Esa noche
Dylan
Mi mejor amigo Dean y yo nos encontrábamos jugando "Verdad o Reto" para matar el tiempo. Honestamente no me gusta jugar este juego con él, la última vez que lo jugamos tuvimos que pasar una noche en la cárcel, al parecer no está permitido ir tirándole tierra en los ojos y mojando con pistolas de agua a todos en la calle...
Bueno, pero como no tenemos otra cosa más interesante que hacer estamos jugando, ahora es el turno de Dean.
-¿Verdad o reto, Dylan? -preguntó con una sonrisa malvada.
-Reto -dije un poco dudoso y asustado por lo que me pueda retar a hacer este desquiciado, pero no creo que sea peor que las verdades que me ha sacado.
Él parecía estar pensándolo seriamente, dirigió su mirada hacia mí, tenía un extraño brillo en sus ojos que me inquietó bastante.
-Te reto a que vayamos a un bar gay y coquetees con un chico -respondió él con una sonrisa maliciosa.
-¿A un bar gay? No lo sé... sabes que no me gustan mucho esas cosas -dije un poco incómodo haciendo que su sonrisa creciera.
-Ese es el punto. Tú decides, si quieres rendirte y perder puedes hacerlo ahora -dijo él con una gran sonrisa, entrecerré los ojos, él ya tenía esto planeado.
Já, si cree que voy a rendirme por algo así está muy equivocado, además ya he hecho cosas peores. Le sonreí y moví la cabeza con negación.
-¿Rendirme yo? ¿Dean, con quién crees que estás hablando? ¡Acepto el reto! Prepárate que vamos para un bar gay.
Él simplemente soltó una carcajada y se levantó del piso que es donde estamos jugando.
-Ok, me iré a bañar. ¡Ponte preciosa, nena! -me dijo con un tono burlón mientras yo también me levantaba, me dió una fuerte palmada en el culo y salió corriendo hacia su habitación... Idiota.
Dean y yo vivimos juntos ya que nuestros padres los cuales son muy amigos se la pasan viajando por lo que no pueden vivir en un lugar fijo, así que nos compraron un apartamento para que vivamos juntos, nosotros nos mudamos hace un mes. Las clases comienzan en dos días.
Sin más me dirigí a mi habitación que está al lado de la de Dean. Mi habitación es algo grande, las paredes son azul marino, mi cama está a un costado, mi escritorio y mis puffs, hay dos grandes ventanales y ya, nada especial. Caminé hacia el baño, me di una ducha de unos diez minutos y luego salí de ahí, de mi armario saqué lo que voy a ponerme.
Elegí un pantalón negro que me quedaba algo ajustado, unas botas negras y una camiseta blanca. Me puse todo y me dirigí al espejo a ver que tal. Me miré, tengo el cabello castaño oscuro y los ojos azul claro, mi cuerpo no es tan atlético que digamos... Bueno, no es nada atlético. Tengo una estatura normal, ni alto ni bajo, mis labios son carnosos, no tengo cuadritos, gracias a que juego fútbol mis piernas son esbeltas y mi trasero... no está mal. Apesar de que mi cuerpo no es tan "masculino" que digamos; a las chicas les gusta. Peiné un poco mi cabello, tomé mi celular y salí a buscar a Dean.
Él ya se encontraba en la sala de estar. Él es más alto que yo, tiene el cabello negro y los ojos de igual color, y tiene músculos. Es muy deseado entre las chicas, es bisexual, no me molesta para nada que sea así, más bien me da igual.
En cuanto entré a la sala él me miró de pies a cabeza y me dio una señal de aprobación, cogió las llaves del apartamento, tomamos nuestras identificaciones y ambos salimos a las frías calles de Londres. Pedimos un taxi y nos fuimos al bar que conoce Dean.
. . .
Cuando entramos Dean se acercó a la barra y comenzó a hablar con el barman, en cambio yo solo veía todo a mi alrededor, este parece un bar normal, la única diferencia es que hay chicos restregando sus cuerpos sobre otros chicos, algunos me miran pero los estoy ignorando a todos. Si se llegase a saber que estoy en un bar gay las mujeres ya no vendrán a mí.
Dean notó de inmediato que estoy ignorando a todos los chicos y hombres de aquí así que se acercó a mí con una ceja arqueada.
-Recuerda que debes coquetear con uno, es parte del reto.
Me sonrió y me dió una cerveza, la tomé bufando y vi como él se iba bailando con un tipo, lancé un suspiro y bebí de mi cerveza, bueno... Tendré que coquetear con alguien aquí, miré a todos a mi alrededor.
Pero ninguno llama mi atención, los hombres no son lo mío.
Hasta que lo vi...
En una esquina estaba el hombre más sexy y guapo que he visto en mi vida. ¿Sexy? ¿Guapo? ¿Tendrá alguna droga esta cerveza o qué? Creo que estar en un bar gay está afectado mi cerebro.
Sacudí la cabeza, noté que ese hombre también estaba mirándome así que sin pensarlo mucho para no arrepentirme, comencé a caminar hacia él.
No está nada mal el hombre, luce como de unos 24 años, está sentado pero se nota que es alto. Pensé al ver sus largas piernas, tiene el cabello negro y ojos de un verde oscuro que dejarían en estado idiota a cualquiera, a pesar de su ropa noté que tiene buen cuerpo, él vestía con clase.
-Hola... eres muy guapo... -dije sensualmente, él sonrió y se acercó más a mí, me sonrojé por su mirada tan fija y cautivadora.
-Definitivamente no tanto como tú...
Dios, que voz tiene este hombre, debería ser ilegal. Sonreí traviesamente.
-También eres muy sexy, por cierto -luego de decir eso me mordí el labio inferior.
No puedo creer que le he dicho algo así a un hombre, sin duda este ambiente gay me está afectando. Me bebí toda la cerveza de un trago, él sonrió al verme hacer eso, me pasó otra cerveza que tenía y comenzó a beber lentamente de la suya, se le corrió un poco por los labios, estoy seguro de que fue a propósito, me dieron ganas de lamer ese chorrito de cerveza...
-Mmm... aunque te ves muy joven.
Sentí mi sangre helarse al escucharlo decir eso, le sonreí de lado fingiendo estar relajado aunque estaba temblando de los nervios a pesar de que ya soy mayor de edad.
-Me tomaré eso como un halago -dije mirándolo a los ojos. -¿Quieres bailar? -pregunté rápidamente, mi voz sonó un poco ansiosa.
Si me descubren puedo tener muchos problemas. Él hombre sexy me miró en silencio, me mordí el labio inferior con sensualidad, él miró hacia mi boca y luego me tomó del brazo.
Yo sonreí aliviado dejándome guiar por él hacia la pista de baile, me bebí la cerveza en dos tragos y con una seña le pedí otra a uno de los que trabajaban allí, necesito relajarme...
Veinte minutos después perdí la cuenta de cuántas cervezas me he bebido, estoy muy mareado y veo todo borroso, siento el cuerpo del hombre junto a mí, los dos estamos muy pegados, restregandonos el uno con el otro, él comenzó a besar mi cuello y a tocarme mientras yo cerraba los ojos y me dejaba tocar, sentí todo mi cuerpo caliente, abrí los ojos al sentirlo morder levemente mi cuello, él metió una de sus manos por debajo de mi camiseta y comenzó a frotar mis pezones ahora endurecidos, yo gemí suavemente en su oído, él paró de repente lo que me hizo soltar un pequeño gruñido.
-Vamos a mi casa, no creo que quieras continuar aquí -dijo mordiendo levemente mi oreja.
Yo cegado por el placer asentí sin comprender bien que había dicho, sólo quería que siguiera tocándome. Sentí que me llevó agarrado del brazo fuera del bar...
. . .
No recuerdo como rayos llegué aquí pero me encontraba en la cama del hombre, él se está quitando la ropa frente a mí.
-¿Co-Cómo... te llamas? -le pregunté arrastrando las palabras. Estoy demasiado borracho.
-Will, ¿y tú?
-Dylan.
Will se quitó toda la ropa y yo me quedé con la boca abierta, que cuerpazo tiene este hombre, tiene un torso muy marcado y una cosa muy grande ahí abajo, me sonrojé violentamente al ver eso. Él sonrió al ver cómo yo veía su miembro con asombro, se acercó a mí y comenzó a quitarme la ropa, cuando estuve solo en boxers fue que la realidad me golpeó, estoy a punto de tener sexo con un hombre y peor aún, es un desconocido.
Miré algo aterrorizado a mi alrededor, la cabeza me da vueltas.
-¿Me... me trajiste aquí para follaa... folllar... ah...
Caí de espaldas en la cama, no podía ni sentarme de lo mareado que estaba. Me quedé mirando al techo, mis ojos se llenaron de lágrimas, estoy en casa de un desconocido y él me va a dar duro por el trasero.
-Dylan, no voy a hacerte daño, voy a hacerte sentir mucho placer -dijo Will al notar la duda y el miedo en mi rostro.
-¿N-No me lastimarás? -le pregunté mirándolo con desconfianza, él sonrió de una manera extraña y asintió.
-Te va a gustar -susurró de tal forma que me relajé y asentí.
La voz de este hombre me dejó hipnotizado, él comenzó a bajar mis boxers.
¡A la mierda mi heterosexualidad, voy a tener sexo con este Dios griego! Eso fue lo único que pensé en este momento.
La mirada en sus ojos me prometía silenciosamente que esta noche me daría la follada de mi vida.
Will comenzó a masajear mi miembro lentamente mientras sonreía de lado...
. . .
Al abrir los ojos lo primero que noté es que no me encontraba en mi habitación. ¿Dónde estoy? Me pregunté. Sonreí. Seguro anoche tuve sexo con una linda chica.
Miré a mi lado para ver a la afortunada, vi que me encontraba solo en la cama. Seguro me está preparando el desayuno, solté una risita tonta y miré a mi alrededor.
Una chica con dinero. Pensé al ver la habitación, dos de las paredes tenían un elegante papel tapiz crema con rosas negras, las otras dos eran azul marino como las de mi habitación, vi que el suelo estaba cubierto con una gran alfombra blanca, lo demás era todo muy moderno, no parecía la habitación de una adolescente...
Miré con una ceja arqueada los pantalones de hombre y la camisa que había en el suelo, eso no es mío. ¿Acaso me monté un trío? Que salvaje soy.
Me paré de la cama, fruncí el ceño al sentir un dolor en mis caderas y en mi trasero. ¿Me habré caído anoche?
Dirigí mi mirada hacia la puerta al escuchar como se abría, seguro mi cara de terror fue épica al ver a un hombre desnudo entrando por la puerta y sonreírme con perversión.
¡¿Qué diablos hice anoche?!
Tragué saliva y temblando entreabrí un poco las piernas y vi lo que me temía.
De mi trasero estaba saliendo semen...
Sin duda el desconocido que está frente a mí me folló anoche.
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