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Hasta la madrugada

Daniel

Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos mientras Harry me abrazaba, yo le correspondí con fuerza, casi me da un infarto cuando vi que el auto se dirigía hacia él, por suerte la chica que lo conducía pudo frenar a tiempo.

Harry se separó un poco y me miró a los ojos, yo seguía llorando por lo asustado que estaba.

—M-Me a-asusté mucho H-Harry... lo s-siento —tartamudee mirándolo. Es mi culpa, por mi actitud tan infantil Harry casi muere, él suspiró y acarició mis húmedas mejillas.

—Tranquilo, no pasa nada... —dijo intentando tranquilizarme pero él estaba casi igual que yo, sus manos estaban temblando.

—C-Claro que sí pasa, soy un i-idiota —respondí mirándolo fijamente, él negó varias veces y me tomó de la mano, sin decir nada comenzó a caminar de regreso a su casa.

Miré alrededor y me entraron ganas de vomitar, habían varias personas mirándonos con interés, cosa que me hacía sentir muy incómodo.

—¡Esperen! ¿Están bien? —giramos el rostro, la chica del auto estaba mirándonos con preocupación, yo me quedé callado mirando hacia otro lado mientras me secaba las lágrimas con las mangas de mi abrigo.

—Sí, me salvaste, gracias —dijo Harry, vi de reojo como estaba sonriéndole, esta vez me aguanté los celos irracionales que sentía. La chica asintió y le sonrió, fruncí el ceño.

¿Desde cuándo me comenzó a molestar que Harry sea tan amigable con todos?

—Vamos —aparté la vista de aquella chica al escuchar a Harry hablar y caminar, no me atreví a mirarlo a los ojos esta vez, me sentía demasiado culpable por lo que pasó.

—Déjame aquí, llamaré a un taxi —dije soltándome de su agarre, sentí como volvió a tomar mi mano con firmeza.

—Tenemos que hablar —respondió seriamente luego de soltar un suspiro, fruncí el ceño y me mordí el labio, tenía ganas de llorar otra vez. Seguro en cuanto lleguemos a su casa me insultara y me gritará por lo que hice.

Lo más probable es que decida dejar de hablarme y me odie. Todos al final lo hacen.

Me lo merezco. Sin decir nada más caminé a su lado en completo silencio.

Harry

Nunca había sentido tanto miedo como hoy, no cuando casi me atropellan, sino cuando casi le pasa a Daniel, ni siquiera tuve que pensarlo para salvarlo de aquello, y lo volvería a hacer otra vez. Ese niño va a hacer que termine loco y muerto prematuramente.

Sonreí en mi interior en cuanto me dijo la razón de su huida, estaba celoso, muy celoso. Él jura que me vio besándome con aquella chica, pero no lo hice, solo nos despedimos con un beso, en la mejilla. Ella es solo una amiga.

Me crucé de brazos y puse una expresión dura mientras lo miraba, él dio un pequeño respingo sobre mi cama, yo estaba frente a él, sentado en la silla de mi escritorio. Casi me río al ver lo asustado y lindo que se veía mientras me miraba con ojos de cachorro herido.

—Lo que hiciste no estuvo bien... Tendré que castigarte —dije con seriedad fingida, solo quería disfrutar un poco más del momento.

Él pasó saliva y asintió dejándome sorprendido, traté de ocultar mi sorpresa, lo miré fijamente, quiero ver hasta dónde llegará.

—¿C-Cómo me c-castigarás? —preguntó mirándome con temor e inocencia, me relamí los labios. Mi mente se llenó de situaciones perversas.

—Pienso que mereces unas cuantas nalgadas —dije parándome y caminando alrededor mientras lo miraba, vi como su rostro enrojeció hasta las orejas, me reí internamente. —¿Tú qué crees? —pregunté a su oído en voz baja, él se sobresaltó y se quedó mirándome con los ojos como platos.

Acaricié su rostro y me alejé de él cuando mostró indicios de que le gustaba mi caricia, me senté nuevamente en la silla y clavé mi mirada en él.

