3
Tocó a la puerta y se abre al momento. Veo a Nina.
-Joder Sky-susurra como si hubiera cometido un delito-¿Por qué te demoraste?
-¿Ya está aquí?-pregunto sonriendo al ver sus labios.
-¿Cómo lo sabes?
-Te has pintado los labios...¿no crees que exageras?-arqueo una ceja ladeando mi cabeza a un lado.
-Tú no coqueteas con nadie, que sabrás.
-Hey, ¿por qué siguen en la puerta?-miró detrás de Nina y esta se gira en un flash dándome la espalda-Hace un rato estabas impaciente-le dice a la chica frente a mi.
Ahí estaba. Ese chico delgado de casi 1.90 de alto, con una sudadera negra y espejuelos que estorbaban sus hermoso ojos color pardo. Tenía un pequeño tatuaje en el cuello y su pelo alborotado al frente peinado con una raya al medio. Misterioso y peligroso ¿verdad? Pues no lo es....es un completo nerd, tímido y cabeza hueca. El físico engaña.
-¿Ya no la vas a tomar de la oreja como decías?-dice cruzándose de brazos y nuestra amiga en común se queda como congelada y la miró de pies a cabeza.
¿De la oreja?
-¡Bueno!-digo ruidosa esperando que reaccione-ya entro, no más estaba admirando la entrada. Hermosa decoración por cierto, mis felicitaciones a la señora de la casa. Que es tu madre-la miró fijo, no reacciona.
-¿Qué?-dice y más que confundida, luce tonta.
Ay Dios este chico me la vuelve tonta.
***
Estamos sentados en la cama de Nina, Ty está recostado a la pared leyendo y marcando en el libro lo que se supone es lo más importante. Nina a su lado está con la laptop preparando los anexos y yo acostada a los pies de la cama...pues se supone que debo marcar también lo que debería ser el resúmen de todas las clases.
-Bien, terminé-el chico rompe el silencio y nos muestra el libro.
-Espera, ¿lo has marcado todo?
-No todo, en este párrafo no marque está oración y...
-No me tomes el pelo Ty-le arrebato el libro de las manos por sorpresa-Vaya, ¿por qué no marcaste las fotos, si total, que faltaba?
-El profesor dijo que todo era importante-se justifica.
-Pues joder vamos a ahorrarnos el trabajo y llevamos el libro. Mira.-volteo el libro hacia ellos abierto-Decimos toda esta mierda marcada y los anexos...ya están-sonrío y espero una reacción positiva.
-¿Pero eres tonta o qué?-dice Nina mirandome fijo algo pasmada.
Ty se empieza a reír a carcajadas. Mientras mi amiga reacciona a verle y vuelve a mi.
-Con razón los profesores la tiene cogida contigo.
-Pero es que esto es mucho trabajo, me da sueño-me quejo perezosa.
-¡Sky!-grita de repente, pego un salto y la miró desconcertada-¿Ves? Yo te despierto, tranquila.
Le saco la lengua en respuesta y me lanza la almohada que estaba en su espalda. Yo se la tiró a Ty, quién no ha parado de reír.
-Y tú, deja de reírte. No te vayas a atragantar con tu propia saliva.
Tocan a la puerta.
-Abre mamá-dice Nina y entra su madre con una bandeja llena de galletas y una jarra de jugo.
-Aaaahhh que hambre-digo frotando mi barriga feliz, hasta se me quiere caer la baba.
El pie de Nina se interpone en medio evitando que pueda sentarme.
-Apestoso-miento en juego y tapo mi nariz.
-Es para todos.
-Tengo que comer para crecer.
-Enana.
-Oye solo son 1.65-pongo mis manos en la cintura mostrando indignación.
-Jodidamente enana-dice seria.
La risa de Ty se vuelve el centro. La chica de pelo rojo lo mira y se embobece sin que él lo note. Ruedo los ojos.
Luego de que atacaramos las deliciosas galletas con chispas de chocolates, pues seguimos con nuestro trabajo. Mi celular suena y veo que es la alarma con una nota "No olvidar la pastilla". Me cuestiono si debería tomarla mientras miró a mis amigos centrados en los libros.
Voy donde mi mochila sobre una silla en un rincón y a escondidas atenta a que ellos no miren, me la tocó rápido y en seco. Vuelvo con ellos y seguimos trabajando...nah, más bien ellos, yo solo lo simulo.
