Una bella jovencita pelinegra se encontraba tomándose su vientre mientras salía de una pequeña habitación.

Ya no resisto más, ya no, dijo la pelinegra mientras sentía su vista nublarle, cayendo repentinamente al piso.

Para fortuna de ella, el joven cabello de flama entraba a la pequeña casa donde vivían y al verla tirada en el piso, corrió hacia ella y la llevo lo más rápido que pudo a un hospital.

Milk, resiste decía Vegueta tomándole la mano a la pelinegra mientras era llevada en una camilla hasta el quirófano.

Minutos después:

Joven hasta aquí nada más puede acompañarla, en esta área ya no puede entrar, más bien acompáñeme para que me de los datos de la joven, dijo una mujer.

¿Pero estará bien?, decía preocupado Vegueta.

Claro que lo estará, esta en las mejores manos, dijo la mujer.

Vegueta siguió a la mujer hasta donde se encontraba su escritorio.

La identificación de la chica, dijo la mujer.

¿Identificación?, dijo Vegueta.

Si, algún documento donde estén sus datos, dijo la mujer.

¡Ah eso¡ no lo traigo, en el apuro se me olvidaron, pero yo puedo darle sus datos, mintió Vegueta.

Está bien, ¿es su esposa?, dijo la mujer.

No, es mi hermana, dijo Vegueta.

Su hermana, pues no se parecen, dijo la mujer sonriendo.

No somos hermanos de sangre, pero yo la considero así, dijo Vegueta.

Claro disculpe, ¿edad de la joven?, dijo la mujer.

17 años, dijo Vegueta.

Tan jovencita y ya tendrá un bebé, dijo la mujer sorprendida mientras el joven cabello de flama sonreía.

Capital Central:

Una rubia y un joven de cabello alborotado se encontraban sentados tomando unos refrescos en un restaurante.

Estoy tan feliz, decía Lunch.

¿Por qué?, dijo Kakaroto sin comprender.

¿Cómo qué porqué Gokú?, al fin estudiaremos en la misma universidad, iremos juntos a esta, a la hora del receso estaremos juntos y volveremos juntos a casa de mis padres a almorzar o cenar, decía la rubia.

¡Ah por eso¡ dijo Kakaroto no dándole importancia a lo que la rubia decía.

Amor como te platique en ese lugar hay un grupito que me odia, no te dejes llevar por lo que ellas dicen, ¡por favor¡ decía Lunch.

No te preocupes, yo solo creo en ti, dijo Kakaroto.

¡Gracias Gokú¡ dijo Lunch dándole un fugas beso en los labios al joven de cabello alborotado.

Corporación Cápsula:

Ya no volviste a encontrar la señal de esa nave papá, decía Bulma.

No hija, pero lo raro es que cada cierto tiempo la señal aparece por escasos minutos y luego desaparece, dijo el padre de Bulma.

Si gustas puedo ir con mis amigas a inspeccionar esa zona, dijo Bulma.

No hija, iré yo, yo quiero que te concentres en tus clases en la universidad al igual que tus amigas, cuando terminen ustedes serán mis grandes apoyos aquí en el laboratorio, dijo el padre de la peli azul.

Hospital:

Un joven cabello de flama que estaba sentado en una banca esperando noticias de la pelinegra pensaba: En cuanto Milk tenga a su bebé tendré que ir a la nave para avisarle al señor Bardock que su nieto ya nació. Al menos algo bueno hizo mi padre nos dio la nave más moderna, con ella podemos cada cierto tiempo comunicarnos con nuestro planeta. Por suerte nadie ha notado la presencia de la nave aún.

Joven, joven, decía una enfermera sacando a Vegueta de sus pensamientos.

¡Disculpe dígame¡ dijo Vegueta.

El bebé ya nació, pero tuvimos que hacerle una pequeña operación, decía la mujer.

¿Una operación?, dijo Vegueta intrigado.

Si, imaginamos que debido a la juventud de la señora el niño nació con esa malformación, decía la enfermera consternada.

¿Qué malformación?, dijo Vegueta sin comprender.

Tenía cola de simio, pero ya se la quitaron, en unos minutos el bebé será trasladado a la habitación de la señora, si gusta ya puede pasar a verla, decía la enfermera.

Si, claro que quiero verla, dijo Vegueta sonriendo mientras pensaba: Un Sayajin más, es una lastima que al pobre bebé también tuviera que perder la cola que es muestra de nuestra de raza.

Minutos después:

Vegueta entraba a la habitación donde una bella pelinegra sostenía a un pequeño bebé envuelto en colchitas de color celeste.

Gohan te presento a tu tío Vegueta, dijo Milk dulcemente mientras miraba al bella niño.

¡Es muy bello¡ dijo Vegueta mirando al hermoso bebé.

Si, es tan bello como mi Kakaroto, dijo Milk mientras pensaba: Tú eres a partir de ahora mi nuevo amor, por ti mi cielo no descansare hasta encontrar a tu padre, para que juntos volvamos a nuestro planeta.

En cuanto pueda le comunicare al señor Bardock que su nieto ya nació, dijo Vegueta.

Si hazlo, espero que la noticia llegue hasta mi padre, después de todo es abuelo de mi niño, dijo Milk.

