Yo te cuidaré
Dylan
Miré mi sándwich y le di una pequeña mordida, levanté la mirada de este y la fijé en Cameron, él estaba muy concentrado en comerse su hamburguesa, mientras observaba como varios mechones de su cabello rubio caían sobre su frente me puse a pensar en las llamadas perdidas de mi madre. En cuanto salí del salón la llamé más de diez veces, no me contestó. No entiendo a esa mujer.
Suspiré y seguí comiendo, di un pequeño respingo cuando Cameron descubrió que lo estaba mirando, una de sus cejas se arqueó mientras su boca estaba llena de comida, lo miré mal y sus ojos mostraron confusión, se rascó la nuca y miró a Dean, el cual estaba hablando con Harry y Shelly.
Tomé varias de las papas fritas de Cameron y mientras me las comía miré a todos a mi alrededor, habían chicos riendo y hablando, y varias chicas sonrojadas miraban de reojo hacia acá, ¿quién me habrá puesto la nota en el casillero? No estoy muy sorprendido, en mi anterior instituto tenía varias acosadoras. Tragué duro y me estremecí al caer en la cuenta de que Dominik era quien se ocupaba de alejarlas de mí, pero ahora él no está conmigo...
Bueno, tengo a Will, y él es el director...
Un sudor frío recorrió mi espalda, Will estará fuera durante unos días...
Mis oscuros pensamientos se vieron interrumpidos por la risa de Harry, suspiré aliviado al ver a mis amigos, los tengo a ellos.
Fruncí el ceño en cuanto vi a Wesley entrar al comedor, detrás de él venía un nervioso Mathew, todos tenían sus ojos en ellos, es innegable que llaman mucho la atención. Me preocupa que alguien tan inocente como Mathew sea amigo de ese delincuente. Me da escalofríos el solo recordar sus labios sobre los míos y sus manos en mi trasero.
Sonreí casi inconscientemente cuando Mathew me miró y agitó suavemente su mano, en cambio mi sonrisa se desvaneció al ver a Wesley, él me miró de reojo y fue a buscar su desayuno, me levanté y dejé el sándwich sobre la mesa. Quizás él es el acosador...
—Hey, ¿a dónde crees que vas? —miré a Cameron, él entrecerró los ojos, arqueé una ceja y miré de reojo a Wesley.
—Voy a... a... no tengo por qué decírtelo —repliqué mirándolo extrañado, él se levantó y se acercó a mí con una expresión para nada amigable, pasé saliva y miré hacia arriba cuando se paró a mi lado.
—¿Crees que Patterson es el acosador? —preguntó con un tono algo burlón, asentí levemente y él resopló negando. —Bien, ve y pregúntale —dijo con una mirada algo divertida, fruncí los labios y miré otra vez a Wesley, él estaba caminando hacia la salida con su almuerzo en manos y Mathew a su lado, suspiré pesadamente y caminé hacia ellos con decisión.
Mientras más me acercaba más comenzaba a dudar, Wesley no parece el tipo de acosador que deja notas, más bien parece el que te dice las cosas de frente. Bueno, me drogó de una forma bastante descarada, después de eso no creo que se ponga a estar enviando notitas para asustarme.
Me detuve al ver como le susurraba algo a Mathew al oído, el castaño se sonrojó y salió nervioso del comedor, Wesley lo siguió con una pequeña sonrisa. Abrí mucho los ojos, ¡¿hay algo entre ellos?!
Me apresuré en seguirlos, en el pasillo solo estaban ellos, iban hablando y caminando hacia algún lado, los seguí a una distancia prudente, parecían estar sumergidos en su conversación.
—Ahora tú eres el acosador —Cameron susurró eso en mi oído, me llevé una mano al pecho cuando mi corazón se aceleró por el miedo, me giré y lo fulminé con la mirada, él sonrió un poco.
—Solo esperaba el momento perfecto para hablarle —dije como si fuese algo obvio, él asintió con una sonrisa burlona y miró más allá, seguí su mirada, ya no habían rastros de Wesley y Mathew.
