20
Luego de no esperarme la presencia de Evans y pegar un grito de esa manera, aclaré mi garganta y hablé con normalidad.
—¿Qué haces aquí?
—Cuidando de ti. Llevas horas con fiebre. Íbamos a darte algo de comer.
La empleada se va dejándonos a solas y escucho la puerta al cerrar.
—O sea...¿hace cuánto tiempo estás aquí?
—Desde esta mañana—mira el reloj en su muñeca—Han pasado unas... cinco horas desde que llegué.
¿Tanto? ¿Cuánto dormí? Y...
—¿Qué hacías en mi baño?—le miró sentarse a mi lado.
—Tu fiebre no se quiere ir, así que preparé la tina para que te des un baño.
Miró un plato con sopa y frutas cortadas, en la bandeja, sobre la mesita de noche a mi lado.
—¿Qué mierda es esto? Solo falta un babero. Ni que fuera bebé.
—Esto es lo que debes comer para mejorar, no hamburguesas o cosas grasosas.
—Prefiero la pizza sino te importa.—me cruzo de brazos y él no dice nada.
Respira hondo–amo cuando lo hace– miro sus ojos desviarse hacia abajo. ¿Enojado por lo que dije? Él alza su cabeza y me asombro de ver sus mejillas sonrojadas, nuevamente evita mirarme.
—Evans ¿Te ocurre algo?
Él me mira y sus ojos azules están más brillantes que de costumbre. Hermosos.
—No, no pasa nada—se inclina y toca mi frente y cuello con la parte exterior de su mano—Si no quieres comer ahora entonces vamos para que tomes un baño.
—No tengo ni fuerzas para salir de esta cama. Solo entro a ese baño si me ayudas a bañarme.
—¿Qué?—se me que escapa una risita y la escondo disimuladamente—¿Hablas en serio o estás tomando la oportunidad?
—De hecho me siento muy débil, o más bien debería decir muyyy débil. Realmente deberías ayudarme.
—Eres buena inventando excusas.—arquea una ceja y por su expresión no tiene tampoco ganas de llevarme la contraria.
Justo en frente de mi toma mis manos y me hace ponerme en pie, gruñó bajo al sentir dolor en mi estómago como un latigazo repentino. Mi cuerpo se siente débil, no bromeó con eso y por mucho que me pida mover mis pies, lo hago dolorosamente. Finalmente el resopla y me pide que abrazo su cuello. Me carga en sus brazos y sonrió al sentir cuan fuerte es. Toma decisiones rápidas cuando se desespera.
En el baño, fue cuidadoso y me dejó sentada en en borde de la tina, recostada a la pared. Le miraba quitar su reloj y guardarlo en su bolsillo. Abrió el grifo, reguló la temperatura, el agua corría por su antebrazo y me encantaba ver cómo se asomaban unas venas casi imperceptible en su piel blanca.
—Que guapo eres—digo y este no dice nada, solo aprieta sus labios—¿A cuántas tienes derretidas por ti? Incluyéndome claro—se sienta en el otro extremo de la tina y como yo, se recuesta a la pared.
—¿Te derrites por mi?—me pregunta y asiento con la cabeza. Aclara su voz y adopta una expresión sería típica de él—Cuando llegué está mañana te encontré hablando en sueños, dijiste mi nombre muchas veces ¿Se puede saber qué rayos estabas soñando?
—Si, estaba soñando contigo. De hecho era nuestra cita.-sonrío apenada y muy avergonzada
—¿Cita?
—Si, la que no pudimos tener hoy. Me debes una cita, Evans—cansada recuesto mi cabeza.
Tengo mareo y cierro mis ojos. Siento sus manos en mis hombros pidiéndome que abra mis ojos. Lo hago pero siento un dolor en mi estómago.
—Sky—le ví preocupado y esperó a que mejorara mi semblante por unos minutos—Bien. Quita tu ropa y entra en la tina, estaré afuera. Llámame si me necesitas ayuda.
—Evans—le llamo y él se detiene, se gira en el lugar—Necesito tu ayuda, apenas tengo fuerza.—soba su cabeza por detrás y se acerca tomando una toalla colgada a su lado. Se acuclilla delante de mi.
¿Realmente me va a ayudar? Extiende la toalla en mis piernas cubriendome y me avergüenzo demasiado cuando sus manos se deslizan por debajo. Ha sujetado el borde superior de mi short, pero se detiene.
—Es incómodo, ¿no es así?
—Está bien. Necesitas mi ayuda después de todo.—alzo mis caderas un poco y él desliza el short terminando por caer al suelo con mi ropa interior—Necesito que te voltees. Pon los pies dentro de la tina.
Obedezco y le doy la espalda empatando las puntas de la toalla detrás, así no ve mi trasero. Siento sus manos frías en mis caderas y ascender a mi cintura rozando mi piel suave. Mi corazón va a explotar. Finalmente la blusa sale por mi cabeza y brazos.
Bien, estoy desnuda y el silencio es demasiado incómodo, no pensé que me sentiría tan nerviosa. Entro en la tina despacio acostumbrándome a la temperatura, se siente fría pero de seguro a de ser por la fiebre. Miró a Evans voltearse sabiendo que es para irse pero antes tomo su mano.
—Quédate. ¿Qué pasa si me desmayó? Si te vas no lo sabrías y no quiero morir ahogada.
Es mi oportunidad. Wiii. Debo añadir que el exagerar las cosas es una buena forma de convencer.
—Sky.—respira profundo mirando a un lado-Está bien pero no demores mucho.
Se sienta en el suelo dándome la espalda, recuesta su espalda en la tina y me acerco a su lado poniendo mis brazos cruzados y mi cabeza sobre estos para mirarle de perfil. Miro sus labios.
—En mis sueños...—digo atraída a sus labios y tocó los míos recordando—me besaste.
—Pues fue eso, un sueño—continúa mirando al frente. Con mi mano y tomo aquella mejilla al otro lado y volteo su rostro a mi, aprovecho para acercarme un poco embobecida.
—Me besaste tan suave.—él despega sus labios y noto que se relajan—Evans, vas a enamorarte de mi—toco su frente con la mía y luego mi nariz a la de él—Te va a enamorar perdidamente de mi.
Él no me alejó, en cambio ví sus ojos puestos en mis labios. Quería besarle y al tan solo rozarle él interpuso su mano. Tapó mi boca.
—No voy a enamorarme de ti. Mucho menos perdidamente.
Rodeé mi mano en su muñeca, tan solo besé la palma de su mano. Le miré a los ojos y estaba fruciendo el ceño leve, me di cuenta que soltó un jadeo.
—¡Basta Sky!—alejó su mano bruscamente—Termina, quiero examinarte luego.
Pensé que mejor no le molestaba más. No quería que se enojara o fuera.
***
Luego del baño me siento un poco mejor, pero de igual forma él me cargo en sus brazos y me trajo de vuelta a la cama vistiendo la bata de baño que me abriga perfecto. Estoy temblando de frío y Evans insiste en que debería comer. Me da igual, aunque no tengo hambre hago el esfuerzo.
—¿Sky a qué edad comenzaste a beber alcohol?
—No suelo hacerlo, la verdad, pero creo que fue justo cuando iba a entrar a la universidad con Nina y Ty.
—¿Qué tan frecuente era?
—¿Por qué me preguntas eso?
—No sé si te diste cuenta, pero la fiebre que tienes no es por un resfriado. Es tu hígado colapsando.
Eso me aterró escucharlo y le miré con miedo a lo que pudiera pasarme en las próximas horas.
—¿Voy a morir?
—No puedo operarte de inmediato. Tampoco puedo hacerlo mientras tengas fiebre. Espero mejores y no tener que posponer la cirugía.
—Pero voy a morir.
—No. No mientras yo esté aquí.
Me siento triste y me envió de hombros. Siento mi estómago retorcerse, no, no es mi estómago exactamente. Pongo mi mano sobando y el dolor estaba aumentando.
—¿Sky?—puso su mano justo a las mías en mi barriga y caí de costado en la cama—¡Sky!
—Duele.—me encogí haciéndome una pelotita.
—Te llevaré al hospital.
No dije nada. Él solo dijo que llamaría a una empleada que me ayudara a vestirme y llevarme de inmediato al hospital.
***
En el cuarto del hospital:
—Tomaré tu temperatura, será mejor que te acuestes.
Toma mi nuca dejándo mi cabeza en la almohada con cuidado. Le miro cada movimiento y pone un termómetro bajo mi brazo, luego espera.
—Tu fiebre no ha subido más pero igual no me gusta que estés así.
—¿Te preocupas por mi?
—Por supuesto.
—¿Por el contrato...o porque ya te gusto?
Tocan a la puerta justo cuando iba a responder. Miramos a Kathya asomar su cabeza y luego entra cerrando la puerta.
—Hola Sky.—me sonríe y la ignoro-¿Evans a vuelto a tener fiebre?
—No—les observo hablar—Sky, ¿te duele ahora?
—Solo un poco, puedo soportarlo.
—Yo me quedaré para examinarla, también me gustaría charlar un poco con ella.
Ay no, ¿hablar con ella? Que pereza.
—Mandaré a hacerle una prueba hepática—Evans le dice a Kathya y está asienta ya tomando el estetoscopio del bolsillo de su bata blanca.
Evans me entrecierra sus ojos ¿Por qué me mira así? ¿No pensará que voy a decirle algo a Kathya o si? No es mala idea. Él se va y quedé pensando con esa advertencia silenciosa.
Kathya pone sus manos sobre mi examinado en mi barriga.
—Tú y Evans se llevan muy bien.
Lo sé querida.
—A Evans le gusta que todo sea muy organizado. Imagino que no te guste su método.
—Solo me aterran poco el hecho de esa cirugía, nunca habían puesto un bisturis en mi cuerpo.
—Entiendo.—ella termina en mi barriga y comienza a ver mi presión—Si ayuda de algo te diré que Evans tiene muchas habilidades dentro de la medicina.
—¿Habilidades? ¿Cómo cuáles?
—Evans no se decide por una especialidad así que sabe de muchas. Cardiología, Cirugía General, Anestesiología, Medicina Intensiva, Dermatología, Obstetricia y ginecología...
—Espera, ¿todo eso?
—A él le gusta mucho estudiar. Todavía no voy por la mitad.
—No se puede aprender todo eso
—demasiado impresionada para procesarlo de una—¿De qué va el cerebro de Evans?
—Él continúa aprendiendo. No creas que lo sabe todo.
—Para mi ya sabe demasiado.
Kathya toma la silla y se acerca sentándose cerca de la cama. Me llama la atención la forma en que toma aire y traga saliva, me mira y sonríe.
—Cuando Evans haga ese transplante te sentirás mucho mejor. Luego de eso te advierto que será muy estricto y hará que hagas todo lo que te pide.
No necesita decírmelo, la personalidad de él me lo dice.
—Evans tiene una gran responsabilidad contigo y debe cuidarte o tus padres podrían ponerle la soga al cuello.
—¿A qué te refieres con "la soga al cuello"?
—¿Olvidas que hay un contrato de por medio?, tus padres ofrecen mucho dinero. No creas que no hay clausuras que lo perjudican. Él debe evitar todo lo que no sea profesional y o su carrera se ve...no en peligro exactamente, pero si una advertencia que podría manchar su perfecto expediente.
¿Evitar todo fuera de lo profesional? ¡Eso quiere decir...!
—Bueno, debo irme. Vamos a hacerte el exámen a ver cómo está el estado de tu hígado. Evans necesitará ese exámen para tu cirugía.
Kathya
Salí dejando a Sky en su cuarto y puse el estetoscopio alrededor de mi cuello para poder meter mis manos en los bolsillos de la bata.
Estaba inquieta, no podía dejar de pensar en aquello, Evans no actúa igual.
Miré al doctor Patrick en el buró de la recepción del piso junto a una enfermera que le sonreía y hablaba muy allegada.
—Doctor Patrick.—le saludé una vez que llegué junto a él, saludé a la mujer que tenía en frente.
