Familia al fin reunida

Mi padre lleva rato conduciendo, mamá está emocionada porque al fin estará con nosotros mi prima, ella siempre quiso que mi tía le dejará a su hija, pero ellos se aferraban a la idea que su hija debe estar donde ellos estén y punto.
Dice que los tíos son unos irresponsables e inmaduros, estaban buenos para pedirle dinero, pero no para cumplir el rol de ser padres alegando que eran muy jóvenes, nunca quisieron dejar a mi prima con nosotros, había casos donde olvidaban a mi prima con cualquier persona ajena a la familia, tal es el caso que por más de cien años estuvo en un castillo con un horrible tipo.
Mis padres como siempre no nos dicen que hacía ella ahí, nos ocultan cosas alegando que no debemos saber, que estamos muy jóvenes para estar inmersos en esos temas, sabemos como son ellos, pero también conocen a sus hijos, somos curiosos desde nacimiento y gracias a nuestro poder es que encontramos la verdad.
Tomás puede ver el pasado y futuro de la persona que toque, huela o piense; nunca falla en su predicción.
Treice tiene el poder de borrar la memoria y convertir las cosas en hielo, este es un raro poder en vampiros por lo que nuestros padres le prohibieron usarlo.
Yo tengo el poder de leer mentes y manipular cualquier tipo de metal.
―Ya estamos por llegar a la casa del alfa―anuncia mi papá.
¡Por fin!
Me remuevo del asiento más que emocionada.
―No te alegres tanto hermanita, no sabemos cuánto tiempo se quedará con nosotros―comenta Treice.
―No te preocupes hijo esa parte la tenemos cubierta―le dice mamá.
Le dedico a mi hermano mi mejor sonrisa sarcástica.
―¿Alguna otra duda hermanito?.
Treice sólo atina en mostrarme el dedo del medio.
―Cuanta madurez Tei―habla Tomás.
Él siempre se muestra serio y distante delante de todos, pero nosotros sabemos que no es así, ¿el motivo? es su poder, prefiere estar lejos y tener la mente tranquila así no verá cosas indeseadas o privadas de los demás.
―Una vez que entremos trata de controlarte hermanita―menciona Tomás con una sonrisa.
―No prometo nada―respondo negando con la cabeza.
Una vez finalizada la conversación, observó las casas de la manada, todos están dejando sus labores por observar el carro donde vamos, así como nosotros sentimos la presencia de los licántropos así ellos huelen y sienten la nuestra.
―Chicos no se alteren o podría malinterpretarse―comenta mi mamá.
―Madre cómo no hacerlo si estamos siendo observados como intrusos―alega Tomás.
―Hagan caso a lo que dice su madre, mantengan la calma querían estar integrados en cosas ahora sigan lo que les pedimos―nos regaña papá.
Suelto un suspiro y me acomodó en el asiento, lo mismo hacen mis hermanos sólo que sin dejar de lado su nerviosismo.
―Tranquilo Tei, te comportas peor que los adolescentes hormonales cuando ven a la persona que les gusta.
Mi hermano deja de mover su pie y voltea a ver a mi hermano.
―Sé supone Tomi que eres un adolescente hormonal, compórtate como tal―comenta serio y lo señala.
En defensa nuestro hermano mayor le enseña su lengua y que decir del menor, si en verdad las chicas de la escuela vieran esta faceta de ellos perderían su popularidad.
―Tienen más de 200 años ¿no pueden madurar?―los regaña risueña mi madre.
―Mamá eso no era necesario decir―alega Treice.
―Lo que si es necesario decir es que ya llegamos, bajen con mucho cuidado.
Hacemos caso a lo que nos dice mi padre y nos quedamos cerca de nuestros padres, estamos viendo a la mansión y puedo seguir sintiendo la mirada de algunos licántropos, por sus pensamientos sé que no nos ven como enemigos, pero si tienen duda dé que hacemos aquí.
La construcción es como un castillo antiguo con pocas ventanas y sin color alguno en los ladrillos, algunas partes tienen moho, la enorme puerta de cristal se encuentra abierta, frente a está puerta hay un tipo balcón con escaleras abrazando los costados y del lado derecho vemos bajar a una pareja, que al llegar frente a nosotros se presentan.
―Soy la hermana del alfa Alex Roch y él―señala al chico humano―es mi mate, síganme los está esperando Aide.