Resoplé y me recosté de la pared, tenía un poco de sueño, sonreí al recordar que Will y yo hicimos el amor anoche, sentí un cosquilleo en el estómago, lo llamaré más tarde.
—¿Qué te pasó en las manos? —preguntó el Camarón con curiosidad, miré mis manos vendadas.
—Me caí —mentí alzando la vista, él me miró fijamente y suspiró de una forma extraña.
—Claro —murmuró con sarcasmo, me encogí de hombros.
Miré con desinterés como él se acercaba más a mí, me rasqué la nuca al ver su rara mirada, mis ojos fueron a su mano derecha cuando esta se levantó, se me quitó el sueño cuando detuve su mano antes de que tocara mi rostro. Me quedé mirando con sospecha los ojos verdes del rubio frente a mí, estoy comenzando a creer que le gusto o algo así...
Tras unos segundos negué y me reí de mis propios pensamientos, ¿gustarle a Cameron? ¿Yo? Imposible.
"No te odio" Recordé sus palabras y me horroricé, ¡¿le gusto a Cameron?!
—¿Qué ibas a hacer? —pregunté mirándolo con desconfianza, él se quedó callado y alejó su mano de la mía.
—Tienes mayonesa en los labios —murmuró mirándome la boca, sentí mis mejillas calientes, me limpié rápidamente, suspiré aliviado. No le gusto... Pero, ¿planeaba limpiarme los labios él mismo?
—¿Ya? —pregunté apenado, él me miró a los ojos y asintió levemente, le sonreí un poco. Quizás no es tan malo como pensé.
Él se quedó mirándome y me devolvió la sonrisa, fruncí el ceño al sentirme observado, miré alrededor con disimulo y abrí mucho los ojos al ver más allá a un chico pelinegro tomándonos fotos.
—Hay alguien espiándonos —le susurré a Cameron mirándolo, él miró sorprendido hacia donde estaba "escondido" el chico, con el ceño fruncido comenzó a caminar hacia él, yo lo seguí mientras asesinaba con la mirada al chico, el cual al notar que lo habíamos descubierto echó a correr.
Cameron y yo no dudamos en correr tras él, gruñí cuando salió al patio, Cameron y yo también salimos, se me erizó la piel por el frío que había afuera, Cameron por sus largas piernas me dejó atrás, el chico giró la cabeza un poco y se mostró horrorizado al ver que el capitán del equipo de fútbol iba tras él, hice una mueca cuando Cameron lo alcanzó y se le tiró encima, me acerqué de inmediato asustado de que el chico estuviese muerto.
—¿Quién diablos eres? —le preguntó Cameron con enojo mientras le agarraba los brazos detrás de la espalda, me incliné para ver al chico que se encontraba de cara al suelo, sus ojos eran negros al igual que su cabello, él lucía adolorido, suspiré. Al menos sigue vivo.
—M-Michael —respondió con dificultad con un poco de tierra en los labios.
—¿Por qué nos espiabas? —pregunté con molestia, él me miró mal.
—N-No te d-diré —contestó con temor, soltó un quejido cuando Cameron agarró sus brazos con más fuerza, negué varias veces y saqué el lápiz que tenía en mi bolsillo, acerqué la afilada punta a la mejilla derecha del chico, lo pasé lentamente muy cerca de su ojo, él me miró con horror, obviamente no le haría nada, solo quería asustarlo.
—¿En serio no me dirás? —pregunté con un tono bajo y tenebroso, él hizo un puchero, miré a Cameron, el cual estaba mirándome atentamente con un poco de diversión, le saqué la lengua y él sonrió. —Tendremos que picarle un ojo y romperle algunos dedos para que hable —le dije vagamente a Cameron, él asintió y acercó su rostro al chico.
—Me gusta romper dedos... es divertido —dijo Cameron en un gruñido, lo miré y me aguanté la risa. Eso sonó muy raro, Cameron me miró mal, el chico comenzó a llorar y negó.
Acerqué más mi lápiz a su mejilla y lo humedecí con sus lágrimas, gruñí cuando mi celular comenzó a vibrar, me reincorporé y saqué mi celular del bolsillo, mi fastidio desapareció al ver que me llamaba mi novio.
Con una sonrisa me alejé unos pasos mientras Cameron amenazaba al chico, deslicé mi dedo con nervios.
—Hola pequeño —sonreí aún más al escuchar la ronca voz de Will.
—Hola, ¿ya llegaste? —susurré con timidez jugando con el lápiz.
—Ahora mismo, te extraño —me sonrojé al escuchar eso, me reí un poco por su tono de falsa tristeza.
—Nos vimos esta mañana —le recordé con un poco de burla, él suspiró, luego hice un puchero. Yo también lo extrañaba.
—Aun así te extraño, pórtate bien, quizás vaya mañana —dijo moviendo algunas cosas, sonreí aliviado. Ya quería verlo.
—Claro que me portaré bien —murmuré con inocencia dándome la vuelta y mirando como Cameron pegaba el rostro del chico más al suelo, Will suspiró de una forma extraña.
—Solo... no causes muchos problemas —me pidió resignado, miré indignado el celular pero luego me reí un poco.
—Está bien —dije mirando al cielo nublado. No le diré sobre el acosador, no quiero preocuparlo.
—Ya tengo que irme, te llamare más tarde, adiós —hice un puchero cuando se despidió, suspiré.
—Adiós, te amo —susurré y colgué rápidamente avergonzado por esto último que dije.
Con el rostro caliente miré a Cameron, él estaba mirándome de reojo, ¿habrá escuchado algo? Me acerqué con cautela.
—Mira esto —dijo pasándome una hoja, la tomé y me sorprendí al ver que era la misma letra que en la nota que encontré. —Dice él que estaba en su casillero —asentí lentamente.
"Sácale fotos a Dylan Brown cuando esté con otras personas, te pagaré por ello. NO PUEDES DECIRLE A NADIE SOBRE ESTO. O lo lamentarás..."
Fruncí el ceño tras leer eso, me puse de cuclillas y miré al chico seriamente. ¿Por qué el acosador me quiere ver con otros?
—¿Sabes quién escribió esto? —pregunté secamente, él negó.
—¡Ayuda! ¡Ayúdenme! —Cameron le tapó la boca a ese idiota cuando comenzó a gritar, miré alrededor con nervios y me alarmé al ver que el entrenador estaba mirando hacia acá con el ceño fruncido.
—Hora de irnos —le dije al Camarón mientras me levantaba, él resopló al ver que el entrenador se acercaba con una expresión de molestia.
En cuanto Cameron se levantó el chico salió corriendo mientras lloraba escandalosamente, Cameron y yo nos miramos con terror y salimos corriendo sin mirar atrás...
Tras unos dos minutos nos detuvimos frente a una cafetería, me senté en una de las mesitas de afuera con la respiración agitada, Cameron lo hizo frente a mí, gruñí con frustración y miré otra vez la nota, estornudé cuando un extraño olor me llegó, Cameron me miró extrañado, con duda acerqué la nota a mi nariz e hice una mueca de asco, se la pasé a Cameron. La nota olía a perfume, un asqueroso perfume de uva.
—Tal vez es una acosadora —sugirió pensativo, asentí lentamente y suspiré con cansancio justo cuando sonó el timbre.
—Seguiremos con esto luego —dije despreocupado mientras me levantaba, Cameron asintió, me despedí y caminé hacia el edificio principal.
Antes de entrar vi más allá algo que me hizo detener, Dean estaba sentado solo en una banca bastante alejada, he notado que hoy está algo triste, estoy seguro de que eso tiene que ver con mi padre.
Sin dudarlo caminé hacia él, cuando me senté a su lado ni siquiera me notó, estaba cabizbajo hundido en sus pensamientos.
—Dean —lo llamé suavemente, él dio un respingo y me miró con sorpresa.
—Dylan, ¿en qué momento llegaste? —preguntó desubicado, hice una pequeña mueca y me acerqué más a él.
