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Capitulo 7:🌠

Mis labios besaban los suyos, pero yo no sabia si le estaba besando...mi mente se encontraba lejos de mi cuerpo. Deambulando en solo el creador sabe donde.

Llevé mi mano a su estrecha cintura y sujete esta para mantener distancia entre nosotros, aunque ella deseaba tumbárseme encima. Nos encontrábamos en una lucha de dominio, en donde ella quería salir como ganadora y yo solo quería detenerme.

Mi actitud pareció repelerle y entonces se calmó para observarme preocupada.

— ¿Estas bien? — pregunto Sunjin acomodando su cabello despeinado.

— Si, pero me encuentro algo cansado — suspiré sin tener mucho que decir...al menos a ella.

— Creí que te gustaba... — musito desganada con su mirada hacia el suelo.

— Por supuesto que me gustas. Lo que sucede es que he tenido demasiados exámenes y eso me tiene de malas — afirmaba una "mentira piadosa" tras otra, sin poder controlar el desarrollo de nuestra relación.

Yo no sabia como actuar y sentía que estaba traicionando mi verdadera esencia. Para nada era la misma persona que había llegado hace más de un mes a Busan ¿qué era lo que me estaba sucediendo?

— Oh bueno puedo entenderlo — expreso cariñosa reposando su cuerpo sobre el mío en un abrazo, eso me hubo sorprendido.

Con normalidad Sunjin actuaba irascible y deseaba tener todo lo que necesitaba al segundo en que lo pidiera. Pero en esta oportunidad se comportó comprensible conmigo y acarició mi cabello por unos cuantos segundos antes de decidir marcharse.

— Entonces ¿nos vemos el jueves? — pregunto al levantarse de la cama y acomodar sus altos tacones.

— Si, estaré mejor para ese día te lo prometo — le aseguré sonriendo sin dientes.

— Bien ¿me acompañas abajo?

— Si, claro — me levante de mi cama y acompañé a la mujer hasta la entrada del edificio en donde yo vivía.

Esta vez fuimos tomados de las manos y ella se comportaba mucho más dócil. Me despedí de ella con un pequeño beso en los labios y me acepto sin apartarse como en tantas ocasiones. Hoy se había comportado de una forma extraña o tal vez era que yo le había otorgado lo que ella deseaba sin saberlo.

Cuando la vi partir subí unos instantes a mi habitación, y luego de tomar la billetera me dispuse a encontrar un lugar en donde fumar los cigarrillos qué hube comprado esta mañana. Cerca del edificio encontré una zona de fumadores y ahí encendí el primer cigarro mientras intentaba ordenar mis pensamientos y lo último que me estaba sucediendo.

Al principio de la misión estaba tan entusiasmado y comprometido con mi tarea, pero ahora solo podía pensar en que hubiera sido mejor descansar en el más allá, al menos así no tendría ahora razón para preocuparme y no estaría en juego mi destino sobre si lograría reencontrarme con mi familia o no. Todos esos recuerdos de mi vida pasada parecían evaporarse, ya no recordaba el nombre de mis verdaderos padres ni tampoco la institución en donde me forme como cadete. Los rostros de algunos compañeros fallecidos y no fallecidos rondaban por mi mente, y me hacían sentir como un verdadero hombre débil. Debido a que en mi pasado había actuado con tanta valentía como para participar en una guerra, y ahora no podía si quiera conquistar a una bella dama.

¿En qué momento había descendido mi coraje y determinación? ¿Ya no me importaba volver con los míos?

Calaba del cigarro hasta acabar el mismo y luego encendí otro para continuar debatiendo sobre mi propia existencia. Me sentía miserable siempre que estaba solo y ahora con Sunjin no sabía cómo sentirme, solo podía pensar en mis sueños, en la voz que me llamaba y en Jimin.

— ¿Tienes un cigarro? — me pregunto alguien y cuando levante mi vista me encontré con Jin.

Terrible momento en que se presentaba este hombre...

Él se sentó a mi lado en la banca y yo le entregue un cigarrillo. En lugar de encenderlo este uso sus manos para convertirlo en una paleta de dulce y así lo probó con su boca.

— ¿No te parece que es mejor esto? — me preguntó enseñándome la paleta.

— No ahora — negué de inmediato.

Yo no necesitaba dulces, yo necesitaba mi vida de vuelta.

— Mmm pareces abrumado ¿qué es lo que tanto te abruma Walter Jungkook?

— Me siento como una basura. Tú me estas otorgando la oportunidad de recuperar mi vida y yo estoy actuando como un egoísta...solo soy un animal — suspire relajando mis hombros hacia abajo.

— En la vida siempre van haber retos que tengamos que afrontar...

— Es que no es eso...es decir, vengo de una maldita guerra ¿que tal difícil puede ser conquistar a una mujer?, pero cada día que pasa me siento menos yo. Es como si este cuerpo estuviera absorbiendo mi personalidad convirtiéndome en otro persona ¿estas seguro de que este cuerpo nunca ha tenido alma?

Jin no dijo nada, se mantuvo inerte y solo se digno a observarme sin parpadear, eso llamó mi atención porque me hacia sospechar en la sinceridad de Jin. Había algo que él no me había comentado aún.

— ¿Hay algo más que te este ocurriendo? — pregunto de pronto.

— Bueno, no puedo sacarme a Jimin de la cabeza...

Día Jueves.

Jin insistía con que si deseaba sacar a Jimin de mi mente también debía sacarlo de mi vida, pero sucedía que él tampoco deseaba dejarme. Luego de nuestra última reunión los mensajes de Jimin no dejaban de llegar a mi teléfono y él estaba ansioso por invitarme a su academia, deseaba oírme tocar.

Mi corazón fue quien guio el camino, en esta ocasión mi cerebro evitó dar su opinión y partió conmigo en la búsqueda de una nueva aventura la cual nombre como: "música que cura". Pues quizás volver a tocar la guitarra sería algo que despertaría en mi la familiaridad qué me faltaba en esta vida y época.

A eso de las cuatro de la tarde espere a Jimin en el paradero, y él llego un minuto antes de que el reloj marcará las 4:15. Nos saludamos como de costumbre y él no podía contener la emoción que recorría su galaxia infinita y celular.

— Es la primera vez que alguien externo a mi familia me acompaña a la academia — decía al balancearse en el tubo del autobús.

— ¿Tus amigos no han ido?

— No, a ellos no les gustan estas cosas. Solo van a mis presentaciones — me explico.

El aura que me transmitía Jimin hoy era diferente a la habitual, y al mismo tiempo muy parecida a su aura en nuestra última reunión. Me percataba de como el joven me observaba de reojo y sonreía. Sus pupilas se ocultaban detrás de sus párpados en media luna y el fulgor de sus mejillas redondas se acoplaban a su persona.

Era reluciente como la luna.

El autobús anduvo veinte minutos más y bajamos cuando estábamos enfrente de la academia. La estructura del edificio era cuadrada y convencional, pero resaltaba por el arte estampado en su fachada. Había distintos instrumentos musicales plasmados con diferentes colores, verde, amarillo, rojo y azul. El arte era también abstracto y se notaba cuidado, como si lo hubiesen pintado desde hace muy poco.

Ingresamos al lugar y Jimin me presento con algunos compañeros y con su profesor de batería, este era un hombre de finos rasgos estéticos y ropa pulcra quien tenía tatuada una orquídea en su antebrazo derecho.

Estuve como espectador mientras terminaban los ensayos y se me hizo que Jimin era muy bueno. Era uno con la batería y podía tocar la misma como si hubiese nacido con esa habilidad. Al finalizar la tanda de ensayos Jimin me ánimo a unirme y un amable compañero de él me ofreció su guitarra para que yo pudiera tocar.

— Creo que llevo dos años sin tocar una — admití, recorriendo con mis dedos la madera color ocre.

— No debes tener miedo a tocar de nuevo, todos aquí aprendimos paso a paso — me aconsejo quien me hubo prestado el instrumento.

Hice memoria de las canciones que había tocado en mi guitarra en ese tiempo pasado y recordé Swing to Bop de Charlie Christian. Rasgue la plumilla en las cuerdas y por un momento desafine, pero luego la canción se apoderó de mis dedos y terminé tocando toda la pieza en esos pocos minutos.

— Wow ¿y que haces desperdiciando tu tiempo? Deberías entrar en la academia — menciono el joven quien me había prestado su guitarra al oírme tocar.

— No soy tan bueno... — respondí queriendo ser modesto.

— Eso fue realmente muy bueno Jungkook ¿Quieres practicar? — pregunto Jimin yendo detrás de su batería.

— ¿Conoces la canción? — cuestione con sorpresa.

— Conozco la canción — aseguró sonriéndome después.

Jimin comenzó haciendo un ritmo simple en su batería tocando los toms, el bombo y platillos. Yo le seguí y él se acoplo a mi propio ritmo, era evidente que había tocado esta canción antes. Sus compañeros eran espectadores de este momento, cuando terminamos de tocar la canción entera.

— Chicos debo irme. Guarda la guitarra en su funda cuando terminen — dijo el joven cuando bajaba del escenario.

— Oh muchas gracias, te prometo que estará a salvo — agradecí siendo cortes por su amable gesto.

— Si, no te preocupes — expreso al final cruzando la puerta, los demás compañeros de Jimin le siguieron hasta que nos quedamos solos.

— ¿Quieres intentarlo de nuevo? — me preguntaba Jimin y yo me volví a él para contestarle.

— Oh si claro — respondí acomodando la guitarra en mis piernas.

— Por cierto ¿hice muchas estupideces cuando me embriague? — me pregunto ocultando una risa detrás de su mano.

— No. Tus amigos se embriagaron peor — mencioné, evitando hablar de lo que en realidad había ocurrido.

¿Él podía recordar algo de ese momento?

— Fue muy gracioso cuando me desperté en mi cama sin ningún recuerdo. No tenía ni idea de como había caminado hasta allí. 

—Yo te llevé — respondí a su incógnita que tal vez no tenía tanto misterio.

— ¿De verdad? — sonrió con todos sus dientes en una sonrisa gigante e iluminada — eres tan adorable Jungkook — me llamó de esa manera y yo no supe como tomármelo. Ningún hombre me había nombrado así y menos ahora siendo un adulto.

— ¿Retomamos desde el primer verso? — pregunte para desviar la atención.

— ¡Si claro! — exclamó regresando a sentarse en su lugar.

Tocamos y memorias de mi infancia se hicieron presentes. Ahí vi a mi padre, un campesino humilde a quien le agradaba tocar su guitarra por las noches para deleitar a su esposa e hijo pequeño. Luego me observé más grande y lleno de vida, corriendo de un lado a otro estando inquieto; entonces observé a mi padre otorgarme mi primer instrumento, una guitarra pequeña y llena de rasguños estando algo deteriorada. Para calmarme él me enseñó a tocar y lo oí cantar como a mi también siguiendo esa misma melodía. Las palabras salieron solas de mi boca y me encontré cantando sin haberlo meditado antes.

Estaba tan ensimismado recordando la letra que ignoré cuando Jimin dejó de tocar para quedarse observándome con sus ojos bien abiertos y sus mejillas coloridas a más no poder.

— Eso fue hermoso. No sabía que podías hablar inglés — mencionó él embelesado de pies a cabeza. Con sus ojos creando estrellas fugaces apunto de despegar en el azul cielo.

— ¿Qué? Ah si...solo un poco — mentí bajando la guitarra de mis muslos cuando rascaba mi nuca, estando un poco avergonzado.

— Cuando tenía doce años tuve que tocar esta canción frente a un público de mil personas, fue en realidad aterrador. Pero Jiho era quien tocaba la guitarra, y cuando la veía me sentía en mi hogar. Todo era menos complicado cuando la tenía cerca... — susurró nostálgico, reposando su quijada sobre el teclado eléctrico.

— ¿Porque siempre que me hablas de ella haces esa expresión? — pregunte cuando su tristeza me invadió, tal y como siempre ocurría cuando nombraba a su hermana mayor.

— ¿Cuál expresión? — preguntó enarcando una ceja.

— Una expresión triste y desconsolada. Sé que no me incumbe, pero ¿ocurrió algo con ella? — aunque admitiera que no me incumbía, ya me parecía descortés no preguntar cuando era claro que tenía algo para decir.

— Nos distanciamos...no hemos hablado por al menos cuatro meses.

— ¿Discutieron?

— Es que...ella no está de acuerdo con lo que yo soy — pronunció con su voz rota, pareciendo qué dentro de poco lagrimas brotarían de sus ojos.

— ¿Con lo que tu eres? — cuestione.

¿A que se refería?

— Jungkook yo...

Y cuando estuvo a punto de decirme mi teléfono sonó con una llamada entrante. Yo pedí un segundo y atendí entonces a Sunjin.

— ¿Si? ¿Hola?

— Hola Jungkook llamo para recordarte que nos veremos en el restaurante de ramen, ya no iremos al de comida italiana ¿de acuerdo? — hablo Sunjin detrás de la línea.

