Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ella no es de piedra

Mientras escuchaba al taxista, Gustavo se preguntaba por enésima vez porque no había querido escuchar a Danae cuando le sugirió que compraran un auto.

"Porque fuiste un tonto y dijiste que no tenían tiempo para caprichos"

Y eso había sido justo después de que Dana renunciara a todo por él, así que en ese momento pensó que lo hacía para recriminarle, pero, al ver en la situación en la que estaba ahora, comprendía las palabras de su esposa.

Por andar distraído en Danae, para variar, no se fijó que ya habían pasado la casa donde vivía su hermana con su familia, fue hasta una cuadra después que tuvo que bajarse y regresar caminado, al estar a medio camino fue que los vio.

—Ale ¿Qué pasó? —Ella se veía estresada mientras abrazada a su hijo, quien sólo tenía su pijama y un ligero suéter...igual que ella— ¿Los corrió así? ¿Sin un maldito abrigo? —Gustavo se quitó el suyo para al menos proteger a su sobrino.

—No —Alejandra suspiró, visible cansada— Para un taxi y te cuento de regreso a tu casa.

Cómo Gustavo ya sabía por iban las cosas, no quiso hacerle caso a su hermana mayor.

—Alejandra, si es la por la razón que creo —bajo un poco la voz, su sobrino los veía, aunque se estuviera quedando dormido— No podemos ir a mi casa, quizá a la casa de los viejos... —Ella se enfureció.

—¿Crees que no lo se? Pero no compares a Danae, que desde que la conoces ha estado medicada, con mi esposo.

—¡Es lo mismo! —trato de controlar su voz, pero le salió una octava más alto de lo que quería— ¿Crees que Dana no tiene "crisis" solo porque está medicada? ¡Piensa en tu hijo por Dios!

Alejandra lo miro con lastima.

—Y tú deberías pensar en tu esposa.

Dicho eso, ella paro un taxi.

—¿A donde vas? —Gustavo la detuvo ¿Por qué se tenía que juntar con personas tan intensas? Bueno con Alejandra no había remedio, era su hermana.

—Pues a casa de los viejos, no vaya a ser que tú esposa "nos haga algo"...idiota —murmuró lo último para después subirse al taxi con su hijo quien estaba dormitando, él subió rápido o su hermana era capaz de dejarlo ahí.

Fue un viaje más o menos largo, considerando que Alejandra vivía por la Condesa y tenían que llegar hasta Xochimilco.

—Fue un robo —Murmuró Gustavo al estar frente a la casa de sus padres después de pagarle al taxista.

—Tú quisiste venir aquí, ahora te aguantas —Cuando entra, Alejandra no puede evitar sorprenderse— Esta todo muy limpio ¿Lo has hecho tu?

Él negó mientras encendía las luces de la sala.

—Dana se ha encargado de todo.

—¿Ella te lo dijo?

—Sabes que nunca dice nada sobre cosas así, simplemente lo hace, para cuando tú y yo habíamos recuperado el ánimo, Danae ya tenia todo organizado —Gustavo dio un suspiro y se sentó descuidadamente en el sillón cubierto de plástico— ¿Ya me contarás qué pasó? Matías ya está dormido y dudo que despierte ¿Fue otra crisis?

Alejandra no quiso mirar a su hermano, pero asintió, él se paró muy enojado.

—Esto no puede seguir así y lo sabes, Samuel no está tomando la medicación, cada día está más irritable y lo peor es que Matías lo ve ¿qué clase de ejemplo está recibiendo mi sobrino? ¿Realmente los echó? —Ahora Gustavo no creía nada, más bien no sabía que creer, porque su hermana decía tantas mentiras para proteger a su esposo que ahora dudaba de todo lo que le dijera.

Fue tan penetrante la mirada de Gustavo que Alejandra no aguantó la presión y comenzó a llorar.

—¡Fue horrible! Ya lo había notado raro, estaba esquivo y ya sabes, gracias a Dana, aprendí a identificar patrones. Toda la semana estuve preguntándole, pero trataba de aparentar normalidad y hoy...

Cómo Alejandra estaba tratando de ahogar el llanto para no despertar a su hijo, a Gustavo se le hizo difícil entenderle, pero al menos pudo captar la esencia de lo que pasaba: su cuñado había tenido una crisis tan grave que su hermana había preferido salir a la calle sin abrigo que quedarse un segundo más ahí.

—¿Te pegó?

—No, pero estaba fuera de control, lloraba, maldecía, aventaba cosas...me aterré.

Gustavo pensó un momento en Danae y suspiró.

—Está claro que no puedes regresar, pero pienso que el departamento no es opción.

—¿Sigues con eso? Gus, yo se que mi experiencia con Samu no es la mejor, pero Dana nunca ha hecho nada tan drástico —Al ver que su hermano desvió la mirada, preguntó— ¿O hay algo que no me estás contando?

Gustavo solo suspiró.

—Dana es...impredecible, un día esta feliz, otro día no quiere salir de la cama y cuando se enoja tengo que alejarla de la cocina porque me da miedo que se haga daño, nunca se como va a reaccionar.

—Tienes que entender dos cosas: La primera es que Danae no es de piedra y que siente como nosotros, no puedes prohibirle que se exprese, vivió casi toda su vida reprimida —Él la interrumpió.

—¡Con justa razón! Imagina que hubiera llegado a ponerse como Samuel y le hace daño a alguien, cuando está ansiosa no se mide —Alejandra le da un golpe.

—Ni siquiera me has dejado terminar y baja la voz que Mati esta dormido —Alejandra lo hizo sentarse a la fuerza— Cuando la conociste a estaba viviendo un momento muy intenso, con esas pastillas para bajar de peso —Él quiere interrumpirla de nuevo, pero con la mirada le dice que calle—, pero después de comenzar su terapia de forma continua y sus medicamentos, te consta que mejoró.

—Aún así se ponía mal cuando no tenía tiempo para ella y...

—¡Pues claro! —Alejandra estaba tan desesperaba que no le importó subir su voz— Cualquiera reaccionaría así, la diferencia como los médicos de Dana y la propia Danae te han dicho es que si para una persona eso es molesto, para Dana es insoportable, porque cree que te irás en cualquier momento ¿Acaso aun después de tanto tiempo todavía te cuesta trabajo entender? A veces siento que no te mereces a Dana, eres demasiado egoísta para ella.

Alejandra ya no quería seguir discutiendo con su hermano, así que se fue a dormir con su hijo en lo que era antes su habitación.

Por el contrario, Gustavo se quedó sentado en el sillón, pensando en todo lo que le había dicho su hermana; por una parte tenía razón, Dana, pese a su enfermedad, se había ajustado a su vida, a sus horarios, a sus malos humores y a sus constantes desaires. Si era sincero, todo había funcionado gracias a ella...a que jamás se dio por vencida, aunque le doliera al grado de no poder más, jamás retrocedió...porque así como podía sentir rencor, enojo o tristeza, Gustavo reconocía que Danae podía amar a tal grado que siempre estaría ahi para él.

¿Realmente se merecía una esposa así? ¿Era capaz de corresponderle de la misma manera?

No lo sabia y eso le aterraba...le aterraba no poder hacer a Danae feliz.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro