25
Una semana, dos, tres...un mes.
Ya son dos meses enteros desde que Evans se fue a Inglaterra.
Hace una semana mis padres tuvieron que viajar por trabajo pero sería por una semana, corto tiempo según ellos. A mi no me importa cuanto tarden.
Sigo llendo a clases y por suerte hoy es viernes, mañana no tendré que tomar los libros. Bueno, debería, los exámenes están aproximándose y supuestamente debería estudiar desde ahora para no hacer lo que el resto hace, que es estudiar el día anterior, pero a quién voy a engañar.
Mi celular suena y veo el nombre de Verónica en la pantalla.
—Hola Verónica
—Hola chiquita ¿Estás bien?
—Si—respondo intrigada.
Verónica lleva prácticamente durante todo un mes llamándome y siempre preguntando cómo estoy. Me es raro pero igual su llamada siempre me termina animando.
—Verónica...—quisiera poder hablar con ella de lo que me pasa, de hecho no le he dicho a nadie.
—Dime, háblame de lo que quieras, te escucho.
—Sobre Evans...¿has sabido algo?
—No. Nada de nada.
—Le extraño. No imaginas cuánto extraño el hecho de tan solo está cerca de él y poder verle.
—Te paciencia, él de seguro...
—Le he escrito cientos de veces—le interrumpo—no responde tampoco a los mensajes de voz.
—Tal vez no es que no quiera...
—No duermo apenas en las noches. No tengo ganas de nada.
—Mañana cuando vengas para los análisis de sangre te llevaré a desayunar.
—Ni hambre tengo.
—Ya verás. Te vas a animar.
—Entonces espero ese desayuno como cosa buena.
—Es tarde. Las once de la noche. La verdad temía llamar y que estuviera durmiendo pero quería saber cómo estabas.
—Mi día a sido como cualquier otro sin Evans. Aburrida y solitaria.
—Nos vemos mañana, ahora mejor trata de descansar.
Nos despedimos y luego de dejar el celular a un lado pienso que tal vez ese desayuno con ella me anime y pueda pensar en algo más que no sea Evans.
Bueno, intentaré dormir ahora.
***
Sábado en la mañana y estoy en el hospital. Apenas llegué busqué a Verónica y está me llevo al laboratorio, adónde extrajo sangre de mi brazo y la Vi dejando el frasco a un lado con una nota, bueno no una nota normal, más bien cosas que yo no entiendo y ellos saben.
—Bueno ya podemos ir a por ese desayuno.
Junto a ella caminando me doy cuenta que vamos en sentido contrario a la salida.
—No me digas que me llevas a la cafetería del hospital.
—Bueno, no a la cafetería que van todos.
Entramos por un pasillo del que jamás me había percatado. En una puerta al abrir el frío me golpea en la piel y miro a todos, absolutamente todos eran trabajadores, entre médicos y enfermeros y otros. Ni un paciente o visitante.
—Que grande—fue lo primero que noté.
—Aquí no es tanta la diferencia con la otra cafetería que sueles ver. Pero es algo más privado para los trabajadores, estar cómodos.
—¿Pero por qué la preferencia por apartar a los médicos y enfermeras de los pacientes y visitantes?
—Como ya te dije, privacidad. ¿Te gustaría comer con un visitante luego de que su pariente es cuyo paciente no pudiste cumplir sus espectativas?
—Bueno...cierto...yo le tiraría la comida encima.
—Ya vas entendiendo.
Y no me despegue de ella ni por un momento, era mi guía y estaba yo algo incómoda siguiendo sus pasos.
Verónica noto mi inquietud al notar que no movía más que los pies y miraba como niña tonta y apenada a todos.
—¿Sky?—la miré y ella me extendió una bandeja ya con todos servido.
—¿En qué momento, tan rápido?
—Estabas mirando al espacio.
—Mira detrás de ti.
Lo hice y estaban unas mujeres y entre ellas reconocí a una, muy sonriente que no había notado mi presencia.
—Ya me quiero ir.
—No digas eso.
—Es mucha tensión estar cerca de ella sin contar que se atrevió a levantarme la mano.
—Hace un mes de eso y creo que se disculpó.