—Justo ahora —respondí, él asintió y miró alrededor. Apreté los labios al ver que sus ojos estaban un poco rojos.
Lo que más me asusta de lo que hay entre mi padre y Dean es lo lastimado que puede salir mi mejor amigo.
—¿Ya tocaron? Deberíamos entrar —dijo rápidamente levantándose, agarré su mano cuando estaba por irse, él me miró confundido.
—¿Qué pasó? —pregunté cautelosamente, él negó haciéndose el confundido y yo resoplé. Está escrito en su rostro que sucedió algo malo. —Puedes decírmelo —susurré suavemente acariciando su mano cuando se volvió a sentar, me sentí mal al ver como su labio inferior comenzaba a temblar.
—N-No sé qué h-hacer... e-estoy muy a-asustado D-Dylan... —dijo con dificultad mientras se aguantaba las lágrimas, me sorprendí, había auténtico temor en sus ojos, lo observé tragar duro.
—¿Asustado de qué? —pregunté en un susurro sin comprender a qué se refería.
—D-De t-todo... c-creo que R-Robert se v-verá hoy c-con tu m-madre —susurró con dolor, abrí mucho los ojos.
Mi padre conocía a la madre de Will, por eso está en Bournemouth, lo más probable es que mi madre también esté allá.
—¿Cómo lo sabes? —pregunté lentamente, él suspiró tristemente y recostó su cabeza de mi hombro.
—Lo e-escuché... estaba h-hablando con ella... —fruncí el ceño cuando murmuró eso, sentí como su cuerpo temblaba levemente.
—¿Estás seguro? —pregunté con duda, él se encogió de hombros y asintió. —Dean... —dije al verlo morderse el labio nerviosamente, él hizo un puchero.
—B-Bueno... en realidad n-no estoy muy s-seguro, pero a-algo me dice q-que era con e-ella —dijo ahora con un tono inseguro, lo miré fijamente y negué.
—Tal vez estás equivocado —dije con calma, él se quedó pensativo y cerró los ojos mientras abrazaba uno de mis brazos.
—Aun así, en algún momento se volverán a ver —murmuró un poco más calmado, asentí aunque no me estuviera viendo. Eso es algo inevitable. —¿Crees que Robert en serio me quiere? —preguntó con tristeza, lo miré con sorpresa y preocupación.
—Sabes que sí —respondí convincentemente, Dean sonrió un poco. Miré al cielo, creo que mi padre ama a Dean pero, ¿qué es esta incertidumbre que siento dentro de mí?
No he sido un buen amigo últimamente, no sabía lo mal que lo estaba pasando Dean hasta ahora.
Me acerqué más a él en silencio, cuando abrió los ojos acaricié una de sus mejillas, sonreí viendo su expresión de satisfacción, su piel era muy suave...
Yo te cuidaré, Dean...
. . .
En cuanto entré en mi habitación tiré la mochila a un lado y me lancé a la cama, abracé a Whisky cuando se subió a mi lado y me lamió la mano, tras unos segundos saqué mi celular del bolsillo, lo solté segundos después e hice un puchero. No tenía ningún mensaje de Will. ¿Qué estará haciendo?
Fui cerrando lentamente mis ojos, cuando estaba por quedarme dormido mi celular comenzó a vibrar repetidas veces, lo tomé con rapidez y me sorprendí, era un mensaje de mi mamá.
— Dylan cariño, lamento no haberte llamado últimamente, he estado muy ocupada. Te extraño muchísimo. Hoy pasaré por la ciudad, estaré allá más tarde. Te amo, y ¡te tengo una gran sorpresa! Te va a encantar ❤
Me reincorporé de inmediato y mi corazón se aceleró al leer lo último que decía, ¡¿vendrá hoy?! Negué rápidamente y me preocupé por Dean, él tenía razón. Mi padre también llegará hoy, los dos se van a ver y justamente frente a nosotros. Y, ¿de qué sorpresa estará hablando? Tenía la ligera sensación de que no me iba a gustar para nada.