—Perdona—se dirige a la enfermera—Necesito hablar con ella.—la mujer entendió y mientras ella se alejó nosotros nos disponemos a caminar por el pasillo—¿Y?
—Nada.
—Kathya vas a tener que hablar con él. No puedes esperar a descubrirlo por ti.
—Evans no me dejará verlo. Su personalidad es muy cerrada y aún si le pregunto él dirá lo que cree es correcto.
—Crees que mienta si te lo dice.
—Evans no es de mentir...pero desde la cena de anoche no sé que decir.
Estábamos llegando a la puerta de la consulta donde de seguro Evans estaría dentro.
—Me dijo que había hablado contigo y por eso demoró. Si no hubiera sido yo la que realmente estaba hablando contigo de seguro le hubieras creído. Confiaba en él, hasta hoy.
Abrimos la puerta y estaba Evans sentado en su escritorio hablando por su celular. Al escucharnos se voltea.
—Perfecto profesor. Nos vemos en dos semanas—dice y cuelga—Adelantaremos la cirugía para mañana a primera hora.
—Pero debemos esperar, no sabemos si le dará fiebre otra vez.
—Lo sé, pero puede que no le dé fiebre.
Se abre la puerta y entra una enfermera.
—Que bueno que están los tres. Necesitamos ayuda en urgencias.
Y los tres fuimos sin pensarlo dos veces junto a aquella enfermera.
Dos hombres habían tenido una fuerte pelea. Uno de ellos resultó terminar herido por una navaja de bolsillo, una cortada un poco profunda y algo larga en su espalda. Yo le atendí mientras en la otra cabina estaba el doctor Patrick con el otro hombre que tenía el hombro dislocado y muchos vidrios incrustados en su torso.
—Vaya pelea—digo terminando el último punto de sutura y este está acostado bocabajo.
—Ese cabrón le voy a matar cuando lo vea.
—En un hospital...lo dudo.
—¡No sabe lo que ese imbécil me hizo!
—¡Te estoy escuchando!—responde el hombre de la otra cabina—¡Imbécil tu madre!
—¡Para la próxima en vez lanzaré botellas a tu cabeza!
—¡No tienes los cojo*es!
Un enfermero se acerca y le miro dejando ir en claro que necesitaré manos extra si el paciente le da por comenzar una pelea otra vez.
—¡Doctor Evans!—es la voz del doctor Patrick y entendí que el otro hombre no parecía tener intenciones de calmarse.
—Los dos se calman o llamaré a la policía.—dije volviendo a limpiar la herida.
Ambos seguían amenazándose y me estaban hartando un poco. No hacían más que decir que matarían al otro una y otra vez.
Terminé quitando los guantes y entregue al enfermero la ropa de protección con la que me cubría la que llevaba puesta.
—Cállense de una vez.
—Cállate doctor de...
¡¿Cómo?!
—Quieren matarse...bien.
Abrí la cortina que dividía ambas cabinas. Él doctor Patrick terminaba de poner la venda y ambos sujetos se miraron.
—¡Vamos! ¡¿Quién da el primer golpe?!—dije mirando a ambos, quisieron moverse pero gruñeron de dolor a la vez—¡No pueden ni levantarse de la camilla ninguno de los dos! ¡Dejen las provocaciones de la puerta del hospital hacia afuera! ¡¿Entendido?!
Ninguno respondió pero sus expresiones fueron clara.
***
Salí de urgencias y dos más enfermeras me saludaron antes de pasar por mi lado. ¿Saludo o no? No soy muy sociable.
Mi celular vibró en el bolsillo librándome de tomar una decisión.
Era el profesor y decía haber llamado al resto de su equipo. Todo estaría listo en una semana.
Ahora solo quiero pensar en una cosa, una persona que no sale de mi cabeza últimamente y me preocupa mucho su condición.
***
Cuando entre la vi acostada con su celular riendo. Cerré la puerta y ella me miró.
—Oh, pero si es mi doctorcito.
—¿Cómo te sientes?—me acerco a ella poniendo las manos en los bolsillos.
—Bien, supongo.
Pero fuera es lo que quieres aparentar, por dentro...
—Evans...
—Adelante la cirugía para mañana.
—¿Que? ¿Por qué? ...
—Tu padres lo saben también.—digo antes que siga—Te quedarás y ya sabes, seguridad tiene las cámaras sobre ti.
—Me vas a tener como fugitiva.
Solo me limito a mirarla y ella se ríe. ¿Ya se dió cuenta? Pues si, claro está de que si.
—¿A qué hora será esa cirugía?-su sonrisa se esfumó.
—Apenas te despiertes.
—Estarás en el hospital.
—No. Iré a casa a descansar bien.
—¿Con Kathya duermes bien?
—Si, duermo bien. Ahora ve a dormir. Nos veremos mañana.
—Evans ¿estarás seguro de lo que haces?
—¿Me estás subestimando?
—¿Has realizado operaciones antes?
No sé porque pero eso me ha dado gracia.
—No, nunca lo he hecho.
—¿Qué?
—De hecho creo que es lo peor que se me da.
—¡No me jodas!—sale de la cama y al parecer piensa escapar. La detengo tomando sus hombros e inerponiéndome en su camino.
—¿A dónde vas?
—Ni de coña me oyes.
Solo río a carcajadas y me divierto viendo su expresión.
—Tranquila. Si he operado antes. Claro que lo he hecho.
—¿Ahora lo contrario? Eso me afecta psicológicamente. No puedes hacer eso ahora me quieres volver loca.
—Es cierto. Perdón por eso. Pero necesitaba devolverte el favor.
—¿Qué favor?
—Tú llevas atacándome psicológicamente desde que te conocí.
—¡Ah, con que vamos a hablas de los ataques psicológicos!
—Basta ya.—la llevo hasta la cama y ella sube—Ahora a dormir y que sueñes el viejo del saco.
—Ja, yo no creo en esas cosas de niños.
Miró como se cruza de brazos y viene a mi cabeza aquel momento. Está vez sonrío cuando aquellas palabras y mirada se vuelven a mi mente.
—Buenas noches Sky—me despido y me doy la vuelta.
—Oye—me detengo al escucharla. Me volteo por curiosidad al no sentir ni un sonido.
Ella me abraza.
¿En qué momento salió de la cama? No hizo el mínimo sonido. Solo vino a mi y se lanzó para abrazarme.
—¿Puedo confiar en ti?
—Si. Puedes hacerlo.
Alza su cabeza mirando mis ojos.
—Y si muero en ese quirófano...
Tomo su rostro con ambas manos, más que sorprendido, lo que ha dicho, me ha removido por dentro.
—No digas eso. Saldrás mejor, ya verás. Por otro lado he realizado muchas cirugías y en ninguna ha muerto alguien.
—Siempre hay una primera vez.
—Pero no serás tú—siento sus manos apegandome más a ella, provoca que mi corazón se acelere. Miró sus labios por un segundo atraído a ellos—No serás tú.
Hubo silencio. Conecté con sus ojos y de repente sonrió mirando a un lado como escondiéndose de mi.
—¿Qué pasa?—tomé su barbilla y mi corazón latía tan rápido que no podía controlarlo.
—Solo pensaba en lo hermoso que son tus ojos. Me hubiera gustado tener unos ojos así.
Su mirada es hermosa, el color de sus ojos también.
—Bueno lo siento. No puedes tener mis ojos pero...
—¿Pero nuestros hijos si?
¡¿Qué ha dicho?!–trago en seco abriendo los ojos como platos.
—¡Sky!—tomando sus hombros la alejo de mi, observo su sonrisa pícara—Dices cada cosa de repente.
La empujó y ella cae en la cama.
—Uy, ya vamos a empezar con el primero.
—¿Qué?¡Cierra la boca! y... ¡Duérmete ya!
—¿Estás nervioso?
—De mi depende tu vida mañana, no me hagas enojar.
Ella se ríe.
Jugaba yo al comienzo y terminó al revés. Está mujercita me es difícil de tratar. ¡Ay Sky!
—Buenas noches Evans.