Luego de cinco horas ya estaba atardeciendo y tenía que volver a casa. Me despedí de mis personas favoritas y salí en la bici. Estando de camino me detengo en un semáforo. A mí derecha hay un parque. Veo personas caminado, parejas de varias edades tomados de las manos. Al ver una pareja de ancianos en particular, algo en mi interior quería gritar. No podré llegar a esa edad. Cuantos ancianos se dicen haber vivido mucho y querer irse, yo...no podré conocer ni a mis hijos. Todo está terminado para mí.
Sonrió porque me es inevitable verlos pero una lágrima cae contradiciendo la felicidad.
El sonido de los autos me hacen reaccionar y ver que es momento de avanzar por la luz puesta en verde. Unos 20 minutos después llegó a casa y dejo mi bici en su lugar. Al entrar por la puerta ancha, una sirvienta se cruza en mi camino.
-Señorita, sus padres ya han cenado. ¿Desea cenar?
-No quiero, gracias. Ya comí-miento con una sonrisa.
No tengo hambre realmente, de hecho las pastillas que tomo me quita el apetito ¿Por qué reaccioné tan hambrienta en casa de Nina? Pues porque no quiero que sospechen nada, asi que todo prácticamente es una actuación. No quiero que me recuerden como una melancólica, ni tampoco quiero verles preocuparse o sentir lástima por mi.
Continúo hasta llegar a mi habitación, al cerrar la puerta con mi pie lanzó mi mochila por el suelo y esta se desliza hasta chocar contra la pared.
-Tengo sueño.
Voy hasta la cama y me dejó caer como Patricio estrella. Si, con las manos y piernas abiertas. Cierro mis ojos.
***
Despierto y miró por la ventana, ya es de noche. ¿Qué hora es? Estoy como perdida en el infinito y más allá. Me levanto soñolienta y me gustaría seguir durmiendo si no fuera porque me tengo que bañar. Y eso hago. Luego de terminar salgo de mi habitación y todo es tan silencioso.
-¿Estarán durmiendo todos?-miró detrás de mí y parece una peli de terror. Un pasillo desierto y oscuro, solo la luz de la luna entra por las ventanas.
Bajo las escaleras y las luces están encendidas. Oh, es mi madre sentada en uno de los sofás con una copa de vino y su laptop, nunca faltan los papeles a su lado.
-Mamá-le llamo y ella se detiene a mírame-Pensé que todos dormían, incluyéndote.
-No podía dormir. Me vino una escena a la cabeza y si no la escribo se me olvida-se ríe de si misma. Me siento a su lado pero dándole espacio, bastante de hecho-Por cierto-dice apartando su copa y la laptop a su lado-Tu padre y yo tenemos que irnos por pocos meses. Vamos a terminar de rodar ahora que nuestro protagonista a sido dado de alta del hospital luego de aquél accidente.
-Uf, fatal-recuesto mi cabeza hacia atrás.
Ni que me importara.
-Oye, tu abuela vendrá. Stella más te vale...
-Que me digas Sky-digo mirando el techo con una voz cargada de pereza.
-Como sea...tendrás que ir al hospital por tu cuenta. Estaremos al tanto, el doctor Evans nos...
-Oye mamá,-le interrumpo-hablando de él. ¿Cómo es que conocieron a este doc?
-Tu padre fue quién me dijo y no tardó en contactarle.
-Él luce muy joven-me cruzo de brazos y la miró sin mover la cabeza de lugar-¿Cómo después de ver a tantos expertos vienen a contratar a alguien que se ve tan...inexperto?
-¿Inexperto?-dice asombrada y comienza a reír y me hace pensar que he dicho algo gracioso-Inexperto dice-vuelve a decir entre carcajadas.
-Bueno, ¿me dirás? Para ya de reír-me acomodo para verla de frente.
-Vale, te diré. El doctor Evans, tiene 26 años y no es un doctor cualquiera mi niña. A pesar de su corta edad comparado con los que ya has visto.
¿A no?
-Él fue nombrado prodigio en medicina cuando tenía 16 años.
¿Prodigio? ¿Con 16 años?
-Espera. No entiendo nada.
-Él es muy inteligente en el ámbito de la medicina. Se convirtió en un doctor con todas las de la ley cuando tenía 21 años y su primera operación fue presisamente a esa misma edad.
Es, toy, en, shock...
Hace una semana de conocer a Sky.
Mi madre se ha esmerado en hacer una buena cena para celebrar mi reconocimiento por los doctores de la Universidad Oxford. Otro título más que mi madre colgará en la pared. No me gusta eso pero si no la dejo sería verla llorar. Tan orgullosa que quieres que todos vean que tan bueno soy.
-Hijo de verdad estoy muy feliz por ti-dice mi padre y le miró a mi lado sonriéndome.
La cena fue muy grata y pasar tiempo los tres juntos fue algo diferente. Lo es porque vivo solo y apenas puedo verles cuando me la pasó estudiando de noche y trabajando todo el día. La medicina es mi todo y toma literalmente todo mi tiempo.
-Te ayudaré a limpiar los platos-le digo a mi madre mientras la ayudo a llevar todo a la cocina.
Ella está muy contenta, su sonrisa amplia no puede tomarse un tiempo para descansar.
-¿Has hablado con Kathya?
Oh, ella. Me había olvidado.
-No. Hace unas semanas hablamos por vídeollamada. No tardará en regresar.
-Todo un hombre. Qué rápido pasa el tiempo.
Sus ojos me miran con ese amor de madre y sus lágrimas están a punto de caer.
-No llores porfavor-digo y ella se lanza sobre mi para abrazarme.
-Parece que fue ayer cuando me vistes leyendo un libro sobre el sistema nervioso central y viniste a mi, me miraste con esos ojitos azules y me preguntaste: ¿Qué es eso?
Río al escucharla interpretar esa pregunta con voz fina y supongamos que era la mía en ese entonces. Obvio que no.
-Fuiste mi primera maestra. Tú y papá.
Así es, mis padres también son doctores. Si hoy he llegado a ser un doctor, es por ellos. No empieza ahí... resulta que mis abuelos también tienen que ver con la medicina. Ellos comenzaron abriendo una pequeña clínica que con los años fue creciendo y hoy es un hospital, el cual mi padre heredó siendo hoy su CEO. A mí no me interesa ser parte de los accionistas. Tan solo soy un doctor más que trabaja junto a ellos.
Mi madre me cuenta que cuando tenía unos cinco años la ví leyendo un libro que en ese momento estudiaba. Mi curiosidad de niño me hizo preguntarle ¿qué era eso? y ella simplemente respondió con palabras fáciles de entender para mí en esa edad. Sin darse cuenta implantaban en mi una semilla.
Mi padre entra en la cocina y habla por su celular, acercándose me extiende este y le miró confundido.
-Tus abuelos-dice en voz baja cuando tomó el celular.
-¡David!-escucho a mis abuelos gritar al unisono y sonrío.
-Hola.
-Te vimos en las noticias. Felicidades estamos orgullosos.
-Que bueno escuchar eso.
-Sabes Davisito...
Davisito...no me gusta que me digan asi pero mi abuela es quien único me lo dice, así que no me molestas tanto.
-Tú prima va a pasar la escuela de medicina. Dice que quiere ser como tú.
-Pero que dice esa pequeña si aún le falta terminar el colegio.
-Está muy entusiasmada-ellos ríen, puedo notar que están muy felices por mi reciente logro.
Mi padre me pide el celular y se lo devuelvo luego de despedirme de mis abuelos.
Miró a mi madre que ha dejado de lavar los platos para mirar su celular.
-Me escriben que no coges tu celular. ¿Dónde lo tienes?
-Guardado. Sabía que no pararía de sonar. Cuando esté más tranquilo devuelvo las llamada.
-Kathya quiere hablarte.
-La llamaré luego-tomo los platos mojados y los seco con un paño.
***
Mis padres se fueron hace como una hora y luego de una ducha salgo en toalla y miró mi celular vibrar sobre la mesa. Lo tomo y es un número desconocido.
-Seguro que es alguien para felicitarme-digo y lo lanzo a la cama dejándolo sonar.
Me visto con la ropa de dormir, ya es tarde y quiero ver las noticias antes de dormir.
Tomo mi celular y voy a la sala donde tomo el control remoto y me dejó caer en el sofá de espaldas acomodando me un cojín bajo mi cabeza.
Al encender la tele están poniendo las noticias y alzó mi celular para mirar el historial de llamadas.
-Vaya, si que eran muchos.
Devuelvo las llamadas, amigos, profesores, colegas de trabajo, familia y termino mirando y número que es desconocido. Marco y este contesta en tres tonos.
-Hola-escucho decir-es el doctor Evans.
No conozco esa voz.
-Le llamé porque necesito hablar con usted. Es importante.
Sus palabras me han dado mucho interés pero ¿qué será?
***
Me he levantado un poco más temprano de lo acostumbrado. Aquel hombre y yo habíamos quedado en tener una vídeollamada donde me explicaría un poco más de su asunto importante.
Y aquí estoy en la sala, sentado en el sofá. Vestido listo para salir pero tengo la laptop en mis piernas y miró en la pantalla a quién necesita de mi ayuda.
-Soy Tomás S. Kung.
-Ese nombre me suena...no es el director de series y pelis de acción.
-Asi es-sonríe ampliamente-En un honor que sepa quién soy.
-De hecho el honor es mío en conocerle aunque sea de esta forma.
-Doctor Evans-dice y le noto tomar aire cambiando su risa por seriedad y algo de preocupación-Realmente le necesito.
-Soy todo oídos-me cruzo de brazos recostando mi espalda.
-Resulta que tengo una hija. Ella ha sido diagnosticada con una enfermedad degenerativa. Pedimos que por favor...la sane.
¿Eh?
Río y me disculpo varias veces. Es lógico que eso no puede ser curado.
-Señor Kung. Es usted conciente de lo que me está pidiendo.
-Se que puede hacerlo. Ví las noticias y tiene algo prestigio. Ha tratado personas con cáncer. Encontrado y extirpado tumores complejos y mucho más sin que el paciente sufra el mínimo daño. Ha hecho trasplantes exitosos, participado en proyectos importantes en los que han descubierto nuevos tratamientos, curas y causas de enfermedades que eran desconocidas hasta ahora.
Trago en seco-Vaya, me busco por internet, me siento acosado.
-No he dicho que no acepte...pero curarla. Podría tratarla y talvez alargada sus días de vida pero...
-Por favor-dice con lágrimas en sus ojos y se nota apenado-Cuando mi esposa y yo nos casamos queríamos ser padres cuanto antes pero había un problema. Mi esposa tenía complicaciones y fuimos a muchos doctores hasta que sin esperarlo recibimos la noticia de nuestra bebé en camino. En el vientre de su madre daba problemas con respecto a análisis y pruebas. Al nacer los doctores vieron que no tenía nada alarmante y pensaron que cuando creciera sería una niña normal.
-Se confiaron, muchos lo hacen-digo afirmando, ya que conozco a muchos que no les gusta terminar su trabajo bien y eso es algo que me hace arder.
-Comienzo con los síntomas a los 7 años.
-¿Qué edad tiene actualmente?
-Diecinueve años.
Es jóven.
-Doctor Evans. Mi mujer y yo queremos contratarle con una buena suma de dinero, pedimos que logre salvar a nuestra hija.
Esto sería un gran reto. No perdería nada realmente. Un reto, lo tomo o lo dejo.
-Déjeme pensarlo señor Kung. Le diré mi repuesta en dos días.
A pesar de no haber aceptado él terminó la llamada muy agradecido. Pude ver que tenía cierta fé en qué tomaría su caso. Los rostros agradecidos son mi mayor regalo, no lo voy a negar.
***
Dos días después le di mi respuesta.
Ahora estoy saliendo del aeropuerto y entro en un auto, el cual fui guiado por su conductor y dentro estaba el señor Kung. Conocerle en persona fue agradable, me llevó a su casa en donde conocí también a su esposa, igual de agradable y junto a ella había un hombre de unos cuarenta años, quien me presento como el abogado de la familia. Nos sentamos cómodos y aquel hombre no tardó en extiéndome los papeles del contrato, los tomo en mis manos.
-Antes de leer. Quisiera conocer más de todo lo que le ha sucedido a ella, con respecto a esta enfermedad.
Su padres fueron pacientes tanto como yo. Su hija unigénita y consentida cuyo nombre es Stella solía ser una niña activa, sociable, alegre y muy juguetona, como toda niña de su edad. Cuando fue diagnosticada no tenía noción de lo que ocurría. Era muy pequeña y le fueron ocultas muchas cosas, entre ellos el hecho de que podía morir.
Cuando llegó a la adolescencia su enfermedad comenzó a dar más síntomas y comenzó a afectar su hígado. Tuvo un trasplante de riñón a los catorce años del que salió de forma exitosa y este no fue un problema hasta hoy. Sus pulmones en algún momento llegaron a fallarle cuando tenía alguna actividad física de mucho esfuerzo, provocándole desmayos inesperados. Su estómago dolía a veces, poco apetito. Todo esto se fue controlando mediante tratamientos y también vitaminas.
Muchos médicos de diferentes países y todos dieron el caso por incorregible. Ella iba a morir tarde o temprano.
Amiloidosis...ese era el nombre de esta enfermedad. Lo que llamaba la atención que no era por causa genética como la gran mayoría.
Esta célula llamada amiloide se reproduce lento pero degenera los órganos. Para ser más explícito...esa célula que es obviamente maligna ataca a las células sanas, provocando con el tiempo la muerte de dicho órgano y este eventualmente comienza a dar problemas dejando de cumplir su función. Hay tratamientos, cirugías de transplantes de dichos órganos pero en algún momento-no es después de la adultez- esto termina en la muerte.