Al mencionar el nombre de mi prima me emociono.
―Prepárate hermanito que seremos olvidados por nuestra hermana en un momento―susurra Tomás.
―Y yo que di mis mejores años en cuidarla―finge enojo.
―No te preocupes hermano te unirás a nuestra noche de chicas―le comento simple.
La cara de mi hermano se descompone.
―No gracias, prefiero el olvido.
Me alzó de hombros restando importancia y seguimos a la pareja que están caminando con cierta elegancia las escaleras.
"Aceleramos el paso": caminamos sin necesidad de utilizar nuestra velocidad vampírica, hasta alcanzar a los adultos que se han detenido en el marco de la puerta, observo emocionada el interior y mi mirada da con la de Aide, sin pensar corro en su dirección y me abalanzó a mi pobre prima, la abrazo fuerte.
"También te extrañé prima"
Con este pensamiento mandado por mi prima me hace prometer que ella no volverá a estar sola.
―Buenos tardes, somos familia de Aide, les presento a mi hijo Tomás el mayor, la chica que taclea es mi segunda hija de nombre Traicy, el último de mis hijos Treice y mi esposa, somos los tíos de Aide.
"Te dije que te controlaras Isi".
"Y yo que vería Tomi".
Me separo de mi prima y las dos nos ponemos de pie rápidamente, permanezco a su lado sin soltar su mano.
―Vamos sobrina, despídete que el camino es bastante largo―comenta mi mamá.
Aide solo asiente y se despide con un fuerte abrazo de los presentes, pero al llegar a la chica con olor a humano hace que su abrazo sea más duradero.
"Tal parece que no será problema el estar con humanos".
Menciona mi padre.
Al ser líder de nuestro clan puede comunicarse con todos nosotros telepáticamente.
Una vez realizadas las despedidas nos dirigimos a la salida, vuelvo a estar junto a Aide y así caminamos hasta montarnos al auto de papá, mientras mis padres están hablando con otra mujer y una señora vieja.
―Te dije hermano, fuimos reemplazados.
―Y yo que están cordialmente invitados a la noche de chicas, ¿verdad Aide?―volteó a ver a mi prima.
―Si, como no conozco a más personas tendrán que estar conviviendo con nosotras.
―No, me niego, el problema de estar con Traicy es que no sabe pintar las uñas bien―menciona Tomás.
―Sin problema Tomi―menciona risueña Aide―yo te pinto las uñas y tú me arreglas el cabello como cuando éramos niños.
Con ese comentario Treice y yo nos volteamos a ver, es difícil imaginar a nuestro hermano arreglando el cabello. Y de sólo imaginar nos hizo reír hasta llorar.
―Aide prometiste jamás mencionar eso, ahora que imagen tendrán de mí estos dos―nos señala.
―Una donde a ese niño de 4 años lo obligaba a jugar conmigo o le rompía su juguete favorito―se alza de hombros―fácil.
―Vaya, manipulado por una niña de 6 años―comenta burlesco Treice.
―No lo vería así, más bien una niña que descubrió su poder a temprana edad―menciona Aide.
La cara de mi hermano se desfigura.
―¿Qué poder tienes?―pregunta rápidamente.
―Puedo manipular a cualquier ser con sólo tocarlo o mirarlo, puedo crear hielo y fuego, puedo ver el futuro de las personas así como su hermano.
Mi hermano está como yo tan conmocionado por lo que nos hemos enterado.
―Pensé que al ser híbrida tú sólo tendrías un poder―comenta saliendo de su estupor.
―No, al contrario por eso somos más peligrosos los híbridos, poseemos más poderes y fuerza, todo esto se desarrolla desde niños, así como yo, descubrí mis poderes cuando apenas era una niña de 4 años...
―Si eres tan fuerte ¿por qué te dejaste manipular por tus padres y sobre todo por qué no escapaste del castillo?―pregunta serio Treice.
―Vaya―nuestra una sonrisa sínica―eres tan predecible primito, pero te diré, gracias al jodido collar que llevo―nos muestra un dije muy oxidado y doblado, parece ser un amuleto―es que no puedo utilizar ninguno, una jodida bruja me lo puso después de que mis padres me vendieran y antes de eso mis progenitores vendian mi poder a todo el que lo quisiera y en ese castillo fue igual, querían algo y yo debía cumplir como una esclava hasta que se cansaron de mí y me llevaron a una casa donde habitaban otros seres.