—¿Tienes hambre? —le pregunté a Whisky cuando comenzó a ladrar, él levantó una patita, la tomé y me sorprendí cuando me guiñó un ojo, sonreí y lo acaricié.
Luego me cambié rápidamente el uniforme y salí de mi habitación con Whisky siguiéndome, tenía que hablar seriamente con Dominik. Miré de reojo hacia la habitación de Dean, tengo que sacarlo hoy de aquí. Y creo que ya sé como...
Le envié un mensaje a Cameron diciéndole que invitara a Dean a salir, negué varias veces, después de todo parece que sí nos hicimos amigos, o algo así.
Entré en la cocina al ver que estaba vacía, abrí la nevera y fruncí el ceño. Aquí no hay comida para perros...
Miré a Whisky, él me estaba observando, fruncí los labios,
¿es idea mía o él me está mirando acusadoramente?
—¡No me mires así! ¡Te daré de comer! —dije desviando la mirada, me rasqué la nuca al no saber qué darle. Tal vez debería llamar a Dominik o a alguien más...
¡No! Will me dejó a MÍ cuidando a Whisky... ¡Yo lo alimentaré!
Abrí el congelador y vi diferentes tipos de carne, a los perros les gusta la carne...
Tomé un paquete de carne de res, caminé hacia la estufa y la prendí, puse un sartén en ella y le eché aceite, recordé que esta mañana Will esperó que se calentara el aceite para echar los huevos... supongo que debo hacer lo mismo...
Decidí ponerle un poco de leche a Whisky mientras se calentaba el aceite. Miré el sartén y abrí el paquete de carne, con cuidado la eché toda, sonreí triunfante, ¡esto es fácil! Tiré un salto hacia atrás cuando de repente comenzaron a saltar burbujas de aceite, miré con horror que un pedazo de plástico también se estaba cocinando, lancé un grito al ver que se prendió en fuego, agarré a Whisky mientras él bebía leche y corrí hacia la habitación de Dominik.
—¡Dominik! ¡DOMINIK! ¡DOMINIK! —grité horrorizado, él salió en bóxer y me miró con preocupación. —¡La cocina.... ¡SE ESTÁ QUEMANDO! —exclamé mirando como salía humo de la cocina.
—¡¿Qué hiciste?! —preguntó corriendo hacia allá, lo seguí mientras apretaba a Whisky contra mi pecho.
Mis ojos se abrieron como platos al ver todo el fuego en la estufa, miré al techo cuando se activó la alarma y comenzó a caer agua, Dominik tomó un extintor y apagó el fuego, me asesinó con la mirada mientras nos mojábamos.
—Yo solo quería freír carne para Whisky —dije cuando todas las chicas del servicio llegaron horrorizadas y se desactivó la alarma, Dominik respiró hondo y se acercó a mí, tragué duro al ver su expresión dura, no dije nada cuando me quitó al perrito de las manos.
—Denle de comer al perro —ordenó pasándoselo a una de las chicas, la cual asintió rápidamente. —Ven conmigo —dijo ahora mirándome, asentí cuando me agarró por un brazo y caminó hacia afuera.
—S-Se te ve t-todo —mencioné con miedo, él gruñó y caminó hacia su habitación sin soltarme, en cuanto entramos cerró la puerta con seguro y me llevó hasta la cama.
—No te muevas de ahí —dijo tras hacer que me sentara, asentí haciendo un puchero y lo observé secarse el cuerpo.
Me fijé en la maleta llena de ropa a mi lado y sentí un nudo horrible en el estómago. No quería que se fuera...
—Mamá vendrá hoy —dije con cautela, él ni se inmutó.
—Lo sé —respondió, suspiré. Por supuesto que lo sabe, en esta familia yo soy el último que se entera de las cosas.
—Dijo que me tenía una "sorpresa", ¿sabes cuál sorpresa es? —pregunté cruzándome de brazos, mi pregunta hizo que se detuviera y me observara por unos segundos.
—Si te lo digo entonces ya no será una sorpresa —murmuró con un tono algo amargo, suspiré y al verlo cerrar su maleta me mordí el labio inferior con tanta fuerza que sentí el sabor de la sangre en mi boca, Dominik negó varias veces al verme.
