Profesor
Dylan
Jugué nervioso con mi lápiz mientras miraba a Harry y a Shelly dibujar en la parte trasera de mi cuaderno. Acabo de dejar un sobre con mucho dinero en el casillero de Cameron, es suficiente como para pagar lo que debe aquí, quiero que se quite ese peso de encima a pesar de que Will me dijo ayer que le daría más tiempo para que pague.
Suspiré y sonreí, Will es tan considerado...
Bostecé y recosté mi cabeza de la mesa acomodándome para dormir ya que al parecer la profesora de matemáticas no vendrá hoy. Sentí como poco a poco me iba quedando dormido...
—Dylan Brown—sonreí al escuchar la masculina voz de Will en mis sueños.
—Dylan, despierta —gruñí al escuchar a Harry meterse en mi sueño, sentí una mano sobre mi cara así que abrí los ojos encontrándome con la expresión burlona de Harry, fruncí el ceño.
—¿Acaso usted viene aquí a dormir? —giré lentamente la cabeza y miré hacia arriba, Will estaba frente a mí con una ceja arqueada y los brazos cruzados, sentí como mis mejillas y mis orejas se calentaban al notar que todo el salón estaba mirándome.
—¿E-Estoy s-soñando? —pregunté sintiéndome fuera de lugar, Will contuvo una sonrisa y me miró con desaprobación, me apené aún más al escuchar las risitas de los demás.
—No Brown, no está soñando —respondió él negando y caminando hacia el frente, levanté mi cabeza de la mesa y me rasqué la nuca. ¿Qué está haciendo Will aquí? —Ya que el señor Brown despertó continuaré, como les decía... la profesora no pudo venir hoy así que yo les daré clase...
¡¿Él nos dará la clase?! Arqueé las cejas, vi a algunas chicas suspirar con caras de enamoradas mientras se lo comían con los ojos, otras se quitaban disimuladamente varios botones de sus camisas, gruñí y me crucé de brazos, si supieran que a Will no le gustan las tetas...
Fruncí el ceño, ¿a Will le gustan las tetas? ¿Él es bisexual? Bajé la mirada a mi mesa al recordar como me mordió los pezones ayer, parecía disfrutarlo mucho... Las mujeres tienen senos suaves y redondos, ¿a él le gusta eso? Negué rápidamente alejando esos pensamientos...
Lo miré, ¿acaso tenía que despertarme para seguir la clase? Estúpido Will, él es el culpable de mi sueño, anoche no quería dejarme ir de la casa de Daniel y Abigail.
Él me miró y arqueó una ceja mientras su sonrisa se volvía maliciosa, se quitó el saco y se arremangó la camisa haciéndome inflar las mejillas con molestia, las chicas soltaron grititos de emoción, apreté las manos en puños.
—Controlen su calentura —solté sin pensarlo mientras miraba con desdén a las chicas, todas me asesinaron con la mirada haciéndome tragar duro, miré al frente, a Will se le notaba que estaba luchando por no reírse, me avergoncé aún más.
—Usted debe saber mucho, señor Collins... —soltó una chica con un tono excitado, Will se rio y tomó el marcador del escritorio, rodé los ojos.
—Eres como un libro abierto, Dylan —miré a Harry cuando dijo eso, él tenía una sonrisa en sus labios, hice un puchero. Siempre se me ha hecho difícil ocultar lo que siento... Y mucho más cuando tiene que ver con él.
—Saquen sus cuadernos —miré al frente con una ceja arqueada cuando Will habló con seriedad, vi de reojo como todas las sonrisitas bobas se desvanecían, tragué duro cuando nuestro profesor temporal sonrió de una manera macabra...
Media hora después me alarmé al ver a Harry casi desmayado en su silla, estaba pálido mientras miraba al frente, y no era para menos, Will estaba mandando alumnos al azar a la pizarra a resolver ejercicios un poco difíciles, lo que me asustaba no eran los ejercicios sino la fija mirada de Will, la cual parecía poner nervioso a todo el que se paraba a resolver el problema.
—¿Hueles eso? —me preguntó Harry asustado, lo miré extrañado. No huelo nada...
—¿El qué? —pregunté en un susurro, él tragó duro, sus labios estaban blancos...
—Mi cerebro quemándose... —respondió mirándome aterrorizado y llevándose una mano a la frente, no pude evitar reírme un poco, él hizo un puchero y mordió su lápiz repetidas veces. —No quiero que me llame... No quiero que me llame... —comenzó a susurrarse a sí mismo mientras jugaba con sus manos, me dio un poco de pena.
Miré a Shelly, la pelinegra no ha emitido palabra alguna desde que estuvo en la pizarra, eso me puso más nervioso. Ella estaba dibujando círculos en una hoja mientras sonreía tétricamente, creo que quedó un poco traumada...
—Dylan, ven —mi corazón se detuvo cuando Will me llamó de repente, respiré hondo una sola vez y me levanté con seguridad mientras miraba el problema que estaba escrito en la pizarra, sonreí de lado con confianza, eso podría hacerlo hasta con los ojos cerrados, Will arqueó una ceja mientras me miraba y se acomodaba en la silla.
—B-Buena s-suerte —me susurró Harry, Shelly me miró con pena, tragué duro y tras mirarlos una última vez caminé hacia el frente.
Mi seguridad se fue al carajo cuando agarré el marcador rojo que estaba sobre la mesa, levanté la cabeza y me encontré con la penetrante mirada de Will, sentí como me comenzaban a sudar las manos.
—Bien, resuelva el problema —dijo lentamente, no sé si fue mi imaginación pero me pareció ver una sonrisa malvada en él, pestañee varias veces y me sentí perdido al ver que no estaba sonriendo ni un poco...
Miré la pizarra y mi corazón se aceleró, leí el problema varias veces en mi mente y mi cerebro parecía no procesar la información, sentía la mirada de Will sobre mí. Miré con atención la pizarra, es como si todo estuviese en chino...
—¿Qué sucede? Si no puede hacerlo entonces siéntese —dijo Will con calma, lo miré de inmediato y entrecerré los ojos, él estaba disfrutando esto, había sadismo en sus hermosos y malvados ojos verdes.
Me aclaré la garganta. Todo es mental Dylan... Él solo quiere jugar con tu mente... Todo es mental...
Me dije a mí mismo mientras sacudía un poco la cabeza, gruñí y leí nuevamente el problema, ignoré por completo la presencia de Will y escribí rápidamente en la pizarra, sentía como frías gotas de sudor bajaban por mi espalda, seguí escribiendo a pesar de que me temblaba la mano.
Cuando terminé puse con fuerza el marcador sobre el escritorio y miré a Will a los ojos, él me miró por unos segundos y luego desvió la vista a la pizarra, mi corazón latía muy fuerte mientras lo miraba, di un respingo cuando volvió a mirarme.
—Dylan... ¿estás seguro de que eso está bien? —en cuanto preguntó eso miré la pizarra con temor, ni siquiera me fijé en lo que hice. Miré todo con atención y con el ceño fruncido asentí, estaba muy seguro de que lo hice bien.
Miré a Will nuevamente, su mirada seria y escéptica me hizo dudar hasta de mi nombre, me dieron ganas de echarme a llorar en una esquina. ¡¿Qué clase de tortura mental es esta?!
—¿Seguro? —preguntó llevándose una mano a la barbilla, estúpido Will...
—S-Si —respondí tratando de sonar seguro.
—Muy bien, puede sentarse —dijo con una sonrisa calmada, lo miré sorprendido, sin esperar un segundo más caminé rápidamente hacia mi silla mientras temblaba. No quería volver a pasar por eso otra vez...
Tuve que quitarme la chaqueta y aflojarme la corbata, estaba sudando demasiado, Harry me miró con adoración.
—Ha...
El timbre de fin de hora interrumpió a Will, Harry casi llora del alivio, estoy seguro de que Will lo iba a llamar a él, le sonreí con tranquilidad hasta que caí en la cuenta de algo...
—¿Por qué recogen sus cosas? Hoy son dos horas de matemáticas, Harry ven aquí —dijo Will con un claro tono de diversión mientras borraba la pizarra para escribir un nuevo problema, Harry hizo una mueca de terror y comenzó a levantarse de su silla, sus piernas parecían hechas de gelatina, el pobre castaño duro unos dos minutos levantándose. —Es para hoy, Harry —lo apuró Will mientras se sentaba nuevamente.
—Solo ignora que está ahí —le aconsejé con lástima, él asintió repetidas veces y caminó hacia el frente con nerviosismo.
Cuando Will me miró lo asesiné con la mirada, él sonrió un poco y miró a Harry con diversión...
—... mira esos brazos... quiero que me castigue... —me dio un tic en una ceja al escuchar a una chica susurrarle eso a otra, es obvio que no están hablando de Harry.
Suspiré y controlé mis celos. Lamentablemente no puedo decirle a todas estas urgidas que Will es mi novio.
—Quiero a mi mami —me sorprendí cuando Harry vino corriendo y tras sentarse me abrazó escondiendo su rostro sonrojado y asustado en mi pecho, lo abracé protectoramente y miré mal a Will, él se rió.
—Bueno, dejaremos eso hasta aquí, ahora resolverán estos en sus cuadernos —dijo levantándose, todos suspiramos de alivio, mientras él escribía en la pizarra sonreí un poco. Will es un malvado...
Cuando terminó la hora esperé a que todos salieran para comenzar a recoger mis cosas, miré al frente y caminé hacia allá, Will estaba mirándome con su sexy sonrisa, negué varias veces.
—Profe, eres muy malo —me quejé e hice un puchero cuando su sonrisa creció.
—Gracias, pequeño —dijo tomándoselo como un halago, rodé los ojos y me sonrojé un poco. —Debí ser más fuerte contigo, después de todo estabas durmiendo en clases... —añadió pensativo haciéndome mirarlo indignado.
—¿Y de quién crees que es la culpa? —pregunté en voz baja mientras arqueaba una ceja, él me miró con picardía, tragué duro cuando bajó la mirada a mis labios. —M-Mejor me v-voy —dije rápidamente mientras caminaba hacia la puerta.
—Dylan —me detuve cuando me llamó, miré atrás, él me miraba fijamente. —Bien hecho —dijo con calma, con el rostro caliente asentí levemente, justo cuando pensé en ir hasta él y darle un beso, varios estudiantes comenzaron a entrar en el salón, sin mirar a Will otra vez salí rápidamente de ahí.
Caminé cabizbajo hacia el salón de química mientras sonreía. Creo que Will está orgulloso de mí, eso es algo que me hace muy feliz. Levanté la mirada de inmediato cuando sentí que me empujaban hacia la pared, solté un gruñido al ver a Wesley frente a mí, él tenía una sonrisa de chulo en su rostro.
—¿Hasta cuándo seguirás sin hablarme? —preguntó poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza dejándome acorralado contra la pared.
—Déjame tranquilo, Wesley —respondí con molestia, él suspiró pesadamente, sus ojos grises no mostraban nada, chasquee la lengua. No tengo ningún interés en hablar con alguien que me drogó para violarme.
—¿No me perdonarás nunca? —preguntó tristemente haciendo un puchero, me quedé mirándolo con extrañeza, respiré hondo para no darle un puñetazo cuando comenzó a reírse.
Puse las manos en su pecho y lo alejé de mí, vi de reojo que Mathew estaba observándonos sin disimulo alguno mientras hablaba con una chica, fruncí el ceño al recordar algo.
—¿Qué le estás haciendo a Mathew para que ande contigo? —le pregunté a Wesley con los ojos entrecerrados, él sonrió siniestramente.
—Lo estoy amenazando... —cuando dijo eso con burla mis ojos se abrieron mucho y sin pensarlo dos veces le di una patada por sus partes, él soltó una maldición y se agarró ahí abajo, corrí hacia Mathew, el cual parecía estar en shock, lo agarré por un brazo y corrí con él lejos de Wesley.
—D-Dylan, ¿qué pasa? —me preguntó el ojiazul con confusión, miré atrás, Wesley no venía, pegué a Mathew de la pared y lo miré a los ojos.
—Tranquilo, no estás solo, no dejaré que ese criminal siga aprovechándose de ti —le dije con un tono de calma, él ladeó la cabeza y me miró sin comprender.
—¿Hablas de Wesley? —preguntó esta vez con una sonrisa divertida, asentí lentamente sin entender por qué sonreía. —Es mi novio... —dijo con las mejillas encendidas, tardé unos segundos en comprender sus palabras.
Comencé a negar mientras me alejaba de él. Imposible... No puede ser... Esto es más grave de lo que imaginé...
—¿Él te obliga a que digas eso? —le pregunté con temor, él negó y se rió por lo bajo.
—No me obliga a nada, Dylan... yo... lo amo —contestó apenado, sentí mis mejillas calentarse, Wesley se acercó lentamente a nosotros mientras me asesinaba con la mirada.
—Tú... ¡Tú me dijiste que lo amenazabas! —exclamé apuntándole con un dedo, él rodó los ojos y negó.
—Estaba bromeando, no esperaba que me atacaras así —dijo enfurruñado mientras me miraba mal, rodé los ojos.
—Te lo merecías —le susurré con odio, él me miró con amenaza, me rasqué la nuca cuando Mathew se acercó a él con preocupación.
—¿Estás bien? —le preguntó tiernamente, Wesley sonrió un poco y asintió.
Los observé mientras hablaban. ¿Por qué soy el último en enterarme de estas cosas? Suspiré. Wesley es un delincuente... Y Mathew es como un angelito, negué lentamente y miré a Wesley con seriedad.
—No entiendo cómo llegaron a esto pero te advertiré una cosa, si le haces daño yo mismo me encargaré de acabar contigo —dije sin una pizca de burla, él me miró en silencio por unos segundos y para sorpresa mía asintió con calma, entrecerré los ojos y me alejé lentamente, Mathew estaba mirándome con pena, su rostro estaba tan rojo como un tomate, lo miré con duda.
—Estaré bien, Dylan —dijo luciendo confiado, suspiré y sin más asentí.
Wesley me había mencionado que ellos son amigos desde pequeños... Quizás él sea diferente con Mathew y no lo lastime...
—Mathew, ¿por qué no hablas con mucha gente? —pregunté al recordarlo, él se puso pálido y se escondió detrás del gigante, el cual me miró con una expresión fría, tragué duro. Creo que no debí preguntar eso...
Pero tenía mucha curiosidad, nunca he comprendido por qué él es tan indiferente a la adoración que todo el instituto parece tenerle.
—¿No crees que preguntas demasiado? —me sorprendí cuando Wesley me dijo eso, su mirada era tan fría que no pude evitar sentirme pequeño y asustado a su lado. ¿Tan malo es lo que sea que tenga Mathew como para que Wesley se ponga así?
—Wes, déjalo —dijo suavemente Mathew dejando de esconderse, Wesley lo miró en silencio con el ceño fruncido.
—L-Lo siento, n-no quería h-hacerte sentir i-incómodo —me disculpé rápidamente, él me miró, se acomodó los lentes y me sonrió un poco.
Quiero asegurarme de que Wesley no tiene nada que ver con que él sea un antisocial.
Cuando era niño mi madre no me dejaba tener muchos amigos, y los pocos que tenía ella terminaba asustándolos y alejándolos de mí, creo que solo me dejó ser amigo de Dean porque conoce bien a sus padres y porque estos tienen mucho dinero. Cuando llegué a este instituto jamás imaginé que haría tantos amigos, a todos les he tomado mucho cariño y no quiero que nada, ni nadie les haga daño, incluyéndome...
Apreté las manos en puños cuando Wesley me sonrió de lado, me dan ganas de pegarle con solo imaginar que podría hacerle a Mathew lo que intentó hacerme a mí.
—No importa... Wesley, ¿podrías adelantarte? Yo hablaré con Dylan... —dijo Mathew con calma, Wesley apartó la mirada de mí y asintió lentamente, me tomó por sorpresa el beso que le dio a Mathew en los labios, abrí mucho los ojos cuando la situación comenzó a ponerse caliente y Wesley bajó las manos hacia las caderas del más bajo, miré a los lados mientras mis mejillas se calentaban, estábamos solo los tres en el pasillo. ¡Perfecto! Resoplé y me aclaré la garganta exageradamente, ellos me ignoraron por completo y siguieron besándose.
—No, ya sáquense la ropa y háganlo aquí mismo —solté negando y cruzándome de brazos, Mathew como pudo alejó a Wesley de él y me miró todo sonrojado y apenado, en cambio el delincuente me sonrió y se relamió los labios, hice una mueca y agarré a Mathew de la mano. —Está corrompiendo tu inocencia... —le dije a Mathew con pesar, él se sonrojó aún más y Wesley soltó una carcajada.
—Si supieras... nos vemos luego —dijo con burla, le guiñó un ojo a Mathew y se alejó caminando como si fuese el rey del lugar, rodé los ojos y miré a mi lado, Mathew estaba cabizbajo y apretaba mi mano con algo de fuerza.
—Vamos al p-patio —murmuró caminando por el pasillo mientras tiraba suavemente de mí, lo seguí con curiosidad mientras pensaba en varias teorías.
Quizás él no habla con los demás porque es un agente secreto, o tal vez porque su familia es de la mafia y no lo dejan hacer amigos, o quizás tiene una madre loca como la mía que se lo prohíbe. O tal vez es por Wesley...
Sacudí la cabeza varias veces y miré alrededor regresando a la realidad, estábamos en el patio, el cual estaba desierto, Mathew caminó lentamente hacia un banco, suspiré y vi el vapor salir de mi boca, había mucho frío y sin embargo, la mano de Mathew estaba caliente, y su rostro estaba más rojo que antes.
En cuanto llegamos al banco se sentó de golpe, yo me senté junto a él mientras observaba su expresión de dolor, entrecerré los ojos y tras unos segundos me sonrojé tanto como él. Su expresión me dice que estuvo divirtiéndose con Wesley...
—¿Y bien? —dije echando mi cabello hacia atrás e ignorando lo que descubrí, él se mordió el labio inferior, luego respiró hondo y me miró directamente a los ojos.
—Soy u-un n-ninfómano... —respondió nervioso, me quedé en el aire por unos segundos, luego lo miré confundido y me reí con fuerza. ¿Un ninfómano? ¿Él? Claro. Me reí y negué varias veces, dejé de reírme al ver lo serio que estaba, ¿no es una broma? Esta vez lo miré con verdadera confusión. —Bueno, "era" un ninfómano, n-no podía acercarme a alguien s-sin pensar c-cosas sucias, p-pero y-ya no...
—Espera, espera... —lo interrumpí con el ceño fruncido, él se acomodó los lentes y me miró con atención, hice una mueca. Esto no es una broma...
Tragué duro y me sobé las sienes, miré a Mathew con incredulidad, para mí él era como un pequeño y tierno gatito inofensivo al que le gustaba jugar con flores... Pero ahora, no sé qué pensar. Tengo que hacerle más caso a las palabras de Harry. No se debe juzgar un libro por su portada.
—¿Te volviste así por Wesley? —pregunté aun procesando la información, su expresión se volvió sombría y tenebrosa dejándome sorprendido.
—No, antes de él estuve c-con otra p-persona... —respondió fingiendo calma mientras entraba sus manos en sus bolsillos, me quedé pensando en eso. —P-Pero a-ahora que estoy con él no q-quiero a n-nadie más...
Mathew no es tan inocente como creí que era, tal vez Wesley no sea tan malo como pienso que es...
—¿Por qué hablaste conmigo? —pregunté en voz baja, él se quedó callado. ¿Acaso no pensaba en cosas "sucias" cuando estaba conmigo?
—Cuando te vi por primera vez estabas fascinado con el invernadero, eso me llamó mucho la atención y me puso feliz, antes de darme cuenta estaba hablando contigo... además, Dylan, desde hace un tiempo que puedo hablar normalmente con las personas, pero me he acostumbrado a estar apartado del resto...
Me quedé callado ante eso y sonreí un poco relajado. Entonces todo está bien...
Un escalofrío recorrió mi espalda al sentir la fija mirada de alguien sobre mí, miré alrededor y me reí por lo bajo al ver a Dean observándonos con recelo desde la ventana de un salón, el pelinegro dio un respingo y apartó rápidamente la mirada cuando me vio a los ojos, sonreí. Dean nunca cambia...
Mathew y yo nos quedamos toda la hora hablando, cuando sonó el timbre para el receso me levanté de inmediato del banco, miré a Mathew con extrañeza cuando se quedó sentado.
—Me quedaré aquí un rato más —dijo sonriendo, me preocupé un poco. ¿Se quedará aun con el frío que hace aquí afuera? —Esperaré a Wesley aquí —añadió tímidamente, asentí resignado y tras despedirme caminé hacia una de las cafeterías. Lo que necesito ahora mismo es una buena taza de chocolate caliente.
En cuanto iba llegando a la cafetería me fijé en Cameron, el rubio estaba mirando alrededor con el ceño fruncido, me detuve cuando me miró y comenzó a caminar hacia mí, tragué duro al ver su extraña mirada de seriedad.
—Cama... —sus brazos me interrumpieron, me quedé asombrado mientras él me abrazaba, alejé un poco mi rostro y lo miré, sus ojos estaban cerrados con fuerza pero pude notar lo hinchados que estaban, sonreí un poco.
—Gracias —susurró sin soltarme, sentí una gran calidez en mi pecho, le correspondí el abrazo.
Cuando nos separamos nos miramos, él se veía un poco tímido, me reí levemente. Las cosas pueden cambiar rápido, ayer nos odiábamos y hoy somos amigos.
—Hace mucho frío aquí afuera, ven —dije vagamente mientras caminaba e ignoraba a los curiosos que se habían quedado mirándonos.
—Ovejita, en cuanto pueda te lo devolveré todo... —giré la cabeza al escucharlo, él se veía muy decidido y motivado, negué y resoplé.
—No comiences, Camarón —le advertí a la vez que entrábamos en la cafetería.
Dos minutos después nos encontrábamos en la mesa del fondo comiendo galletas y bebiendo chocolate, miré a Cameron con fijeza.
—Ahora... hablemos sobre tu cita con mi hermano... —en cuanto dije eso él se atragantó por un momento con la galleta que estaba comiendo. —¿Acaso crees que no escuché todo lo que hablaron? —pregunté con burla, me reí un poco al ver lo rojo que se puso, sus ojos verdes estaban muy abiertos, sonreí con malicia. Esto será divertido...
Cameron
Caminé hacia la salida del instituto mientras pensaba en lo que hablamos Dylan y yo en la cafetería. Hoy me he llevado muchas sorpresas, primero el dinero que estaba en mi casillero, luego el director me llamó a su oficina y me dijo que me daría un plazo más largo para saldar mi deuda y por último, Dylan me dijo que me ayudaría con su hermano.
Ya deseaba llegar a mi casa y decirle a mi madre que no debe preocuparse por el instituto, hace unos cinco minutos fui a pagar lo que debía.
Observé a Dylan, el pequeño castaño estaba hablando con Dean mientras esperaba a que lo vinieran a buscar, suspiré. Él es un buen chico...
Me pondré a buscar trabajo, no me quedaré tranquilo hasta que le devuelva el dinero, aunque él me dijo que no era necesario yo quiero hacerlo.
Chasquee la lengua y comencé a caminar hacia la salida en cuanto un auto negro se detuvo frente a ellos, apreté con fuerza las manos luchando para no mirar hacia allá.
Suspiré y decepcionado de mí mismo terminé mirando, mis mejillas se calentaron al ver a Dominik, el cual me miró fijamente, con el corazón acelerado aparté la vista y caminé con prisa lejos de ahí, ahora tenía que ir a buscar a mi hermano a su escuela.
—Cam, ¿quieres que te llevemos? —giré el rostro hacia la calle al oír a Dylan, él estaba mirándome significativamente, sin quererlo mis ojos fueron al asiento del conductor, Dominik estaba observándome con una pequeña sonrisa en su rostro, pasé saliva y negué.
—No, gracias —dije volviendo a mirar a Dylan, el cual me observó con pesadez, me encogí de hombros.
Si decía que sí tendría que sentarme delante al lado de Dominik, ya que Dylan y Dean iban detrás, no quiero estar tan cerca de Dominik, al menos no por ahora, fruncí el ceño cuando ese idiota se rió un poco.
Dean me miró con confusión y luego a Dylan, al parecer no sabe que ahora somos amigos...
—Cameron, ¿vas a buscar a Luke? Ven, te llevaré —me giré y miré al entrenador, él es un hombre alto de unos veinticinco años, de cabello color chocolate, ojos negros y cuerpo muy trabajado, él me estaba mirando con una sonrisa amable. Aparte de Dylan él también conoce mi situación, ha sido amigo de mi familia durante años...
—Está bien... —respondí sin pensarlo, él asintió y caminó hacia su auto, escuché a Dean murmurar un "ohh" así que volví la vista al frente, él y Dylan estaban aguantándose la risa, con nervios miré a Dominik, él me miraba sin un poco de gracia, sus labios formaban una línea recta.
—De nada, Cameron —dijo el mayor con un tono extraño, me sentí mal cuando subió los vidrios y sin decir nada más aceleró, hice un puchero. Creo que tendré que disculparme...
—¿Vienes? —asentí desanimado cuando el entrenador me llamó, me subí en su auto y me quedé mirando por la ventana durante todo el trayecto. —¿Cómo está tu madre? —preguntó de repente, lo miré y me encogí de hombros.
—Bien... —dije lentamente, él asintió con una pequeña mueca y suspiró con pesadez, regresé la mirada a la calle, podía ver la escuela de mi hermano más adelante.
—Tengo un sobrino que organiza... peleas de boxeo... está buscando chicos nuevos... por si te interesa... pagan bien... —soltó con cautela haciéndome arquear una ceja. ¿Peleas de boxeo? No creo tener lo que se necesita para eso...
Además, me sorprende que él me sugiera eso, sabe que mis padres enloquecerían si me meto en esas cosas. No quiero causarles más preocupaciones...
—Gracias pero buscaré otra forma de ganar dinero —dije un poco incómodo, él suspiró resignado, en cuanto se detuvo frente a la escuela intenté abrir la puerta pero esta tenía seguro, miré al entrenador.
—Piénsalo —me dijo antes de quitar el seguro, un tenso e incómodo silencio se hizo entre los dos, abrí la puerta y salí.
—Adiós, Ian —contesté seriamente, cerré la puerta y sin mirar atrás caminé hacia la entrada de la escuela.
Mientras caminaba me imaginé sobre un rink, golpeando a algún desconocido y luego ganando dinero por ello, ese pensamiento fue opacado por la imagen de mi madre llorando al verme con el rostro desfigurado o el cuerpo magullado. Suspiré y alejé esos pensamientos.
En cuanto entré en la escuela Luke vino corriendo y me abrazó, noté que su respiración era muy irregular.
—¿Estás bien? —le pregunté al abrazarlo y sentir su cuerpo completamente frío, él se alejó un poco y asintió lentamente, al notar que se tambaleaba lo cargué y fruncí el ceño.
—Tengo sueño, vamos a casa —dijo acurrucándose en mí, él bostezó y cerró los ojos, con duda y preocupación comencé a caminar.
A medida que iba caminando mi preocupación aumentaba, Luke parecía no poder respirar bien y su rostro estaba bañado en sudor. ¿Tal vez se resfrió?
No... ¿Para qué engañarme? Él se veía muy mal... Tengo que llevarlo a un hospital.
Miré alrededor y maldije, el hospital estaba muy lejos de aquí y no tardaría en llover, no puedo dejar que Luke se moje, eso podría ponerlo peor. No traía dinero suficiente como para pagar un taxi hasta allá, todo lo que Dylan me había dado lo usé para pagar el instituto, no sabía que algo como esto pasaría...
—Luke, despierta —lo llamé mientras caminaba hacia una de las mesitas exteriores que había en un restaurante, él abrió lentamente los ojos.
—T-Todo da v-vueltas —dijo asustado agarrando con fuerza mis hombros, tragué duro y me senté sin soltarlo.
Saqué mi celular y llamé a mi madre, comencé a entrar en pánico al ver que no contestaba, llamé varias veces a mi padre y saltó el buzón de voz, respiré hondo tratando de calmarme, Luke y yo dimos un respingo cuando escuchamos un trueno, lloverá muy pronto...
Lo abracé con fuerza, sus pequeñas y heladas manos estaban en mi cuello, casi dejo caer el celular cuando comenzó a vibrar de repente, quise llorar del alivio al ver que era Dominik quien me llamaba, contesté de inmediato.
—Camarón...
—D-Dominik, mi h-hermano e-está muy m-mal... no t-tengo como llevarlo a-al h-hospital —dije rápidamente como pude, mis labios estaban temblando por el frío y el miedo.
—¿Dónde estás? —en cuanto preguntó eso seriamente le dije la dirección. —Voy para allá —dijo y me colgó sin esperar una respuesta, guardé mi celular y abracé a Luke.
—Dominik v-vendrá y t-te llevaremos c-con un d-doctor —le dije intentando sonar tranquilo, dejé de abrazarlo ante su silencio, mi corazón latió con fuerza al ver que se había quedado inconsciente, con temor pegué mi oído de su pecho y suspiré aliviado al sentir los lentos latidos de su corazón.
En cuanto vi el auto de Dominik me levanté y me asomé a la acera, él se detuvo frente a mí, abrí la puerta y entré rápidamente, miré a Dominik y sorbí por la nariz aguantándome las lágrimas, él estaba mirando a mi hermano, luego me observó y sin decir nada aceleró.
—G-Gracias —dije con completa honestidad mientras abrazaba protectoramente a Luke.
—No hay de qué, ahora dime qué le pasó a tu hermano —contestó mirando al frente, pasé saliva al ver lo rápido que conducía, le conté como estaba Luke desde que lo fui a buscar hasta que se desmayó. —¿Es asmático? —preguntó con el ceño fruncido, negué en voz baja, él aceleró aún más la velocidad y en menos de tres minutos estábamos frente al hospital, me bajé rápidamente. —Iré al parqueo —avisó tomándome por sorpresa, creí que se iría, asentí y corrí hacia emergencias mientras sentía su mirada en mí.
Diez minutos después me encontraba caminando de un lado a otro en el pasillo mientras esperaba noticias de mi hermano, unas enfermeras y un doctor se lo habían llevado, me detuve cuando Dominik entró por la puerta y caminó hacia mí, en su rostro había una expresión dura y seria. ¿Tardó diez minutos en aparcar su auto?
—Lamento que tengas que hacer esto... —dije en un hilo de voz, su expresión se suavizó notablemente, él soltó un extraño suspiro y se sentó en una de las sillas de espera.
—Ven a sentarte —me llamó con calma, negué e intenté llamar a mi madre, sorpresivamente contestó. Le dije rápidamente todo lo que había pasado, como era de esperarse casi se vuelve loca, tras decirle en cual hospital estábamos me despedí y colgué.
Cuando miré a Dominik di un respingo, él había estado mirándome fijamente, con una pequeña sonrisa palmeo la silla a su lado, arrastrando los pies fui hacia allá y me senté.
—¿Crees que tiene asma? —pregunté mirando la luz blanca del techo y temiendo su respuesta.
—No —lo miré cuando dijo eso, sus ojos grises me observaban meticulosamente, como si quisieran descubrir algo, no pude evitar ponerme nervioso. —Quizás lo que tu hermano tiene es anemia... —soltó con un tono y una mirada extraña, sentí que se me paraba el corazón. Anemia, seguro es eso...
¿Y cómo no? Lo que come todos los días no tiene los nutrientes y las vitaminas que necesita un niño como él.
Bajé la mirada al piso al sentir mi rostro caliente por la vergüenza y la tristeza, sentí mis ojos picar, me limpie rápidamente las mejillas cuando mis lágrimas comenzaron a humedecerlas.
—Bueno, e-espero que no s-sea eso o a-algo peor —dije levantando la cabeza, Dominik en silencio sacó un pañuelo de su bolsillo y me lo pasó, negué lentamente, mi mente se quedó en blanco cuando él giró mi rostro haciéndome mirarlo a la cara, me sonrojé cuando limpió mis lágrimas con sus dedos, no pude apartar la mirada de sus ojos grises, con incertidumbre agarré una de sus manos y entrelacé nuestros dedos, sentí un gran cosquilleo en el estómago, una sonrisita apareció en sus labios, tragué con dificultad cuando me acarició la mano.
—... ¿Cameron Hallanger? —me levanté apartando finalmente mis ojos de Dominik y soltando su mano, un doctor ya algo mayor se acercó a mí y me miró con calma.
—Soy el hermano de Luke —dije mirándolo, él asintió lentamente, se me pusieron los pelos de punta al sentir a Dominik pararse detrás de mí.
—Le hicimos un examen de sangre a su hermano, él tiene una pequeña anemia, nada que no pueda curarse con una nutrición adecuada —explicó el doctor con una sonrisa calmada, asentí sin un poco de sorpresa, suspiré al ver a mi madre caminar hacia acá.
—¡¿Qué tiene mi bebé?! —preguntó muy alterada, me rasqué la nuca y le dije, en cuanto lo hice pude ver como sus hombros decaían y su ceño se fruncía, ella agarró al doctor de las manos y caminó hacia un esquina para hablar con él.
Respiré hondo. Cuando un problema se arregla viene otro nuevo.
—Tenías razón —dije dándome la vuelta, Dominik estaba mirándome atentamente. —¿Llegaste a esa conclusión solo por los síntomas que te dije? —pregunté sosteniéndole la mirada, él asintió. —Deberías ser doctor —dije intentando reír un poco, él se cruzó de brazos y me sonrió.
—Al parecer escogí la carrera correcta —contestó dejándome asombrado, él se veía un poco divertido por mi reacción, sonreí. No tenía ni idea de que estudiaba medicina. Bueno, no sé casi nada de él...
—Doctor Brown, no suena tan mal —dije entrándome las manos en los bolsillos, su sonrisa se amplió logrando que me sonrojara, con solo mirarlo a los ojos puedo sentir la fuerte atracción que hay entre los dos, mi mirada sin quererlo baja a sus labios y he notado que le pasa lo mismo.
Su celular comenzó a sonar haciéndome mirar a otro lado, él se alejó un poco para contestar.
—¿Es hermano de Dylan? —miré a mi madre, ella estaba observando a Dominik con las mejillas enrojecidas, al parecer el doctor la tranquilizó, me llevé una mano al puente de la nariz.
—Sí, mamá —respondí, ella asintió nerviosa al verlo acercarse.
—Señora Hallanger, soy Dominik, el futuro novio de su hijo —casi se me salen los ojos al escuchar tal cosa, mi madre se sonrojó hasta las orejas y sonrió tontamente cayendo por la cautivadora mirada de Dominik, rodé los ojos sintiendo mi propio rostro caliente.
—Y-Yo soy Analise, futura s-suegra tuya —abrí la boca con indignación al escuchar a mi madre, Dominik se rió y me miró con burla.
—Me gustaría seguir hablando con usted pero tengo que irme, Cameron, si necesitan que los lleve luego a su casa solo llámame —dijo él con despreocupación, arqueé las cejas y mi madre casi llora de la emoción.
—Ya hiciste mucho por nosotros, gracias Dominik —le dije con pena, no quería abusar de él, mi madre asintió mirándolo agradecida.
—Iré a ver a tu hermano —dijo ella pícaramente mientras entraba en la habitación donde estaba Luke, negué varias veces.
En cuanto mi madre cerró la puerta y nos quedamos solos él me acorraló contra la pared dejándome sorprendido y desarmado, mi pulso se aceleró cuando su grisácea mirada se posó en mí.