―Ahora entiendo por qué dentro de poco debes de regresar―señaló a donde están mis padres y la mujer―dice que buscarán como ayudarte y así recuperes tu poder.
―Ellos anoche prometieron algo, pero hace un tiempo sé la solución.
Los tres la miramos esperando que nos diga.
―Sólo bebiendo la sangre de mi destino en luna creciente.
―Entonces lo marcaras―asegura Tomás.
Mi prima niega con la cabeza lentamente.
―No, es beber de él hasta la última gota, sino lo llevo a cabo no recuperaré todos mis poderes.
―Pero así estás sellando la muerte de ambos―menciona Tomás.
―Es eso o vivir como lo estoy haciendo.
―Pero ¿estando así puedes tener las habilidades de un vampiro? ―pregunto tímida.
―Si de eso no hay duda,sólo recuerden que al ser híbrida no necesito alimentarme seguido como ustedes normalmente lo hacen.
―¿Cuánto tiempo tardas?―pregunto Treice.
―Puedo tardar hasta un mes sin alimentarme de sangre, sólo con la comida humana me basta.
―Esa parte es la que más odio de ustedes los híbridos―comenta Tomás.
―Si, ustedes pueden disfrutar de los sabores de las comidas, mientras nosotros no podemos saborear nada de ello―comento.
Nadie vuelve a hablar y vemos que ya vienen mis padres.
―Bueno familia es hora de irnos―comenta mi papá una vez que entra al carro.
Esperamos a que mamá entre y nosotros nos acomodamos mejor, será un camino largo y debemos buscar la mejor comodidad posible.
Papá arranca el carro y notamos que hay varios guardias que se van transformando en lobos, al ver eso inmediatamente mis hermanos nos ponemos alerta.
―Relájense hijos nos van a escoltar a la salida para precaución de la manada, así no piensan mal de nosotros―comento mi mamá.
Nosotros sólo movemos la cabeza afirmando.
Estamos por llegar a casa y en todo el camino Aide ha dormido, nada en verdad la ha despertado y eso que hemos pasado por varias curvas y demás partes está cubierta por grava, nada la ha despertado.
―Mamá―la llama Treice―¿sabían lo mal que estaba ella en todo este tiempo?
―Si y por eso no dudamos en hacernos cargo de los culpables―comenta con asco mi papá.
―¿Cómo?―pregunté temiendo la respuesta.
Mi mamá sólo nos mira y sonríe débilmente.
―Hicimos lo que teníamos que hacer, ya no habrá quien la dañe otra vez y eso es seguro.
La forma que papá menciono eso dio miedo, no es normal ver a papá enojado y hablar tan duramente.
―Y se los agradezco tío, si no lo hacían ustedes yo lo haría.
―¿No estabas dormida?―pregunto mi mamá temerosa.
―Tengo poco de haber despertado tía―comenta con simpleza Aide.
Nadie menciona algo más, estamos por llegar a casa y el silencio es de lo más normal, pensé que al soltar eso mis padres Aide iba a estar mal, pero tal parece que a nosotros nos afectó más la noticia que a ella.
"No te preocupes prima ellos lo merecían".
Volteó a verla y asiento levemente.
"Aun así no es justo todo lo que pasaste".
Se encoge de hombros.
"No, pero tenía que ser así, creo fielmente el que todo pasa por algo y bueno espero que vengan cosas mejores".
"Admiro tu fortaleza prima".
Me da una sonrisa y regresa a mirar por la ventana.

¿Fortaleza?
Aquí todo lo transformé en odio y venganza, mis tíos han acabado con mis padres, ahora me toca acabar con aquel malnacido, por su culpa es que perdí tanto tiempo haciendo lo que ellos querían.
Recordar el dolor provocado por ellos es mi motivación, cada vez que terminaba de hacer su encargo era como si quemaran la piel mientras te rompen los huesos, así me sentía cada vez que me ponían ese collar, perdía el conocimiento y a ellos nunca les importó mi bienestar.
Aquella bruja les advirtió que era malo el que me retirarán y pusieran el collar, ya que podían ocasionar una reacción peligrosa, pero nadie la escucho sólo yo, esos imbéciles rompieron el equilibrio del collar.
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