamarla pero por la hora allá debe también estar durmiendo, aunque recién acaba de llamarme. Solo quiero saber cómo está. ¿Debería llamarla...o no? ¿Debería continuar con mi objetivo de dejar de tener estos sentimientos?
No dejaba de tener preguntas, no sabía si sería buena idea. Luego de dar tantas vueltas en la cama finalmente le marqué.

—¿Quién es?—suena agotada.

Tan solo dije su nombre, solo eso y ella reconoció mi voz. Mi nombre se escuchó en un tono de sorpresa pero aún cansada, no animada como imaginé.

—¿Por qué no sales de mi cabeza?—hizo que mi corazón se acelera. Tampoco sales de mi cabeza, Sky—No respondes mis mensajes de texto, ni los que dejo en tu buzón de voz.

Tenía una razón para eso pero...

—Perdona...quería hacerlo...

—Hay tanto que quiero decirte.

—Entonces dímelo.—no estaba seguro si sus palabras serían justo lo que quería escuchar.

—Estoy muriendo por verte, en serio.—quedé boquiabierto, embobecido y con muchas ganas de estar a su lado ahora—Si no vuelves pronto no resistiré más.

—¿Ha que te refieres con no resistir?—me asusta—¿Qué piensas hacer?

—¿Quién sabe? Acabar con esto de una vez ya me comienza a ser una buena opción—¡¿QUÉ?!

—No hablas en serio...

—No lo sé con claridad—me interrumpe—De hecho, no sé si realmente hablo contigo o un sueño el hecho de que está ocurriendo. No sé nada.

¿Piensa acaso que está llamada en un sueño?

—No hagas una estupidez. Eso es un gesto cobarde...—la escuché decir mi nombre—No puedes pensar en que todo se está acabando...

—¡Evans!—alzó su voz y decidí callar.

Joder Sky. Todo lo que hago es por ti.

—¿Qué?—estaba tratando de calmar mi respiración.

—Estoy enamorada...de ti.

¿Enamorada de mi?—mi corazón  desenfrenado de golpe me hizo estremecer todo el cuerpo—¿Hablas en serio o...?–mordí mi labio inferior anhelando estar frente a ella.

—Sky—susurré jadeando leve—Te extraño tanto.

Pero ella no respondió, solo escuchaba su respiración. Miré a través de las cortinas un poco de claridad, estaba amaneciendo así que ella puede que se haya dormida. Son varias horas de diferencia. Colgué la llamada y dejo el celular a mi lado.

Comienzo a toser y me doy cuenta que puede que en un par de horas me sienta peor que ahora. Mi cuerpo se siente débil y por mucho que intente dormir otra vez, no puedo. En unas dos horas se supone que tendría que levantarme y prepárame para ir a reunirme con los expertos. Tal vez si me doy una ducha mejore y pueda descansar un poco.

***

Luego de estacionar el auto salí tosiendo y al entrar en la universidad llegó hasta el salón donde todos esperaban por mi.

—Siento el retraso. No dormí muy bien anoche y en fin, me disculpo.

—Doctor no tiene buena cara hoy—una voz femenina habla y no supe cuál era exactamente, me senté soportando el dolor de cabeza.

—Estoy bien. Comencemos.

—Doctor Evans—miré al profesor Chen—¿Estas seguro? Podemos continuar nosotros y mantenerte al tanto.

—No, quiero estar aquí.

Esto es por Sky y tengo un propósito, pero él no parecía entender mi objetivo al igual que el resto.

A mitad de reunión mis ojos comienzan a arder luego de mirar la pantalla de la laptop. Cerré mis ojos tan solo un segundo y sentía que respiraba aire caliente, mi cuerpo estaba débil y dolido.

—Doctor Evans—la voz del profesor llama mi atención—Deberíamos dejar el resto para otro día.

—Estoy bien, continúen.

—Llevamos mirándote y se nota que te estás esforzando por mantenerte despierto ¿Te sientes mal?

—Solo es una simple gripa, mejórate pronto.

—Bien, yo digo que dejemos esto aquí—el profesor Chen interfiere—Me da igual lo que digas y después de todo tu eres el que más tiene que esforzarse en todo esto.

—¿Esforzarme?...no es suficiente, Sky sigue muriendo—mi respirar era dificultoso y apenas podía tener los ojos completamente abiertos, incluso mi garganta dolía, mi aspecto y expresión era de alguien enfermo—Necesito curarla, no importa si no duermo si al final logro salvarla, habrá valido la pena no dormir...

—Por ella—me completa—Entonces no es solo su enfermedad, ¿sino ella?

—¿A qué te refieres?—mantenemos la mirada y se cruza de brazos serio para luego ordenar a todos continuar mañana a primera hora. Cuando todos se fueron se sentó a mi lado:—Oye, ¿Qué está pasando contigo? Desde que te conocí siempre has sido un muchacho apasionado por la medicina pero jamás te ví enfermar y actuar así, no te quieres cuidar.—toca mi hombro y de repente mi cuello, reacciona regañándome—Pero si tienes fiebre muy alta ¿Por qué rayos viniste? Vamos, te llevaré para que descanses y tomes algo.

—Estoy bien. Iré a casa y estudiaré lo que estubimos hablando...

—No me obliges a ser fuerte contigo.

—Estoy bien profesor, en serio.

—Terco. Bien, te dejo entonces.

***

Habían pasado alrededor de treinta minutos. Estuve leyendo y buscando información, contacté con el laboratorio haciendo unas llamadas y luego me detuve. Toqué mi frente y gruñí aliviando la molestia en mi garganta. Crucé mis brazos sobre la mesa y recosté mi cabeza en ellos cerrando los ojos.

—No puedo descansar cuando ella necesita de mi cada segundo...Por favor Sky no hagas nada estúpido en mi ausencia.

Quería estar en esta posición un rato para luego continuar pero la puerta se abrió y miré a mi padre con el ceño frucido.

—¿Qué haces aquí?—pregunté fruciendo el ceño al igual que él.

—Yo lo llamé.—el profesor Chen detrás, mostrándose con los brazos cruzados y serio.

—Vamos—mi padre ordena aún más serio, se acerca tomándome del brazo y me pongo en pie.

—Estoy...

—No me jodas que estás bien—toca mi frente—Estás ardiendo en fiebre David—me habla fuerte y quito sus manos de encima de mi—Vamos. Te llevo a tu casa.

¿Qué si pude luchar contra él? No. De hecho nunca he podido.

***

Al entrar en casa voy directo al sofá sentándome dolido y recuesto mi cabeza. Miré a mi padre con mi laptop.

—Papá dame la laptop, necesito...

—No David. Claro que no te la voy a dar. Ve a dormir un poco y toma algo para que mejores.

—Papá no quiero nada. Por favor necesito la...

—¿Es en serio?—ahora si luce bien molesto conmigo—¿Cuándo tu has sido así?

—Siempre.

—No, no me digas eso a mi. Te conozco—reviro los ojos cuando él se expresa con toda esa seguridad—David. Supe que tienes problemas con Kathya.

—Parece que las mujeres no puedes mantener la boca cerrada.—entre el dolor de cabeza y lo mal que me sentía ya quería terminar la conversación.

—Sabes que tu madre y ella se llevan muy bien. David—le miro—Tu forma de actuar por esta chica, Sky...¿te gusta?

Por un segundo aguanté la respiración y solté el aire. Me puse en pie desabotonando la camisa y dándole la espalda.

—No.

—No me convences. Dímelo mirándome a los ojos—me volteo y obedezco, repetí la misma palabra y él me sonrió—No te creo.

—Solo estoy preocupado por ella y luego de conocerla...

—Tu peor error. Conocerla. Nuestro trabajo, hijo, es tan difícil que a veces tenemos que tener el corazón de hielo para no terminar dañandonos. Muchos tenemos que asistir a citas con psicólogos para no terminar con algún trastorno o...

—Lo sé. Nuestra prioridad es sanar, pero no todos son sanos...eso nos afecta porque siempre queremos salvar a todos.

—David. Tú eres su doctor, tú eres el que mejor conoce su situación y no te nombraron prodigio por nada. Sabes lo que puede ocurrir, las cosas positivas y negativas de todo esto. No me digas que en serio esta chica te gusta aun sabiendo todo eso.

—No me gusta—cerré los ojos que ardían y se humedecieron un poco más a causa de eso—Bien, voy a descansar...ahora vete y no le digas a mamá.

—¿No me vas a decir la verdad de lo que te está pasando? Déjame ayudarte.

—Olvídalo y vete de una vez.

Si claro. Por supuesto que no me escuchó y espero hasta que me di una ducha y me acosté en la cama. Estaba incómodo y esperando que se fuera para tomar la laptop. Él tardó una hora pero luego me salí con la mía tomando la laptop y los expedientes que necesito para estudiar volviendo al cuarto.

Llegó la noche y quería saber de Sky pero no podía llamarla, no quería. Tomé mi celular y llamé a alguien más.


—Hola Doctor Evans—dijo emocionada.

—Hola Verónica—también estaba contento, y luego de saber cómo estaba pregunté por quién realmente estaba interesado.

—Ha estado algo triste últimamente cuando viene a los exámenes.

—Verónica necesito que hagas algo por mi. Estoy preocupado y no estoy tranquilo con respecto a Sky.

(Fin del recuerdo de Evans)


—Así que por eso Verónica me llamaba casi todos los días y me animaba—miro a Evans asentar con la cabeza confirmando—También tu padre y todos estaban ansiosos de conocerme por...

—En las familias la voz se corre muy rápido.

—Por cierto, aquella noche yo había tomado unas pastillas para poder dormir y pensaba que tu llamada era un sueño. No escuché cuando dijiste que me extrañabas...de seguro me había quedado dormida.