—No es que pida algo a cambio por ayudarte pero no me caería mal un be...
Junté nuestros labios sin dejarlo terminar, él me siguió el suave movimiento de inmediato, el sabor y la suavidad de sus labios se sentían tan adictivos que puse mis manos en su cuello e intenté acercarlo más a mí, él metió su lengua en mi boca y me besó con violencia mientras me agarraba de la cintura, sentí mi miembro crecer cuando él me mordió el labio inferior, con la respiración entrecortada lo besé desesperadamente, él empujó sus caderas contra las mías haciendo que me excitara, agarré con fuerza su camiseta y pegué más mi cuerpo del suyo, quería más... Alejé por un momento mis labios para poder respirar, pegué mi cabeza de su pecho para que no viera lo sonrojado que estaba, él levantó suavemente mi mentón, en sus ojos había deseo y tentación, sin decir nada se inclinó y unió nuestros labios en un húmedo y rudo beso que le seguí sin pensarlo, lo alejé rápidamente de mí cuando lo sentí manosearme el trasero, me quedé mirándolo con los ojos muy abiertos, mis labios estaban palpitando, él se relamió los suyos y sonrió de lado, podía sentir los rápidos y fuertes latidos de mi corazón.
—¿Soy el primer chico al que besas? Te ves asustado —retrocedí un poco cuando intentó acercarse, él soltó una risa floja y me miró con diversión, pasé saliva y traté de calmarme, ¡pero era imposible! Su penetrante mirada no me dejaba ni respirar tranquilo. Me apenaba un poco que se diera cuenta de que es el primero...
—¿No t-tenías que i-irte? —pregunté abrazándome a mí mismo, necesitaba estar lejos de él por un momento o mi corazón explotaría, él pareció recordar algo y suspiró, pude notar como su cuerpo se tensaba.
—Cierto, nos vemos después, Camarón, continuaremos esto luego —se despidió con una sonrisa, me quedé callado, él me miró de una forma muy extraña y se dio la vuelta, logré ver como su sonrisa se desvanecía...
—Adiós —dije rápidamente al verlo caminar, él giró un poco el rostro y sonrió.
Pensativo me acerqué a la ventana y un minuto después lo vi salir del hospital, su expresión era completamente diferente a la de hace un rato, él se veía muy serio y preocupado, se veía mucho más mayor de lo que realmente es. Es obvio que él tiene sus propios problemas...
Solté un suspiro y negué ante lo que estaba sintiendo en mi interior. Quería que Dominik dejara de fingir que siempre está bien, deseaba que confiara en mí y me contara lo que realmente siente...
Me relamí los labios y recordé como se sentían los suyos acariciando los míos, hice una mueca. Esos tipos de besos enamoran...
Dean
Como no encontraba qué hacer y Robert estaba trabajando, caminé hacia la habitación de Dylan con intenciones de jugar o ver una película con él...
Abrí la puerta sin tocar y entré, hice un puchero al ver que él estaba durmiendo sobre su enorme oso de peluche, me acerqué con curiosidad y arrugué la nariz al ver que estaba babeando al pobre oso, me reí y lo cubrí mejor con las sábanas para que no se resfriara, luego salí de allí.
Me senté en un escalón de la escalera y la bajé deslizándome por los otros escalones, cuando llegué al final vi a Celine salir de su habitación, fruncí el ceño al ver que llevaba un lindo vestido de flores y su cabello castaño estaba suelto, aunque ella sea una bruja malvada no puedo negar que es una mujer hermosa.
—Tch, niños —dijo negando cuando me vio.
—Tch, brujas —respondí levantándome del escalón, ella suspiró y caminó hacia la cocina mientras acariciaba su hinchada barriga.
—Dean, cariño ven acá —rodé los ojos cuando me llamó, por simple curiosidad fui hasta la cocina, ella estaba sentada en el desayunador, me sorprendí al ver a todas las chicas cocinando varias cosas a la vez. —¿Sabes qué tenemos hoy? ¡Una cena! —dijo encantada, arqueé las cejas al ver la emoción en sus ojos.
—¿Y? —pregunté con sospecha cuando sonrió. ¿Qué está tramando esta mujer?
—¡Vendrán tus padres! —exclamó con felicidad, me mostré impasible y le sonreí. Conociéndola intentará cualquier cosa con tal de hacerme la vida imposible o de hacerme quedar mal delante de mis padres.
—Me alegro, ya tenía ganas de verlos —respondí tranquilo, su sonrisa se borró de golpe y le dio un tic en una ceja, le sonreí suavemente. —Si me disculpas, me voy... espero que la cena te quede deliciosa, ya quiero probarla —dije esto último con burla y sarcasmo mientras miraba a las chicas cocinar, cuando regresé la vista a Celine ella estaba asesinándome con la mirada.
Sonreí y caminé fuera de la cocina, en cuanto salí respiré hondo y me recosté de la pared al sentir un ligero mareo, aun seguía un poco mal, escuché la puerta de la cocina que daba al patio abrirse y cerrarse segundos después, con disimulo miré hacia allá y noté que la bruja ya no estaba, entrecerré los ojos.
Hora de espiar a esa mujer...
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