—Lo hizo y se lo deje pasar por estúpida, tenía que haberselo devuelto.
—¡Doctora Kathya!—Verónica la llamó y le abrí los ojos tan grande como pude.
—Hey. No te había visto hoy—escucho que le responde.
—Aqui está Sky, vino para los análisis.
Me volteo lento y sonrió pesadamente, alzo mi mano, mascullo un hola y seguido a esto ella no tiene la intención de hacer lo mismo por el buen común.
—¿Sky?...no debería estar aquí, o sea, que está cafetería es solo para los trabajadores y usamos tarjetas para controlar esto.
—Verónica me invitó, así que si puedo estar aquí.
—No lo decía por mal—le noto una expresión disimulada pero claramente irónica—Solo decía.
—Odiosa vieja de quinta—susurra mientras me giro a Verónica en frente de mi—¿Por qué?
—Deberían llevas bien.
—Imposible, imposible. Ni que fuera ella la causa de todos mis males...espera...—quedo pensando.
—Sky—miro a mi lado y es Kathya quién tiene su bandeja en mano vacía—El lunes debes venir. Tendremos una reunión todo el equipo, deben estar tus padre presentes.
—...—solo me límite a mirarla, su pelo rubio estaba trenzado y a un lado.
—¿Me oíste bien?
—Mi enfermedad no afecta mi oído.
—Por suerte. Verónica nos vemos luego.
Ella va a continuar su camino y me pongo en pie llamándola, se detiene y solo gira su torso.
—No creas que puedes estar por encima de mi, con ese comportamiento asqueroso.
—¿Qué yo he hecho?—dice la mosquita muerta.
—Piensas que lo tienes en tus manos pero no es así. Cuando él estaba conmigo...no sabes cómo reaccionaba.
—No necesito saberlo, conozco a Evans muy bien y sé cómo piensa.
—Él sentía lo que nunca contigo.
Observé como entrecierro sus ojos y se acerco mostrándose muy tranquila. Se inclinó y hablo solo para que yo la oyera:
—Yo soy quién está por las noches en su cama. ¿Crees tener más que eso?
Hija de p***. Me provoca a darle esa cachetada de vuelta, pero no creo que Evans me vea bien luego de eso...Aaaayyyy pero que ganas.
—Eso pensé—sonrió luego de saber que yo no tenía palabras para responder a eso.
Simplemente la dejé irse y apreté los puños a los lados de mi cuerpo. Es cierto, el hecho de que sea ella quién esté en su cama me deja totalmente fuera.
—Estúpida—dije y quedé totalmente paralizada, enojada.
***
Volví a casa y para que contar, el tiempo paso volando y ya era casi de noche. Los días pasan tan rápidos porque me acuesto en mi cama y cierro los ojos viendo el rostro de Evans y lo último que ha dicho aquella vieja bruja de Kathya me dejó pensando mucho. Me es una tortura de solo imaginarlos.
—Basta de esto...Sky tienes que levantarte, no dejes que esa mujer logré su objetivo.
Salí de la cama y completamente decidida fui a por una ropa sexy que me haga diferente esta noche.
Ropa oscura, pegada a mi cuerpo y ligeramente sensual. Eso es lo que quiero.
Por primera vez uso maquillaje. Los labios bien rojos como si de sangre se tratara y una sombra oscura.
—Joder parezco gótica...como sea, es algo diferente
Esta noche no me quedaría llorando, o en la cama tratando de dormir y pensar en lo mismo que he estado estos dos meses.
***
Bar Fortuna
Entré en el bar y deje que la noche se adueñara de mi. Así lo decidí hoy.
Pedí una botella solo para mí y entregue la tarjeta que mis padres me dieron, no suelo usarla así que tiene suficiente como para comprar un boleto de avión y perderme...otra opción para olvidarme de todo.
—Bueno...estar sola es aburrido.
La música me encanta y estoy sentada junto a la barra cuando tomo mi celular y llamo a mis dos únicos confidentes.
—Mi peliroja teñídaa.
—Sky ¿y esa música tan fuerte? ¿Donde estás?
—En el bar...llama a Ty, los estoy eaperando.
—¿Qué te pasa? Tuviste una operación hace dos meses.
—¿Me dejarán sola?—cambio el tema—Bien, beberé por los tres.
—¡No! Está bien. Esperanos, ya iremos para allá.
Perfecto. Será una noche genial y podré despejar mi mente de todo...y todos.
Bebí sedienta cerrando mis ojos con fuerza. Sentía el líquido frío bajando y encendiendo como fuego por dónde hacía su recorrido. Entre en la pista donde muchos bailaban descontrolados y yo solo era una más.
Perdí la noción del tiempo. Sentía que todo a mi alrededor era nulo, solo la música, era lo unico que permitía que mi cuerpo escuchara, entendiera y me dejó llevar sin tener idea de lo que hago. Todo me da vueltas, el estómago me arde y siento mis pies cansados de tanto bailar. Me detengo mareada y allá están la barra, Nina y Ty mirando a todos lados.
—Ho, hola tortolitos ¿Me buscaban?
Narra Nina
—Ho, hola tortolitos ¿Me buscaban?
—Sk..—me alegre de verla pero...¡qué rayos!—¿Sky y esa ropa?
—Un cambio de look. Les gusta.
Miro a Ty a mi lado y está igual que yo de anonadado.
—No eres tú—dice y la mira de pies a cabeza.
Miro su mano y ahí está la razón de sus ojos desenfocados y descontrol corporal.
—No puedo creerlo—le arrebate la botella y la miré con tan solo dos dedos de alcohol—¡¿Te has bebido todo esto tu sola?!
—¡Vamos a bailar!
—¿Qué hacemos?—Ty me acerco a mi oído.
—No podemos dejarla—le miré y su rostro estaba cerca, ¡uy!.
—Sky ¿por qué mejor no nos vamos ya, mira la hora?
—Acabaron de llegar, no seas aburrida Nina.
Comienza a bailar y la ropa negra, corta y apegada a su cuerpo la hace ver bonita por otro lado Jack Sparrow tiene más estabilidad de moverse que ella.
—Estás fatal.
—¿Se nota?—ella sonríe amplio—Lo dices por como me veo por fuera o por dentro.
—Necesitas una charla. Vamonos de aqui
Ella se acercó a la barra y le gritó al hombre tres tragos. Este de inmediato los sirvió en vasos y los dejo para que lo tomaramos. Ty y yo tomamos el nuestro, ví a Sky tomando el suyo y justo en ese momento, antes de que lo bebiera Ty se lo arrebata de las manos y lo liga con el suyo. Luego lo bebe de golpe.
Tan guapo cuando pasa por su garganta y sus labios quedan mojados.
—¿Por qué? ¡Era mío!
—Es hora de irnos—hace sonar el vaso al ponerlo en la barra.
—Lo mismo digo.
—Resulta que ahora sí concuerdan en todo lo que diga el otro—mientras ella habla nosotros nos miramos—Yo me quedo y me vale madres que...
Ty asienta, capte la referencia al momento. Juntos la tomamos por el brazo y la jalamos por la fuerza.
—¡Son unos aguafiestas! ¡Pensé que estarían conmigo divirtiéndonos, pasando la noche por lo alto!
—No parece que necesites está clase de diversión—digo y puedo verlos cerca de la salida.
Cuando atravesamos la puerta la música ya no se escuchaba con aquella intensidad. Ahora lo intenso era Sky, comienza a retorcer sus brazos y terminamos soltandola.
—No quiero estar aquí afuera, vamos dentro.
Intento pasar entre nosotros y la detuvimos. Comenzó a llorar de repente, eso hace el alcohol, es una de las fases comunes pero no sé ve como un llamado por estar ebria.
—Quiero acabar con ella.
La escuchamos y la vemos caer arrodillada rompiendo en llanto sin pudor.
—Ella gana, yo no puedo tener el lugar que tiene.
—Hablanos—nos acuclillamos para ver su rostro y se veía tan destruida.
—Evans... él...no soy nada, nunca llegaré tan siquiera a ser algo. Soy solo una obstáculo en su relación.
—No te pongas así—la abracé y me alejo tapando su boca—¿qué pasa?
Me aleje a tiempo de que vomita en el suelo.
—Creo que debemos llamar a la enfermera, Verónica. No creo que deba beber tanto.