—¿E-Eso quieres hacer? —preguntó mirándome, observé con curiosidad lo acalorado que se veía, seguro está pensando cosas sucias.

—No lo haré —dije soltando un suspiro, él se sorprendió al escucharme.

Yo hablaba muy en serio cuando le dije qué es lo que quiero de él. No haré nada que podría llevarnos a la cama, no perderé la poca confianza que me tiene.

—¿Por qué? —demandó saber arqueando una ceja, lo miré en silencio, él estaba a la defensiva, como siempre.

—Ya te dije que es lo que quiero —dije mirándolo a los ojos, sentí mi corazón hincharse al ver el hermoso brillo que cobraron sus ojos y el color sonrosado que cubrió sus mejillas.

—Si piensas que diciéndome cosas lindas me llevarás a la cama entonces estás muy equivocado —dijo parándose y mirándome mal, yo le sonreí, este niño...

—Lo sé —respondí levantándome y acercándome, miré hacia abajo al llegar a su lado, él se veía sorprendido y nervioso, pude escuchar lo rápido que iba su corazón. —Vamos por un helado —dije tomándolo de la mano, me gusta como su pequeña mano agarraba la mía.

Daniel se quedó en silencio, solo me miraba, miré sus labios, eran rosaditos y se veían llenitos, aparté la mirada e ignorando las ganas de mordérselos caminé hacia la puerta con él.

—Quiero el mío de chispas de chocolate —dijo él mirándome fijamente, me reí un poco, sabía que eso lo relajaría.

—Entonces de eso será —respondí sonriéndole y acariciando su mano, él se sonrojó aún más y miró al frente.

Suspiré feliz, y caminé con mi niño hacia la heladería más cercana...

Dylan

Me sentía aburrido así que caminé hacia la habitación de Dean para jugar algo con él. Hoy era domingo, no tenía ganas de salir a ningún lado. Solté un gruñido, ayer me quedé con las ganas de tener sexo con Will, creo que el destino no quiere que lo hagamos otra vez, ya que siempre hay algo que nos interrumpe.

Otra cosa me está inquietando, Dean dijo anoche que mi papá sabía que yo escondía a alguien, a un hombre. Lo que me sorprende es que él no haya abierto la puerta para ver quién era.

Suspiré y entré en la habitación, me quedé con la boca abierta mirando a Dean, sonreí con malicia y burla, él se sonrojó rápidamente, llevaba puesto solo un fino camisón blanco y unas sexys medias negras hasta los muslos, me reí, parece que planea atrapar a mi padre esta noche.

—Grrr, que sexy —dije sin poder aguantarme la risa, él me miró mal y me tiró una almohada.

—¡Estúpido! —me gritó avergonzado mientras se paraba de la cama y tomaba una bolsa de papitas de queso que estaba sobre su escritorio, tiende a comer mucho cuando está nervioso.

Sonreí, y me senté en su cama. A Dean de verdad le gusta mi padre, suspiré y me quedé mirándolo. Se veía muy provocativo con esa ropa. Grrr.

—Imagina que vomites cuando estén por hacerlo —le dije emocionado imaginando ese momento, él me fulminó con la mirada y siguió comiendo.

—Y tú imagina que te cag...

—Atrévete a decirlo y te castraré —lo amenacé asesinándolo con la mirada, él soltó una risa burlona. Ese asqueroso iba a decir eso aun estando comiendo.

—¿Tú qué crees que pase Dylan? —preguntó balanceándose sobre sus pies, podía ver el miedo en sus ojos.

—No lo sé —dije en voz baja sin mirarlo. No tengo ni idea de cómo reaccionará mi papá.

Vi como la bolsa de papitas cayó al suelo en cuanto el timbre sonó, nos miramos, yo con tranquilidad y él como si se estuviese acabando el mundo.

—¡Ve a abrir! —me chilló dando pataletas y mirándome alarmado, hice un puchero.

—Pero no me grites —dije en voz baja con una mirada triste, él me asesinó con la mirada y se acercó levantando su mano, me reí y salí corriendo de allí.

Caminé hacia la puerta, estoy preocupado. Dean se ve muy ilusionado, no quiero que se decepcione o se ponga triste si las cosas no van como él quiere. Quedará destrozado si mi padre rechaza sus sentimientos.

—Cameron, ¿qué haces aquí? —pregunté sorprendido al ver al egocéntrico del instituto frente a mí, ya era algo tarde, él me sonrió, bufé al ver esa sonrisa perfecta.

—No vine a verte a ti ovejita, ¿dónde está Dean? —preguntó él mirándome a los ojos, entrecerré los míos y me crucé de brazos.

—Primero, no me llames ovejita, y segundo, Dean no está disponible —dije acercándome y recalcando cada palabra mirándolo como psicópata, tratando de infundirle terror.

Esta noche Dean solo está disponible para mi padre. Cameron se rió y yo fruncí el ceño.

—Que miedo —dijo él con sarcasmo, me hizo bruscamente a un lado y entró al apartamento, lo miré con enojo.

—Vete, o me verás enojado —le dije caminando hacia él. Hice unos rápidos estiramientos por si no decide irse, él me miró mal y flexiono sus músculos, tragué duro y me quedé frío mientras se los miraba.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó burlón arqueando las cejas, fruncí el ceño y miré alrededor para ver con qué podría golpearlo. No había nada.

—Me temo que tendré que golpearte —dije con un tono de macarra mientras apretaba mis puños. Él arqueó una ceja y se acercó peligrosamente a mí.

—Ya quiero verlo —respondió con una mirada de diversión, pasé saliva y me puse en posición de pelea, él no se movía, respiré hondo y caminé hacia él. Estoy muerto.

Cameron me agarró sin poner mucho esfuerzo, me pegó a la pared mientras agarraba mis brazos, tenía una sonrisa burlona.

—Vaya, casi muero —dijo en un susurro fingiendo estar asustado, yo me sonrojé por la vergüenza, él se rió.

—Dylan... Cameron... —giramos la cabeza, Dean estaba a un lado mirándonos con cautela y sospecha.

—Este imbécil vino a molestar —dije mirando a Cameron, él tenía los ojos muy abiertos mientras miraba a Dean de arriba abajo, le di una patada para que apartara la mirada de Dean, él me miró desconcertado.

Solo mi padre y yo podemos verlo así. Cameron se veía desubicado, arqueé las cejas y fruncí los labios.

—Suéltame —dije mirándolo mal, él se quedó mirándome a los ojos, ver a Dean lo dejó en estado idiota.

—Dylan, no dejes la puerta abi...

Miré con terror hacia la puerta, mi padre estaba ahí parado mirándonos estupefacto, su mirada pasó desde Cameron acorralándome contra la pared hacia Dean, el cual estaba sonrojado abrazándose a sí mismo, vi como la expresión de mi padre se oscureció al vernos.

—Papá, te juro que esto no es lo que parece —dije rápidamente apartándome de Cameron.

—Entonces, ¿qué es? —preguntó mirándome, se veía furioso mientras se cruzaba de brazos. Cameron y Dean me miraban fijamente.

—Este tipo es amigo de Dean, él... ¡está enamorado de Dean... pero Dean no lo quiere... é-el... se estaba poniendo violento... me dio mucho miedo! —dije fingiendo estar muy asustado mientras caminaba hacia mi padre él cual me miraba sorprendido, miró mal a Cameron, me tiré dramáticamente a sus brazos, fingí sollozos.

Miré de reojo como Dean estaba muy sonrojado y fingía estar asustado, Cameron se veía enojado mientras me miraba, mi padre me rodeó con sus brazos.

—Llamaré a la policía —dijo mi padre sacando su celular y mirando a Cameron con seriedad. —Llama a la policía, y suban aquí ya mismo —escuché como le dijo eso a uno de sus guardias de seguridad.

Miré a Cameron. "Corre, idiota" moví los labios diciéndole aquello, el equipo de seguridad de mi padre no tardará en llegar. Él comprendió y salió corriendo del apartamento, mi padre lo iba a seguir pero yo lo agarré fingiendo que lloraba, él comenzó a tranquilizarme.

—M-Me duele la cabeza, me iré a d-dormir —dije nervioso luego de unos segundos después alejándome de él.

Él me miró preocupado pero antes de dijera algo le di un gran abrazo, luego corrí hacia mi habitación y me encerré allí.

Apagué las luces y me tiré en mi cama, me cubrí con las sábanas. Espiaría lo que podrían estar haciendo mi padre y Dean, pero no quiero quedar traumado.

Me quedé mirando pensativo hacia el techo. ¿Qué estará haciendo Will?

Miré con duda mi celular sobre la mesita de noche, él me había dado su número ayer, di varias vueltas en la cama sin saber qué hacer. ¿Debería escribirle o no? Ya es algo tarde, pero tengo ganas de hablar con él... Tomé mi celular, le escribí un saludo casual, le di a enviar antes de arrepentirme.

Miré hacia la ventana, estaba por comenzar a llover, me acurruqué más entre las sábanas y almohadas, di un respingo al sentir mi celular vibrar, Will había contestado, me quedé unos segundos mirando la pequeña luz verde en el celular, sin más abrí el chat.

—¿El niño no debería estar durmiendo ya? 😞

Rodé los ojos y sonreí un poco al leer eso, imaginé la sonrisa burlona en su rostro.

No tengo sueño 😒 ¡Y no soy un niño!

Visto: 12:56 a.m.

Hice un puchero y miré mal el celular al ver que Will me había dejado en visto, ese imbécil, enfurruñado dejé el celular a un lado y me cubrí completamente con las sábanas, cerré los ojos, mañana ignoraré a ese idiota.

Abrí los ojos rápidamente y mi corazón se aceleró al escuchar el tono de llamada de mi celular, me quité las sábanas y lo miré. Tenía una llamada entrante de Idiota.

Como si tuviese mantequilla en las manos el celular se me cayó en la cama unas cuatro veces, mis manos estaban temblando, cuando por fin pude agarrarlo bien, contesté.

—Dylan, ¿no tienes sueño bebé?

Casi me desmayo al escuchar cómo me llamó, sentí todo mi estómago volverse un caos ante su tono ronco y sexy, me mordí el labio inferior.

—No... No tengo —susurré con un tono de niño inocente, escuché como se reía suavemente y movía varios papeles.

—¿Estás ocupado? —pregunté un poco apagado. No se me ocurrió eso hasta ahora.

Ahora no.

Solté un bufido al escuchar aquello, lo dijo después de unos segundos en silencio, es muy obvio que está ocupado.

—Lo siento, podemos hablar mañana, bueno, en unas horas —le dije apenado, lo escuché suspirar.

—No, quiero hablar contigo ahora —mi corazón casi estalla al escucharlo, me sonrojé inevitablemente.

—Oh, y... ¿qué estás haciendo? —pregunté acostándome boca abajo y jugando nervioso con mi cabello.

—Estoy hablando contigo —dijo él con un tono de burla, yo infle las mejillas y rodé los ojos.

—No me digas —respondí con sarcasmo, él suspiró.

—¿Que llevas puesto? —pregunto en un sensual tono bajo, mi rostro se calentó mientras bajaba la mirada por mi cuerpo. Llevaba puesto mi enorme pijama de monitos, nada sexy.

—Ropa, pervertido —dije haciéndome el indignado, escuché su risa maliciosa.

—Seguro andas con uno de esos enormes pijamas que tienes —dijo ese imbécil burlándose de mí, mire sorprendido hacia el celular, ¿cómo lo sabe?

—C-Claro que no... bueno... quizás sí, ¿cómo sabes que son grandes? —pregunté mirando con sospecha alrededor, ¿habrá puesto cámaras ayer?

—Recuerda que me encerraste en tu closet —respondió el, no tengo que tenerlo en frente para saber que está sonriendo con burla, me mordí el labio con fuerza y me quedé en silencio.

—Dyl... ¿Sigues ahí? —preguntó con falsa inocencia, le gusta burlarse de mí. —Pequeño, lo siento, tus pijamas son... lindos —fruncí un poco el ceño e hice un puchero, el trataba de sonar amable pero yo sabía que se estaba aguantando la risa a duras penas.

N-No son sexys —dije en un susurro con un fingido tono de tristeza.

—Bue... Bueno...

Sonreí con maldad al ver que Will no sabía que decir, mis pijamas son todo menos sexy y eso es algo que ni él puede negar.

—¿No t-te gustan? —pregunté afligido, el suspiró.

—Si me gustan... —respondió rápidamente a mi pregunta, su voz no sonaba muy convincente. Hice un puchero, mis pijamas son cómodos.

—Qué bueno y eso que yo estaba pensando en comprar unos más sexys... Pero ya que te gustan estos, entonces no será necesario —dije con un tono burlón mientras me giraba en la cama, lo escuche gruñir.

—Dylan —dijo mi nombre con fastidio, sonreí y me reí. Suspiré y seguí hablando con mi sexy director...

Dean

Jamás había visto una actuación tan fatal como la que hizo Dylan esta noche, aunque parece que Robert si se lo creyó, entonces Dylan, el muy lindo se fue corriendo a su habitación, comprendo que quería dejarnos a solas, a su padre y a mí, pero quién recibirá un sermón voy a ser yo solo.

—Espérame en tu habitación —ordeno Robert mirándome con seriedad, hice un puchero y camine hacia mi habitación.

Giré un poco el rostro antes de entrar, el padre de Dylan estaba hablando con una chica de seguridad, se veía muy enojado. Suspiré y entré en mi habitación.

Me sonrojé al recordar como su mirada recorrió mi cuerpo cuando entro al apartamento, me gustó que me mirara así.

Me senté en la cama, jamás imaginé que pasaría todo esto. Lo más probable es que Cameron haya venido a darme mi celular, se me quedó ayer en su casa, me pregunto por qué él y Dylan peleaban.

Deje de pensar en eso al ver abrirse la puerta, Robert entró en mi habitación y cerró detrás de él, me miró y suspiró con cansancio, note que se había quitado el saco de su traje, él se des aflojó la corbata.

—¿Esta es la primera vez que ese chico viene? —preguntó Robert cruzado de brazos y mirándome con seriedad.

—Si... —dije en voz baja, él se quedó mirándome. —P-Pero estoy seguro de que no volverá, n-no llames a la policía —dije con rapidez mirándolo a los ojos, no quiero que Cameron se meta en problemas. Robert arqueo una ceja y caminó hacia mí lentamente.

—¿Lo defiendes? —preguntó mirándome a los ojos, había enojo en su tono, trague duro y mire a la pared.

—No, pero después de lo que pasó sé que no regresará —dije esta vez mirándolo, él me miró en silencio, suspiró y asintió mientras sacaba su celular y marcaba unos números.

—Dejen de buscarlo —dijo el mirándome fijamente, yo me relamí los labios, baje la vista y jugué con el borde de las medias, mi corazón latía muy fuerte al estar a solas con él.

—Dean, espero que ahora entiendas por qué deben cuidarse —dijo luego de colgar, yo asentí lentamente, sintiéndome como un niño regañado.

Levanté la mirada, note que él estaba evitando mirarme de la cintura para abajo, fruncí el ceño al ver la mirada parental que se esforzaba en hacer.

—Deja de hacer eso —dije con enojo levantándome de la cama, él se sorprendió y me miro confundido.

—¿El qué? —preguntó retrocediendo disimuladamente al ver como yo me acercaba.

—Tratarme como si fuera tu hijo —respondí mirándolo, vi la sorpresa y el desconcierto en sus ojos al comprender lo que digo.

—Dean, ¿qué te pasa? —preguntó frunciendo el ceño y alejándose. Lo miré con amargura, por su mirada sé que sabe lo que me pasa, sin embargo se hace el desentendido.

—Sabes lo que me pasa —dije mirándolo fijamente, ya no hay vuelta atrás, el me miró y negó mirándome con suplica para que no lo dijera.

—Dean no... Por favor...

Baje la vista al suelo al escucharlo decir eso, mis ojos estaban llenos de lágrimas, sentí mi corazón romperse. Ni siquiera esperó a que dijera lo que siento.

—Dean... —no me moví ni hable cuando me llamó, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin control.

—V-Vete —susurré abrazándome a mí mismo, me sentía desnudo. Me aleje cuando su mano se posó sobre mi hombro. No quiero sus disculpas.

—Mírame —dijo con suavidad, negué varias veces, el levantó mi mentón, pude ver las dudas en su mirada, también podía ver cariño en ella. —No llores —susurró acariciando mis mejillas, eso hizo que las lágrimas salieran aún más.

Me quedé con los ojos muy abiertos cuando el plantó un pequeño beso sobre mis labios, no duro ni cinco segundos pero fue suficiente para que sintiera las mariposas salvajes en mi estómago.

Lo miré con asombro e ilusión, él lucía sorprendido, se relamió los labios y acarició mi labio inferior con su pulgar, luego se alejó muy apenado, arqueé las cejas al ver como caminaba hacia la puerta.

—Adiós... —dije lentamente mirándolo, él dio un respingo y se giró a verme, suspiró y sonrió levemente.

—Adiós Dean —respondió el parado en el marco de la puerta, le sonreí, él tragó duro mirándome de arriba abajo y luego salió rápidamente.

Me mordí el labio inferior y sonreí, escuché la puerta del apartamento cerrarse, lacé un chillido de emoción. Un beso, por ahora eso es suficiente para mí, aunque tenía la esperanza de que me tomara aquí mismo...

Dylan

Bostece y caminé hacia la mesa donde estaban los demás. Anoche me la pase hablando con Will por teléfono, lo vi hace una hora cuando pasó por el pasillo del salón de inglés, no he tenido oportunidad de hablarle aquí.

—¡Abigail! —chilló Shelly enojada y sonrojada cuando Abigail tomó la pajilla de su refresco y bebió. Sonreí mirándolas, el odio que Shelly le tiene parece eterno.

En cambio Abigail ha cambiado, ya no se enoja por lo que ella dice, ahora es más coqueta con ella.

—¿Por qué Shelly te odia tanto? —pregunté sentándome a su lado, ella me sonrió y Shelly me fulminó con la mirada. ¿Dije algo malo?

—Pues... Cherry cree que soy una zorra que se tira a cualquiera, y piensa que soy toda silicona —dijo Abi mirándome y con un tono lastimero, yo asentí sorprendido, Shelly bufó.

—Hay otra razón... —dijo esta vez Harry mirando a Shelly de reojo. Abi sonrió con malicia.

—Ah, como olvidarlo. El primer día de clases...

—ABIGAIL —la interrumpió Shelly asesinándola con la mirada, Abi sonrió aún más y me miró.

—La besé aquel día... —dijo ella muy tranquila, yo abrí mucho los ojos al igual que Dean, Shelly se sonrojó mucho y se levantó.

—Estás loca —dijo mirándola mal, todos en la cafetería la escucharon.

—Así me tienes tú, Cherry —respondió Abigail con una sonrisa tierna y sus mejillas enrojecidas, todos, incluyéndome, soltamos un "aww" se vió muy tierna diciendo eso, Shelly resopló y caminó hacia la puerta.

—¡¿Que rayos miran?! —les gritó a los que la miraban con curiosidad, ellos se asustaron, nos reímos. Shelly salió enojada.

Suspiré y bebí de mi soda, mientras todos hablaban yo miré de reojo hacia la puerta, Will había entrado a la cafetería, pero no iba solo...

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