11
Sky ya se ha ido a la universidad. Llevé conmigo los exámenes de resonancia, ultrasonido y otros más. Lo puse todo esparcido sobre el escritorio y la tableta en mis manos, estoy con mi ojos puestos en la imagen pero no logro concentrarme.
-Ahora mismo no puedo pensar en esto-confesé en voz alta y dejé la tableta a un lado para entrelazar mis dedos detrás de mi nuca y recostarme.
Comienzo a recordar...
Pero que pasa si te acuesto en esa cama, me coloco sobre ti y..
Por mi mente pasó aquella noche.
¡Sky!-tuve que detenerla, mi corazón se aceleró.
-Inquieto, solo sabes ponerme inquieto-musito pasando las manos a mi rostro.
-Evans-miro a la puerta y entra Kathya con unos archivos. Detrás está Verónica.
-Doctor Evans ya están los resultados aquí. Los otros estarán mañana a primera hora.
-¿Dónde está el doctor Patrick?
-Aquí-dice entrando por la puerta justo en ese momento.
Comenzamos a trabajar, comparamos y estudiamos juntos lo que pasaba actualmente con el cuerpo de Sky. Todo nos fue alarmante, aún más para mí luego de haber descubierto un detalle aterrador hace tres días.
Han pasado casi tres horas...
-Por suerte su corazón y pulmones están bien-suspira Verónica y le sonrió sabiendo que es algo bueno.
-Pero su hígado...está empeorando muy rápido-Kathya miraba la imagen centrada y asiento preocupado.
-Su cuerpo ya empieza a dejarlo ver. Cuando la ví anoche noté que sus ojos se están tornando amarillos.
-Habrá que hacer trasplante-asiento ante el comentario del doctor Patrick.
-Cuando estén el resto de los exámenes lo decidiremos y lo mismo con el tratamiento.
-Lo siento pero ya debo irme-dice el doctor Patrick mirando el celular-Tengo una consulta en 20 minutos.
-De todas maneras ya hemos terminado. Kathya y yo nos llevaremos estos análisis a casa, ya debes de tener una copia en tu consulta doctor Patrick.
Él y Verónica salen juntos dejándome a solas con Kathya. Sigo observando lo que me llama la atencion, y causa dudas.
-Hay algo más, ¿cierto?-me pregunta y asiento.
-Antes no lo tenía tan claro pero ahora...mirando la condición que tiene creo que respondo unas preguntas y otras no tienen respuesta aun, por otra parte me surgen más preguntas.
-Si dices eso es porque algo realmente exasperante para ti.
Inhalo lento pero exhalo de golpe fruciendo el ceño.
-¿Me dirás qué es?
-Siendo sincero no estoy seguro del todo o talvez si, solo quiero pensar en que me equivoco.
-Eso es difícil.
-Quedé en ir a verla para hablar del resultado de estos exámenes...
-Por favor no sea crudo-me recuerda antes de que termine de hablar.
-A ella es alguien que por lo visto hay que ser fuerte para que entienda. No prometo nada.
Se puso en pie bordeando el escritorio, hasta que mi lado se inclina poniéndo sus manos en mis mejillas y me besa. Quedó inmóvil y tomando sus manos la bajo sosteniéndolas, miro el anillo en su dedo.
-¿Recuerdas esa tarde?-sonríe y asiento tocando el anillo.
-Kathya-la miré serio-¿tú recuerdas lo que dije esa tarde antes de poner este anillo en tu dedo?-eso fue una advertencia.
Aleja sus manos y mira un lado "Si, lo recuerdo bien...pero también dije que lucharía por hacerte sentir como querías" luego de esas palabras camino por donde llegó hasta mi y salió por la puerta. Al cerrar la puerta fue como hacerme recordar de golpe aquel día.
(Recuerdo)
Hace 6 meses
-¿Por qué quieres que me casé tan pronto?-días de tanto hablarme de ese tema finalmente quiero saber el por qué.
-Hijo aún eres joven. Si tienes a tus hijos viejos yo no tendré nietos tendré bisnietos.
Me río de ella, se ve avergonzada y enojada por eso. Al ser su único hijo pues es normal que piense así pero mis planes son otros.
-Mamá sabes que no estoy preparado para eso todavía. No he encontrado a esa persona aún...
-Kathya-rápidamente contesta-llevan meses de novios, casi un año.
-Y por eso quieres que me case...¿Quieres que me casé con Kathya?
-No todo es trabajo David. Podrás disfrutar de un matrimonio desde joven. Tu padre y yo también lo hicimos así, no nos dificultó en nada.
-Pero ustedes se aman mamá. Yo...
-Tú y Kathya hacen una pareja preciosa. Ella es inteligente, hermosa y se nota que sería una buena madre para tus hijos.
-...-aprieto mis labios respirando con calma, no me siento preparado para dar ese paso.
-Vamos. Te ayudaré a elegir el anillo, sabes que tengo buen gusto.
No quería ir, pedí que fuera otro día pero su insistencia terminó por convencerme. Ella eligió el anillo, ella misma lo compró a pesar de que le di mi tarjeta, me lo negó.
Tenía el anillo dentro de una cajita y al llegar a casa lo puse encima de la mesita de noche. Llegó la noche, dormí. Llegó la mañana, abrí mis ojos y lo primero que ví...la cajita en la mesita justo a mi lado.
Fui al baño y lavé mi cara, me sentía algo raro, no era feliz pero tampoco era algo como "desagrado". Pensaba que Kathya no era una mujer perfecta, ninguna lo es pero tenía cosas, cualidades que si buscaba en una mujer que estuviera a mi lado. Ella me apoya, me escucha, aconseja, era una buena novia y se lleva muy bien con mi familia.
No todos tienen la suerte de encontrar el amor así que supongo que estaré bien aún eligiendo a Kathya.
Tenía que ir al hospital, un día de trabajo más y llevo la cajita conmigo. En el auto de camino recibo un mensaje de mi padre, necesitaba verme y eso fue lo primero que hice apenas llegué. Fui a su oficina y me lo encontré solo pero frente a su computadora, en medio de una videoconferencia. Esperé paciente sin molestarle y 10 minutos después de terminar se pone en pie y se sienta junto a mi en el sofá.
-Tu madre me contó. ¿Lo vas a hacer? ¿Estás seguro?
-No tengo objeciones. Ella es una buena mujer.
-Eso es cierto pero...¿serás feliz con ella?-me ha dejado pensando, hasta ahora no he sido infeliz-Hijo te diré algo. Di clases de psicología hace años y hay un detalle en las relaciones. ¿Tú y Kathya...han discutido alguna vez?-niego con la cabeza-En una pareja está bien amarse, respetarse, ser como mejores amigos y confidente del otro pero...a veces una pelea es buena. ¿Sabes el por qué?
Quedó fruciendo el ceño descifrando lo que trata de decirme. También estudie psicología pero por lógica...
-Cuando las cosas están en calma todo es felicidad y no hay problemas que afrontar. Los problemas, las discusiones, el tener ideas diferentes y defenderlas...eso lleva al acuerdo, saber afrontar las cosas que se interponen y resolverlos de una forma unánime...trabajar juntos.
-Eso es algo muy importante en un matrimonio-continúa-El amor y el respeto valen pero no te puedes olvidar de como resolver los problema y aprender de los errores para poder avanzar.
Sus palabras me dieron mucho que pensar. ¿Podríamos Kathya y yo afrontar los problemas y seguir adelante?
Pasé un rato con mi padre hasta que mi celular sonó y ya era hora de ir a trabajar. Hacía semanas que no tenía una plática con mi padre, a causa de un proyecto junto a unos profesores que me ocupaba mis tardes y noches, no tengo tiempo para ir a casa a visitarlos.
Por los pasillos miro a lo lejos a Kathya. Freno en seco y pienso -¿Cómo lo hago? ¿Le doy flores? ¿Preparo una cena? No tengo idea de cómo hacerlo para que ella quedé sorprendida y feliz como todas quieren en ese momento.
Ella me mira y sonríe, deja a sus compañeras para venir a mi y me besa.
-¿Qué pasa? ¿Estás preocupado por algo?
-No-miento-Tengo que ir a urgencia, me llamaron hace un momento-ella toca mi mejilla y tomó su mano para quitarla y sostenerla, miro sus ojos verdes-¿Quiere almorzar conmigo luego?
-Claro, nos vemos en la entrada principal-asiento estando de acuerdo y nos separamos.
Pasé toda la mañana pensando en ¿cómo decirle, cuándo?
-Doctor Evans-un enfermero se me acerca-en el cubículo 6 hay una paciente que está convulsionando y no sabemos por qué.
Al llegar abro la cortina y veo a una joven, vestido corto y tacones altos. Su cabello un desastre y maquillaje corrido.
-Larga noche-digo acercándome y ella sonríe débil.
-Vaya, ¿usted va a atenderme? Déjeme decirle que tuve una noche loca pero no quiere decir que siempre lleve este aspecto.
-¿Qué quieres decir con eso? ¿Me estás coqueteando?
-Es difícil ver a un hombre guapo, joven y doctor-mientras habla me acerco a mirar sus ojos, pupilas dilatadas.
-¿Cómo te llamas?
-Alondra.
-Bueno Alondra, ¿me cuentas qué pasó?
-Estaba con unas amigas y me separé de ellas para ir con un chico, no recuerdo mucho pero desperté junto a los latones de basura a dos calles, era una zona algo desierta-la escucho mientras compruebo sus pupilas, dilatada.
-¿Fuiste drogada?;;
-Creo que si-se ríe bajo y comienza a toser, y miro sus manos, engarrota sus dedos y seguido a eso aprieta sus dientes, pone los ojos en blanco, comienza a convulsionar. Me apresuro a tomar el tiempo. El enfermero me ayuda a sostenerla y velar que no se haga daño. Han pasado cinco minutos.
Queda inconsiste pero en menos de treinta segundo despierta, para entonces le había mandado un exámen rayos X. Me acerco a ella.
-Alondra ¿que pasó anoche?-no me responde-¿En estos días hasta sentido algo fuera de lo normal?
-Dolores fuertes...de cabeza-está débil, con las yemas de mis dedos toco su cabeza, lo hago despacio preguntándole si le duele y ella niega. Tomo su nuca y la alzó un poco pero me detengo cuando grita de dolor y quito mis manos-Duele...ahí.
Necesito saber que tiene y la sujeto por otro lado, me acuclillo para mirar apartando su pelo. Con las yemas de mis dedos siento algo, como un grano pero lo siento algo duro. Giro su cabeza a un lado aparto el pelo y veo lo que me temía.
-Alondra ¿cómo es que te enteraste algo en tu cabeza?
-Mi padre...-comienza a llorar-él me golpeó y....
-Tranquila, no digas más.
Con ayuda la pusimos de lado y noté que era más serio de lo que pensaba. No sabía que tan profundo era.
-Preparen el quirófano-dije y todos se movilizaron.
La cirugía fue rápida solo tomo treinta minutos, Alondra tenía una astilla de unos 6 centímetros. No tuvo ningún daño graves, las convulsiones eran causadas por tener un cuerpo extraño en su cabeza. Ella fue llevada a un cuarto donde pasado una hora y media me fue dada la noticia que había despertado. Entre al cuatro a ver cómo se encontraba y ella me sonrió:
-Pensé que había soñado que un doctor guapo me atendía.
-Es bueno verte despierta-cambio de tema-¿Cómo te sientes?
-Mucho mejor pero duele un poquito.
-Según tu recuperación serás dada de la en 24 horas y seguirás un tratamiento y consultas.
-Que precioso eres-abro mis ojos sorprendido y me río-¿Qué?
-Solo me sorprendiste de repente.
-¿Tiene a alguien de seguro? ¿Novia o casado?
-Lo siento no hablo de mi vida privada.
-No debes de tener a nadie. se nota la amargura.