Mientras sostenía el cabello de Sky, Ty tomo el celular de su bolsillo y llamo a Verónica.
Sky se ve cansada y habla mientras llora.
—Él va a volver, ¿verdad? Se siente todo tan pesado sin él. Es tan aburrido y duele, lo extraño demasiado. Envidio a Kathya que lo tiene cuando quiere.
Era triste ver a Sky así. Solía verla reír, enojarse, jugar, bromear...pero llorar y de esta forma, no quiero verla nunca.
Narra Verónica
Espero afuera junto a una compañera y un compañero, ambos enfermeros.
—¿Cuando van a llegar?—pregunta Jessica y alzo los hombros sin saber la respuesta.
—Tomarían un taxi. Espero sea rápido.
—Esa chica está loca. Hace dos meses que se operó y ya está bebiendo hasta perder el conocimiento—Dayron comenta y estoy de acuerdo, eso es algo irresponsable de su parte.
—Allí—el único taxi que veo acercándose—Deben de ser ellos.—me acerque más a la calle y el taxi se detuvo justo frente a mi.
—Señora Verónica ayúdenos—x,dijo la chica desesperada y algo asustada.
Cuando esta sale entro la mitad de mi cuerpo en el auto y veo a Sky despierta pero muy desorientada, como si estuviera con sueño, del otro lado el chico.
—Chiquita vamos dentro—trato de que me miré tocando su hombro.
—¡Verónicaaaa!—vaya grito a pegado con una sonrisa amplia. Me extiende sus brazos como niña y su amigo desde dentro me ayuda a poder sacarla.
—Sky ¿por qué?—estoy algo decepcionada con su comportamiento y ella se abraza a mi.
—Verónicaaaa—arrastra mi nombre y siento su aliento a alcohol—Quiero morir—su voz de quiebra.
Eso no me gustó para nada escucharlo y sus amigos están muy sorprendidos, mirándola.
—Necesitas acostarte ya.
—No quiero...—me empuja con fuerza y se tambalea hacia los lados, pensé que caería.
—Sky, vamos dentro para que te atiendan—la chica de pelo rojo quería acercarse
—No necesito que me atiendan—Sky se aleja a punto de llorar—Solo quiero morir de una vez, solo así se resuelve.
—Deja de decir tonterías. ¡Vamos!—digo enojada.
—¡NO!
Trataba de ir a por sus brazos pero me huía a toda costa. Todos tuvieron que intervenir y Sky comenzó a mostrarse agresiva entre lágrimas, se negaba a que la ayudaramos. Movía sus manos violentamente y sus pies dejaban ver su desequilibrio.
—¡No quiero! ¡Ustedes no me quieren! ¡Nadie!
—¿Qué dices?—Sky mira a Nina, quién está llorando sigilosa y noto que está nerviosa—No digas cosas triste Sky. Estamos aquí para ti.
—¡Mentira!—llora y le grita molesta—¡Solo me tienen lastima, sabía que esto pasaría, por eso no quería que lo supieran!
—Sky no te tenemos lastima, solo queremos protegerte—el chico estaba detrás y logro sujetar sus hombros.
—¡Puedo protegerme sola!—lo empujó y este bajó la acera asustandome de tal peligro con los carros en la calle.
No tengo opción más que usar la fuerza. Miré a Jessica y Dayron, ambos captaron mi señal y tuvimos que ir a por ella. Cada uno sostuvo sus brazos y pies. Era imposible caminar en línea recta mientras ella se movía de forma tan brusca. Una vez dentro tenemos que subirla en una camilla y no soltarla. Jessica a mi lado está algo molesta.
—Traeré un sedandante—asentí a su idea y tomé su lugar sujetando su brazo y pegando el hombro a la camilla.
—¿Kathya está aquí?—por un segundo dejó de moverse y me miró.
—No. Ella está en el...
—Apartamento—me completa y no es lo que iba a decir si eso cree, pero llora moviendo sus pies, Dayron la sujeta fuerte y recibe golpes por ello, se callo un segundo—De seguro ella habla con él todas las noches antes de dormir.
—¿Te refieres al doctor Evans?
