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Familia

Dean

Agarré el frío pomo de la puerta con indecisión, Celine había salido hace unos segundos, quería seguirla pero tenía un muy mal presentimiento. Lo más conveniente sería ir con Robert y contarle sobre Mick, pero no quiero que se me escape esta oportunidad de descubrir más sobre la relación de Celine y su amante. Gruñí y abrí la puerta rápidamente. La seguiré antes de arrepentirme...

—¿A dónde vas? —di un respingo y temblando del susto me giré cuando Will me susurró eso al oído, lo fulminé con la mirada, él me estaba observando con una ceja arqueada.

—Voy a tomar un poco de aire fresco —mentí con inocencia, él me miró fijamente, sentí varias gotas de sudor bajar por mi espalda y mi cuello, en sus ojos verdes había un poco de burla, sentí todo mi rostro caliente, la fiebre no tardará en subirme y la mirada de este hombre solo me está poniendo peor.

—¿En serio? —preguntó haciéndose el sorprendido, apreté los labios y suspiré.

—Voy a seguir a Celine... —confesé con derrota, él no se sorprendió, lo miré mal. Seguro lo sabía desde que me vio.

—¿Por qué? —preguntó con intriga, miré alrededor con desconfianza, los demás seguían pasando al comedor, agarré a Will de un brazo y lo atraje hacia una esquina alejada para que no pudieran escucharnos, él me miró con más atención.

—Se encontrará con su amante, el padre de su bebé... —le susurré como si fuese el secreto más grande del mundo, él se sorprendió y pareció comprender algo.

—Entonces no es de Robert... —murmuró para sí mismo con curiosidad, me pasé una mano por la cara y resoplé.

—¿Creíste que era suyo? —pregunté con un poco de incomodidad, él negó varias veces dejándome sorprendido, creí que diría que sí.

—Tenía mis dudas... —dijo pensativo, me encogí de hombros y asentí comprendiendo. Hasta yo tenía mis dudas al principio...

¿Qué pensarán las personas que están a unos cuantos pasos de nosotros? Estoy seguro de que piensan que es de Robert, después de todo, los Brown siempre han actuado como la familia perfecta delante de los demás.

Me quedé helado cuando noté que Dylan nos estaba mirando fijamente desde la puerta de la sala, su mirada era oscura y molesta, lo cual delataba lo celoso que se sentía.

—... i-iré a ver qué h-hace Celine —dije nervioso ignorando la mirada de Dylan, cuando miré al frente vi que Will tenía toda su atención puesta en el castaño, él levantó ambas manos con inocencia y se alejó levemente de mí, suspiré.

—Iré contigo —me sorprendí cuando dijo eso sin dejar de mirar a Dylan, me sentí más tranquilo. Si voy con él estaré más seguro... Por ahora.

Sabiendo que Dylan me asesinaría luego, agarré a Will de la mano y caminé con rapidez hacia la puerta, miré hacia el castaño, él comenzó a caminar hacia nosotros con una expresión enfurruñada, le sonreí con toda la ternura posible y salí rápidamente de la casa sin soltar a Will. No quiero que Dylan esté cerca de su madre, y menos si ella se encontrará con su amante.

—Estamos perdiendo tiempo valioso... —me quejé mientras miraba alrededor buscando a Celine, la expresión de Will cambió completamente desde que salimos, él estaba muy serio.

—¿Estás seguro de esto? Si nos descubren podrían matarnos —dijo con cautela, tragué duro, él no parecía estar jugando...

—¿Acaso tienes miedo? —pregunté entrecerrando los ojos y tratando de calmar mi corazón acelerado por el miedo, él sonrió maliciosamente y comenzó a caminar, lo seguí.

—¿Miedo? ¿No serás tú el que tiene miedo? —preguntó burlón mirando hacia mí, resoplé y desvié la mirada al frente. Sí tenía mucho miedo...

—¿Y-Yo? P-Para n-na... —Will puso una mano en mi boca y me arrastró hacia un árbol, un sudor frío bajó por mi rostro y me entraron náuseas, ignoré mi malestar y seguí la mirada atenta de Will, abrí mucho los ojos. Celine estaba tras unos árboles hablando con un hombre, el cual no era un desconocido para mí...

El doctor Graham lucía exasperado mientras Celine discutía con él, inconscientemente aparté con suavidad la mano de Will y me acerqué más a él al sentirme muy asustado. Me causó escalofríos el solo recordar lo cerca que estaba aquel hombre de mí esta tarde.

—¿P-Por c-casualidad e-ese h-hombre s-se llama M-Mi...

—¿Mick? —me interrumpió Will en un susurro, asentí con temor de escuchar su respuesta, él suspiró y negó, me sorprendí. —Él no pero su hermano sí —añadió pensativo, asentí comprendiendo y sorprendido. Quizás el doctor también es cómplice de los planes malvados de Celine y su hermano.

—Deberíamos acercarnos más —sugerí mirando a Will, él frunció el ceño y negó.

—"Deberíamos" no, tú te quedarás aquí —me ordenó, resoplé y negué. Quería escuchar lo que estaban discutiendo aquellos dos. Hice un puchero al ver la amenazante expresión de Will.

—Ya no quiero hacer equipo contigo —me quejé fulminándolo con la mirada, él arqueó una ceja y sonrió, lo miré con desconfianza, sus ojos verdes parecían malévolos y fríos.

—Está bien, puedes venir, si te matan no será culpa mía... —dijo vagamente dejándome boquiabierto. ¿M-Matarme? No estará hablando en serio... ¿O si?

—Dylan nos vio salir juntos, si me matan te vas a joder —respondí cruzándome de brazos, sonreí triunfante al ver como entrecerró los ojos. Sabe que tengo razón.

Él será el primer sospechoso si me pasa algo, puedo utilizar eso en su contra.