-De hecho la tengo.
-Nop, no la tiene. Cuando uno ama se nota hasta cuándo estás enojado
Tus hermosos ojos no tienen tan siguiera ese brillo.
-¿Que sabes de eso?-incredulo.
-Lo sé. Amé a alguien una vez pero el término conmigo y viajo a otro país en busca de su sueño. No imaginas cuánto duele. ¿Te rendiste de buscarla?
-De hecho no la he buscado, solo me enfoco en hacer lo que me gusta que es la medicina. No quiero tener una persona que me desvíe de mi propósito.
-Entonces no quieres a nadie en tu vida. Eres guapo y puede tener a quien quieras. Te diré algo loco.
Tu media naranja está allá afuera esperando encontrarte y no será lo que tú o todos piensan. No es esa persona que comparte lo mismo que tú, bobadas. Tú tienes una parte y ella tiene la otra, ella tiene lo que te falta y tú tienes lo que ella necesita-me guiña un ojo.
-Nunca escuché semejante cosa-sonrío a medias.
Miro el reloj en mi muñeca y casi es hora de almorzar con Kathya. Me despido y dejó en claro lo que ocurrirá con ella en de efectos secundarios, para que no se asuste como la mayoría.
Dejé la bata blanca en mi consulta y fui camino a la entrada principal. Llegué hasta ella, quién me esperaba sentada en una banca de madera y al verme acortó aún más rápido nuestro espacio y tomó mi mano. Fuimos a tres calles, un restaurante familiar que lucía relajante y su ambiente de tranquilo con música a fondo.
Me miraba y sonreía, por mi parte estaba algo inquieto y toque el bolsillo de mi pantalón, llevaba el anillo conmigo. Esperé...cenamos y la observaba mientras me hablaba de algo que por supuesto no estaba atendiendo.
-Kathya-ella se calla y meto mi mano dentro del bolsillo tomando la cajita para ponerla sobre la mesa delante de ella.
-¿Qué es esto?
-Se que lo esperabas-sus ojos brillan, me mira conmovida-Kathya, me gustas...pero no te amo.
-Lo sé, me conformo con gustarte.
-Yo...siempre pensé que podría encontrar a alguien que hiciera latir mi corazón realmente rápido pero no todos encontramos a alguien así. Confieso que me siento bien a tu lado.
-Prometo que voy a luchar por hacer que tu corazón se acelere por mi causa-me sonríe y abro la cajita mostrándole el anillo.
-Kathya, ¿Quieres casarte conmigo?
(Fin del recuerdo)
Detuve el auto en la entrada y miré por la casa ventanilla, ma allá de la reja...la casa de Sky. Es realmente grande, a veces olvidó que Sky es de una familia muy adinerada.
Estoy aquí como le dije y sinceramente odio ir a un lugar solo para dar malas noticias. ¿A quién le agrada? Ella es la primera que debe de saberlo.
Veo a alguien párese en una ventana. Hablando de ella...es Sky quien mira al cielo y no ha notado que estoy aquí.
-Señor no puede estar estacionado aquí-un hombre de mediana edad se para obstaculizando mi vista y lleva en su ropa una tarjeta de identificación como guardia de seguridad.
-De hecho necesito entrar. Vengo a ver a Stella. Soy el doctor Evans.
-Oh si. Recuerdo que el señor Kung nos dijo de usted. Bueno, adelante.
La reja se abre de forma automática y entro. Me estaciono enfrente de la puerta y al salir del auto escucho a Sky llamarme, alzó mi cabeza y la miro, ella me saluda enérgica.
-Buenas tardes ¿a quien desea ver?-pregunta una joven en la puerta, por un segundo bme mira y la forma en que lo hace me es conocida en otras ocasiones por otras mujeres.
-¿Usted es el doctor Evans?-una señora mayor sale detrás y le ordena entrar a la joven.
-Si. He venido a ver a Sky
-Y aquí estoy-sale sonriente, una sonrisa demasiado amplia.
-Sky. No tengo buenas noticias-digo y ella desvanece su sonrisa lentamente.
-Ya veo. Ven, sígueme.
Voy tras ella, no puedo evitar mirarla, viste un short corto y blusa corta dejando ver su piel.
Atravesamos una sala y por un pasillo ancho salimos a la parte trasera. Un amplio césped podado y un camino trazado de piedras que conduce a la piscina. Me siento junto a una mesa y ella en una hamaca amarrada a dos palmeras justo a mi lado.
-Bien, te escucho-dice meciendo la hamaca.
-Primero que todo quiero saber ¿por qué estuvistes casi un año sin atenderte con nadie?
-Fue mi petición. Mis padres se veían desesperados y no me gusta eso, me ponían nerviosa. Me di quimioterapia y solo sentía que empeoraba.
-¿Empeoraban...?
-Los síntomas eran espantosos-mira sus manos-mis manos y pies se dormían y los dolores en mi abdomen eran insoportable. Habían días que me costaba respirar y mi piel ...
-Conozco eso, Sky pero estos tratamientos te ayudan-estoy confundido y mis sospechas tienen más claridad ahora que estoy hablando con ella.
-No lo parecía-mueve sus pies como una niña-el último doctor me pidió hacer ejercicio y mis padres me compraron una bici. En esa piscina-señala-nadaba por una hora. Era un total de seis horas por semana. Mis manos y pies no se duermen desde entonces.
-Crees que estás mejor.
-Me siento mejor.
-Pero no es asi.-me acerco a ella y detengo la hamaca, tomó sus manos y le enseño-Mira tu piel. Se vuelve amarilla-tomo su rostro-Tus ojos...
Ella toma mis manos y cierra sus ojos, bajan su cabeza.
-¿Porque no solo cancelas ese contrato? Soy una causa perdida.
-Mujer de poca fé.
Ella abre sus ojos y su color café es hermoso. Acaricia mis manos y la miro hacerlo mientras los latidos de mi corazón aumentan. Reaccionó quitándolas.
-Puede que te hagamos un transplante de hígado.
-¿Qué? ¿Una cirugía? ¿Cuándo?
-Solo pensamos en ello aún no hemos decidido nada. De igual forma tu hígado está mal.
-¿Quién será el qué lo haga?
-¿Quién crees?-me cruzo de brazos.
-Pues si eres tú está bien-sonríe mordiendo su labio de una forma coqueta.
-Sky ¿te dieron con claridad como es este tipo de enfermedad?-niega tornándose seria al verme igual.
-Nunca quise saberlo del todo. Solo tenía en claro que mis órganos poco a poco se iban dañando y que moriría antes de la adultez.
-Te diré algo que me ha dejado pensando estos últimos días.-digo con el temor de lastimarla-Hay varios tipos pero tú fuiste diagnosticada con Amiloidosis Localizada a los 6 años-ella asienta con mucha atención-Esta es la menos agresiva porque solo se encuentra en tu piel, garganta, pulmones o vejiga. En tu caso fue la piel pero...aquí viene la mala noticia. Vistes a tantos doctores, te dieron diferentes tratamientos y terminaron por pasar de una Amiloidosis Localizada a Amiloidosis AA o como más fácil se le conoce Amiloidosis Secundaria.
-O sea que por culpa de ellos...
-Por eso decías que la quimioterapia solo parecía empeorarte. Leí que tuviste una inflamación en tu baso y que luego de esto vieron la célula amiloide formándose ahí. Luego pasó a tu estómago, hace un tiempo a tu hígado y ya da señales claramente visibles-dije mirándola a los ojos y ella miro sus manos y brazos.
Ella resopla y baja si cabeza ocultando su rostro con el pelo. La escucho decir:
-Da igual lo que hagas ahora, ya está escrito que voy a morir.
El aire movía su pelo negro y miré una lágrima cayendo lentamente por su mejilla. Por alguna razón escuchar eso y mirarla de esta forma... me entristeció.
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¿Evans se entristeció?
Bueno...yo no sé...ustedes me dirán.
Besos y abrazos cariñositos
Shira
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