—¿Por qué no responde mis mensajes? Mis llamadas... él me ignora Verónica—sus lágrima llegan a mojar su oreja y comienza nuevamente a moverse violenta.
Veo a Jessica, por fin, con la jeringa en mano y lista, toma el lugar en el que estaba. Trato de inmovilizar el brazo de Sky pero ella mira las intensión es de Jessica antes.
—¡No, no!...¡¿qué vas a inyectarme?! ¡Aléjate de mi!
—No es nada, solo tratamos de calmarte.—es fuerte y me alegro por eso pero ahora necesito que este tranquila ahora.
La sujetamos por todos lados, sus amigos por supuesto también estaban ayudando. Finalmente recibe la inyección. Al contraer un poco su músculo es obvio que le dolió pero tuvimos que hacerlo, prácticamente nos vimos obligados.
Sky queda poco a poco perdiendo fuerza y todos la van soltando, menos yo.
—Tranquila...tranquila—peino su cabello con mis dedos quitando los mechones de su rostro—Te prometo que ya no volverás a sentirte a si...y no es que él te ignore.
Ella cierra sus ojos respirando más despacio y sus ojos empiezan a cerrarse.
—¿Cómo...lo sabes?—el sedante ha hecho efecto y sus ojos se cierran por completo.
—Sobre eso, es un secreto que debo guardar, lo siento. Descansa y mañana todo cambiará, te lo prometo.
De repente sentía mis ojos siendo alumbrados y los abrí incomoda. Ví la ventana con las cortinas apartadas y era la razón por la que la claridad del día me molestaba justo en la cara.
—Joder... que mareo.—me siento poniendo las manos en mi cabeza.
—Vaya. Pensé que dormirias más—una voz masculina y fría.
Esa voz, la reconozco.
Miro justo al frente a unos metros un hombre sentado. Sus pies cruzados y sostiene un documento en su mano derecha mientras con el codo de su otra mano está recostado. Pone en sus pies dichos papeles y miro sus ojos azules que me miran, su pelo rubio.
¿Estoy soñando? No me lo creo.
Le observo detalladamente: Se pone en pie dejando los papeles en una mesa pequeña a su lado. Se acerca poniendo sus manos en los bolsillos de su bata blanca.
Mientras hace esto estoy boquiabierta procesando si es un sueño o una realidad... ¡Evans, está aquí!
—¿Te volviste loca Sky?—miro una vez más sus ojos tan azules como la profundidad del océano—Has bebido, ¿cómo se te ocurre?—miré sus labios que se movían soltando regaños y más regaños,me dejaba como idiotizada—Van a ser dos meses de...
Salté sobre él y le abracé de repente. Le abrace fuerte poniendo mi cabeza en su pecho. No pude resistirme al impulso.
—Evans...eres...¿esto es real?
Cerré mis ojos y tenía tantas ganas de llorar que no era posible resistirme.
Noté que sus manos no se movieron o tan siquiera salieron de sus bolsillos, no le obstruía en nada. Simplemente no quería corresponderme.
—¿Por qué tomaste tanto Sky?—se escuchaba un poco menos frío que hace un segundo, cuando estaba algo molesto.
—Te extrañaba...demasiado.
No quería soltarle, tenía miedo. ¿Y si se vuelve a ir, pero esta vez pudiera ser por más tiempo? ¿Que haré?
—¿Me, extrañaste?—dijo con una voz ronca y la sentí muy cerca. Asentí con la cabeza como respuesta a su pregunta.
—Te mandé tantos mensajes, llamadas que hice y fueron a tu buzón. ¿Por qué no respondiste?
—Tenía muchas cosas que hacer. Realmente estaba...muy ocupado.
Me separo de él y miro sus ojos. No es un sueño, es Evans realmente en frente de mí. No podía apartar mis ojos de él.
—¿Pensabas qué no volvería?—estaba aterrada de pensar que no lo harías—Ya estoy de vuelta.
***********************
¡¡Aaaaaahhhhh volvió Evans!!
Hasta yo me emociono jajaja.
Veamos qué ocurre ahora que él ha vuelto.
¿Qué pasa por su cabeza?
¿Qué decisiones tomará respecto a Sky y Kathya?
¡¡¡¡¿En qué va a acabar todo esto por Diossss?!!!!
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