Quiero pero no puedo
Dylan
Harry, Shelly, Dean y yo nos levantamos en cuanto la campana tocó, por fin era tiempo del receso, restregué un poco mis ojos, esas tres horas me dieron algo de sueño. ¿No se supone que el primer día es para que todos nos conozcamos? Al parecer en este instituto no.
Salimos del salón de informática y caminamos hacia la cafetería, Harry y Dean iban al frente, muy entretenidos hablando, mientras que Shelly y yo íbamos atrás, ella ha estado en silencio desde la escena con Abigail hace tres horas.
A la reina abeja no la hemos vuelto a ver desde aquello, no soy tan tonto como para no saber que entre ellas dos pasa algo. Admito que me decepciona un poco, las dos estan buenas.
Los pasillos estaban llenos de estudiantes saliendo de los salones, aún así entre todos ellos había alguien que destacaba, Will. Mis ojos se posaron en él de inmediato, sentí un cálido cosquilleo en mi trasero al recordar como nuestros cuerpos estaban unidos hace un par de noches, respiré hondo y alejé esos pensamientos. Lo miré, él estaba sonriendo mientras hablaba con un grupo de estudiantes, chasqueé la lengua y dejé de mirarlo.
—¿En qué piensas? —preguntó Shelly mirándome con interés, yo me sobresalté un poco ya que no esperaba que hablara.
En nuestro director.
—En que tengo mucha hambre —mentí haciéndo un puchero, ella se rió un poco. Obviamente no le puedo decir que estoy pensando en el director.
—Estamos igual, ¡solo espera para que pruebes los sandwiches que venden aquí! —Chilló mirándome con emoción, yo le sonreí y asentí.
—Cierto, son deliciosos, vine a este instituto solo por la comida —dijo Harry girandose para mirarme, yo no dudé de sus palabras ni por un segundo al ver su mirada honesta.
Sentí la mirada de alguien sobre mí, sabía que era Will quien me estaba mirando, giré un poco el rostro y lo miré, tenía razón, estaba mirandome "disimuladamente", me mordí el labio inferior y aparté la vista de él.
—¡Ya quiero probarlos! —Dije con una sonrisa, ellos sonrieron y apresuraron el paso.
Sin darle una última mirada a mi director me fui con los demás hacia la cafetería.
Así es como debe de ser, no puedo tener pensamientos o miradas más allá de lo normal con él.
. . .
Cerré lentamente los ojos y le di otra mordida al delicioso sandwich que tenía en mis manos, en verdad son riquísimos, ahora comprendo la emoción de Harry.
Todos estaban comiendo y hablando, miré alrededor, vi a Abigail entrando a la cafetería con su séquito de rubias, al vernos se giró y habló con las rubias, luego salió de aquí algo distraída. Fruncí el ceño, ella no actúa como una reina abeja lo hace, apoyé mi rostro en un puño y comiendo en silencio los observé a todos.
Harry estaba coqueteando con Dean pero él ni caso le hacía, Shelly estaba mirando hacia la puerta mientras comía, cuando acabé mi sandwich, bebí un poco de jugo y me levanté de la silla.
—Vengo en un momento —avisé mientras los miraba, ellos asintieron.
Boté la basura y sali de allí, ¿a dónde habrá ido Abigail? Me pregunté mientras caminaba y miraba hacia los lados.
Y, ¿qué hago preocupándome tanto por alguien que acabo de conocer?
No lo sé, algo dentro de mi oprime mi corazón al recordar la mirada dolida en sus ojos esta mañana, puedo comprender esa mirada, es la de alguien que ha sido lastimada y decepcionada por alguien a quien quiere. Lo comprendo porque esa mirada y esa sensación no son cosas nuevas para mí...
Caminé alrededor por varios minutos, ahora estoy en un pasillo desierto, me he perdido, bufé y seguí caminando.
Más allá vi una escena que me hizo detener, me escondí dentro de un salón y saqué la cabeza para ver claramente qué sucedía.
Will y Abigail estaban abrazándose, él acariciaba su cabello con ternura, sentí mucho enojo dentro de mí, yo preocupándome tanto y ella muy abrazadita y cariñosita con el director.
Salí de mi escondite y seguí mi camino, pasé por delante de ellos como si nada, ellos me miraron con sorpresa, no le di importancia. Aunque...
Detuve mis pasos por segunda vez al ver los ojos rojos de Abigail, ¿Will la está obligando a algo? ¿Y si la droga para luego violarla? Lo miré con terror, agarré a Abigail de la mano y me puse delante de ella.
—Abigail, ¿este tipo te está obligando a algo? —le pregunté mientras miraba a Will con sospecha, él abrió un poco la boca y sonrió con burla.
Miré de reojo hacia atrás, Abigail estaba sorprendida, parecía estar algo confundida, me miró y luego a Will, luego se rió un poco.
—Claro que no, ¿por qué piensas eso? —preguntó con un tono nervioso, demasiado sospechoso.
—Tus ojos estan rojos y los vi abrazados... No tengas miedo de admitirlo —dije mirandola, ella se rió y me abrazó de repente, yo me quedé algo paralizado.
—¿Y llegaste a esa conclusión? Jajaja, estaba llorando por otra cosa, además Will es mi primo —mis mejillas se encendieron cuando ella dijo eso, con pena miré a Will, él tenia una sonrisa burlona mientras me miraba.
—¿Y qué es eso de "este tipo"? ¡Soy tu director! —dijo Will indignado y borrando su sonrisa de golpe al recordar como me referí a él, solté una risita nerviosa y miré a Abigail, ella me miraba con curiosidad.
—Oh... ¿Eres el director? No lo sabía, me perdí la ceremonia —dije con falsa sorpresa, Abigail asintió y Will me miró mal, le sonreí de lado.
Abigail cree que acabo de conocer a Will. Sonreí con triunfo, mi sonrisa disminuyó al ver la mirada que intercambiaron, una mirada cómplice.
—Pues ahora lo sabes —respondió cruzándose de brazos, haciéndo que los musculos de sus brazos se notaran aún más bajo esa fina camisa blanca, contuve la respiración por unos segundos.
Alcé la vista a sus ojos, él estaba mirando mis labios, luego me miró a los ojos, yo no aparte la mirada de él, nos quedamos mirándonos el uno al otro con una intensidad desbordante, sus ojos parecían dos pozos profundos llenos de secretos y misterio, podía sentir como me desnudaba con la mirada, cosa que honestamente no me molestaba. Pero la realidad siempre me cae como un balde de agua fría, y eso pasó en cuanto escuché a Abigail carraspear exageradamente, corté sin pena alguna aquella excitante conexión que habíamos logrado.
Esto es malo, muy malo, no puedo negar que tengo ganas de Will, me puse una mano en la cabeza, me siento un poco mareado, pasé saliva y lo miré.
—Umm... Tengo que irme, adiós —dijo Abigail distraídamente mientras se alejaba rápidamente de nosotros, yo la miré con horror, no quiero quedarme a solas con Will.
—Yo también me tengo que ir, adi...
—Tranquilo, no te voy a morder —dijo él con un tono burlón, bufé y lo miré de reojo.
Ay, Will. Lo que me preocupa son las ganas que tengo yo de que me muerdas.
Pensé mientras escapaba de su penetrante mirada.
—Vaya... —susurró él, lo miré y me sorprendió ver su sonrisa descarada. ¿Qué pasa?
—Si tanto quieres que te muerda, solo debes pedirlo —Abrí mucho la boca y los ojos al escuchar eso. Dios mío, no me digas que pensé en voz alta. Will me miraba con diversión y algo de tentación.
Respiré hondo y solté el aire lentamente, lo miré arqueando una ceja.
—Lo haría, lástima que solo soy un niño y tú mi director, y también eres un hombre casado —dije con un tono de falsa pena, su mirada se oscureció mientras me observaba.
Yo le sonreí de lado, ¿por qué me mira así? Después de todo él mismo fue quien dijo eso.
—Adiós... Y disimule sus miradas hacia mí, cualquiera podría pensar lo que no es —me acerqué a él y le dije eso mientras pasaba un dedo por su pecho, le guiñé un ojo y me alejé lentamente.
—Dylan... —me detuve pero no me di la vuelta al escuchar mi nombre salir de su boca.
Sonreí, desde que Will dijo que sólo soy un niño lindo, dentro de mi nacieron unas enormes ganas de hacer que se tragara sus palabras. Tengo que hacerlo pagar, por sus palabras y por sus acciones, está bueno pero es un idiota que engaña a su esposa.
—Dígame, director —dije con un tono ligeramente coqueto y con una sonrisa malévola.
—Arreglese el uniforme —la sonrisa se borró de mi rostro, me giré y lo miré, él tenía una sonrisa de suficiencia.
Apreté los labios y lo fulminé con la mirada, esperaba que me dijera otra cosa. No un "arreglate el uniforme"
Le saqué el dedo y me arreglé la camisa, que se me había salido un poco, él se rió.
—Que maduro —dijo con sarcasmo y burla al ver mi seña obscena.
—Idiota —dije en voz baja mientras lo miraba mal, él arqueó ambas cejas.
—¿Cómo dijiste? —preguntó arqueando una ceja y mirándome de una forma extraña.
—Emm... Eh... ¡Ya me voy! —exclamé a la vez que me iba con un paso acelerado, y no era para menos, la mirada en sus ojos era aterradora.
Suspiré con pesadez y caminé hacia el patio sin girarme a ver la expresión de Will.
Entre en varias puertas equivocadas, ¿dónde está el patio?
Me paré frente a una puerta enorme, la abrí y miré alrededor con confusión. ¿Dónde carajos estoy?
Pensé que este era el camino hacia el patio, sin embargo este es un patio... Pero interno, miré asombrado el verde y cuidado césped bajo mis pies, era un lugar bastante grande, lleno de flores hermosas, las paredes eran transparentes, se podía ver la parte trasera del instituto.
—Es genial —susurré para mí mismo.
—Ciertamente —me sobresalté un poco y giré el rostro, detrás de mí había un chico, tenía una sonrisa mientras miraba alrededor. — Soy Mathew —dijo acercándose a mi, yo le sonreí levemente.
—Yo soy Dylan —dije mirándolo.
Él es más alto que yo, tiene el cabello castaño y los ojos color chocolate debajo de unos grandes lentes, llevaba el uniforme del instituto y sobre este una bata blanca.
—¿Qué es esto? —pregunté mientras veía como varias mariposas volaban alrededor.
—Es un invernadero —respondió mirando con satisfacción a su alrededor.
—Ohh...
—Ven, te mostraré —dijo a la vez que comenzaba a caminar, yo le eché un vistazo a la puerta y luego lo seguí.
—Esta es la zona de las rosas —miré las hermosas rosas rojas que había en una esquina, este lugar es más grande de lo que pensé.
Mathew sacó unas tijeras enormes del bolsillo de la bata, se acercó a las rosas y cortó una, luego me la pasó.
—Estas se marchitaran en unos días, te regalo una, ahora es su mejor momento —tomé la rosa que me estaba pasando, él dijo aquello con una mirada amable.
Por estar mirandolo a él y no lo que me estaba pasando, una de las espinas de la rosa se clavó en uno de mis dedos, un punto rojo no tardó en aparecer en este, me llevé el dedo a la boca y lamí el chorrito de sangre que estaba saliendo.
—Esta es la primera vez que conozco a un vampiro —dijo Mathew con diversión mientras me miraba, yo me reí un poco.
Luego, él siguió mostrándome todo lo que habia aquí. Pasaron varios minutos y los dos hablábamos entretenidamente, es una persona agradable.
—Me hago cargo de este lugar mientras el profesor Jobs está de vacaciones —respondió con una mirada soñadora, de verdad le gusta este lugar.
Escuchamos el timbre de fin de receso. Me sentí un poco desanimado al escucharlo.
—Mathew, fue un gusto conocerte, ahora tengo que irme —dije mientras lo miraba, él hizo un adorable puchero.
—Vendré mañana —dije sin pensarlo, él sonrió y asintió.
—Está bien, aquí te esperaré —dijo arreglandose la bata, yo asentí y caminé hacia la salida.
—Adiós —dije dándole una última sonrisa, él correspondió, abrí la puerta y salí de allí.
A lo lejos vi a Dean y me asusté al ver que él estaba mirándome fijamente, parecía un psicópata, caminé hacia él cautelosamente, algo me dice que está enojado conmigo.
—Dean... Hola —dije con cuidado, él frunció los labios y me miró con decepción.
—¿Con quién estabas? —preguntó con un tono de novia celosa, me reí por lo bajo, Dean es muy "demasiado" celoso.
—Con un chico que conocí —dije como si nada, él hizo un puchero y cruzándose de brazos me dió la espalda.
—¿Ah si? Pues vete, vete con tu nuevo amigo —dijo sin girarse a verme, suspiré y lo miré.
—Dean, tú te has pasado todo el día revoloteando alrededor con Harry y yo no te he dicho nada —dije mirando su espalda, él giró un poco el rostro y me miró con los ojos entrecerrados.
—Además, para mí eres único —dije con derrota, cuando él se pone así lo mejor es decirle eso, se giró y con una sonrisa tonta se tiró hacia mis brazos, yo me reí y me dejé abrazar.
Dean se alejó al escuchar una tos falsa, miré detras de mí, allí estaba Will mirándonos mal, mejor dicho mirándome mal.
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