Era cierto, la música y el momento de recuerdos añorados me habían hecho olvidar que hoy tendría una cita con Sunjin...

— ¡Oh si claro! No debes preocuparte por nada ¡por supuesto que recuerdo! — exclame con ánimos, queriendo ocultar mi falta de memoria.

— Mmm bueno, nos vemos entonces cariñito. Recuerda ir muy bien vestido — mencionó antes de colgar.

— Eso haré, adiós — colgué yo también.

Por un segundo me extravié en el abismo de mi propia mente, pensando en que iría a vestir y que cosas tendría para decirle hoy a Sunjin. Entonces recordé que aun estaba con Jimin.

— Oh lo lamento, era Sunjin — me disculpe guardando el teléfono en mi bolsillo.

Jimin asintió muy callado, pareciendo que estaba pensando demasiado y que al igual que yo se estaba perdiendo con su propia mente. Su vista regresó a mi y con sus ojos apagados y sin estrellas me preguntó lo siguiente:

— Jungkook ¿qué es Sunjin para ti?

Nadie me había preguntado eso, ni siquiera el mismo Jin. Era evidente que era mi novia, pero ¿era algo más que eso?, no lo sabía. Así que opte por la respuesta sencilla.

— Ella es mi novia — contesté y el rostro de Jimin se hizo pálido, como si estuviese contemplando un asteroide a punto de impactar con la tierra.

— Eeh bueno...voy a guardar la guitarra de Insu antes de que le pase algo y me termine arrancando la cabeza —menciono con risas, pero no podía fingir encontrarse pleno, pues se le notaba muy incómodo.

— Si claro — dije entregándole el instrumento y él lo guardo en su funda.

"Qué idiota" — le escuche susurrar mientras negaba con la cabeza.

— ¿Ah? — pregunte aturdido.

— N-N no nada — titubeo riendo muy tenso — me gustó que me acompañaras hoy. Fue muy amable de tu parte — mencionaba guardando sus baquetas y limpiando un poco los platillos de la batería.

— No te preocupes, me gustó venir y también tocar a tu lado. Me recordó a cuando lo hacía con mi padre.

— ¿Tu padre adoptivo? — preguntó y yo me detuve en seco.

Era verdad. A ojos de Jimin yo era un joven huérfano y adoptado.

— Si exacto, él me enseñó — afirme lo que él creía solo para no tener que hablar de más.

Dejamos todo tal y como estaba y luego tomamos un bus hacia nuestros destinos, desde ese momento vi a Jimin diferente. Lo normal es que fuese un hombre alegre y conversador, pero ahora se reservaba sus palabras observando hacia la nada a través de la ventana del bus. En sus oclayos apagados contemplé melancolía, las estrellas eran inexistentes y sus parpados ya no terminaban en media luna. Era como si hubiese recordado algo que podía con él y con su felicidad.

Quise hablarle para intentar aconsejarle lo que a mi me servía cuando me encontraba de malas, pero entonces llegue a mi parada mucho más pronto de lo que espere.

— Jimin te enviaré un mensaje para tomar algo luego ¿te parece? — le pregunté cuando me levantaba del asiento del bus para bajar.

— De acuerdo — asintió mordiendo un poco su labio inferior, escondiendo su sonrisa brillante en un agujero negro de ansiedad.

Yo bajé del autobús sintiéndome extraño y confundido. No tenía la suficiente certeza de lo que ocurría u ocurrió en la vida de Jimin y su hermana, pero estaba seguro que aquello había sido algo agobiante que llegaba a afectarlo de gran manera, incluso después de cuatro meses.

Me vestí y prepare pensando siempre en mi amigo, en una forma en la que pudiera ayudarlo. Hasta en la cena con Sunjin mantuve a Jimin en mi mente, sin poder despegarme del recuerdo de su sonrisa desaparecida.

Y luego de unas cuantas botellas de soju junto a otros cócteles, ocurrió con Sunjin lo que tiene que suceder con cualquier pareja. Estuvimos juntos la mitad de la noche y ella se quedó a dormir en mi estrecha habitación. El cansancio pudo conmigo después, y me rendí en el mundo de los sueños en donde una vez más Jimin se encontraba en estos, pero para esta ocasión no estaba tan brillante como de costumbre y eso me preocupó.


Muchas gracias por leer, feliz sábado 😁😁✌️✌️ y feliz comienzo del mes del orgullo 🏳️‍🌈🏳️‍🌈.

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