—Con más razón te quedarás aquí —mi sonrisa se borró cuando dijo eso con una mirada burlona, inflé las mejillas y patalee, me quedé quieto cuando él me miró de una manera bastante extraña y fría, como si quisiera matarme, tragué duro y no me dejé intimidar.

—Venir aquí fue idea mía, no necesito tu permiso para acercarme a ellos —dije con la frente en alto, él arqueó las cejas y se quedó callado, me sentí indignado cuando me ignoró y miró hacia Celine, bufé y comencé a caminar hacia aquella mujer embarazada, sonreí con sorna cuando Will me agarró de un brazo, miré hacia él con una ceja arqueada.

—Mira lo que Celine tiene en sus manos —murmuró desafiándome con la mirada, fruncí el ceño y miré a Celine, se me heló la sangre al ver que agarraba una pistola dorada. —Pero bueno, tú quieres acercarte más, así que vamos —dijo Will con una sonrisa maliciosa, me relamí los labios y lo miré incrédulo cuando comenzó a acercarse sin soltarme, él caminó conmigo hacia un árbol, todo estaba tan oscuro que sería imposible que Celine nos viera.

—T-Tal vez d-deberíamos v-volver adentro y c-contarle a R-Robert... —sugerí nervioso, Will me miró y se rio por lo bajo mientras negaba.

—Ya no hay vuelta atrás, Dean, así que sígueme —dijo soltándome, pasé saliva con dificultad, él caminó sigilosamente hacia el árbol más cercano, respiré hondo cuando me llamó con señas. ¿En qué rayos me he metido?

Caminé hacia él teniendo cuidado de no pisar ninguna hoja, los dos caminamos hacia tres árboles más y nos escondidos detrás de unos arbustos que estaban cerca de Celine y del doctor. Asentí cuando Will puso un dedo delante de su boca indicándome que guarde silencio.

—Julien, ¿me ves cara de estúpida? Tienes dos segundos para decirme por qué estás aquí... —exigió saber Celine con molestia, por entre las hojas de los arbustos logré ver la expresión seria que tenía el doctor.

—Ya te dije, Mick me envió a ver qué tal estabas —respondió el rubio con el mismo tono de molestia, Celine se rió sarcásticamente y cargó la pistola haciéndome abrir mucho los ojos, el doctor sonrió y abrió los brazos. —¿Qué? ¿Me vas a disparar? ¡Hazlo! —dijo sin miedo alguno, Celine se mantuvo impasible mientras apuntaba al pecho del doctor, miré nervioso a mi lado, Will estaba observando lo que pasaba con mucho interés, no se veía ni sorprendido ni asustado. —No puedes hacerlo, te has ablandado Celine... —se burló el doctor riendo para sí mismo. ¿Acaso quiere morir?

—No digas estupideces —replicó Celine con frialdad, el doctor dejó de reír y con una expresión de satisfacción pasó sus dedos por las mejillas de la castaña.

—Esta tarde... antes de irme te vi llorar sola, ¿llorabas porque tu hijo no te quiere? ¿O porque no puedes evitar ser una perra con él? —preguntó el hombre con un tono exagerado de tristeza, Celine se había quedado en silencio, ella bajó un poco la cabeza quedando en una posición algo sumisa, no pude evitar sorprenderme. —Parece que di en el blanco... —dijo el rubio con algo de sadismo, el mal presentimiento que tenía se hizo más fuerte, temí lo peor. ¿Celine le dispararía? —Sabes... él se parece un poco a Mick, ¿qué tal si...? No, no, imposible... ¿o no? Quizás también es su hi...

Un puñetazo interrumpió al doctor, el cual se alejó sorprendido de la furiosa mujer, mis ojos estaban más que abiertos y mi mente se quedó en blanco ante las palabras del rubio. ¿Está insinuando que Dylan no es hijo de Robert? Negué, Dylan es idéntico a Robert cuando era adolescente.

Al escuchar una hoja romperse detrás de nosotros Will y yo nos dimos la vuelta, sentí mi corazón apretarse cuando vi a Dylan paralizado mientras miraba a su madre y al doctor discutir, al notar lo pálido que estaba supe que había escuchado lo que dijo el doctor, miré a Will, él estaba serio y miraba a Dylan con fijeza, me relamí los labios y miré nuevamente a mi mejor amigo sin saber qué hacer en esta incómoda situación, él estaba observando a Will ahora, por la luz de la luna vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Ve con él, yo seguiré aquí a ver qué pasa —le susurré a Will, él no dudó en caminar hacia Dylan, observé como el castaño lo abrazó en cuanto lo tuvo en frente, segundos después Will se separó de él y agarrándolo de la mano comenzaron a alejarse, miré al frente y solté un suspiro. Que noche tan horrible esta siendo esta, y apenas comienza.

Con mucha confusión traté de comprender lo que pasaba, apenas había dejado de observarlos unos segundos y ya el doctor se encontraba en el suelo agarrando desesperadamente su pierna derecha, me quedé boquiabierto al ver que sus manos estaban llenas de sangre, Celine estaba frente a él mirándolo como si fuese la escoria más grande del mundo, me fijé en que su pistola tenía un silenciador, con razón no escuché ningún disparo.

—Mi hijo no es como la basura que tienes por hermano. Arrástrate fuera de aquí ahora mismo si no quieres morir, y dile a Mick que se acabó, si intenta contactarse conmigo o con alguien de mi familia tú también sufrirás las consecuencias... —le advirtió fríamente al doctor, mis ojos no podían apartarse de ella, me sentía un poco fascinado y asustado por lo fría que se veía, le acaba de disparar a alguien y eso no parece afectarle en lo absoluto. Esta mujer es más peligrosa de lo que imaginé.

Sacudí la cabeza con violencia y miré al doctor, él estaba atónito mientras observaba a Celine, me tapé la boca para no emitir ningún sonido de sorpresa cuando vi a la castaña clavarle uno de sus tacones en el pecho, el hombre apartó rápidamente la pierna de Celine y sacó un celular de su bolsillo.

—V-Vengan rápido por m-mí, necesito i-ir a un h-hospital —dijo entre balbuceos y quejidos de dolor, Celine sonrió ganándose una mirada fulminante de parte del hombre herido. —Maldita bruja, esto no se quedará así, jamás podrás esca... —una patada en el rostro lo interrumpió, el doctor se quedó en silencio después de eso, miré atrás rápidamente al escuchar pasos, maldije al ver a varios hombres venir hacia acá, caminé sigilosamente hacia un árbol para que no me vieran.

Los hombres se acercaron al doctor, uno de ellos lo ayudó a levantarse, Celine apuntó con la pistola al pecho del rubio cuando uno de los hombres intentó acercarse a ella, todos la miraban con hostilidad pero ella ni siquiera se inmutaba, seguro está acostumbrada a que la miren así.

—¿C-Crees que R-Robert te p-perdonará? Será mejor que te vayas de esta casa hoy mismo, puede que mañana Robert te odie más de lo que ya lo hace... y créeme, él no será el único que lo haga —dijo el doctor con sadismo y seguridad, Celine frunció el ceño al igual que yo.

—Y según tú, ¿por qué será eso? —preguntó la castaña con escepticismo, el rubio se rió y le susurró algo al hombre a su lado, este asintió y ayudándolo a caminar comenzaron a alejarse de la fría mujer.

—Ya deberías saberlo... solo le has causado dolor a esa familia —dijo por último el doctor, los demás hombres lo rodearon y así mismo caminaron hacia la puerta eléctrica de la casa, Celine bajó el brazo y guardó su arma en su bolso rojo, ella se quedó pensativa por unos minutos, suspiré y miré hacia la casa, quizás mis padres y los demás ya hayan notado que no estamos.

Comencé a alejarme silenciosamente de mi escondite y miré alrededor mientras caminaba hacia la casa, espero que Dylan esté bien, es imposible que crea lo que dijo el doctor...

Miré por última vez hacia donde estaba Celine, me quedé en el aire al ver que ya no seguía allí.

—Dean, ¿has visto a Dylan? —casi tropiezo por la sorpresa que me causó escuchar de repente la voz de Dominik, él me sostuvo de la cintura cuando estaba por caer, lo miré, se veía un poco preocupado.

—Está con Will —le susurré con temor de que alguien nos escuchara, él arqueó las cejas y negó con una expresión de amargura mientras me soltaba.

—Tienen que estar locos... —murmuró para sí mismo, me mordí el labio inferior con nerviosismo. No sé si contarle sobre todo lo que ha pasado. —Dudo que sean tan imprudentes y estúpidos... ¿qué sucedió, Dean? —su pregunta me hizo encogerme de hombros. ¿Por qué no me extraña que descubriera que pasó algo?

Le conté todo lo que sabía hasta ahora sobre Celine y Mick, él no se sorprendió mucho, probablemente ya sabía algo.

—... entonces, él insinuó que Dylan no es hijo de Robert... y Dylan escuchó eso... —cuando dije eso su mirada se enfrió tanto o quizás más que la de Celine, sentí miedo por un segundo, con nervios seguí contándole.

—Ya veo... —se limitó a decir eso cuando terminé, su mirada fue a un punto detrás de mí, me di la vuelta y al ver a Dylan caminar hacia acá corrí hacia él y sin pensarlo lo envolví en mis brazos.

—Sabes que ese hombre solo dijo eso para provocar a Celine, tú s-sabes q-que n-no e-es c-cierto...

—Dean, cálmate... lo sé —me alejé un poco y lo miré con preocupación y duda, él se veía muy tranquilo para sorpresa mía, no noté a Will hasta que pasó a nuestro lado sin siquiera mirarnos, Dylan lo siguió con la mirada, dejé de preocuparme cuando vi sus mejillas enrojecer.

—Deberíamos entrar —miré hacia atrás con los pelos de punta, Dominik estaba observándonos, su mirada se veía muy siniestra y lúgubre.

Dylan y yo asentimos y caminamos hacia la puerta, cuando iba subiendo los escalones de la entrada tuve que agarrarme del brazo de Dylan para no caer, mi cabeza dio vueltas por unos segundos.

—¿Estás bien? —asentí cuando el castaño me preguntó eso, le sonreí un poco con dificultad, él me miró con incredulidad y me ayudó a subir los demás escalones.

La verdad es que me sentía terrible y estaba ardiendo en fiebre, me alejé de Dylan para que no notara esto último, di un respingo cuando mi mirada se encontró con los ojos grises de Dominik, su mirada me decía que sabía exactamente como me sentía. Quizás deba hablar con él, después de todo será doctor y dudo mucho que el doctor Graham venga mañana...

—Adelántate, me parece que Dean necesita descansar un momento —me sorprendió que Dominik le dijera eso a Dylan en cuanto entramos en la casa, comencé a negar pero supe que no me quedaba de otra cuando los dos me miraron con el ceño fruncido.

—Te guardaré un lugar a mi lado —dijo Dylan suavemente, asentí, él me sonrió y caminó hacia el comedor principal, de donde provenían muchas risas y voces.

—Ven —Dominik comenzó a caminar hacia un pasillo, lo seguí mientras miraba mis manos con distracción, levanté la vista cuando él abrió la puerta de su habitación para mí, entré bajo su atenta mirada. —Siéntate en la cama y quítate la camisa —me ordenó cerrando la puerta, con un poco de temor por la seriedad en su rostro, comencé a desabrocharme la camisa, al ver mi cara su expresión se suavizó, no dije nada cuando se acercó y negando apartó mis torpes manos y comenzó a quitarme él mismo los botones, me sonrojé por eso, tragué duro cuando él se quedó mirándome el pecho, cuando posó dos de sus dedos en mi cuello sentí un escalofrío. —Estás como un horno, no es bueno callarse estas cosas, Dean —me regañó, hice un puchero. No quería preocupar a nadie...

