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Quédate

Dean

Abrí los ojos por décima vez y me removí en la cama buscando una buena posición para dormir, suspiré con fuerza y abracé una almohada, cerré los ojos y me quedé unos segundos así hasta que volví a abrirlos nuevamente. No podía dormir, llevaba casi dos horas sin poder conciliar el sueño.

Me senté en la cama y abracé mis piernas, miré hacia la ventana, por los pequeños espacios que las cortinas no cubrían vi que afuera estaba lloviendo, me levanté de la cama y tras ponerme mis pantuflas salí de mi habitación, en medio de la oscuridad caminé hacia la cocina, todos estaban dormidos, di un respingo al escuchar un fuerte trueno, me apresuré en llegar a la cocina, con rapidez prendí la luz, tomé un vaso de la encimera, saqué la leche de la nevera, llené el vaso y lo metí al microondas, en cuanto supuse que estaría tibia lo saqué y me la bebí rápidamente, me sobresalté al escuchar otro trueno.

—Dean —el vaso casi vacío cayó de mis manos por la sorpresa al escuchar a Dominik hablar detrás de mí, temblando levemente me giré y lo miré mal mientras me limpiaba la leche que se me había corrido por la barbilla, él se rió por lo bajo.

—Casi me matas —dije recogiendo el vaso del piso.

—Lo siento, ¿no puedes dormir? —preguntó comprensivo, asentí lentamente observando como tomaba el trapeador azul que había en una esquina y limpiaba la leche del piso.

—¿Y tú? —pregunté en voz baja, él suspiró y levantó su mano derecha, me fijé en que traía unos papeles.

—Además estoy preocupado, Dylan no ha llegado, dijo que saldría sólo un rato... —dijo frunciendo el ceño, arqueé las cejas y negué varias veces mirándolo con compasión. Estoy seguro de que no ha dormido por eso.

—A mí no me sorprende que no haya llegado, está con Will, así que deja de preocuparte y de esperarlo —respondí mirándolo a los ojos, él suspiró con fuerza y asintió forzadamente, negué, esta noche no dormirá nada. En cuanto Dylan dijo que saldría todos supimos que iría a casa del director.

Los dos nos quedamos en un extraño silencio, me removí un poco incómodo y nervioso cuando él se quedó mirándome de una forma rara, con disimulo tiré hacia abajo de mi camisón de flores, el cual me quedaba un poco más abajo del trasero, lo cual de repente me pareció demasiado corto al sentir la mirada grisácea de Dominik recorrer mi cuerpo.

—¿Qué? —pregunté enfurruñado, me sentí perdido al notar su mirada suavizarse cuando me miró a la cara, se rió un poco y negó.

—Sabes Dean... antes me gustabas mucho —abrí los ojos como platos al escucharlo y me quedé incrédulo, él me sonrió y asintió con calma. Habla en serio... pero, ¡¿cómo?!

—N-No lo s-sabía —susurré aún sorprendido y muy nervioso, él hizo una pequeña mueca y yo lo miré con arrepentimiento. —L-Lo siento... —me disculpé rápidamente, él se encogió de hombros.

—No importa, ya te superé, supe que jamás te fijarías en mí al notar como mirabas a mi padre...

Sentí que se me paraba el corazón y se me helaba la sangre, negué lentamente y me llevé una mano a la boca al verlo asentir, él estaba mirándome con curiosidad. No puede ser...

—Quizás los demás no se daban cuenta pero yo notaba cada cosa en ti, ¿crees que no me fijé en cómo te sonrojabas, en lo nervioso que te ponías y en lo ilusionado que te veías cada vez que él te hablaba o se acercaba a ti? —Dominik se había acercado lo suficiente como para hacerme sentir acorralado, estaba asustado y sorprendido por su confesión, retrocedí varios pasos al ver que seguía acercándose.

Pasé saliva con dificultad al sentir la encimera detrás de mí, Dominik se detuvo a unos pocos centímetros de mi cuerpo, en sus ojos grises había diversión, en cambio yo me sentía muy asustado.

—Si lo sabías, ¿por qué no dijiste nada? —pregunté en casi un susurro, él se pasó una mano por el cabello y negó. Podría habérselo contado a Dylan, a su madre o a alguien más.

—No soy así Dean, además, si lo decía me ganaría tu odio... no quería eso, y tú no te merecías que expusiera tus sentimientos —asentí lentamente comprendiendo y conmovido por esto último, él me sonrió de lado y acarició un mechón de mi cabello, al ver mi rostro se rió un poco y se alejó, respiré con calma cuando hizo eso.

—Pero t-tú... ¿d-desde cuándo e-eres gay? —pregunté confundido, para mí, él es la persona más heterosexual que podría existir, negó.

—No soy gay... solo me gustabas tú, aun me atraen las chicas, pero los chicos no —explicó con tranquilidad, asentí comprendiendo y lo miré, me detuve a mirarlo con atención, él era muy atractivo pero no me gustaba, su cabello castaño y sus ojos grises son hermosos pero no, simplemente no sentía nada por él. Caminó hacia la puerta tras unos segundos en silencio. —También sé que hay algo entre ustedes... —dijo antes de salir, eso me dejó estupefacto. ¡¿Lo sabe?!

Me apresuré en seguirlo, fruncí los labios al verlo encerrarse en una habitación tras guiñarme un ojo. Ese chico...

Respiré hondo y caminé hacia la habitación de Robert mientras pensaba en lo que me había dicho Dominik. Realmente nunca me di cuenta de que sintió eso por mí, él era muy reservado, solo se mostraba cariñoso e íntimo con Dylan, o quizás yo estaba tan cegado por Robert que ni me detuve a verlo bien a él.

Sentí mis mejillas cobrar calor, "ya te superé" por suerte. Abrí lentamente la puerta de la habitación y en cuanto entré la cerré de igual manera, me acerqué con sigilo a la cama y miré a Robert durmiendo, sonreí y me metí a su lado, en cuanto lo hice lo sentí abrazarme y pegarme más a él.

—Dean... —me llamó adormilado agarrándome por la cintura, lo miré y me acurruqué en su pecho.

—¿Puedo dormir contigo? —pregunté con algo de pena apesar de ya haberme metido en la cama, él no dijo nada y metió una mano por debajo de mi pijama, me estremecí cuando la posó en mi cintura. Me tomaré eso como un sí.

Me quedé mirándolo, sus ojos estaban cerrados y su respiración era calmada. El solo tenerlo a mi lado me hacía feliz, ¿cómo iba a fijarme en otros si este fuerte sentimiento no me dejaba, ni me deja hacerlo? Sé que esto está mal, sé que debería parar todo esto entre nosotros, pero se sentía demasiado bien...

Cerré los ojos y metí una de mis piernas entre las suyas, así finalmente me quedé dormido...

Dylan

Escondí mi rostro en el pecho de Will al escucharlo decir eso con su mirada fija en mí, negué varias veces mientras me agarraba de sus hombros. ¿Estoy soñando?

—¿Qué sucede pequeño? —preguntó en mi oído haciendo que se me erizara la piel, hice un puchero al escuchar su falso tono inocente, sabe perfectamente el efecto que tiene su masculina voz sobre mi cuerpo, pasé mis brazos por su cuello y me pegué más a él, mi corazón palpitaba rápidamente.

—Quiero que lo hagas —susurré con timidez, sentí su propio corazón ir tan rápido como el mío, sonreí contra su cuello.

"Quiero hacerte el amor"  Había dicho él, respiré hondo y dejé salir el aire lentamente, Will caminó hacia su habitación mientras me cargaba. Me sentía más nervioso que nunca.

Me relamí los labios y traté de calmarme, ¿por qué estaba tan nervioso? Estoy con Will, el hombre del que estoy enamorado, y finalmente haremos lo que tanto he deseado experimentar con él.

Acerqué mis labios a su cuello y comencé a besarlo lentamente, por un momento me tranquilicé al sentir sus cálidos dedos meterse por debajo de mi camiseta y acariciar mi espalda baja, suspiré y lo miré a la cara, él había estado observándome, estoy seguro de que mis mejillas enrojecieron, las sentía muy calientes, pasé saliva y cerré los ojos cuando acercó sus labios a los míos, sentí que el tiempo se detenía cuando nuestros labios se juntaron, comenzamos a besarnos con suavidad, sonreí cuando chupó mi labio inferior, yo hice lo mismo con su lengua, nuestro húmedo beso estaba cargado de pasión, tuve que separarme para poder respirar, me sentía como si tuviese el estómago lleno de maripositas, me reí un poco cuando Will entró en la habitación y cerró la puerta dejando a Whisky afuera, el cual había estado siguiéndonos felizmente.

—Solo tú y yo... —dijo contra mi cuello, tragué duro y asentí.

Cuando Will me dejó sobre la cama no me quise separar de él así que lo atraje hacia mi cuerpo, me quedé mirándolo desde abajo, el brillo en su mirada me hacía sentir especial, lo rodeé con mis piernas y comencé a repartir pequeños besos por su cuello, mirándolo a los ojos acerqué mi boca y mordí suavemente su labio inferior, al ver su sonrisa de ternura me cubrí la cara con ambas manos sintiendo mi rostro caliente, lo miré con pena cuando apartó mis manos, esperaba que dijese algo pervertido o burlón pero él se limitó a acariciar mi rostro sin dejar de mirarme, acerqué mis manos a su camisa y comencé a quitársela, en cuanto lo hice acaricié su marcado torso, hice un puchero y dejé caer mi mano.

—Estas cosas no me dejan... —dije asesinando las finas vendas en mis manos, miré a Will. La noche que tanto esperé ha llegado y me pasa esto.

Él tomó una de mis manos dejándome sorprendido y la llevó nuevamente a su pecho.

—Shh... me gusta sentir tus pequeñas manos sobre mí, con o sin vendas... —abrí mucho los ojos cuando dijo eso seriamente, me quedé mirándolo con bochorno, lo fulminé con la mirada al ver su sonrisa divertida y maliciosa al poner una mano en mi pecho y sentir lo rápido que latía mi corazón.

—H-Hagámoslo... —susurré alejándolo un poco de mí, me saqué la camiseta y mi estómago se encogió cuando sus grandes manos pasaron por mi cintura y mi vientre, se me salió un pequeño gemido cuando me mordió suavemente un pezón, él levantó la mirada al escuchar aquello, sus ojos verdes me miraron de una forma extraña.

—También me gusta como gimes —dijo con un tono misterioso y sexy, abrí mucho los ojos cuando me bajó los pantalones de un tirón, me sonrojé aún más cuando una sonrisa torcida creció en sus labios al ver mis boxers de gatitos, suspiré de placer cuando acarició mi erección por encima del boxer, mi piel se erizó cuando me lo quitó, tragándome mi vergüenza dejé que separara mis piernas, suspiré cuando pasó sus manos suavemente por estas, causándome pequeños espasmos.

—W-Will... —lo llamé con súplica, él sonrió de lado y se llevó una mano al pantalón, cuando se lo bajó mi corazón enloqueció y mis nervios regresaron al ver como su gran erección se marcaba, casi me da algo cuando se bajó el boxer y dejó a la vista su miembro erecto, me relamí los labios, nunca dejaba de sorprenderme, alcé la mirada y di un respingo al ver los ojos de Will puestos en mí, nos quedamos observándonos en silencio por unos segundos, sin decir nada me acerqué y lo abracé, en cuanto se sentó en la cama hice lo mismo pero sobre sus piernas. Nuestros cuerpos estaban calientes...

Acaricié su pecho mientras él extendía un brazo y tomaba algo de la mesita de noche, chupé el lóbulo de su oreja y bajé una mano a su miembro, lo acaricié y me estremecí al sentir uno de sus dedos cubierto por el frío lubricante acariciando mi entrada, enterré mis dedos en su cabello cuando él entró lentamente su dedo.

—... frío... —murmuré con estremecimiento, reprimí una sonrisa al ver la expresión de Will, "ahora te lo caliento" su mirada fija pareciera que decía aquello, gemí cuando movió rápidamente su dedo. —O-Otro... —le pedí moviendo el trasero, él me metió dos más, lo miré con deseo y lo besé con desesperación, él me siguió el beso con la misma necesidad, gemí cuando me atrajo más a él y sentí su erección debajo de mi trasero.

Solté un gemido de sorpresa y placer cuando Will me levantó un poco y me hizo sentarme lentamente sobre su miembro, lo que me dejó más sorprendido fue su mirada, no podía apartar la vista de sus ojos, estos estaban mirándome con mucha atención y cariño, no había perversión ni morbosidad en ellos, y entonces lo sentí, sentí que mi corazón se hinchaba y lo tuve más claro que nunca, amaba a este hombre...

Con el rostro ardiendo me moví suavemente mientras gemía, me sentí más expuesto que nunca, Will no apartaba la mirada de mí, es como si estuviese haciéndome el amor con ella.

—Eres hermoso —bajé la mirada avergonzado y seguí subiendo y bajando suavemente mi trasero, no lo miré cuando él me agarró las caderas y me recostó de la cama sin separarse de mi cuerpo, me hizo rodearlo con las piernas, grité cuando se movió profundamente dentro de mí. —Mírame —me pidió sin dejar de moverse, lo miré y se me cortó la respiración por un momento, había pasión y deseo en sus ojos.

—W-Will... —agarré con fuerza las sábanas cuando se movió con rapidez, extrañamente se sentía especial que lo hiciera así, creí que hacer el amor era hacerlo lento, pero esto se siente diferente a las otras veces. Sentía que era más que sexo.

Will estaba sudando al igual que yo, me quedé hipnotizado al ver su expresión de placer mientras se movía dentro de mi cuerpo, abrí mucho los ojos cuando me sonrió con suavidad, en un impulso lo abracé al sentir mis ojos llenarse de lágrimas. Por primera vez no me sentía como un objeto sexual, me sentía querido.

—T-Te amo.

. . .

Gruñí al pasar la mano por la cama y no sentir a Will a mi lado, abrí los ojos lentamente y me los restregué mientras bostezaba, miré hacia el despertador que había sobre la mesita y abrí los ojos como platos, eran las dos de la mañana. Mi padre me va a matar.

Me senté rápidamente en la cama, solté un quejido, me dolía un poco el trasero, miré hacia el balcón y me sorprendí al ver a Will ahí, llevaba solo el pantalón puesto y estaba absorto mirando algo, me sonrojé al recordar lo que habíamos hecho hace unas horas, me mordí el labio inferior y reprimí una sonrisa, se me encogió el estómago al recordar como había estado mirándome y acariciándome.

Suspiré con fuerza y me levanté de la cama, cubriéndome con las sábanas caminé sigilosamente hacia él.

—Sé que estás ahí —dijo con burla sin girarse, resoplé y lo abracé suavemente por detrás, cerré los ojos al sentir su cálido y reconfortante cuerpo.

—¿Qué haces aquí? —pregunté abriendo los ojos, sólo había oscuridad, las calles estaban desiertas, solo la luna iluminaba un poco, las nubes la cubrían casi por completo.

—Estaba mirando la luna —respondió dándose la vuelta, arqueé una ceja, él me miró fijamente y sin decir nada me pegó más a él, escondí mi rostro en su pecho cuando una fría ráfaga de viento pasó a nuestro lado.

Di un respingo cuando comenzaron a caer frías gotas de agua de repente, Will me miró y se rió un poco, lo fulminé con la mirada.

—¡¿Q-Qué h-haces?! —pregunté avergonzado cuando ese imbécil me cargó en sus brazos, me agarré de su cuello, con una sexy sonrisa entró en la habitación.

—No puedo dejar que mi princeso se moje —no pude evitar reírme al escuchar eso, él corrió la puerta del balcón y me llevó hasta la cama, en cuanto se acostó a mi lado me acerqué y me acurruqué en su pecho.

—La primera vez que lo hicimos fue aquí —dije en un susurro al caer en la cuenta de esto, él pasó una mano por la curvatura de mi espalda y asintió.

—Recuerdo que estabas casi llorando del miedo —recordó con un tono divertido, hice un puchero. ¿Qué quería? ¿Que saltara de felicidad?

—Estaba borracho... con un desconocido... que obviamente quería romperme el culo, ¿cómo no iba a querer llorar? —Will se rió al escucharme, le pegué suavemente en el brazo.

—Aunque eso fue al principio... luego te relajaste y te volviste un salva... ¡hey! —el codazo que le di lo interrumpió, mis mejillas estaban que ardían. —A que te has sonrojado... —me sonrojé aún más y bufé al escuchar su tono curioso y seguro.

Los dos nos quedamos en silencio, escuchando el leve sonido de la lluvia afuera.

—¿Has estado con otros aquí? —pregunté en voz baja.

—Dylan... —me reincorporé lentamente al escuchar su tono de advertencia, no negaré que eso me puso celoso, pero no enojado. Ni siquiera yo he sido un santo. Lo miré al sentirlo agarrarme de la cintura, él estaba observándome con cautela. —Ahora tú lo eres todo para mí...

Eso me puso estúpidamente feliz, me senté sobre sus caderas y tomé su rostro entre mis manos.

—Y ahora tú eres mío, solo mío, no quiero compartirte con nadie —dije mirándolo a los ojos, él sonrió de tal forma que no me resistí y estampé mis labios contra los suyos, nos besamos suavemente por unos segundos hasta que me separé, respiré hondo y no pensé mucho en lo que quería decirle. —Y-Yo... q-quiero que e-estemos juntos... como... ya s-sabes... una p-pareja... —susurré apenado, me mordí el labio con nervios al ver que Will se quedaba callado. ¿No quiere? Él prácticamente me lo pidió hace unos días, y yo lo rechacé... Quizas quiere hacerme lo mismo.

Con desánimo me alejé un poco hasta que él me agarró de las nalgas y me detuvo, lo miré expectante y abochornado por la forma en la que me agarraba el trasero, con posesión, él se rió levemente.

—Creí que después de lo que hicimos estaba claro que seríamos una pareja... —lo miré con sorpresa al escucharlo, asentí efusivamente más que feliz, él me sonrió.

—A mi padre no le gustará esto... —murmuré pensativo, Will se encogió de hombros.

—¿Y? —preguntó arqueando una ceja, lo miré asombrado y le sonreí juguetonamente.

—Y nada —dije contra sus labios, él sonrió y yo le di un beso, comenzamos a darnos pausados y dulces besos, al separarnos suspiré y me senté en la cama. —Debo irme —me levanté y busqué mi ropa con la mirada, miré a Will cuando me agarró un brazo.

—Quédate —me mordí el labio con nerviosismo ante su petición, él hablaba en serio, me estremecí, "quédate" sonreí como idiota ante lo lindo que sonó eso. Me gustaría quedarme pero mañana hay clases, y alguien podría verme saliendo de aquí. Mi sonrisa desapareció, me puse mis boxers de gatitos. —Te llevaré temprano a tu casa —al escuchar aquello lo miré asombrado y no dudé en regresar a la cama, me estremecí por el frío que había, Will me atrajo hacia su pecho, suspiré con satisfacción y cerré los ojos.

—Te amo —le susurré adormilado a mi novio, sonreí cuando me acercó más a él. Mi director ahora es también mi novio.

Mathew

Sorbí por la nariz otra vez y me llevé una cucharada de helado a la boca mientras buscaba otra película triste que ver, me he pasado gran parte de la noche encerrado en mi habitación viendo películas depresivas. Estoy decepcionado y triste, me quedé esperando a Wesley, pero él nunca llegó.

¿Fue una broma? Quizás lo que dijo no fue en serio.

Sentí un nudo en la garganta al pensar eso, tomé más helado y me lo comí, tras unos segundos lo aparté al sentir náuseas, enterré mi rostro en mi almohada mientras lloraba. Soy tan patético, creí que Wesley me quería como yo a él.

—Mathew cariño, iré a buscar a Mark, volveré más tarde —me quedé callado al escuchar a mi madre decir eso al otro lado de la puerta, enterré aún más la cara en la almohada.

Giré el rostro y observé los cuatro peluches con forma de conejitos que estaban sobre mi cama, no podía dormir sin ellos. Wesley me los regaló cuando cumplí doce años. Ni siquiera levanté la mirada al escuchar la puerta abrirse.

—Eso fue rápi... —me callé y me quedé sorprendido al sentir un peso sobre mi cuerpo.

—¿No me esperabas a mí? —mis mejillas enrojecieron al escuchar a Wesley preguntar aquello en mi oído. —Se siente bien poder tocarte... —susurró pegando sus caderas de mi trasero, me mordí el labio y me giré con lentitud.

Me arrepentí al instante de haberme girado, aquel chico de cabello largo me estaba mirando fijamente, me sentí como un conejito acorralado cuando puso sus manos a ambos lados de mi cabeza.

—C-Creí que n-no v-vendrías —tartamudee temblando como una hoja, él arqueó una ceja y acercó sus labios a mi cuello poniéndome aún más nervioso.

—Te dije que lo haría, no sabes las ganas que tengo de follarte —lo miré con vergüenza, acaricié su cabello cuando mordió mi cuello.

—P-Puedo sentirlo —murmuré más que sonrojado al sentir su erección contra mi cuerpo, gemí cuando empujó sus caderas, él levantó la mirada, mosdiquee mi labio inferior y tiré suavemente de su cabello.

—Estas algo tímido —dijo con curiosidad, desvié la mirada de sus ojos grises, un cálido cosquilleo recorrió mi estómago cuando entrelazó sus dedos con los míos, eso me hizo sonreír levemente, respiré con dificultad cuando él comenzó a besar mi cuello con violencia.

Me quedé helado cuando me llegó un dulce aroma a perfume de mujer, sentí una punzada de dolor en el corazón, con temor acerqué mi nariz al cuello de Wesley, era él quien olía así.

—Hueles a mujer... —dije en un hilo de voz, el dolor en mi pecho se hizo más intenso, Wesley no me escuchó, seguía besando mi cuello. —A-Aléjate... —le pedí tratando de apartarlo, él me miró con sorpresa.

—¿Qué pasa? —preguntó el muy cínico, lo miré con dolor y fastidio.

—¿Por que hueles a perfume femenino? —pregunté con enojo, él abrió mucho los ojos y se pasó una mano nervioso por el cabello, lo empujé lejos de mí y me levanté de la cama.

—Bueno... eso... —arqueé las cejas al verlo tan nervioso, lo miré mal y retrocedí varios pasos.

—Vete de mi casa —dije fríamente, él nego rápidamente y me miró con preocupación, agarré un libro del escritorio y le apunté con el al verlo acercarse, se detuvo y me miró con cautela.

—Matty baja eso, no es lo que piensas... —gruñí al escuchar aquello, él se acercó lentamente así que con rabia le tiré el libro a la cabeza, eso no le causó nada, me horrorice al ver su cara para nada amigable mientras se acercaba, agarré otro libro y se lo iba a tirar hasta que me agarró el brazo y me pegó a la pared sin esfuerzo alguno.

Me removí con violencia cuando me agarró el otro brazo, comencé a forcejear contra él.

—¡Suéltame! —ordené con molestia, él frunció el ceño y me agarró con más fuerza.

—No hasta que me escuches —intenté darle una patada, se me salió un vergonzoso gemido cuando se metió entre mis piernas con exigencia, mi corazón se aceleró al notar lo cerca que estabamos, comencé a sentirme acalorado. —Si sigues resistiéndote no dudaré en violarte aquí mismo —tragué duro cuando susurró eso en mi oído con seriedad. ¿Qué clase de amor es que siente este delincuente? Aunque dudo que fuera una violación, me mordí el labio al imaginar que me arrancaba la ropa y me lo hacía contra la pared.

Miré hacia arriba con vergüenza y en cuanto nuestras miradas se encontraron me rendí, él estaba mirándome con furia y algo más, dejé de resistirme y bajé la mirada al suelo.

—Solo vete... —le pedí queriendo esconderme de él y de su penetrante mirada. No quería ser su momento de diversión.

—¿No reconoces este olor? Cuando vine tu madre estaba saliendo, me abrazó unas veinte veces y me pidió que te cuidara —eso me hizo mirarlo rápidamente, él se veía serio, susurré un "oh" al recordar a mi madre hablándome esta mañana sobre su nuevo perfume, deseé que se abriera la tierra y me tragara.

—¿Por qué estabas tan nervioso? —pregunté con recelo, él sonrió levemente.

—Creo que ella sabe a que vine —dijo con un tono inocente, abrí mucho la boca y fruncí el ceño.

—Wesley, ¿qué hiciste? —pregunté con cautela, mi madre piensa que soy un angelito, no sabe nada del problema que tuve. Wesley se rió un poco y luego me miró con seriedad.

—Le dije "claro que lo cuidaré..." —me sonrojé al escuchar lo sexy que sonó su voz diciendo aquello, su mirada era intensa y me daban ganas de que me violara. Obviamente mi madre mal entendió aquello si lo dijo justo como ahora.

Me aclaré la garganta, muy sonrojado por mis pensamientos miré a Wesley con reproche, él se encogió de hombros.

—Más obvio no pudiste ser... ahora no haremos nada —dije entrecerrando los ojos, él frunció el ceño.

—¿Por qué no? —preguntó con confusión, lo fulminé con la mirada.

—Mi madre no tardará en venir, y después de lo que dijiste va a venir más pronto  —dije como si fuese obvio, él suspiró pesadamente. Mi madre lo castrará si lo encuentra "violándome" para ella sería una violación. Y eso que no sabe todo lo que he hecho...

—¿Y eso qué? Podemos cerrar la puerta con seguro, además, tu madre me ama —respondió aun con el ceño fruncido, me reí un poco al ver su molestia. Quizás tenga razón, mi madre lo quiere tanto que tal vez lo deje violarme de verdad.

—Ya puedes soltarme —dije al notar que aun me tenía apresado, él suspiró y se alejó un poco, miré estupefacto las marcas rojas alrededor de mis muñecas, tragué duro y alcé la vista. —Eres un animal... —susurré con temor, él me sonrió lobunamente. Me hizo estas marcas con solo agarrarme un poco fuerte... va a terminar rompiéndome...

—Esta noche lo haremos.

Tragué duro al ver la confianza en su mirada al decir aquello. Lo que me espera no será suave...

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