2006/10/15 - El mensaje
Querido diario:
Escribo en la página siguiente porque esto es importante. Acabo de volver de la casa de Yolei, y no te vas a creer lo que ha pasado.
Tenemos pistas sobre TK.
Empezaré por el principio. Esta tarde fui a casa de Yolei para que me explicara una cosa de Geografía que no entendía y que ella dio hace dos años. Se lo hubiera pedido a TK, pero no estaba. A Kari no me atrevía a pedírselo, y estoy segura de que Davis no se acordará.
Llegué a su casa, la madre me indicó que pasara y fui a su habitación. Allí se encontraban ella y Ken hablando.
―Hola, ¿se puede? ―pregunté antes de entrar.
―Pasa ―me dijo.
Entré y me senté en el borde de la cama, al lado de Ken. Yolei me explicó lo que no entendía y después de eso estuvimos casi una hora y media hablando. Entonces a Yolei le sonó el móvil.
―¿Diga? ―contestó― Ah, hola, Izzy.
Izzy le dijo algo al otro lado.
―¿Qué? ―Yolei se sorprendió de algo que le dijo el pelirrojo―. Entiendo, sí. Ken y Ari están conmigo. Vale, vale, enseguida estamos ahí. Hasta ahora. ―Y colgó.
Ken y yo nos quedamos esperando a que Yolei nos dijera qué pasaba.
―Era Izzy. Dice que vayamos a su casa, que tiene algo muy importante que decirnos respecto a TK. Ari, ¿vas a venir? ―¿Respecto a TK? ¿Qué le había dicho Izzy respecto a TK? ¿Que había escuchado voces o qué?
―¡Sí! Aunque esté relacionado con los digimon, yo iré de todas maneras.
―De acuerdo ―concluyó Ken―. Vamos.
Salimos de casa de Yolei, fuimos a buscar a Cody, que vivía al lado, y nos dirigimos a casa de Izzy. Allí ya estaban Tai, Kari, Matt, Sora y Davis.
―¿Qué pasa, Izzy? ―preguntó Cody.
Entonces Izzy fue interrumpido por tres personas que entraron por la puerta: Joe, Mimi y Michael.
―Pero ¿qué hacen aquí? ―preguntó Tai.
―Te recuerdo que volví de Estados Unidos la semana pasada ―contestó Joe cruzándose de brazos.
―¿Era la semana pasada? ―dudó Tai.
―Y Michael y yo aprovechamos para visitarles ―añadió Mimi sonriendo.
―¡Mimi! ―Sora le abrazó―. Qué sorpresa.
―Pues vienen en el mejor momento ―dijo Davis.
―Acabo de recibir un mensaje con información sobre el paradero de TK ―añadió Izzy.
Cerraron la puerta y todos nos acercamos a Izzy, que tenía su ordenador portátil con aquel misterioso mensaje. Nos fijamos en la pantalla y leímos lo que ponía:
"Niños elegidos:
El elegido de la Esperanza está vivo. En peligro, pero vivo. No puedo dar más detalles por ahora, pero les espero en el Mundo Digital, en la Ciudad del Comienzo a las cinco de la tarde en dos días. Traigan sus dispositivos digitales y prepárense. Una nueva batalla se aproxima.
E.D."
Miré a los demás preocupada y todos tenían una expresión parecida a la mía. ¿Y si el mensaje era una trampa? Ni siquiera ponía quién lo envió, solo esas extrañas iniciales: "E.D".
―Izzy, ¿qué son esas iniciales? ―preguntó Matt.
―No tengo ni idea ―contestó―. No pone nada más.
―¿Será Gennai? ―preguntó Joe.
―Si fuera Gennai lo pondría. ―Con estas palabras, Cody descartó esa posibilidad.
―Cierto.
―¿Creen que nos podemos fiar? ―Ken dudaba.
―Yo creo que es una trampa ―opinó Cody.
―Yo estoy con Cody ―dijo Joe.
―Yo creo que no perdemos nada con intentarlo ―pensó Mimi.
―Y yo digo que lo intentemos. ―Matt también dio su opinión―. A lo mejor ese o esa tal "E.D" sabe dónde está mi hermano.
―Tienes toda la razón ―le apoyó Davis.
Yo, sinceramente, no sabía qué era lo mejor. Teníamos que salvar a TK, y a lo mejor "E.D" sabía de su paradero, pero también podía ser una trampa que los pusiera a todos en peligro.
―Puedo decirles a los chicos que nos encontremos en la Ciudad del Comienzo para que nos protejan, por si es una trampa ―dijo Izzy al cabo de un rato, supuse que refiriéndose a sus compañeros digimon.
―Yo creo que deberíamos ir ―dijo Tai con firmeza―. Tenemos que salvar a TK, y con los digimon a nuestro lado no hay peligro. Y aunque lo hubiera, estamos hablando del mismísimo TK. Tenemos que hacerlo. ¿Quién está conmigo? ―añadió, y puso una mano en medio del círculo que habíamos hecho, al lado del portátil.
Matt fue el primero en poner su mano, seguido de Kari, que no había articulado palabra alguna. Luego posó su mano Sora. Después Mimi y Joe, seguidos de Michael. Después la pusieron Yolei y Ken, junto con Cody y Davis. Por último, Izzy, que no la había puesto antes porque estaba apagando su ordenador. Yo no pensé que me tuvieran en cuenta, pero todos me miraron sonriendo. Sabían mi opinión, y solo estaban esperando a que la demostrara, así que puse mi mano en el montón.
―¿Por el equipo? ―preguntó Tai animado.
―¡Por el equipo! ―gritaron todos al unísono.
¡En dos días vamos a viajar al Digimundo para salvar a nuestro amigo! ¡Vamos a por TK, diario! Te lo contaré todo cuando volvamos. Me da un poco de miedo porque vamos a estar en peligro. O, ¿quién sabe? Tal vez no.
Estoy emocionada. No sabes cuántas veces soñé con ir a ese mundo y conocer a los digimon. Aunque, por otro lado, me encantaría poder ir con TK a salvo y no teniendo que ir a salvarlo.
Pero ¿sabes qué? Me lo tomaré como una aventura, como las aventuras que vivieron TK, Matt y el resto cuando éramos pequeños. Será mi propia historia Digimon.
Sombra&Luz
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