—Lo mismo pensé...pero es cierto, yo lo dije, que te extrañaba y mucho.

—Estoy confundida justo ahora.

—Kathya y yo hemos terminado nuestra relación—cuando escuché eso de su boca me sorprendí—Por tu culpa.

—¿Me estás culpando?—le veo como ladea su cabeza a un lado frotando una mano en su nuca y sus ojos me miran con timidez, ¿y yo por qué rayos estoy temblando? Ahora también siento ese sentimiento de culpa—Lo siento, por mi culpa tu vida planeada, organizada y perfecta...

—¿Se fue a la mierda?—sabía lo que diría y bajé mi cabeza encogida de hombros—Si, pero te doy las gracias porque me diste el valor para dejar lo que no anhelaba realmente.

—Si lo dices así—no sé por qué me sonrío—Fue bueno ayudar.

Miré su mano acercándose a la mía y mis latidos aumentaron cuando tomó mi mano y su dedo pulgar paso por cada uno de mis nudillos, de un lado a otro.

—Sky, fuiste la única que no me dió un regalo de cumpleaños.—tragué saliva mirandole a los ojos, sus pupilas se dilataron—¿Quiero pedirte algo?—su voz se transforma volviéndose suave y ronca pero tiene algo más.

—Dime, lo que quieras—tenía altas expectativas luego de escuchar todo lo que hemos hablado, pero aún así no esperaba nada, duele ilusionarse cuando se trata de él.

—Me he resistido, Sky, no imaginas cuanto.—su mano sujeto más fuerte la mía—No sabes...la batalla que he tenido por dentro. Luchando, negando ante otros e incluso a mi mismo, aún sabiendo lo que sentía.

—Ev...—me quedo a medias hablar al jalar de mi mano por sorpresa y pongo ambas en la pared, a los lados de su cabeza, para no chocar contra él. Ahora estamos cara a cara, a escasos centímetros.

—Sky—miro sus labios, ¿por qué que luce tan agitado como yo ahora mismo?—Quiero que me beses.

¿Él...quiere...que lo...bese?–mi corazón late mil por horas, mi cuerpo tiembla y se siente débil.

—¿Vas a rechazarme?—pregunté y él puso una mano en mi nuca lamiendo sus labios discretamente.

—Bésame y lo sabrás.

Entonces me acerco lentamente mirando sus ojos y desciendo a sus labios. Estos me hacen sentir que los necesito y al llegar a ellos tan solo el roce me provocó chispas por todo el cuerpo. Sentí su mano en mi nuca empujar haciendo que nuestros labios se unieran por completo.

Mi respiración se vuelve muy pesada cuando roza nuestros labios. No podía aguantar más, atrayéndola a mi por fin sentía esos labios de la forma que tanto quería.

No podía negarlo más, no podía luchar mas. En serio no podía. La quiero conmigo, es lo que realmente quiero.

Mordió mi labio suave y enredando mis dedos en su cabello cerré mis ojos y luego yo tomé los labios. Amaba sus besos, desde el comienzo y cada uno luego de ese. Está vez no puse nada de resistencia, la dejé besarme con siempre lo hizo pero está vez eran los labios de ambos moviéndose. Por fin yo estaba respondiendo a su beso como ella quería, pero iba mas allá, comenzaba ha excitarme y no podía detenerme. Sus manos acariciaban mis mejillas y se posan en mis hombros, se sentó a horacajadas sobre mi sin separar nuestros labios. Abracé su cintura y mordí su labio provocando un jadeo casi sonoro por parte de ambos.

Sky se detuvo primero y separó sus labios de los míos de forma lenta, a poco de rozarlos me susurra:

—Evans...me besaste—su respirar era exactamente igual al mío que solo sabía tomar y soltar el aire por mi boca. Mis labios húmedos por ella se sintieron fríos

—Sky, tienes que hacerte responsable. Dijiste que lo harías si me enamoraba de ti.—toqué sus labios y su aliento tocaba mi pulgar. Ella enredo sus dedos en mi pelo y miré sus ojos.

—Dilo—susurra rozando nuestros labios y quiero que me besé otra vez. Mi corazón está quemándose en mi interior.

—Estoy enamorado de ti, Sky—puse mis manos en su espalda apegándola a mi por completo y ella me besó. Le correspondía como si no tuviera control sobre mi mismo, sino ella. Sin darme cuenta le estaba entregando lo más valioso que tenía guardado para la mujer que lo conquistara...mi corazón.


*****************

Uyyyy Por fin Joderrrr, BESOOOO!!!!!!
Evans beso a Sky y le confesó lo que tenía guardado.

Ay toy llorando...¿por qué no tengo a alguien así? ¿Por qué Diosito por quéééé?
*abraza la almohada y llora dramáticamente*

Nos vemos en el próximo capítulo
*se limpia la moquera*

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