Para ti, siempre será un sí.

—Sí— lo dijo como un susurró, casi una promesa, mirando a aquel rey del infierno por un lado, pero por otro estaba viendo a su madre, su madre que estaba recogiendo las manzanas que él mismo había cultivado, los humanos estaría bien.  Su madre había estado en ese mundo tanto tiempo antes de que él naciera, antes que sus amigos estuvieran ayudando.

Estaría bien si se iba, solo por un momento, tal vez para siempre, por todo el tiempo que durara con el príncipe del inframundo, Magnus... era como el bailar en sus labios cada vez que mencionaba esa palabra, pero su piel se estremecía cuando ese mismo demonio le enseño sus ojos, los verdaderos, unos ojos gatunos.

—Si no es ahora, nunca... no habrá otro momento para hacerlo, mi Alexander...—eso, esa pronunciación correcta de su nombre lo hizo sonreír, se hinco y toco el suelo tres veces, las piedras se abrieron, todo el suelo tembló, pero Alec estaba más firme que nunca.

—¡MARYSEEEEEEEEEE! MADRE...— fue un grito que se quedo en el aire, pues Alec fue jalado por el mismo diablo si así le querían decir, pero para Alec era una salvación, eso pensaba él.

Maryse comenzó a buscarlo, pero al ver la arena negra solaente una persona le pudo arrebatar a su hijo de sa manera.

Magnus Bane, El diablo sería después para los catolicos, Hades para el mundo romano, Plouton para los latinos, pero a los ojos de Maryse, conocida como Demeter solo era el dios de la muerte, que le había arrebatado a su niño con ojos de mar.

Es una pequeña introducción, saben que siempre parto del final o mediados de la historia para el inicio, espero funcione.
NUEVA HISTORIAAAAAAAAAAAAAAAAA.