Reviró los ojos y me voy sin decir una palabra.
***
Kathya y yo fuimos al apartamento. Ella fue al baño y yo quería ver los exámenes de Sky. Cuando la veo preparando la cena estoy centrado en la tableta.
Cenamos y continué con el resto del expediente.
—Creo que deberías descansar.
Dejé caer mi espalda y la miré. Tenía razón, ya estaba muy cansado. Una ducha me vino genial, al salir e ir al cuarto encuentro a Kathya leyendo acostada en la cama.
Voy al otro lado y me acuesto mirando el techo. Puse un brazo por debajo de mi cabeza y recordé por un segundo:
Solo pensaba en los hermoso que son tus ojos. Me hubiera gustado tener unos ojos así.
Bueno lo siento. No puedes tener mis ojos pero...
¿Pero nuestros hijos si?
—¿Estás bien?—me pregunta sacándome de mi pensamiento y asiento respirando profundo, paso mi otra mano por mi cabeza—Te noto algo raro.
—No es nada—miro a Kathya cerrar el libro dejándolo en la mesita de noche y se gira a mi para poner su mano en mi pecho acurrucándose muy cómoda.
—No estés así. Tu corazón late muy rápido. La cirugía saldrá bien, eres talentoso.
La cirugía es lo de menos. Sky solamente es quien me pone así. Me altera de la nada. Lo siento Kathya, no me gusta ocultar las cosas.
Cerró mis ojos. No pienso en nada y solo dejo el sueño apoderarse de mí.
***
Al otro día me levanté como de costumbre al igual que Kathya. Juntos desayunamos lo que ella preparó y salimos en el auto.
Llegamos al hospital y vamos al elevador. Estando dentro tomo mi celular del bolsillo que estaba sonando.
—Verónica—leo el nombre del contacto extrañado—Hola, ¿qué...
—Doctor Evans, le tengo una mala noticia.
Por favor que no sea...
—Sky no está—lo único que no quería escuchar.
—¿Qué?
No me jodas, Sky.
Estaba con Kathya y juntos casi corrimos por los pasillos para llegar al cuarto donde estaba Verónica con cara de preocupada y desesperada caminando de un lado a otro.
—Explica que pasó—me dirijo a Verónica enojado.
—Resumiendo, la desperté y me pidió agua. No había en el refrigerador así que salí por ella.
Miré a Kathya hablar por su celular y alejándose un poco para poder escuchar quien estaba en la línea.
—¿Hace cuánto de eso?—pregunté enrojecido por la molestia.
—Menos de venite minutos.
—Sky Sky—repetí su nombre una y otra vez pasando mis manos por la cabeza.
—Evans—miro a Kathya quién cuelga su celular—Los de seguridad dicen que ella no está en las cámaras.
—Hay que buscarla, la cirugía es en una hora.
Kathya asienta y sale apresurada. Mientras camino de un lado a otro pensando donde pudiera estar. ¡Pero no se me ocurre dónde!
—¿La buscaste?—me detengo justo a Verónica quien se lo piensa y dice no estar segura.
Doy un paso y escucho un sonido característico y conocido, he pisado un charco de agua. ¿Por qué hay agua en el suelo? Miró de dónde proviene y es del refrigerador. ¿Será que se descompuso? Voy detrás y me doy cuenta que está desconectado ¿Por qué alguien lo ha desconectado?
Abro la puerta del refrigerador y...
***********************
¿Ya se lo imaginan?
Evans tiene un gran reto con esta jovencita.
Recordemos que Evans fue educado muy formal y Sky a pesar de no ser criada tan indiferente a él pues está optó por ser un desastre e irresponsable. Evans y Sky no se parecen en nada por esta parte.
La parte problemática es que Evans comienza a tener sentimientos por esta revoltosa pero no cree que ella siente lo mismo, sino que todo lo toma a juego.
¿Que hará Sky para que Evans definitivamente le crea?
En los próximos capitulo veremos:
*Algo se descubre y sale a luz.
*Más locuras de Sky.
*Evans toma una decisión.
Se les quiere, muak*
Shira
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro