Capitulo 22:🌳
— Confianza, compresión y comunicación, fue lo que yo te ofrecí Walter, pero aún así osaste a traicionarme...que decepción — mencionaba Jin cuando me tenían encadenado a una silla.
— Lo lamento, pero creí que hacía lo correcto — exprese con melancolía.
— ¿Lo correcto? — río un poco —. Tu tarea no era hacer lo que creías correcto, sino lo que se te había ordenado.
— Las palabras de Jungkook parecían tener sentido…
— No puedo creer que digas eso -— menciono observándome indignado como si lo hubiese ofendido —. Sabias muy bien que él no es de fiar, yo te lo advertí, pero lamentablemente ni siquiera pensaste en las consecuencias que tus acciones despreocupadas provocarían.
— Si lo hice.
— ¿Y entonces?
— Continúe pensando que hacía lo correcto — admití.
— No puedes estar hablando enserio... — expreso agobiado sentándose detrás de su escritorio, pareciendo no tener intenciones de verme al rostro — Jungkook es un criminal, lo aceptes o no, y eso era lo único que tenias que entender.
— Jin tú tampoco fuiste sincero conmigo desde un inicio, me mentiste. — le recordé.
— Porque tenía que hacerlo. Solo eres un alma vagante buscando un sentido en esta vida. No eres parte de la Cumbre, no trabajas para nosotros y hay cosas que simplemente no puedes saber, y debes aceptarlo. — menciono Jin decidiendo por conectar miradas conmigo.
— Puedo aceptarlo, pero no puedo aceptar tu desdén hacia Jimin. Él es tan humano como todos, es un buen chico y merece vivir una buena vida.
— Walter no vuelvas con eso, por favor — me pidió.
El hombre se levantó del asiento y acomodo su saco color blanco teniendo intenciones de salir de la habitación, pero se detuvo en la puerta cuando comencé a soltar verdades.
— ¡Jungkook me mostró como ellos dos se amaron en otras épocas! ¡Jimin siempre lo ha amado y su atracción hacia él es obvia!, aún así ustedes eligen ignorarlo y hacerlo a un lado porque no les parece importante. Cuando me enviaron aquí él estaba desmayado sobre la acera y ustedes ni siquiera se dignaron a atenderlo, ¡¿me puedes decir quienes son los verdaderos criminales aquí?! — vocifere sintiendo ira en forma de electricidad por todo mi cuerpo.
— ¿Dime en que nos beneficiara eso? ¿O en que lo beneficiará a él?, si lo salvamos hoy es probable que mañana o dentro de un semana muera de igual forma. Su destino es morir...
— ¡Yo lo salvé! ¡Lo he salvado tres veces ya! — gruñí estremeciéndome, escuchando después el sonido que las cadenas hacían cuando decidía moverme.
— Y puedes seguir haciéndolo hasta que un día ya no lo consigas. La muerte persigue a Jimin como un perro a su dueño, simplemente no podemos hacer nada, es así y se quedará así. — dictó queriendo marcharse, pero de vuelta me interpuse a su decisión.
— ¡Esta vez no fue la muerte! ¡Alguien provocó el fuego!, y ambos lo vimos — revele.
— ¿De que estas hablando Walter? — pregunto cansado.
— ¿Recuerdas a la persona encapuchada que desapareció frente a mi?, pues regresó. Él creo el fuego en el karaoke y luego nos apuntó con un arma, de no ser porque Jungkook nos ayudó ambos hubiésemos muerto.
— No hay registro de que alguien así exista Walter — dijo luego de un largo suspiro.
— ¿De que hablas?
— Busqué en los registros de la Cumbre alguien que se asimilara a la descripción que diste, pero no había nada. También vimos las grabaciones del edificio y no se ve absolutamente nada...concluimos que la habías imaginado.
Al saber eso creí por un momento que estaba cayendo en delirios, pero no podía ser verdad, Jimin también lo había visto.
— Walter, desde que te conté sobre Jungkook debiste haber entendido que él no es una persona de la que puedas confiar. Es un manipulador que solo busca su propio beneficio. Traicionó a la Cumbre, me traicionó a mi y te traicionara a ti...es un caso perdido.
— Pero Jimin no tiene la culpa de eso... — musite depresivo, sintiéndome como un inútil mediocre.
— Lo se, pero así son las cosas. Hoy termina tu misión Walter, intente contradecir la sentencia de la Cumbre, pero no pude. Hoy dejaras de existir como "Jungkook" y te unirás a él más allá...lo lamento.