El señor Bardock me dijo que tu padre y él mío parecen estar arrepentidos, dijo Vegueta.

Si tal vez lo estén pero con su arrepentimiento no borran todo el daño que le hicieron a Kakaroto, a mi hijo y a mi, dijo Milk con tristeza.

Ya no estés triste ahora tienes un nuevo motivo para sonreír, dijo Vegueta.

Y por quien luchar, dijo Milk sonriendo también mientras con sus dedos acariciaba el pequeño rostro de su bebé.

Semanas después: "Universidad"

Un grupo de chicas murmuraban mientras veía a una rubia caminar orgullosa del brazo de un atractivo joven de cabello alborotado por los pasillos.

¿Quién es ese bombón?, dijo Dieciocho.

Dice que es su novio, dijo Bulma.

Ella no merece un chico así, es demasiado guapo y se nota que es buena persona, dijo Marón.

¿Qué le habrá dado?, decía Dieciocho.

Ya chicas no sean envidiosas y mejor consíganse un novio ya, dijo el gemelo de la rubia.

Tú cállate, dijeron las tres jovencitas.

Yo solo decía, es más si ustedes dos quieren yo podría intentarlo con ustedes, dijo Diecisiete mirando a las primas Brief que solo le correspondieron con una mirada de reproche.

Meses después:

Un joven cabello de flama miraba una hoja con unos apuntes, mientras una bella pelinegra le daba de probar una papilla a su pequeño bebé.

Milk creo que ya es tiempo de que dejemos este pueblo, aquí no hay rastros de Kakaroto. Gohan ya tiene 7 meses ya podemos viajar con él y con todo lo que reuní de este trabajo, podemos ya mudarnos a otro lugar para continuar la búsqueda, decía Vegueta.

Me parece bien, ¿a ti qué te parece mi amor?, decía Milk dándole besos en su rostro a su pequeño hijo mientras Vegueta sonreía al ver la escena.

¿Qué dice Gohan?, dijo Vegueta.

Dice que sí, dijo Milk sonriendo.

Entonces iremos a la Capital Oeste, dijo Vegueta.

Me parece bien, dijo Milk.

Entonces voy a empacar nuestras cosas, dijo Vegueta.

Vegueta, Milk y Gohan, fueron a la Capital Oeste. Allí el joven cabello de flama busco un nuevo trabajo como ayudante en una tienda mientras la pelinegra elaboraba pasteles que luego llevaba a distribuir a algunas tiendas del pueblo para ayudar al joven cabello de flama con la mantención de la casa y darle todo lo que necesitaba a su pequeño hijo.

Milk a pesar que a veces sentía derrumbarse al ver pasar los meses y no dar con el paradero del hombre que amaba, ella por amor a su hijo, había jurado no rendirse nunca hasta dar con él.

Una bella pelinegra caminaba con su bebé en brazos y unas bolsas de papel en la por las calles de la Capital Oeste.

Esta creo que es la dirección, decía la pelinegra mirando una tarjeta que sostenía en la mano donde llevaba las bolsas.

La pelinegra entro a una modesta tienda con su niño en brazos.

¡Buenos días¡ ¿se encontrará la dueña de este local?, dijo Milk con una dulce sonrisa.

Soy yo, ¿Qué se le ofrece?, dijo una mujer peli roja de lentes.

Vengo a ofrecerle unos pasteles que prepare, tal vez le gusten y usted pueda venderlos en su negocio, dijo Milk.

¿Pasteles?, dijo la mujer mirando con tristeza a la jovencita y al niño que llevaba en brazos.

Si pasteles, dijo Milk.

Haber, dame uno para probarlo, dijo la mujer mientras la pelinegra le alcanzaba uno.

Luego de algunos minutos, la mujer dijo: Son los mejores pasteles que e probado en mi vida niña, son deliciosos, déjamelo todos, es más tú de ahora en adelante abastecerás mi tienda con estos deliciosos pastelitos decía la mujer.

¡Gracias señora¡ dijo Milk feliz mientras recibía el pago por sus pasteles.

La pelinegra salía con su pequeño hijo en brazos, cuando justo a la misma tienda entraban un grupo de jóvenes que al verla salir la miraron de pies a cabeza.

¿Será su hijo?; dijo un joven de tres ojos.

No lo creo es muy joven y muy bella, debe ser su hermano, dijo un joven de cicatriz.

Si tienes razón debe ser su hermano, dijo el joven de tres ojos.

Ya chicos, con ustedes no se puede a todo lugar que vamos solo se detienen a mirar chicas, decía Piccolo.

Pero no vas a negar que es bella, dijo Ten.

No, no lo niego, pero mejor vamos a lo que venimos, dijo Piccolo.

SI amigos, me estoy muriendo de hambre dijo Krilín mientras se acercaba a tomar uno de los pasteles que la pelinegra había dejado recién en la tienda.

Esto es lo más delicioso que he probado, decía el calvo, mientras sus amigos tomaban uno y asentían.

Llevemos unos cuantos para el maestro, Lunch y Gokú, dijo Piccolo.

Fuera de la tienda:

Viste Gohan, mamá lo consiguió, un nuevo cliente que cae rendido ante los pastelitos de tu mami, decía la pelinegra sonriendo mientras sostenía a su bebé con sus dos manos y daba vueltas con él mientras sonreía.