Él extendió una mano y tomó un frasco de pastillas de encima de su mesita de noche.

—Iré a traerte algo líquido para que te to...

—Pásame esa botella de agua —lo corté al ver una botella de agua a medio beber sobre su escritorio, él se encogió de hombros y me la pasó con las dos pastillas, me las tomé y me quedé mirando a Dominik a los ojos, me aclaré la garganta. —¿Cuáles son los síntomas de un envenenamiento? —pregunté sin titubeos, él se sorprendió un poco, su expresión se tornó más seria al ver que lo preguntaba en serio...

Dylan

Agradecí que Dean estuviera con Dominik para que no presenciara esta desagradable cena, no llevo ni dos minutos aquí y ya quiero suicidarme. Mi madre aprovechaba cada oportunidad que tenía para darle besos en la mejilla a mi padre y para tomarlo de la mano, le clavé el tenedor a mi carne y miré fijamente la bandeja con langostas frente a mí, me controlé para no lanzársela a mi madre.

—Vas a romper el plato... —solté el tenedor por impulso cuando escuché el susurro de Will, lo miré con nervios. ¿Por qué tuvo que sentarse a mi lado? Entiendo que esté preocupado por mí pero él ya debe saber lo malo que soy en ocultar mis emociones cuando estoy a su lado.

Su mirada cariñosa y suave hizo que me tranquilizara, le sonreí un poco y seguí comiendo mientras él comenzaba a hablar con mi abuela.

Miré a mi padre, él se veía tranquilo aunque lo más probable es que quiera asesinar a mi madre por aprovecharse de la situación, rodé los ojos, tenía ganas de que todos dejáramos de fingir... Aunque sé que eso solo traería caos, todos terminaríamos lanzándonos los platos a la cabeza.

Recordé las palabras del estúpido doctor, él insinuó que soy hijo de un tal Mick. Sentí un nudo en el estómago. Jamás debí seguir a Dean y a Will, sé que el doctor estaba mintiendo, apostaría mi vida a eso. Aunque fue chocante para mí escuchar que me parezco al amante de mi madre, quizás ella me odia por eso... O tal vez es por otra cosa...

Sacudí la cabeza tratando de que mi mente no se llene de confusiones. No puedo dudar, ni debo decirle sobre eso a mi padre, estoy seguro de que lo lastimaría. Suspiré pesadamente, todo estaba bien hasta que llegó esa mujer a poner todo de cabezas...

La miré, ella estaba sonriéndole dulcemente a mi padre, sus ojos tenían un brillo inocente, o esa mujer es mejor actriz de lo que creí, o sigue enamorada de mi padre...

Me reí de mis absurdos pensamientos. Ella no lo ama, si lo hiciera entonces no estuviera a punto de tener un bebé de otro hombre. 

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando Dean y Dominik entraron en la sala, le hice señas a Dean para que viniera a mi lado, él me sonrió tiernamente, mi mirada fue a mi padre, él estaba observando a Dean con tanto afecto que hasta me sentí un poco celoso, sonreí y negué.

Dean habló con Dominik y luego caminó hacia mí, cuando se sentó a mi lado miré a mi madre y mi sonrisa se borró, su expresión cálida de hace un rato se había enfriado, en sus ojos brillaba ahora el resentimiento y la molestia, tragué duro.

Miré nuevamente a Dean, él estaba sirviéndose un poco de pasta blanca, su expresión era como la de un niño emocionado totalmente ajeno a la mujer que lo observaba con ganas de matarlo, me relamí los labios y miré a los demás, me sentí incómodo al ver que Will estaba hablando con la rubia sentada a su lado. ¿Por qué habla tanto con esa mujer? Dejé de mirarlo cuando sentí un codazo de parte de Dean, él me estaba mirando con advertencia, asentí enfurruñado y miré a todos, menos a Will.

Mi abuela estaba hablando con mi primo, mientras que Edward hablaba con sus amigos y con mi padre, el cual no se veía nada feliz ahora, ladee la cabeza al ver a Dominik, él estaba mirando pensativo hacia su plato y asentía a lo que le decía una mujer castaña, todos se callaron y miraron a mi madre cuando tocó una copa con un tenedor, arqueé una ceja al ver su enorme y dulce sonrisa cuando se levantó y posó sus manos en su barriga.

—Robert y yo queremos darles una importante noticia... —comenzó diciendo con emoción, mi padre se veía confundido dejando ver que no tenía ni idea de lo que hablaba la mujer a su lado, miré a Dean, él observaba secamente a mi madre. —Ya sabemos el sexo de nuestro bebé, ¡será una niña! —exclamó con felicidad, Dean, Dominik, mi abuela, mi padre y yo ni siquiera nos inmutamos, en cambio los demás comenzaron a aplaudir.

Negué con pesar y miré a mi lado, Will estaba observándome, miré rápidamente hacia otro lado mientras sentía los fuertes y rápidos latidos de mi corazón.

—No me mires así —le susurré antes de llevarme mi vaso con refresco a la boca, lo escuché reír un poco, sonrojado enfoqué mi atención en mi plato.

—Descarada... —todo quedó sumido en un incómodo silencio cuando mi abuela dijo eso, la miré y tuve que taparme la boca para no reírme, mi abuela estaba comiendo su lasaña con una expresión inocente. Parece que sabe lo que está sucediendo en esta familia...

Mi primo Roth se aclaró la garganta y comenzó a hablar nerviosamente con los amigos de Will, los cuales le siguieron la corriente tratando de aligerar la tensión en el ambiente.

—Vieja metiche... —giré la cabeza hacia mi madre sin poder creer lo que escuché, ella se veía muy enojada, mi padre tenía las cejas arqueadas, fruncí el ceño.

—No le hables así —le dije fríamente a mi madre, ella me asesinó con la mirada, mi abuela se rió y me guiñó un ojo, mi madre se sentó y con una expresión de tristeza exagerada se acercó a mi padre, noté como Dean agarró con fuerza su cuchillo cuando mi madre comenzó acercar su rostro al de mi padre, tomé un panecillo dulce y me lo llevé a la boca para que no se escuchara mi risa cuando mi padre giró el rostro justo cuando mi madre estaba por besarlo.

—Es duro cuando ni tu esposo te quiere besar —le dijo burlonamente mi abuela a mi primo, él cual estaba negando, en su mirada había súplica, sonreí. Una vez que mi abuela comienza no hay quien la detenga...

Mi madre la miró con desprecio y vergüenza, sentí la mano de Will en una de mis piernas, bajé mis manos y agarré la suya con disimulo.

—¡Celebremos! —uno de los amigos de mi padre rompió el incómodo silencio mientras abría una champaña.

Dean mantuvo una pequeña sonrisa durante el resto de la incómoda velada, mi madre no dejaba de fulminar a mi abuela con la mirada, en cambio esta última parecía estar divirtiéndose mientras hablaba con Dominik y mi primo.

Varias horas después todos pasamos a la sala de estar, me sentía satisfecho con lo que había sucedido en la cena, me acerqué a mi abuela con curiosidad.

—No preguntes nada —dijo en cuanto llegué hasta ella, hice un puchero, ella me sonrió y levantó una mano para que chocara los cinco, eso hice. Mientras hablábamos me fijé en que Will salió de la sala.

—¿Roth y usted se quedarán esta noche? —pregunté, ella negó con calma, hice una mueca y asentí, aprovechando que Dean se acercó y comenzó a hablar con ella, decidí salir a ver qué hacía Will.

Mientras caminaba hacia la puerta miré alrededor y no pasé por alto que la rubia ya no estaba, me apresuré en salir, caminé alrededor por varios minutos sin encontrar a ninguno de los dos.

Cuando estaba por regresar a la sala escuché la voz de la mujer, caminé hacia el lugar de donde provenía el sonido, me detuve en la entrada de un pasillo y miré con frialdad a la mujer que estaba parada frente a la puerta del baño donde alcancé a ver a Will, inflé las mejillas cuando vi que la mujer se pasó las manos por los senos y comenzó a bajarse el vestido en pleno pasillo.

—Déjame entrar... —ronroneó como la gata en celo que es, apreté los dientes, corrí lejos de allí después de ver a Will salir del baño con cara de estar amargado.

Me recosté de una pared tratando de recuperar el aliento, varios segundos después Will se detuvo a pocos pasos de mí y me miró con una ceja arqueada.

—¿Estabas corriendo? —preguntó con diversión, me reí nervioso y asentí, mi corazón comenzó a acelerarse a medida que él fue acercándose a mí.

—D-Deberías m-mantener la distancia, c-cualquiera puede vernos aquí —le advertí, él sonrió de lado y asintió a la vez que se detenía, me relamí los labios al ver los suyos, miré alrededor y maldije mientras comenzaba a acercarme a él, justo cuando estaba por lanzarme a sus brazos sentí la mirada de alguien en nosotros, con los nervios a flor de piel miré significativamente a Will, él pareció comprenderlo ya que asintió levemente.

—Ya va siendo hora de que Edward y yo nos retiremos, esta ha sido una buena noche, nos vemos mañana señor Brown —se despidió profesionalmente, asentí cuando estrechamos nuestras manos.

—Buenas noches señor Collins —le dije del mismo modo, reprimí una sonrisa al ver su pícara mirada.

—Iré a despedirme de tus padres —dijo soltándome, asentí y lo observé darse la vuelta para irse, no me sorprendió que mi madre apareciera por uno de los pasillos, ella se acercó a Will con su falsa sonrisa, ignorándolos caminé de regreso a la sala mientras ellos hablaban, me extrañó sentir que alguien más me observaba.

Antes de entrar en la sala miré hacia las escaleras y me asusté al ver que todas las luces del segundo piso estaban apagadas, miré el enorme reloj en la pared, eran casi las doce de la noche, recordé la horrible película de terror que vimos Will y yo esta tarde e imaginé a la niña del pozo esperándome en mi cama, negué. Sabía que era una mala idea ver eso.

Casi todos los invitados comenzaron a irse, me despedí de cada uno de ellos, asegurándome de mirar mal a los amigos de Will que había visto en su casa en la playa, ni siquiera me molesté en despedir a la rubia.

—Ya es muy tarde, deberían quedarse esta noche —le dijo mi padre a mi abuela y a mi primo, asentí de acuerdo con él, mi abuela luciendo indecisa asintió aunque puso mala cara cuando mi madre regresó con Will, sonreí. En este mundo no hay alguien que haga enojar más a mi mamá que mi abuela, esa señora le dice las cosas sin pelos en la lengua y sin miedo alguno.

—Solo porque me lo piden mis bebés —se me calentaron el rostro y las orejas cuando mi abuela me agarró los cachetes y me sonrió. —Sigues siendo tan penoso como siempre —murmuró agarrándome de un brazo, le sonreí nervioso, se me secó la boca al notar que mi madre estaba matándola con la mirada. —Llévame a mi habitación, Dyl...

—Ven a despedirte de los padres de Dean —mi madre la interrumpió y dejándonos a todos sorprendidos me agarró de la mano y comenzó a caminar con fuertes pasos hacia la sala, miré su rostro, el cual estaba rojo. Si no conociera a esta mujer diría que está celosa...

—Sé caminar, así que puedes soltarme —dije con incomodidad, ella me ignoró por completo y me agarró aún más fuerte, cuando entramos en la sala vimos como los padres de Dean lo abrazaban, al vernos se separaron y nos sonrieron.

—Dylan, gracias por cuidar de nuestro hijo todo este tiempo —me agradeció su padre, me fijé en que Dean estaba como un tomate, sonreí y asentí.

—Dean es como un hermano para mí —dije con honestidad, sus padres asintieron, mi sonrisa se convirtió en una mueca al caer en la cuenta de que Dean es también como mi padrastro o algo así, lo miré mientras mi madre hablaba con sus padres, negué y respiré hondo. Dean es mi hermano y mi mejor amigo, será mejor no pensar en otras cosas.

—... Por supuesto, puede quedarse el tiempo que quiera, además no quiero que Dylan se quede solo...  —me abstuve de arquear las cejas al escuchar a mi madre, ella tenía una cálida sonrisa, miré a Dean, él la estaba mirando fijamente.

Si mal no recuerdo ella quería que Dean se fuera porque supuestamente me volví gay gracias a él.

Dean y yo no dijimos nada al respecto, simplemente nos despedimos de sus padres y nos mantuvimos alerta, en cuanto ellos salieron de la casa mi madre nos miró con desdén y me soltó la mano con un poco de brusquedad, la observamos ir hacia uno de los estantes y tomar una botella de whisky, Dean y yo nos miramos con las cejas arqueadas, mi madre pareció darse cuenta de lo que estaba por hacer y con una maldición soltó la botella y tras mirarnos una última vez salió de la sala.

—¿Algún día la entenderemos? —preguntó Dean llevándose una mano a la barbilla, me encogí de hombros.

—No lo sé —respondí negando, me tensé cuando mi primo Roth entró y me miró con una sonrisita, traté de poner mi expresión en blanco. —Dime Roth, ¿qué descubriste esta noche? —le pregunté con burla, él se acercó a mí y me miró con una expresión tan relajada y divertida que me hizo fruncir el ceño. Me quedé confundido cuando me abrazó y me acarició el cabello.

—Nada importante —respondió con un tono misterioso, como si ocultara algo, me alejé un poco y entrecerré los ojos, él no me miró, en cambio le sonrió a Dean, me rasqué la nuca cuando se inclinó y acercó sus labios a mi oído. —Aunque Dyl, cuando sigas a tu novio asegúrate de que nadie te sigue a ti —me susurró haciéndome retroceder y mirarlo sorprendido, él me sonrió con tranquilidad. Creí que quien nos observaba era mi madre... —Guardaré el secreto —murmuró guiñándome un ojo, me quedé callado y lo observé dirigirse a la puerta.

—Que familia tan extraña tienes —dijo Dean llegando a mi lado, asentí totalmente de acuerdo con él.

—Tenemos que decirle a papá sobre Mick y el doctor —recordé agarrando a Dean de la mano y caminando hacia la puerta, él asintió.

Cuando íbamos caminando hacia la oficina de mi padre escuchamos pequeños sollozos provenir de la cocina, Dean apagó la luz del pasillo en donde estábamos, me miró y caminando de puntillas comenzó a acercarse a la entrada iluminada de la cocina, imité sus pasos, los dos nos bajamos y miramos lo que pasaba adentro, mi madre estaba llorando, frente a ella estaba mi padre mirándola sin expresión alguna.

—¿En qué rayos te metiste? —le preguntó él con dureza, ella se limpió las lágrimas y lo miró con temor.

—Mick Graham... él... ¡me está amenazando! ¡Dice que le hará daño a los chicos si no le doy lo que quiere! —exclamó ella desgarradoramente, se puso pálida al ver como mi padre la miraba con más dureza, él se cruzó de brazos.

—¿Y qué es lo que quiere? —preguntó arqueando una ceja.

—D-Dinero... —murmuró mi madre, supe que mentía al ver como miró sus manos, mi padre resopló.

—La bebé que esperas, ¿es suya? —preguntó sin emoción, mi madre bajó la cabeza con vergüenza y se mantuvo callada. —Tomaré eso como un sí, ¿sabes lo que creo? Creo que esto es solo parte de tu plan con él para sacarme todo lo que puedas, ¿creíste que si venías llorando a contarme esto te haría un cheque y seríamos todos felices?

Me sorprendí ante la frialdad con la que mi padre le habló, mi madre lo miró con dolor y sin decir nada se levantó del banquillo en el que había estado sentada.

—Creí que si te lo contaba me ayudarías a salir de esto, pero parece que me equivoqué, me iré mañana a primera hora, al menos hazme el favor de proteger a mis hijos —dijo ella mirándolo a los ojos, sentí mi corazón doler por un momento. Ella se veía genuinamente destrozada, lo cual me hizo sentir mal y confundido...

Miré a Dean, podía ver en su expresión que estaba teniendo una lucha interna consigo mismo, en sus ojos había preocupación pero también duda.

—¿A dónde te irás? —mi padre la agarró del brazo deteniéndola, ella se encogió de hombros.

—Lejos de aquí, tal vez así Mick vaya tras mí y no de los chicos —dijo ella con seriedad, mi padre soltó un pesado suspiro y negó.

—Vamos a mi oficina, me dirás todo lo que sabes o no te irás —dijo él caminando hacia acá, se veía muy fastidiado, Dean y yo nos asustamos y cuando intentamos alejarnos nos tropezamos, terminando yo arriba de él, cuando mi padre prendió la luz y nos descubrió los dos nos levantamos del piso con nervios, mi madre nos miró por unos segundos y luego desvió la mirada al piso. —Ya es hora de que se vayan a dormir —mi padre sonrió un poco, Dean lo miró nervioso y sonrojado mientras asentía, mi madre se adelantó y caminó hacia la oficina, supe que yo también debía irme cuando noté que mi padre y Dean se miraban como si quisieran comerse el uno al otro.

—Yo... ya me voy —me despedí, hice un puchero al no recibir ninguna respuesta, caminé hacia las escaleras, me detuve antes de subir el primer escalón, comencé a sudar frío al ver que todo seguía oscuro, me di la vuelta dispuesto a ir a dormir con Dominik, corrí hacia la habitación de mi hermano mayor, al mirar hacia atrás logré ver a mi padre y a Dean abrazándose, suspiré y sin tocar la puerta entré en la habitación de Dominik.

Él estaba acostado en su cama mirando al techo, cuando entré me miró con curiosidad, sin decir nada me quité los zapatos y el pantalón, luego bostecé y me tiré a su lado.

—Adivinaré, ¿viste una película de terror? —preguntó con burla, gruñí y lo abracé.

—Dominik... creo que mamá mandó a que te siguieran para protegerte... —dije pensativo, él extendió una mano y prendió su pequeña lámpara, pude ver que me estaba mirando con sorpresa.

—¿A qué viene eso? —preguntó, le conté sobre lo que vimos Dean y yo, él se sorprendió, luego tomó una almohada y escondió su rostro en ella. —Voy a terminar loco... —murmuró con pesar, hice un puchero, cuando apartó la almohada pude ver su rostro, él me miró y me sonrió un poco, no dije nada cuando me abrazó y cerró los ojos, me quedé mirándolo por unos minutos hasta que abrió los ojos y se quedó mirando al techo.

—¿No puedes dormir? —le pregunté con intriga, él se quedó callado.

—Cuando fuiste a la casa de Cameron, ¿su padre estaba ahí? —eso me tomó por sorpresa, él tenía el ceño fruncido, negué. Nunca he visto al padre del rubio.

—¿Por qué? —pregunté confundido, él negó y apagó la lámpara.

—Por nada, ya duérmete —dijo cubriéndome con las sábanas, suspiré y cerré los ojos.

—¿Vas a salir mañana con el Camarón? 

—Si... —asentí, no pasé por alto la duda en su voz, me relamí los labios y mantuve para mí mismo lo que estaba pensando. Creo que podría llegar a ser peligroso que ellos salieran mañana después de lo que sucedió hoy.

—Ten cuidado —susurré con temor de que le sucediera algo a él o a Cameron. Dominik me abrazó en silencio. Tengo que pensar de manera positiva...

Apreté con fuerza los ojos y me mordí el labio inferior para no llorar, agradecí en silencio que Dominik me estuviera abrazando, abrí los ojos y lo miré. Sin poder evitarlo varias lágrimas bajaron por mis mejillas...

Cameron

Controlé mis náuseas cuando sentí el aliento alcoholizado de mi padre justo a mi lado, sentía que todo estaba dando vueltas a mi alrededor, sabía que estaba por perder la consciencia después de todos los golpes que recibí de su parte.

—N-No tienes d-dinero para a-alimentar a t-tu familia p-pero si p-para comprar b-bebidas, me d-das asco —dije con dificultad mientras lo miraba asqueado, él me empujó haciéndome caer al piso, lo miré desde allí.

No me defendí en ningún momento, aunque para mí hubiera sido fácil hacerlo ya que físicamente no somos muy diferentes, él era un poco más alto, solo eso. Pero sabía que devolverle los golpes sería empeorar las cosas, esta era la cuarta vez que me golpeaba, quería que él entrara en razón y se arrepintiera de lo que me ha hecho.

—¡Vete a tu habitación y no me fastidies! —exclamó tirándose en el sofá y sacando un cigarrillo de su bolsillo, tragándome la rabia que sentía me levanté del piso y caminando con lentitud me dirigí a mi habitación.

Miré atrás antes de entrar, mi padre estaba mirando fijamente hacia el piso, respiré hondo e hice una mueca, hasta respirar me dolía.

Entré en mi habitación y cerré la puerta con seguro para dormir aunque sea con la seguridad de que ese hombre no entrará en mitad de la noche queriendo matarme, miré alrededor, detuve mi mirada en la cama y sentí mis ojos aguarse al recordar lo bien que me sentí cuando Dylan estaba aquí, quería sentirme así otra vez.

Tiré mi mochila a un lado y me quité la camisa, me paré frente al espejo y observé los moretones que se estaban formando en mi cuerpo. Mi padre siempre buscaba cualquier excusa para golpearme, esta vez me hizo enojar más que nunca, estuve a punto de golpearlo. Desde que entré en la casa él se encargó de hacerme un interrogatorio sobre Dominik, tuve que mentir en muchas cosas y me abstuve de mencionar de quien es hijo Dominik, si mi padre se entera de que conozco a los hijos del primer ministro se encargará de utilizarme para intentar sacarles provecho, y yo jamás haría eso. Cuando me negué a seguir contestando sus preguntas, él comenzó a golpearme.

Solté un suspiro y tras apagar la luz me dirigí a mi cama, me quité los zapatos y me acosté de lado, respiré con dificultad. No voy a poder dormir...

Cerré los ojos y pensé en la mirada de Dominik para relajarme, cuando mi corazón se aceleró y mis mejillas se calentaron me arrepentí de haber pensado en mi novio. A pesar del dolor no pude evitar sonreír un poco, abracé mi almohada y traté de dormir...

. . .

Mis ojos dolían mientras miraba al techo, ya de por sí no podía dormir por el dolor, me sentí peor cuando comencé a escuchar gemidos provenir de la habitación de al lado, me cubrí los oídos con dos almohadas pero fue en vano, las paredes de esta casa son muy delgadas. Me levanté de la cama, tomé un abrigo de mi closet y el poco dinero que tenía ahorrado. Tengo que salir de aquí ahora mismo.

Tomé mi celular y caminando con sigilo salí de mi habitación, miré hacia la de mis padres y apreté las manos en puños, a ese desgraciado le da igual estar con otra mujer en la misma cama en la que duerme mi madre.

Salí de la casa y miré la hora que era, eran casi las dos de la mañana, caminaré hasta el motel más cercano y pasaré la noche allí, tomé mi celular y le envié un mensaje a mi madre para que no enloqueciera si no me encuentra mañana en la casa.

¿En línea a estas horas? ¿Con quién estás hablando?  —se me detuvo el corazón por un segundo cuando ese mensaje de Dominik apareció en la pantalla, miré alrededor tratando de calmar mis nervios, me encontraba solo en la fría calle, miré la pantalla otra vez y abrí el chat.

¿Celoso? Solo hablo contigo, no puedo dormir :( —respondí mientras caminaba.

Ya somos dos, ¿estás en tu casa? —me sorprendí por la rapidez con la que contestó, me rasqué la nuca y pensé con detenimiento mi respuesta. No quería mentirle, pero tampoco quería que se enterara de lo que sucede en mi casa, me sentiría avergonzado.

Si —escribí rápidamente sintiéndome culpable, miré hacia atrás al escuchar los pasos de alguien, mis ojos se abrieron con temor al ver la sombra de una persona detrás de un poste de luz.

Casi se me cae el celular cuando este comenzó a vibrar repetidas veces, tragué duro, Dominik estaba llamándome.

Decidí contestarle a la vez que aceleraba el paso, necesito llegar a un lugar donde hayan personas. Me llevé el celular al oído.

—No me mientas, sé que saliste de tu casa, ¿para dónde vas? —paré en seco al escuchar su seria voz, fruncí el ceño y gruñí.

¡¿Me estás espiando?!  —pregunté indignado, Dominik soltó un suspiro, me di la vuelta, probablemente la persona que me sigue es uno de sus espías... O no.

Eché a correr en dirección contraria en cuanto pude ver a la persona que se escondía tras el poste, este tenía la apariencia de un vagabundo, dudo que Dominik lo enviara.

¿Estás corriendo? —preguntó Dominik con curiosidad, me mordí la lengua para no chillar del dolor que tenía.

—¡Hay un vagabundo persiguiéndome! —exclamé asustado, miré atrás e hice una mueca de terror, el extraño hombre venía corriendo mientras arrastraba una bolsa negra, gruñí cuando escuché a Dominik reírse.

Sigue corriendo camaroncito, probablemente sea un violador —dijo con burla, negué con fastidio y seguí corriendo.

¿Acaso no te importaría que me viole? Eres un mal novio —me quejé con enojo y un poco de tristeza, él se quedó callado. No me molestaría que mostrara aunque sea un poco de preocupación por mí, pero esto parece divertirle.

Cierto... —murmuró, entrecerré los ojos. Definitivamente estoy con un idiota.

Miré atrás con sorpresa al escuchar un golpe seco, me quedé sin habla al ver que un hombre vestido de negro había golpeado al vagabundo, comencé a sudar cuando el hombre de negro me miró y comenzó a correr hacia mí.

No puedo dejar que mi novio sea violado por otro, nos vemos en un rato —Dominik me colgó después de decir esas palabras con un tono malicioso, bajé el celular lentamente justo cuando el hombre que venía corriendo se detuvo frente a mí.

Ni siquiera pude entender bien lo que me dijo, aunque es obvio que Dominik lo envió, el dolor estaba nublándome la mente, me limité a asentir, un auto negro se detuvo frente a nosotros, el hombre, al ver que no me sentía bien me abrió la puerta del copiloto y me ayudó a subir, me sentí entre decepcionado y aliviado al ver que Dominik no era quien conducía.

—¿A dónde me llevan? —pregunté al sentir el auto ponerse en movimiento, el rubio que conducía me miró de reojo.

—Dominik nos pidió que te lleváramos a su apartamento en la ciudad —arqueé las cejas al escucharlo, no dije nada.

Me mantuve mirando por la ventana, logré ver la gran diferencia que había cuando salimos de la zona de casas pequeñas y entramos en uno de los sectores más adinerados de la ciudad, donde había lujosos edificios y casas que parecían mansiones.

Abrí la puerta cuando el auto se detuvo frente a un edificio de apartamentos, uno de los hombres caminó hacia la entrada y me miró, lo seguí, ambos entramos al edificio, cuando estuvimos en el elevador el hombre puso una clave en el teclado del ascensor mientras que yo me miré en uno de los espejos, me asusté, mis ojos estaban hinchados y tenía unas pequeñas ojeras.

El elevador se detuvo en el último piso, salí y miré asombrado lo lujoso y limpio que era todo, miré atrás al no escuchar al hombre salir.

—Yo solo tenía que traerte aquí —dijo con una amable sonrisa, asentí con un poco de vergüenza, él se despidió, miré adelante y comencé a recorrer el espacioso apartamento, me sorprendió no encontrar a Dominik.

Aprovechando que no está aquí caminé hacia el baño y me eché agua fría en la cara, eso no me quitó el sueño pero logré mejorar un poco la apariencia de mi rostro, me sequé la cara, al salir del baño caminé con inseguridad hacia una de las habitaciones, al entrar no me molesté en ver mi alrededor, caminé hasta la cama y me senté mientras me quitaba los zapatos, esperaré a Dominik aquí.

Dos minutos después me encontraba acostado con los ojos cerrados y el rostro pegado a una almohada, la cama era suave y olía muy bien, pero sobre todo, no había ningún sonido que me incomodara.

Logré escuchar la puerta de la habitación abrirse pero mis ojos querían seguir cerrados, me encontraba muy cómodo aquí...

Sentí la mano de alguien pasar suavemente por mi rostro, al sentir unos extraños espasmos de placer supe que era Dominik quien me tocaba, me tensé al sentirlo levantarme un poco el abrigo, recordé que tenía el cuerpo lleno de moretones, mis ojos se abrieron de golpe y me alejé rápidamente, mi estómago se encogió y mis mejillas ardieron al ver a Dominik parado al lado de la cama mirándome fijamente.

—Déjame verte —negué rápidamente cuando me pidió eso, su mirada se volvió un poco oscura, me abracé a mí mismo. No lo dejaría ver mi cuerpo...

Me quedé paralizado cuando Dominik se desabrochó el pantalón, mi respiración se volvió irregular al ver su peligrosa mirada. Tal vez no fue bueno venir aquí...

—Tenías razón, soy un mal novio...

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