—No quiero que te vayas —admití observándolo caminar hacia su escritorio, él me miro con asombro y tomó un pequeño kit de primeros auxilios, sacó una bandita diminuta, hice un puchero cuando me la puso con cuidado en el labio.
Toda mi vida he estado con Dominik, cuando mis padres y los de Dean nos enviaron a vivir aquí él fue el único que se opuso, creí que estaría bien alejarme un tiempo de mi hermano sobreprotector, pero ha sido muy duro, lo he extrañado demasiado. Creo que me guardaba un poco de rencor por aceptar alejarme de él, por eso ni siquiera se dignó a visitarme cuando vivía en el apartamento.
—¿En serio? ¿Dices esto para que no le diga a papá que casi quemas la casa? —preguntó mirándome a los ojos, lo miré mal y sentí mis ojos picar, tardé meses sin verlo, ¿quién sabe cuanto tardaré esta vez? —Vendré en navidad —dijo con calma, no pude evitarlo y las lágrimas salieron de mis ojos, faltan meses para eso.
—T-Te o-odio —dije llorando, él me sonrió y me abrazó, no le devolví el abrazo.
—¿No me vas a abrazar? No podrás hacerlo en meses... —lloré aun más al escuchar sus malditas palabras insensibles, lo abracé con fuerza.
—D-Dominik, no t-te vayas —le pedí aferrándome a su cuerpo, él suspiró y acarició mi espalda. —P-Puedes transferirte de u-universidad —dije con esperanza, él se quedó callado, me alejé un poco y lo miré a la cara. —¿Y-Ya no m-me q-quieres? —le pregunté con temor, él frunció el ceño y se alejó de mí.
—No me vuelvas a preguntar eso Dylan, sabes que te amo. Tal vez ahora no lo entiendas, pero no puedo dejar a mamá sola... Ella me necesita, tú... Estás bien con papá y Dean aquí —dijo con un tono forzado, limpié mis lágrimas y me levanté de la cama.
—Está bien, lo siento, no debí preguntar eso —dije tras recomponerme, lo miré, él estaba mirándome con impotencia, le sonreí un poco aunque me sentía muy mal por dentro, caminé hacia la puerta.
—Dylan —me detuve cuando me llamó. —Dile a Dean que salga a dar un largo paseo —abrí mucho los ojos al escucharlo, su tono era de advertencia, sorbí por la nariz y asentí.
Abrí la puerta y salí, agaché la cabeza y me escondí detrás de un jarrón al ver a Dean caminar hacia las escaleras distraídamente, en cuanto las bajó me apresuré en seguirlo. Hoy es mi día de espiar, ¿o qué? Me pregunté a mí mismo avergonzado por lo que estaba haciendo.
Arqueé las cejas al ver al pelinegro entrar en la habitación de mi padre, caminé hacia allá cuando cerró la puerta, esperé unos cuantos minutos afuera, al ver que no salía decidí entrar sigilosamente, me pasé una mano por el cabello y sonreí de lado al verlo durmiendo mientras abrazaba una de las almohadas. Él está realmente enamorado...
Will
Me quedé mirando el rostro de mi madre, para mí seguía siendo la mujer más hermosa de todas aunque ya no tenga vida, sus ojos estaban cerrados, cada vez que me vea al espejo recordaré sus ojos verdes, sus mejillas que casi siempre estaban coloradas ahora estaban pálidas, su cabello negro se mezclaba con las rosas blancas que mandé a poner con ella, eran sus favoritas, puse la mano sobre aquel vidrio que me impedía tocarla, tampoco olvidaré sus cálidos abrazos. Bajé la mirada cuando mis ojos se llenaron de lágrimas.
Le prometí que no lloraría cuando llegara el momento, pero había roto esa promesa desde que me enteré de su muerte.
Recordé la última vez que la vi sonriendo...
—Ya quiero que lo conozcas —dije con satisfacción, ella me sonrió y siguió trenzando el cabello de Sophie.
—Ya quiero verlo, aunque el chiquillo pareces tú con lo feliz que estás —dijo y soltó una risita, negué y me senté en el sofá. Que ella conozca a Dylan es algo muy importante para mí. —Ya sabía que entre Edward y tú todo era una falsa. Pero me alegro de que finalmente encontraras a alguien especial, ya no tendré que preocuparme...
Respiré hondo y abrí los ojos dejando salir las lágrimas al sentir una mano sobre mi hombro, miré a mi lado, mi padre estaba observando a mi madre con cariño, me sorprendí al verlo sonreír.
—¿Por qué lloras William? Tu madre ahora está con tu hermana —dijo con calma aunque noté las lágrimas agrupadas en sus ojos azules, asentí y sonreí con dificultad. Es cierto, pero duele mucho que las dos no estén con nosotros.
Respiré hondo y con una sonrisa abracé a mis sobrinos cuando se acercaron, Abigail estaba llorando sin parar, Daniel tenía una triste sonrisa mientras lloraba y Sophie estaba haciendo muchas muecas para no llorar mientras abrazaba una de mis piernas.
Cerré los ojos y nos quedamos así durante unos minutos, luego de eso me sentí más calmado. No estoy solo...
. . .
Daniel, Abigail, Sophie y yo nos quedamos de últimos observando la lápida de mi madre, al lado de la suya estaba la de mi hermana, nos acercamos en silencio y depositamos varias flores en las dos.
Nos miramos y nos reímos un poco al ver que todos teníamos los ojos hinchados.
—Siempre las amaremos —dijo Abigail mirando las lápidas, todos asentimos. Cargué a Sophie cuando extendió sus brazos hacia mí, al sentir gotas de agua comenzar a caer caminamos hacia la salida del pequeño cementerio.
Los demás ya se habían ido, nos subimos en mi auto y conduje hacia la casa familiar. Cuando llegamos los niños bajaron, yo me quedé afuera al ver que Robert había estado esperándome.
—Entremos —dije abriendo la puerta, él asintió. Escuché a los demás hablando en la sala de estar.
—Will, siento tu pérdida —lo miré cuando dijo eso, asentí levemente, él apretó los labios y se llevó una mano a los ojos. Sabía que lo decía honestamente. Para mi madre, él era otro hijo más.
Tras unos segundos los dos caminamos hacia donde estaban los demás, me quedé parado en el marco de la puerta al ver algo que me dejó atónito. Miré a Robert con interrogación.
—No es lo que parece —dijo en un tono bajo, hice una mueca.
—Entonces, ¿qué es? —pregunté, no pude evitar que la decepción se notara en mi voz al ver a la madre de Dylan más allá hablando con mi padre, Robert se quedó callado.
Me sentí mal por aquel adolescente que seguro estaba esperándolo ingenuamente.
Dean
Me crucé de brazos mientras esperaba a que llegara Cameron, él me había invitado a salir esta noche.
—¿Vas a salir? —miré hacia la puerta y asentí cuando Dominik preguntó eso, él asintió y caminó hacia mí, se sentó a mi lado y estiró sus brazos mientras bostezaba. —¿Con quién saldrás? —preguntó con interés, lo miré justo cuando sonó el timbre.
—Con un chico —dije levantándome, él frunció el ceño, me reí por lo bajo. —Tranquilo, le gusta Dylan —mencioné vagamente, me arrepentí de mis palabras al ver como él arqueó sus cejas y se levantó de un tirón del sofá. ¡Yo y mi gran bocota!
—Parece que ya llegó —dijo con un tono serio y una mirada oscura, tragué duro.
—¡Dean! —escuchamos como una de las chicas del servicio me llamaba.
Abrí mucho los ojos cuando Dominik comenzó a caminar hacia la sala, lo seguí con nervios. Pobre Cameron. Lamentará haberme contado sobre sus sentimientos.
Los dos nos detuvimos al ver que Dylan estaba hablando con Cameron, parecía estar susurrándole algo al rubio, el cual lucía serio pero también nervioso al estar tan cerca del castaño, miré a Dominik, él tenía el ceño fruncido.