-¿Cómo se comporta ella? ¿Cuándo supo de su realidad, cómo lo tomó?
Stella cambió poco a poco. No solo sus gustos físicos sino que también su carácter. Fue llevada a un psicólogo por el temor de los padres a que cometiera suicidio o algo así. Ella finalmente acepto que estaba enferma y que podía morir.
Impulsiva, rebelde, le gusta escabullirse, causar problema, tienen que estar constantemente recordándole su medicamento porque ha llegado a negarse en tomarlo, no le gusta comer comida saludable y...
La lista comenzaba a ser interminable hasta que simplemente les detuve. Respiré hondo y me dije.
-No será fácil-muestro una sonrisa con mi ojos puestos sobre los papeles en mis manos-¿verdad?-les miro para verles asentar con la cabeza algo avergonzados.
Terminé firmando. No sé porque pero lo hice.
Un día me tomo terminar de instalarme en un apartamento-bien amplio, por cierto-que el señor Kung insistió ya que era de su propiedad y no tendría que pagar nada. Al día siguiente fui enviado al hospital donde su CEO me aceptó y me dió la libertad de trabajar entre ellos. También tuve que filmar un contrato con ellos, fui cuidadoso y paciente en leer cada página. Los abogados se encargarían del resto. Por otra parte conocí a quien eran el mejor doctor de dicho hospital e internacionalmente reconocido, también a su asistente y enfermera. Todo el día y casi de noche estuvimos hablando y conociéndonos bastante.
-Eres joven-dijo la enfermera Rebecca con una sonrisa y puso el mechón que tocaba su mejilla tras su oreja.
-Si, pero no quiere decir que sea ingenuo-me limito a decirle fríamente y está nota que exijo más respeto ya que seremos colegas por quien sabe cuánto tiempo-Habrá alguien mas dentro solo que tardará unos días en llegar.
Esa noche llegue a mi nuevo y temporal apartamento, luego de bañarme y cenar tome el expediente de Stella. Leí mucho sobre su evolución en análisis de sangre, exámenes físicos y de más.
Tercer día y finalmente Stella Kung Llanes. Ella está frente a mis ojos finalmente.
¿Viejo verde? ¿Bueno para nada?
Sus ojos me miran y es fácil notar su hipnosis. Sus padres se incomodan con su actitud. No me importa lo que ella diga, solo vine a hacer mi trabajo.
Puedo notar que tenían razón al decirme que es un poco impulsiva. Quise comprobarlo por mi mismo Asi que pedí estar a solas con ella. Al parase frente a mi baje mi cabeza y ella alzó la suya. Me llega al pecho, que pequeña.
Psicológicamente saque mis conclusión basado de sus respuestas y comportamiento. No solo impulsiva sino que para ella todo es un juego. Se cree alguien ingobernable.
Me fue inevitable detallarle. Su pelo es corto por la mitad de su cuello y miro sus ojos, son cafés. Es una chica hermosa pero comienzo a tener un problema con ella.
Luego de escucharla admito que quedé algo chocado cuando me tocó el cuello de mi bata blanca, lo hizo de una forma coqueta. Ella tiene diecinueve y yo veintiséis, son siete años de diferencia. ¿A quién piensa seducir?
Volvimos a vernos en la reunión del salón. Todo bien hasta que interrumpe al doctor Patrick, por primera vez.
-Si seré la cabeza de equipo ¿Algún problema?-dije cuando sentí que dudó de mi capacidad.
Al pasar al frente y comenzar decir lo que me corresponde, ella me detiene.
Vaya chiquita está.
¿Ahora no está de acuerdo? ¿Pero que se cree? Primero me interrumpe y ahora no quiere al personal que fue escogido. Será mimada la *pinqui esta.
En mi interior quedo sin creer lo que acaba de pasar. Acaba de salirse con la suya. Ja, es más molesto de lo que pensé.
Ella es...me saca un poco de mis casillas, para recién conocerla. Espero que podamos llevarnos bien, que sea responsable y copere para facilitar el trabajo. No será así todo el tiempo, ¿o si?
*******************
Ay doc cómo se nota que no la conoces. En fin suerte con eso.
*Pinqui: entiéndase por esto, enana
¿Has entendido de la Amiloidosis?
Esta es una enfermedad 100% real. De hecho miles de personas luchan ahora mismo contra ella. No te preocupes en el camino la conocerás más.
No me hagan escribir una enciclopedia, así que búscalo en San Google (Quien todo lo sabe)😋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro