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Nunca digas nunca

Dylan

Sin pensarlo dos veces corrí hacia Mathew. El impacto lo había dejado tirado en el suelo, me arrodillé frente a él sin mirar a Will.

—¿Estás bien? —Pregunté preocupado mientras lo miraba, él asintió aunque su frente estaba roja por el golpe.

—¿Por qué das tantas vueltas Dylan? —Preguntó con confusión, fruncí el ceño.

—Tienes que ir a la enfermería —Dije mientras lo ayudaba a pararse. Él me sonrió y asintió efusivamente mientras se tambaleaba un poco.

—Yo lo llevaré —Miré a Will en cuanto dijo eso, nuestras miradas se encontraron por unos segundos, luego él miró a Mathew con preocupación.

Me quedé observando como él lo miraba, sentí algo extraño y desagradable en mi pecho, ignoré eso y asentí un poco desconcertado.

—Mathew, lo siento —Susurré a la vez que me alejaba sin mirar atrás.

Fue culpa mía, no debí pasarle la pelota a Frederick sabiendo lo nervioso que estaba.

Miré con sorpresa el descontrol que había en las gradas, todos lucían preocupados y algunos miraban mal a Frederick. Me acerqué a la banca.

"Que lo saquen" "Ese gigante, mira lo que hizo" "¿Mathew estará bien?"

Traté de disimular mi sorpresa y enojo al escuchar lo que decían. Si alguien aquí tiene la culpa soy yo, ademas ¿por qué se alteran tanto? Ni que Mathew se fuera a morir.

—No les hagas caso —Le dije a Frederick mientras me sentaba a su lado en la banca, él asintió y se encogió de hombros con desánimo.

Al final, el partido se canceló porque comenzó a llover. Shelly, Harry, Dean, Abigail y yo estabamos en una mesa comiendo

—¿Por qué Mathew anda siempre con el director? —Le pregunté a Abigail en voz baja, ella me miró y sonrió.

—Pues porque Mathew va debajo de él.

Casi me atraganto con el sandwich al escuchar su respuesta. La miré con los ojos muy abiertos, no puede ser cierto...

—Eso no se escuchó muy bien... —Dijo Shelly riéndose, Harry y Dean se estaban aguantando la risa. Abigail se sonrojó y sonrió.

—Estoy segura de que Dylan entendió —Dijo mirándome a los ojos, yo fruncí el ceño.

Me levanté un poco descolocado, Abigail tenía una sonrisa de ángel que me causó un escalofrío.

—¿Para dónde vas? —Preguntó Shelly mirándome.

—Iré a ver que tal está Mathew —Respondí soltando un suspiro, ellos asintieron.

Aún no puedo creer que Mathew y Will tengan ese tipo de relación. Tiene que haber algun error. Además, ¿por qué me enoja tanto la idea de que tengan algo?

Caminé hacia la enfermería mientras pensaba en eso, cuando llegué iba a abrir la puerta pero ésta se abrió y choqué contra el pecho de alguien, unas manos me tomaron por la cintura cuando casi me caigo, miré hacia arriba y me encontré con los penetrantes ojos de Will, mis mejillas se calentaron mientras me alejaba de él.

—Será mejor dejarlo descansar —Dijo mirando de reojo hacia el interior de la enfermería, yo asentí lentamente.

—Pero, ¿él está bien? —Pregunté en voz baja siguiendo su mirada. Mathew estaba acostado en una camilla con los ojos cerrados, estoy realmente preocupado por él. Will asintió mientras me miraba.

—Sigame a mi oficina, quiero hablar con usted —Arqueé las cejas al escuchar eso, él me estaba mirando fijamente, comenzó a caminar sin ver si yo lo seguía o no.

Suspiré pesadamente y lo seguí. Mientras subíamos las escaleras se me ocurrió que quizás Will me ignora porque no quiere arruinar su relación con Mathew. Me crucé de brazos. Pero es que algo no me cuadra, ¿por qué todo el instituto parece adorar a Mathew? Es imposible que sepan de la relación que tiene con Will.

—Pasa y siéntate —Dijo abriendo la puerta para mi, yo entré con duda y me quedé mirándolo mientras se sentaba detras del escritorio después de cerrar la puerta. Me senté frente a él.