—¿Cómo se llama? —preguntó Dominik con molestia.
—Cameron —dije con duda, él me miró fijamente.
—¿Qué nombre es ese? Suena como Camarón —dijo negando y acercándose a ellos, me reí un poco. —Dylan —vimos como Dylan dio un respingo al escuchar a Dominik, él se giró y lo miró con sorpresa, Cameron lo miró de igual forma.
—Dominik, él es Cameron, invitó a Dean a salir esta noche —dijo Dylan de una forma que me pareció sospechosa, Dominik suspiró y pareció comprender algo, cuando pensé que le diría algo malo a Cameron asintió.
—Lo sé... —murmuró y se acercó más a Cameron, el cual no había dejado de mirarlo. —Cameron, ¿cierto? —preguntó Dominik con un tono intimidante, el rubio asintió lentamente, Dylan y yo nos miramos con confusión al notar lo callado que estaba. —Como le hagas algo malo a Dean prepárate, Dylan me dirá donde vives, te busca...
—Dominik —lo interrumpió Dylan, Dominik suspiró pesadamente y miró a su hermano con seriedad.
—No interrumpas mi momento Dylan —le dijo con cariño y molestia, Cameron y yo nos reímos, Dylan se sonrojó.
—Lo siento, solo quería decirte que no sé donde vive el Camarón —susurró Dylan apenado, me reí cuando Dominik negó con pesar, Cameron miró con una linda sonrisa a Dylan que luego se borró.
—¿Camarón? —preguntó mirándolo mal, los tres comenzaron a discutir, no pasé por alto que Cameron no le hablaba directamente a Dominik, parecía nervioso cada vez que veía al mayor a los ojos.
—Ya se está haciendo tarde —dije interrumpiendo su discusión tras ver que ya eran casi las siete. No quiero que pase lo de la última vez y Robert se enoje conmigo cuando llegue.
Los tres se callaron, Dylan me agarró de la mano y me llevó hasta la puerta.
—Váyanse —dijo mirando a Cameron, el cual no dudó en caminar con prisa hacia la puerta, hasta que Dominik lo agarró del brazo y lo miró con intimidación.
—Suéltame —le dijo Cameron soltándose de su agarré, Dominik arqueó una ceja y miró como el rubio algo desubicado salió de la casa.
—Me voy —dije confundido por lo que acababa de pasar, miré a Dominik, él estaba mirando hacia la puerta, Dylan me sonrió dulcemente y se acercó a abrazarme, le correspondí y aún confundido salí de la casa.
Me subí con Cameron en su auto y en silencio condujo fuera de la casa.
—¿Quién es ese "Dominik"? —él rompió el silencio, sonreí.
—Es el hermano mayor de Dylan —respondí buscando mi celular, fruncí el ceño al notar que lo había dejado. —¿Podríamos volver? Se me que...
Antes de que terminara de hablar Cameron ya estaba girando para regresar, me tapé la boca para no reírme. A alguien le gustó Dominik...
—¿Te gustó? —pregunté pícaramente, él me miró de reojo.
—No está mal... —murmuró, me sorprendí por lo sincero que era.
—Creí que estabas enamorado de Dylan —recordé con malicia, él suspiró y arqueó una ceja.
—Nunca dije "enamorado" Dije que me dieron ganas de hacérselo, hoy he estado controlándome para no besarlo o algo peor —dijo descaradamente, me reí pero luego me alarmé un poco.
—Cameron... Dylan ya está con alguien —le advertí, él suspiró nuevamente y asintió.
No sé bien si Dylan y el director tienen una relación, pero sé que los dos están locos el uno por el otro, aunque Cameron sea mi amigo no me gustaría que se entrometiera entre ellos.
—Vendré pronto... O bueno... ven conmigo —dije cuando entramos por la puerta eléctrica, él detuvo el auto frente a la casa y ambos salimos.
Miré con sorpresa el auto de Robert, ¡llegó! Tragué duro y no dije nada mientras Cameron y yo caminábamos hacia la puerta...
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