Jin entonces me dejó solo en la habitación. Cuando escuché el sonido de la puerta cerrarse me sentí vacío, como un ser sin propósito. Había fracasado en cada misión que me hube propuesto y eso me hacía ver como una persona mediocre.
Me encontraba en un punto de la historia en donde no estaba totalmente de acuerdo sobre en quien confiar, ¿en quien podía colocar mi confianza?
La Cumbre junto con Jin me habían defraudado al no ser sinceros conmigo, y también por hacerse la vista gorda ante la vida trágica de Jimin. Este vacío existencial me invadía desde cualquier esquina de mi ser, y sufría de un horror cósmico que me amenazaba con mi inesperado final; pronto estaría divagando en el infinito espacio como una alma cualquiera, un alma sin un hogar al cual regresar y sin la certeza de haber hecho todo lo que tuvo a su alcance por hacer.
¡Eso era!...
Tenía que hacer todo lo que poseía a mi alcance, y eso era encontrar mi cuerpo...
Hice memoria y recordé aquel momento en que Jungkook me compartía su plan final, aquel que nos llevaría a concluir con la misión de una forma exitosa, la desventaja era que aún no habíamos concordado como mi alma regresaría a mi cuerpo...solo teníamos lista la mitad del plan, aún así debía arriesgarme para ganar. Si esto era lo último que podía hacer en este mundo para ayudar a Jimin, entonces lo iba a hacer.
— "Tienes que herirte, pero no una herida cualquiera debe ser algo que en verdad te haga sangrar" — mencionó Jungkook.
— "¿Y porque debo hacer algo así?" — repique.
—"Porque es la única manera que tienes para que te envíen a la enfermería".
— "¿A la enfermería? ¿Qué se supone que haré yo ahí?".
—"Debes ir a la enfermería porque se encuentra a lado de (La Sala de Amnistía) y al lado de esa sala se encuentra...
— "El lugar en donde tienen mi cuerpo". — concluí.
— "Así es" — expresó Jungkook con una sonrisa cuando supimos entendernos — ". Cuando estés en la enfermería le pedirás a la enfermera o a quien te este atendiendo algo que tiene que buscarte en otro lugar, ya sea un vaso de agua o algo para comer. Después de eso abandonarás la enfermería...
— "Pero, ¿cómo puedo hacer para no ser visto" — interrumpí al preguntar.
— "Esa es la parte interesante..."
Pensé que no tenía nada cercano que pudiera lastimarme, pero cuando encontré aquel pequeño trozo de fierro punzante qué sobresalía del asiento en donde me encontraba, se me ocurrió lastimarme el brazo. Pase mi antebrazo por allí varias veces, dándome a mi mismo fortaleza para soportar el dolor, y cuando mi piel se hubo cortado al fin grité por ayuda y la sangre se derramó en el suelo.
Me transportaron a la enfermería y en este lugar fui atendido de forma habitual. Esperé a que me hicieran sutura y luego pedí algo que tendrían que buscar afuera si o si.
— ¿Me podría traer un café descafeinado?, es que siento migraña y eso es lo único que lo cura — dije. La enfermera me observó disgustada y un poco fastidiada, pero luego simplemente aceptó y me dejo a solas en la enfermería.
Ya estando solo busque aquello que Jungkook me hubo dicho que iba a ayudarme a escapar (una rendija hacia los túneles del aire acondicionado)
— "Tienes que conseguir algo que puedas usar para sacar los tornillos de la rendija, quizás un bisturí o unas tijeras" — recordé eso de boca de Jungkook.
Busque entre los suplementos qué ofrecía la habitación y encontré unas pequeñas tijeras, estas mismas las use para quitar los tornillos y abrí la rejilla. Todo paso tan rápido que de un momento otro ya me hallaba en los túneles prometidos, andando de rodillas para no llamar la atención.
Observé aquel lugar que llamaban "Sala de Amnistía" a través de una rejilla, y no me detuve hasta encontrar la siguiente habitación, ese sitio en donde mi cuerpo terrenal yacía.
A gatas pude arribar a la tan nombrada habitación, y desde mi posición contemplé en silencio esperando que las tres personas dentro de este lugar se marcharan. Aquellos tres abandonaron el sitio y me encontré con un nuevo desafío, pues la distancia entre el suelo y el techo era muy amplia, quizás de unos tres metros. Analicé mis opciones, buscando con atención algo que me ayudara a bajar, fue así como me encontré con la siguiente rejilla la cual aportaba una distancia al ras de suelo, solo tenía que descender a través de los túneles.
Use el túnel como si de un tobogán se tratara y cuando estuve cerca de la rejilla use de nuevo las tijeras para sacar los tornillos. Solucione lo que me impedía salir de los túneles de aire acondicionado, y me incorpore temiendo ser descubierto.
Camine hacia el recipiente enorme en forma de cilindro qué se asemejaba con una pecera, y ahí vi a mi cuerpo, flotando en el agua y lleno de cables a por montones, era igual de tétrico como la primera vez que pude verlo.
—"Vas a encontrar una especie de caja de comandos debajo de tu cuerpo. Vas a presionar el botón que dice:" Regreso Indefinido". Lo normal es que después de eso un botón verde se encienda, vas a presionarlo y cuando la cuenta en la pantalla de la caja de comandos llegue a "0", vas a la palanca frente a ti"— me explico Jungkook.
— "¿Eso es todo?" — le pregunte al no poder creer la sencillez del plan.
—"Por el momento, luego vamos a tener que hacer muchas cosas más".
— "¿Y cómo es que tu alma va a regresar a tu cuerpo?"
— "(La Regresión), buscará en el tiempo y en el espacio un alma que ya haya vivido en mi cuerpo, y en este caso solo hay dos alternativas que son tú alma y mi alma, y debido a que tú alma abandonará este mundo solo habrá un espíritu al cual atraer, es decir, al original" — explico y se me hizo muy enrevesado.
—"Suena muy difícil de creer" — mencioné con duda.
—"Lo sé, pero ya he usado este método en más de una ocasión." La Regresión" es como un imán que atrae a toda aquella alma que se haya vinculado más de una vez con el cuerpo terrenal".
Antes de poder hacer algo las alarmas se activaron, la habitación se llenó de luces rojas y escuche pasos de gente corriendo hacia mi dirección.
— “Alerta de intruso, Alerta de intruso" — oí decir por parte de una voz que llegaba desde el techo.
Era capaz de ver a la Cumbre enfurecida gracias a los ventanales de cristal que se encontraban al lado derecho de la habitación. Estas personas se teletransportaban de un punto a otro, pero nunca dentro de la habitación, ahí comprendí que esa acción les era imposible.
Ejecute lo que Jungkook me ordenó. Presione el botón de "Regreso Indefinido", luego pase al verde y de ahí espere a que la cuenta de diez a cero acabará.
— ¡Walter no hagas eso! — oí la voz de Jin gritar desde uno de los ventanales — ¡No lo hagas!
La puerta principal (que al parecer tenía llave), fue derribado y esta sacudió al piso con gran potencia. Los segundos se volvieron pesados, y la cuenta regresiva se hizo eterna, pero me bastó de un solo segundo para decidir bajar la palanca antes de ser atrapado por quienes corrían hacia mi dirección.
— ¡Walter, deja eso! ¡No lo hagas! — continuo Jin y eso fue lo último que pude escuchar antes de desaparecer de este mundo y unirme a la nada.
Relato en tercera persona:
La Cumbre.
Había estrés, todos los presentes se encontraban aturdidos e intentaban auxiliar al cuerpo de Jungkook, el cual había perdido la consciencia y yacía ahora sobre el suelo.
— ¿Qué hacemos señor? ¿Desconectamos a Walter? — pregunto la mujer quien buscaba heridas en el rostro del joven.
— No, aún no. Tenemos que buscar a...
Las personas de la Cumbre saltaron en su sitio cuando el joven supuestamente inconsciente despertó. Estas personas abrieron espacio y esperaron una respuesta coherente por parte de quien les había traído tantos problemas el día de hoy.
— Walter, temo que no podrás descansar en paz. Por lo que acabas de hacer se te van a imputar cargos de desacato, incumplimiento de normas y traición a la Sagrada Cumbre, espero que ya estés contento por "haber hecho lo correcto". — pronunció Jin con un enfado evidente.
Todos esperaban algo con lógica, pero cuando el chico se reincorporo notaron en él un aura familiar, y bastante hostil.
Jin lo contempló por unos segundos hasta comprender la situación, y solo con observar su expresión el servicio de la Cumbre entendió de que se trataba todo esto.
— No es posible...¡Es Jungkook! — exclamó para que todos estuvieran alerta.
Jungkook visualizo su cuerpo, sus brazos, sus piernas, hasta sus manos y cuando se vio en amenaza uso aquello que lo hacía especial: los poderes qué había obtenido cuando era parte de la Cumbre.
— ¡Cuidado! — gritaron cuando tuvieron que dispersarse, pues Jungkook los atacaba ahora con ráfagas de energía que podía extraer directamente desde su interior.
La Cumbre optó por atacar al hombre con armas por igual, pero Jungkook era muy listo, incluso hasta para ellos. Usaba todo lo que había aprendidos durante milenios, también todo lo que había practicado al estar en el exilio, y lo hacía de una manera formidable, con mucha más agilidad y destreza qué algunos guardias de la Cumbre.
Destrozaba paredes de concreto, tenía la fuerza para levantar objetos de gran peso y tamaño, tenía el poder de levitar y estaba siendo un perfecto dolor de cabeza para el servicio de la Cumbre, hasta para Jin quien era entre todos el ser más poderoso que su mundo conocía.
— ¡Jungkook malo, baja eso! — exclamó Jin intentando colocar en orden la situación, cuando el joven usaba su energía para hacer levitar escritorios, camillas y demás muebles — ¡Jungkook basta! — pedía, pero el joven era incontrolable, ya estaba muy cansado de ser tratado como un ser sin valor.
Él y Jimin merecían tanto valor como cualquiera en este mundo de humanos y no humanos.
Hospital Universitario Nacional de Pusan, Busan, Corea del Sur. 10:30pm.
Jimin despertaba en una cama, confundido y sin nadie cerca que pudiera explicarle nada. Se sentó sobre dicha cama y observó suplementos médicos entendiendo que se encontraba en el cuarto de un hospital. Fue hacia el baño para lavar su rostro y ahí se planteó situaciones que explicarían su razón de estar aquí. No recordaba demasiado, pero en su mente almacenaba un recuerdo de Jungkook cargándolo en sus brazos. Lavo sus mejillas con el agua fresca de la llave y luego seco la misma con una toalla blanca qué ahí ofrecían. Pensó en volver a la cama o buscar un teléfono, pero algo extraño en el espejo frente a él le llamo la atención.
Abrió su boca sufriendo de un enorme desconcierto, y tocó sobre su cabeza esos mechones dorados que parecían haber sido recién teñidos. Su cabello había pasado de ser plateado a ser dorado, y no había lógica entre los últimos acontecimientos y esto que ahora se suscitaba. Peinó su cabello hacia atrás e investigó encontrando un rastro de su popular color gris, pero no había nada, este había desaparecido.
Salió del baño pensando en que podía hacer o a quien podía llamar, pero las preguntas eran tantas que aquello fastidiaba a su mente.
No tuvo que esperar más por alguien cuando la puerta de la habitación fue abierta por el mismo hombre que lo había salvado unas horas atrás.
— ¡Jimin! — exclamó con nervios Jungkook y corrió hacia él para abrazarlo, para abrigarlo entre su pecho como si nunca lo hubiese hecho antes —. Te he esperado durante tantos años y ahora al fin estas aquí — mencionó con lágrimas en sus ojos, sujetando ahora ambas mejillas del joven quien estaba abrumado y no sabía como responder.
— Jungkook...¿Qué te sucede? — preguntó porque era difícil de creer este tipo de actitud en el susodicho.
Jungkook no dijo nada, respondió de otra manera, plantándole un beso apasionado de esos que solo se ven en las películas románticas. Aunque la situación fuese complicada de comprender y Jimin lo creyera un loco, acepto aquel beso porque era algo que solo se podía vivir una vez cada mil vidas. Fueron abrigados por el amor, y las constelaciones fueron felices al verlos brillar incluso más que las estrellas, las cuales ahora envidiaban el resplandor de estos dos seres, quienes por separado eran excepcionales, pero juntos eran muchos más.
Algún lugar.
Walter:
Luces de variados colores, entre el rosado, morado, azul, verde. Después de eso estrellas e infinitas constelaciones. Más allá contemplé los planetas junto a la luna y el sol. Fui feliz cuando pude acariciar con mis dedos la corteza de Plutón y después de eso descendí a una velocidad indescriptible, pero no me estaba prendiendo en fuego, era como si todo mi cuerpo hubiese sido diseñado para algo así. Perdí el conocimiento y caí entonces sobre un pasto verde muy colorido, el cual se me hacia muy conocido.
Atontado fui despertando lentamente y me senté sobre la grama.
— Mmm...¿Dónde estoy? — susurre sin esperar respuesta.
— Ni yo se decírtelo... — contesto alguien.
El cielo encima de mi era de un azul brillante y el lugar parecía una sabana. Me volví entonces y colgado de un árbol me encontré con un rostro conocido, un chico muy particular.
— ¿Jimin? — pregunte desconcertado, observando su cabello negro como el carbón.
— Así es, pero ¿Quién eres tú? ¿Ahora botan más basura aquí?
Muchas gracias por leer ☺️.
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