—Brown, ¿cierto? —Preguntó mirándome con duda.

—No me jodas Will —Dije fulminandolo con la mirada, él sonrió un poco, se acomodó en su silla y me miró de tal manera que sentí mi cuerpo helarse.

—Le preguntaré algo y quiero que me responda con honestidad... ¿Usted intentó dañar indirectamente a Mathew? —Preguntó mirándome fijamente y acusándome con la mirada.

Me sorprendí al escuchar eso, luego me reí un poco sin gracia, sentía mi sangre hervir y algo golpear mi corazón.

—No puedes estar hablando en serio —Dije levantándome del sillón y mirándolo mal, tuve que controlarme para no gritarle. Will es un completo imbécil.

—Estoy hablando muy en serio, usted se veía muy arrepentido cuando pasó el "accidente" si lo admites el castigo no será tan severo —Respondió él con su dura mirada clavada en mi.

Ya sé que fue mi culpa lo que le sucedió a Mathew pero, jamás hubiera deseado que le pasara eso. Miré a Will con fastidio.

—Pues déjeme decirle que no intenté eso, jamás lo haría —Dije cruzándome de brazos, él arqueó una ceja y me miró con escepticismo.

—¿Tienes algo en contra de Mathew? —Preguntó mirándome a los ojos. Resoplé, a él si lo llama por su nombre.

—Para nada, él es mi amigo, ¿es así como me ves Will? ¿Tan horrible crees que soy? —Dije un poco dolido de que pensara eso de mi, él suspiró y se quedó mirándome sin decir nada.

—¿Es solo eso? Entonces me iré, si quieres castigarme ¡adelante! No me interesa —Dije fulminandolo con la mirada, me giré para irme.

—Una cosa más, cambie su pantalón de deporte por uno más largo —Detuve mis pasos al escucharlo decir eso con autoridad, esa fue la gota que derramó el vaso, me di media vuelta y lo miré con las cejas arqueadas.

—¿Por qué? ¿Porque durante todo el juego no dejaste de verme el culo con ganas de follarme? —Le pregunté con malicia acercándome sin temor alguno, él entrecerró los ojos y se levantó para mirarme desde arriba.

—¿Qué estás diciendo? Cuida tus palabras Dylan —Sonreí maliciosamente, logré lo que quería, por fin sentía que no estaba frente a un extraño. Will me estaba asesinando con la mirada.

—Yo sé muy bien lo que digo, y tú sabes que tengo razón —Dije cruzándome de brazos, él bufó y caminó lentamente hacia mi.

—¿No serás tú el que estaba pensando eso? Yo no me metería con un alumno —Dijo sin dejar de mirarme mientras detenía sus pasos, lo último lo dijo con un tono extraño, quise reírme al escuchar eso.

—¿Y qué hay de Mathew? Él es un estudiante... —Dije tratando de no mostrar expresión alguna, él arqueó una ceja y se apoyó de la pared con una sonrisa ladeada.

—¿Qué pasa con él? Yo lo elegí, hace muy bien su trabajo... —Dijo con una sonrisa misteriosa, su tono hizo que me tensara, era sensual. Ya me imagino que tipo de trabajos le hace Mathew...

Su mirada cambió a una de diversión, como si se estuviera riendo de mi. Fruncí bastante el ceño.

—Eres un hipócrita y también un imbécil —Le dije con fastidio mientras caminaba hacia la puerta. Me siento muy enojado.

Adelantándose, caminó rápidamente hacia la puerta y ahora estaba delante de ella impidiéndome salir, él tenía sus ojos verdes puestos en mi, negó varias veces con la cabeza mientras le ponía seguro a la puerta.

—¿Cuántas veces te he dicho que esa no es forma de hablarle a tu director? —Preguntó mirándome con falsa desaprobación, yo miré con atención cada uno de sus movimientos.

—No tienes por qué ponerte tan celoso —Dijo acercándose peligrosamente a mi, yo me reí con sarcasmo.

—No lo estoy —Respondí tratando de parecer impasible y sin moverme de dónde estaba, él sonrió de una manera extraña y me miró a los ojos.

—Eres muy expresivo como para ocultar algo así —Dijo acercando sus dedos a mi rostro, yo me quedé tieso mientras lo miraba, pasó sus dedos suavemente por mi rostro haciendo que me relajara, levantó mi mentón y me miró a los ojos.

Acercó mucho su rostro al mío, contuve la respiración mientras mi pulso se aceleraba, justo cuando pensé que me besaría sus labios se dirigieron a mi oído.

—Eres un adolescente calenturiento que quiere que su director le rompa el culo y créeme que te lo estás ganando —Toda la sangre subió a mis mejillas en cuanto me susurró eso, lentamente dejé salir el aire que estaba conteniendo y puse mis manos en su pecho para alejarlo de mi pero él me las agarró.

—Te lo tienes muy creído... —Dije con fastidio tratando de que soltara mis manos, él sonrió y miró mis labios.

—Me pregunto por qué no me dejaste besarte —Dijo mirándome con curiosidad, yo me removí nervioso y giré el rostro para que no hiciera lo que creo que está pensando.

—Tranquilo, no me atrevería... —Respondió suavemente a la vez que soltaba mis manos, yo lo miré con sorpresa y asentí levemente.

—No me atrevería a dejarte ir sin haberte besado antes...

Él no me dió tiempo a reaccionar pues en un pestañeo me encontraba contra la pared y sus labios capturaron los míos con tanta suavidad que se me salió un vergonzoso gemido, su lengua entró con pasión y exigencia en mi boca, sentí algo explotar en mi interior, sin dudarlo le seguí el beso a la vez que enterraba mis dedos en su cabello, sus labios eran cálidos y suaves, se movían con sensualidad, metí mi lengua en su boca y jugué con la suya, ambos peleabamos por llevar el control, sus manos bajaron hasta mi trasero, el cual masajeo sacándome un gemido, nos besabamos con desesperación y pasión, él me cargó haciendo que rodeara su cintura con mis piernas, sin dejar de besarnos me llevó hasta su escritorio y me dejó sobre este, nos separamos para tomar aire, podía sentir mis labios palpitando al igual que mi miembro, mi respiración era agitada mientras miraba a Will, él me miraba con deseo.

—Delicioso —Susurró sin dejar de mirarme, mi rostro estaba muy caliente, él se acercó, mordió y chupó mi labio inferior mientras acariciaba mi cintura.

Luego unió nuevamente nuestros labios en un caliente beso, él comenzó a desabrochar mi pantalón y yo los botones de su camisa, no podía pensar claramente al tener su cálida lengua en mi boca.

—Qué... ¿Qué es lo... Que quieres? —Me preguntó entre besos mientras me iba quitando la camisa, pegó su frente a la mía y me miró a los ojos.

—Q-Quiero que me folles —Susurré excitado mirándolo, él sonrió de lado y comenzó a bajar mis pantalones mientras besaba mi cuello.

—Señor director.

Will se alejó de un tirón de mi al escuchar toques en la puerta, la secretaria lo había llamado, él me miró significativamente mientras se abotonaba la camisa, yo traté de regular mi respiración, luego resoplando comencé a arreglarme la ropa mientras me bajaba del escritorio.

—Toma esto y siéntate ahí —Dijo Will pasándome un folleto y señalando uno de los sillones, arqueé una ceja y lo tomé mientras me sentaba, me removí con incomodidad, tenía una erección que me estaba matando.

Mientras él iba a abrir me quedé mirando el folleto tratando de ignorar mi acelerado pulso, era del instituto, con una expresión aburrida lo abrí y fui pasando las hojas sin prestar mucha atención.

Abrí mucho los ojos con sorpresa al ver lo que decía en la tercera página. Mathew T. Wallace —Presidente del Consejo Estudiantil.

Él es el presidente. Ahora todo tiene sentido... Todos lo respetan y lo quieren. "Mathew va debajo de Will" "Yo lo elegí y hace bien su trabajo" Como presidente.

¿Por qué ni Abigail ni Will comenzaron por decirme eso? Me giré y lo miré, él estaba hablando con la secretaria, volví la vista al frente y llevé dos dedos a mis labios, me mordí el inferior para evitar sonreír, jamás había tenido un beso como ese, tan cargado de pasión y sensualidad, Will sí que sabe como hacerlo.

Aunque mi antigua preocupación hizo que se borrara la sonrisa de mis labios, ya nada en mí despertará su atención. Suspiré y me recosté en el sillón.

Mi celular vibró dentro de mi bolsillo así que lo saqué.

Dean —No me lo vas a creer! 😍 se dañó una de las máquinas de dulces y están saliendo todos gratis! Tienes que venir rápido a la cafetería! 😆

Casi se me sale la baba al ver eso, me levanté rápidamente y caminé hacia la puerta, Will y su secretaria seguían hablando.

—Él lo está esperando en el estacionamiento. Ah y los delincuentes volvieron a dañar una de las máquinas —Me detuve al escuchar a la secretaria decir eso último con fastidio.

—¿Otra vez? Castigo para todos ellos, y para los que están cogiendo los dulces gratis —Dijo Will sin piedad, regresé rápidamente al sillón como un niño bueno.

Será mejor que te alejes de ahí, la secretaria va para allá 😦 Aunque si tomaste algunos me tienes que dar!! 😝

Le advertí a Dean aunque sé que no me hará caso. Escuché la puerta cerrarse, me puse a fingir estar muy interesado en el folleto aunque estaba mirando a Will, la verdad es que no tengo ni idea como actuar con él después de lo que sucedió.

—Lo tienes al revés —Dijo riendo y dándole la vuelta al folleto, yo me sonrojé y miré hacia la pared transparente, afuera seguía lloviendo. El timbre de cambio de hora sonó. Will estaba recogiendo unos papeles de su escritorio y metiéndolos en un maletín.

—¿Por qué no me dijiste que Mathew es el presidente? —Le pregunté con sospecha, él sonrió y se encogió de hombros.

—Parecías un conejito enojado pensando sabrá Dios qué cosas de Mathew y yo —Dijo con una mirada de diversión, inflé las mejillas y me levanté.

—Bueno, este conejito se va —Dije indignado dándole una última mirada y caminando hacia la puerta.

—¿Así es como te despediras de mi? —Preguntó haciendo que me diera la vuelta un poco sorprendido, él estaba mirándome con dolor fingido, yo resoplé con una tímida sonrisa y me acerqué lentamente a él.

—¿No habías dicho que jamás te meterías con un alumno? —Le pregunté arqueando ambas cejas, él suspiró y me agarró de la cintura.

—Supongo que hay excepciones —Susurró sobre mis labios.

Me alejé justo cuando iba a besarme, le sonreí de lado cuando estuve junto a la puerta, él estaba sorprendido.

—Sabes Will... Odio que me ignoren —Dije mirándolo y sonriéndole con maldad, su mirada tomó un brillo misterioso cuando comenzó a caminar hacia mi.

—Lo siento, me molestó ver las cosas que te gusta que le hagan a tu cuerpo —Dijo sin dejar de caminar, yo me sorprendí al ver algo de decepción en su mirada.

—¿Crees que quise que me hicieran eso? —Pregunté en voz baja, ahora el que se sorprendió fue él.

—Dijiste que no fue por abuso —Dijo acercándose más a mi.

—Tampoco dije que fue por gusto —Puntualicé mirándolo fijamente, él me miró con arrepentimiento.

—Lo siento —Dijo mirándome a los ojos, yo moví una mano en el aire restándole importancia y sonreí un poco, aunque si me dolió las cosas que me dijo aquella vez en el baño.

—Eso es agua pasada, me tengo que ir —Dije mirando distraídamente alrededor, tratando de escapar de su mirada.

Sentí una gran calidez y sorpresa en mi interior cuando Will me rodeó con sus brazos, ¿qué le pasa? Yo no sabía que hacer así que me limité a dejarme abrazar.

—Ya te dije que eres muy expresivo, demasiado para ocultar cuando algo te duele mucho —Susurró sin dejar de abrazarme, abrí mucho los ojos y me quedé quieto. Se dió cuenta.

Después de unos minutos lo abracé y escondí mi rostro en su cálido pecho.

—Idiota —Susurré sin dejar de abrazarlo, sentí su pecho vibrar a causa de su risa, sonreí y me alejé de él para que no sintiera lo fuerte que latía mi corazón.

—Ya, demasiado tierno para mi —Dije con molestia aunque sentía mis mejillas calientes, Will arqueó una ceja y sonrió mientras tomaba su maletín del escritorio.

—Olvidé que eres más de follar y no de abrazar —Dijo con un tono burlón, hice un puchero y caminé hacia la puerta sintiendo mi rostro arder.

—¿Y tú qué? "Quieres que te parta el culo, y te lo estás ganando" —Dije con burla imitando su voz, él me miro fijamente y se acercó a la puerta.

—Listo, te lo has ganado... —Dijo abriendo la puerta y saliendo al pasillo, salí junto a él algo nervioso y excitado.

—¿Hablas en serio? —Le pregunté con los ojos entrecerrados, seguro está tomándome el pelo. Pero... ¿Y si es cierto? ¿Yo tendría sexo con él?

Él me miró fijamente y asintió con una sexy sonrisa, me mordí el labio inferior y miré a los lados, estábamos solos.

—Resolveremos eso cuando regrese de una reunión... Piénsalo, portate bien Dylan —Dijo acercándose y revolviendo mi cabello, me sonrió y luego se alejó por el pasillo, me quedé mirando su espalda. Respiré hondo varias veces y sonriendo sin poder evitarlo, caminé hacia mi siguiente clase...

. . .

Me senté al lado de Abigail en la clase de Cívica, miré a su séquito de rubias, era extraño e inquietante que todas tuvieran el mismo tono de rubio, una de ellas me miró sonrojada y sonrió, yo la saludé moviendo una mano, las otras soltaron un chillido que me heló la sangre, dejé de verlas y miré a Abigail.

—¿Por qué no me dijiste quién era Mathew? —Pregunté con curiosidad. Ella sonrió de lado.

—Sí te lo dije, y me sorprende que no lo supieras, estás en boca de todos... —Dijo mirándome con interés, arqueé las cejas, ¿estoy en boca de todos?

—¿No lo sabes? ¿Qué has estado haciendo esta última semana? —Preguntó subiendo y bajando sus cejas con picardia. La fulminé con la mirada.

—No sé si lo sabes pero, nuestro presidente es muy codiciado... Desde que llegó al instituto el director lo ascendió como presidente, solo lo hemos visto hablar con los demás miembros del consejo y con el director, habla con sus compañeros solo a veces, hasta a mi me da vergüenza hablarle. Y entonces llegas tú, eres nuevo, no sabes ni quién es él y no perteneces al consejo estudiantil, sin embargo Mathew parece tener interés en ti...

Arqueé las cejas al escuchar tal historia, eso explicaría las miradas de todos cuando estoy con él.

—Mmmm... No se ni que decir —Dije mirándola con honestidad, ella sonrió y pasó uno de sus brazos por mis hombros.

—Entonces no digas nada —Dijo jugando con mi cabello, la miré y pensé en Shelly.

—¿A ti te gusta Shelly? —Le pregunté con curiosidad, sus mejillas se tiñeron de rojo a la vez que asentía, le sonreí, ella lo reconoce sin problema alguno...

. . .

Me encontraba en mi habitación viendo Hannibal cuando escuché el timbre sonar. Me levanté con pesar de la cama y salí de mi habitación.

Cinco minutos después el doctor Blaise tenía se estetoscopio en mi pecho.

—Todo parece estar bien —Dijo sonriéndome y guardando sus cosas, yo suspiré con pesadez, esta es la quinta vez en la semana que mi madre lo manda.

—Lo siento, que tenga que venir por nada —Dije con una sonrisa forzada, la alergia se me había ido hace mucho pero mi madre está loca.

—No es ningun problema, vivo cerca y esta será la última vez, puedes decirle al señor Collins que todo está en orden —Dijo caminando hacia la puerta. Lo miré con confusión.

—¿Por qué tendría que decirle? —Pregunté cautelosamente, no veo porque a Will le importaría eso. ¿Y cómo es que el doctor sabe de él? Él se giró y sonrió un poco.

—Bueno, cuando me llamó la semana pasada parecía muy interesado en saber tu estado, como es tu director tuve que decirle como estabas —Dijo mirándome, yo asentí muy sorprendido, pensé que a Will no le importó...

—Adiós —Me despedí del doctor y cerré la puerta en cuanto salió.

Will. Ese idiota.

Sonreí y regresé a mi habitación.

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