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Capitulo 19:🌙

⚠️⚠️ADVERTENCIA :⚠️⚠️

El siguiente contenido a leer comprende de material erótico y esta relatado de manera explicita, si eres una persona sensible con estos temas abstente de leer. Todos los personajes involucrados en estos acontecimientos son ficticios y no se pretende ofender a las personas de las cuales están inspirados.

No recibí la dirección de la fiesta hasta dos días después porque Jimin se negaba a hacerlo. Su mensaje solo me proporcionó el lugar y la fecha, pero no quiso responder a mis preguntas sobre su persona. Quería saber como se encontraba y que estaba ocurriendo con su vida, pero el joven era necio y prefería mantenerme a raya, solo podría saber que estaba ocurriendo con él cuando lo viera personalmente en la fiesta.

Habitaba los pasillos de la facultad en cuanto leía un libro que nos había dejado un profesor como tarea, y esperaba allí a que Minji apareciera pues con ella también tenía muchas cosas que arreglar, y eran de carácter urgente.

Sentí ese olor a lavanda cuando ella caminó frente a mi y cerré entonces mi libro para seguirla.

- ¡Minji! - le llamé acelerando mi paso.

- Oh hola Jungkook, te veo enérgico hoy - mencionó ella quien se quito los audífonos para atenderme.

- Necesito hablar contigo, ¿crees que podamos salir un momento al patio? - pregunté.

- Si claro... - contestó viéndose despreocupada.

Caminamos con dirección al patio y buscamos unas bancas con techo qué nos cubrieran del intenso sol de la mañana.

- ¿Y que quieres decirme Jungkook? - indago Minji cuando yo me encontraba en un real dilema, pues no sabía cómo empezar la conversación.

- Minji quiero saber, ¿porque me enviaste este mensaje? - hice uso del teléfono y ahí le mostré su propio mensaje, ese que decía:

"No permitas que Jimin guarde la guitarra".

- Oh... - se acercó a la pantalla y observó todo con detenimiento - no recuerdo haber enviado ese mensaje. - contestó sin más y yo no pude creerlo.

- ¿Qué?, pero cuando agende tu número supe que tú me habías enviado este mensaje hace ya varias semanas atrás - insistí.

- No, debes estar confundido. Yo no envié eso, lo recordaría.

- Pero es tu número...así estaba registrado - yo no entendía mucho de tecnologías, pero Jimin me había enseñado a usar mensajes y estaba seguro de que me encontraba en lo cierto.

- Lo lamento Jungkook, pero debes estar confundido - dijo sin más e intento levantarse de la banca, como si intentará escapar.

- ¿A dónde vas? - le pregunte colocándome de pie de igual manera.

- A ningún lado, ¿estas bien? Pareces alterado.

- Por supuesto que lo estoy. Gracias a este mensaje pude salvar la vida de Jimin ese día, sino lo hubiese recibido es probable que ahora Jimin estuviese muerto. Pero me dices que no enviaste este mensaje cuando claramente es tu número...me parece difícil de creer - mencioné llevando mis manos a las caderas sintiéndome obstinado (yo solo quería respuestas claras, pero el mundo se negaba a otorgármelas).

- Lo lamento Jungkook, quizás fue uno de mis sobrinitos, a veces les presto mi teléfono - menciono ella acariciando un tanto mi hombro, como si se estuviera compadeciendo de mi.

- De acuerdo... - exprese derrotado asintiendo con la cabeza - también quería preguntarte otra cosa.

- ¿Así? - sus ojos brillaron.

- Si. Quería preguntarte si: ¿tienes algo que hacer el sábado en la noche?

- Mmm estudiar...¿porque?

- Porque un amigo va a organizar una fiesta y estaría feliz de que me acompañes.


Sábado 07:15pm.

Terminaba de acomodar mi cabello cuando Minji me envió un mensaje, avisándome con que ya se encontraba en la parada de autobús esperándome.

Jungkook:

- Estaré ahí en cinco minutos.

Envié el mensaje y me coloqué el abrigo marrón qué usaría hoy. Le pedí al cielo para que Jimin estuviese de buen humor y también para que cuando yo llegara él todavía se mantuviera sobrio para poder hablar, pensaba decirle todo, desde el inició hasta el presente final.

Pretendí cruzar la puerta de mi habitación, pero cuando la abrí me encontré con la persona que menos deseaba ver ahora.

- ¿Vas a algún lugar, Walter Jungkook? - pregunto Jin de brazos cruzados y se notaba enfurecido.

- Si, voy a salir - dije intentando que me diera paso, pero el hombre no se movía.

- ¿Con quién? ¿A dónde? - pregunto con un tono autoritario.

-Voy a salir con amigos, no llegaré muy tarde - dije queriendo pasar por el reducido espacio entre su hombro y la puerta, pero no me lo permitió.

- ¿Vas con Jimin? ¿Eso harás?

- Jin, es sábado estoy libre. Mañana si quieres podemos discutir ahora no puedo - mencione ofuscado intentando moverlo de la puerta, pero el hombre pesaba como un tronco.

- Vas a verte con Jimin, ¿verdad? Sabes que lo tienes terminantemente prohibido - decía manteniendo sus brazos cruzados y cejas juntas.

- Claro que no, iré con Minji a una fiesta.

- ¿Y quien es Minji?

- Una amiga de la facultad, la verdad no entiendo cual es el problema Jin, ¿que ahora tampoco puedo tener otros amigos? - pregunté esta vez ya obstinado, la situación se me hacia ridícula.

- Esos amigos te distraen de tu objetivo Walter no puedes seguir viéndolos, tu misión es conquistar a Sunjin, pero al parecer ahora eso te esta importando un bledo - pronunció echando chispas como estrellas de su boca, la ira lo estaba corrompiendo, pero si me colocaba a su mismo nivel era claro que no iba a poder salir de aquí.

- ¿Sabes?, tienes razón, no voy a ir.

- ¿De verdad? - me interrogó con sus cejas elevadas y expresión de desconcierto.

- Si, tienes razón en todo lo que dices Jin. He abandonado mi misión y debo cumplir con ella, por lo tanto no iré a ninguna fiesta - mencioné como si creyera en mis propias palabras.

- Wow eso es increíble, no eres tan necio como dice la Cumbre - pronunció carcajeando.

- ¿Qué? - cuestione impactado.

¿La Cumbre hablaba de mi?

- No, nada. Ven tengo algo que enseñarte - dijo al mismo tiempo que sacudía sus manos en el aire y creaba un portal en mi pared hacia su mundo.

- De acuerdo, dame un momento para ir por mi teléfono - le pedí y en cuanto "buscaba mi teléfono" observé de reojo hasta que el hombre ingresó al portal, mientras me comentaba de cosas a las que no les tomé ni la más mínima atención.

Fue mi oportunidad, y abandoné la habitación corriendo como si mis piernas fuesen alas. No me detuve y no observé hacia atrás hasta encontrarme en la calle, y aún así, no deje mi paso rápido hasta que halle a Minji.

- Hola ¿qué tal...?

- ¡Corre! - exclame cuando me aferre a su mano y la hice avanzar lejos de la parada de autobús.

- ¡Oye! ¡¿Qué haces?!, debemos tomar el bus - decía ella quien intentaba con todas sus ganas seguir mis pasos, pero ocurría que sus botas de tacón le dificultaban correr.

- No tomaremos el bus, iremos en taxi - dije jadeante, bajando avenidas y puestos para encontrarme lo más lejos que pudiera de Jin.

Cuando pude detener un taxi le hice a Minji ingresar en el mismo y le indique al conductor la ruta qué debía seguir para poder llegar a la fiesta de Jimin.

- Quieres decirme ¿qué está pasando? - me cuestionó Minji algo perturbada.

- Disculpa mi arrebato, es que pensé que me estaban siguiendo para robarme - comente con risas para que fuera más ameno, pero Minji me observaba como si hubiese perdido la cordura y tal vez así era.



08:12pm.

Visualizando desde el auto el tamaño y el lujo de la casa pude deducir qué el amigo de Jimin tenía mucho dinero...o sus padres lo tenían.

- Que casa tan descaradamente enorme...solo he visto casas así en películas, no pensé que existían en la vida real - decía Minji quien al igual que yo había quedado deslumbrada con el lugar de la fiesta.

- Bueno, entremos - dije y ella me siguió.

La música que escuchaban un grupo numeroso de jóvenes no era conocida por mi y se me hacia un poco odiosa, pero supuse que era un género moderno el cual yo no comprendía aún. Avanzamos a paso lento visualizando la decoración, tanto de la reunión como de la casa en sí misma. Nos abrimos el paso entre jóvenes qué bebían o conversaban y por los momentos ninguno se encontraba bailando, quizás eran muy tímidos para ello. Mi cabeza giraba hacia todas las direcciones en busca del peliplateado y Minji me preguntó varias veces que estaba buscando, no le respondí nada hasta que me encontré con el joven quien yacía en el segundo piso platicando junto a amigos.

- Ven, quiero que conozcas a alguien - le mencione y ella con patente curiosidad siguió mis pasos los cuales fueron hacia las escaleras.

Me cohibí de saludarle cuando recordé que mi última conversación con Jimin no había terminado bien, pero fui empujado a ello cuando el joven me encontró al girar su cabeza.

- Hola... - masculle y no supe si me había escuchado, la música era muy alta.

- Creí que habías entendido que no te quería aquí hoy - respondió Jimin con su expresión escasa de felicidad.

- Bueno me enviaste la ubicación y la fecha.

- Si, porque no me dejabas dormir con esos mensajes que enviabas cada dos minutos...

- Eeeh...¡Quiero presentarte a alguien! - exclame volviéndome a Minji la cual me observaba con algo de pena -, ella es Minji, es una amiga de la facultad, Minji él es Jimin - decía señalando al peliplateado.

- Un gusto - respondió amable Jimin y ambos hicieron una reverencia.

- Oh él es el chico con quien estas obsesionado - expresó Minji con risas y una sonrisa burlona.

Jimin esto se lo tomó con desconcierto al igual que yo, y estuvimos varios segundos con un silencio incómodo en cuanto el peliplateado me observaba buscando respuestas claras.

- ¡Es broma! jajaja - carcajeo Minji de forma muy fingida de la misma forma que Jimin -, se toman muy enserio todo - rió un poco más.

- Si, es que al menos por mi parte yo sí soy honesto con mis palabras y acciones - dijo Jimin quien me acababa de apuñalar en el pecho con esa indirecta muy directa.

Quede sin palabras, sintiéndome avergonzado de que Minji estuviera escuchando esto y el joven me fulmino con la mirada.

- ¡Hey Jungkook! ¡¿Cómo estás?! - pregunto muy animado el amigo de Jimin llamado Hyeon, el cual había dejado caer su brazo en el hombro del peliplateado y se notaba muy ebrio.

- ¡Hola Hyeon! , muy bien hace tanto que no te veía - dije sonriendo para el joven, pero Jimin se notaba obstinado.

- ¡Que bueno que viniste! ¡Jimin ya te estaba extrañando!- exclamó este, pero Jimin volvió sus ojos expresando una mirada de disgusto.

- Si como sea...disfruten la fiesta - menciono Jimin quitando de su hombro el brazo de su amigo y luego solo nos abandonó ahí, yo me sentía avergonzado.

- Wow qué le habrás hecho para que este así - expreso Minji.

- Solo fue un mal entendido - conteste, pero ni siquiera yo podía creerme eso.

¿En verdad solo fue un mal entendido?

Hyeon se entretuvo con otros amigos y bajamos al primer piso para buscar bebidas. Comí algunas botanas qué se encontraban en la mesa de delicatesen y Minji intentaba hacerme conversación, pero yo me encontraba en un mundo que no existía, en mi pasado. El tiempo transcurría y yo me encontraba en el mismo lugar en donde había comenzado y tal vez hasta peor.

Me asfixie cuando sobre pensé demasiado y tuve que pedirle un minuto a Minji a solas.

- Dame un momento, necesito aire - dije al dejar mi vaso con cerveza sobre la mesa de delicatesen.

- ¿Quieres que te acompañe? - pregunto.

- No, deseo estar solo para poder recuperarme - afirme y me encamine entonces hacia la salida.

Anduve descompensado al encontrarme algo ebrio, y caí sobre la grama del jardín principal de esta vivienda. Ahí me sentí liberado para soltar todo y lloré apesadumbrado por estar sintiendo hoy mi derrota como nunca la había sentido antes.

Había fracasado en todo lo que me propuse, en conquistar a Sunjin, en mantener a Jimin a mi lado, en recuperar mi anterior vida, esa que tanto necesitaba. Después de esto Jin ya no estaría dispuesto a ayudarme y tal vez tampoco Jungkook; no regresaría a mi época, no volvería a ver a mis hijos y a mi esposa...a mi amada Emma quien había sufrido tanto mi perdida física.

Lloraba porque sentía que este era mi final, pues si Jimin ya no me quería ¿qué más podría hacer yo en este mundo?

- ¿Ah? - exprese con desconcierto cuando alguien tocó mi hombro.

Quite las palmas de mis ojos las cuales cubrían mi visión y mi llanto, observando entonces que se trataba de Jimin, él era la persona que me había tocado el hombro.

- ¿Qué te sucede? - preguntó expresando un rostro diferente al de hace un rato, ahora él se notaba preocupado.

- Yo... - las palabras escaparon de mi boca y no supe que contestar. Seque mis lágrimas usando mis propios nudillos y se me ocurrió que decir cuando recordé que yo había venido para declararle la verdad - tengo que decirte la verdad, tienes que saber que ocurre...al menos lo más importante.

- ¿La verdad? ¿A que te refieres con eso? - cuestionaba cuando él también tomaba asiento sobre la grama.

- Yo en realidad no quería estar con Sunjin, me hice novio de ella porque fue una misión que se me encomendó.

- ¿Una misión? - enarco su ceja - ¿porque una relación de pareja podría ser una misión?

- Porque se supone que Sunjin y yo éramos destinados, pero resultó que una mentira...

- Alto, alto...¿Destinados?, Jungkook estas muy ebrio creo que deberías ir a tu casa - dijo con intenciones de levantarse, pero lo sujete del brazo.

- Escúchame por favor sé que es loco de creer, pero es la verdad ya no quiero mentirte.

- No escúchame tú a mi. Estuve por meses pensando que yo te atraía, pero que no dabas el siguiente paso porque estabas en una relación con Sunjin y eso yo lo respete, hasta el momento en que nos emborrachamos en aquel bar y luego besamos nuestros cuellos y demás la noche que te quedaste a dormir en mi casa - eleve mis cejas con clara incredulidad no recordaba que hubiésemos hecho eso -. Yo jamás te forcé a nada Jungkook, pero de igual forma siempre vuelves a mi aunque aparentas fingir que no te gustó.

- Existe una organización que se encarga de juntar a todas las personas de la tierra con sus destinados, con las personas que son predilectas para sus vidas. Pero mi relación con Sunjin no funcionó porque ella no era mi destinada, eras tú. - aclaré y el joven abrió su boca por la inesperada declaración.

- No Jungkook yo no quiero oír ninguna de esas fantasías...

- Es verdad - exprese tomando su mano -.Cuando te salve de ser atropellado tuvimos una conexión qué estoy seguro no has tenido nunca con nadie. Todas esas veces que nos hemos tocado y que nos hemos visto directamente a los ojos son significativas no solo por el gusto en común, sino porque el destino nos atrae para estar juntos. Eres mi destinado Jimin... - susurre sin apartar mi mirada de la suya propia y luego sentí cosquillas en mi mano la cual aún sujetaba la ajena; bajé la mirada y me encontré entonces con la mariposa azul, aleteando lentamente en nuestra unión...era claro, era evidente lo que tenía que hacer.

- Pero eso no tiene sentido, jamás he oído hablar de algo como eso - mencionó Jimin quien todavía se encontraba debatiendo entre sí creerme o no.

- Puedo decirte más y mostrarte evidencias, pero necesitamos estar en un lugar privado, ¿conoces alguno?

- Si, ven.

Jimin me hizo ingresar de vuelta a la casa gigante. Caminamos entre los jóvenes y subimos las escaleras al segundo y luego al tercer piso, allí no había nadie, pero me invito a ingresar a una de las habitaciones.

- ¿Y este lugar? - pregunté encendiendo la pequeña lámpara de la mesa de noche, y observé como se trataba de una recamara. Había un closet, cómoda y una cama, era claro que alguien se quedaba aquí.

- Es la habitación que yo usaba cuando se me hacia tarde para regresar a mi casa - dijo Jimin cerrando la puerta.

- Oh es bastante espaciosa, más que la habitación que alquilo - mencioné asombrado por el espacio y la decoración.

- Si...entonces - Jimin me insistió para que continuará con mi historia y nos sentamos sobre la cama para platicar.

- Es algo difícil de decir, pero yo jamás intenté herirte, nunca pienses que actúe de esta forma solo para molestarte, lo que sucede es que la Cumbre no quería que me acercará a ti.

- ¿Qué es la Cumbre?

- La organización que se encarga del proyecto destinados, ellos no querían que estuviésemos juntos y hoy tuve que escaparme de ellos para poder venir aquí - aseguré, pero Jimin me observaba incrédulo - ¿crees en lo que te digo?

- No, pienso que es solo una historia que inventaste para escapar de tus responsabilidades - mencionó ofendido levantándose de la cama.

- Pero es la verdad, si me das una oportunidad puedo probártelo - dije caminando hacia él quien ahora se hallaba de brazos cruzados, amenazando con abandonarme en la habitación.

- ¿Porque esa mariposa nos está siguiendo? - cuestionó Jimin con enfado señaló hacia mi hombro.

Me volví hacia la dirección que señalaba y supe que decía la razón, tenía a la misma mariposa azul de antes ahora sobre mi hombro. Pero entonces en un abrir y cerrar de ojos ya no era yo, era alguien más, estaba siendo controlado y la mayoría de cosas que veía se me hacían borrosas. Fui impulsado con gran fuerza hacia adelante y caí sobre los labios de Jimin el cual ahora estaba apresado contra la pared. Mis labios se cerraron picando los suyos y aunque intentaba besarlo Jimin no se dejaba, y se encontraba luchando conmigo queriendo apartarme. En ese mismo forcejeo sentí algunas mordidas por su parte, y no sabía bien en que terminaría esto, pero era claro que yo había perdido el libre albedrío.

Jimin no tuvo de otra más que dejar de resistirse, y fue de esa forma que el beso se convirtió en correspondido. Nos besamos y esta vez nuestra unión fue más que física...fue estelar. Las centellas nos acompañaban para hacer de esta noche un momento especial y por supuesto que lo estaba siendo.

Ahora no teníamos temor para tocarnos, para sentir la piel ajena y tan deseada. Los brazos de Jimin reposaron sobre mis hombros y yo aun no estaba muy decidido sobre que tocar, solo dejaba mis manos en su delgada cintura experimentando esa calidez qué únicamente brindaba el sol de los veranos, pero en este caso era Jimin quien junto a su ternura me estaba abrigando con la llama de su pasión.

Mis labios se movieron sobre sus labios redondos en el momento en que mi ritmo cardíaco iba en aumento, y Jimin dejó de controlar sus instintos cuando bajaba sus manos por mi espalda acariciando delicadamente la misma; eso pudo estremecerme y me sentí con nervios cuando él llevó su mano a mi zona íntima. No era oportuno detenernos ahora y crear otro momento amargo para ambos, además no podía hacer eso con el joven que creaba media lunas en sus párpados al sonreír.

Fue excitante y una clase de reto para mi esta nueva aventura. Recortando distancia con él le deje en claro que lo que hacía me gustaba, y él continuó tocándome, complaciendo por encima del pantalón jean a mi miembro firme.

Nuestros pasos nos en caminaron a la cama y yo caí encima de él. Decidimos continuar con los besos, pero el joven se separó y creí que había hecho algo mal.

- ¿Has hecho esto antes? - pregunto.

- Si - asentí.

- ¿Con un hombre? - regreso a preguntar esta vez sonriendo con picardía.

- Eeh no - admití tímido.

- Bueno supongo que no importa - dijo para halarme de nuevo a él y besarme con fervor.

Trazaba su piel con mis dedos cuando me despojaba una a una de sus prendas, mis labios conocían el gusto del cosmos qué habitaba en su cuerpo y besaba de igual manera el espacio entre su cuello y su clavícula, logrando que Jimin olvidará todos los problemas que nos habían inundado hasta ahora. La felicidad se traducía a estar viajando en el espacio y sus caricias en mi abdomen me acercaban a su planeta para ser parte de este.

La luz tenue de la habitación me hacia pensar que habitamos en un planeta cerca del sol; era amarillo, era naranja claro...era hermoso y tan lleno de vida. No había desconfianza para mostrar mi desnudez, y menos ahora que su mano se acercaba a mi intimida para acariciarla con movimientos lentos y precisos. Gemí por lo que me hacia cerrando los ojos y luego entendí que había que hacer algo más.

- ¿Estas seguro de esto? - me pregunto dejando su palma suave sobre mi mejilla.

- Así es - confirme y él me sonrió.

No habría pensado que Jimin tenía tanta fuerza, pero fue un descubrimiento inesperado cuando me tomó del hombro y me tumbo en la cama, subiéndose entonces sobre mi. Con la luz que nos brindaba la lámpara contemplé a sus pupilas repletas de estrellas, y le sonreí sincero por la alegría que aquello me brindaba. Sus manos recorrieron mi cuerpo desnudo al igual que sus ojos llenos de curiosidad, y poco tiempo después Jimin tuvo la audacia de complacerme con su boca, creando constelaciones usando su lengua en mi abdomen y más allá.

Toco mis puntos sensibles y esas zonas en donde todo mundo decía ver estrellas, pues yo veía a el universo y recorrí la vía láctea estando quizás cerca de la luna y apartado del sol para que no me incendiaria, aunque a decir verdad Jimin ya me estaba prendiendo en llamas.

- Haa... - tenía el valor para gemir, pero no para verlo mientras me practicaba una felación, era exquisita su lengua y el poder que nos traía hoy aquí.

- Jungkook, quiero enseñarte algo - dijo luego y captó mi atención.

- Si... -me senté en la cama atento a lo que quisiera decirme.

- Voy a recostarme y tú me dilataras, ¿de acuerdo? - decía cuando dejaba caer su cabeza sobre la almohada.

- De acuerdo - conteste sin estar seguro de que estaba aceptando.

Jimin hizo uso de mis dedos para tocar su propio nirvana, y le complací como él a mi hace algunos momentos.

- Mmmg...sigue...sigue...haa - jadeo temblando en la cama, aferrándose de las almohadas que ahí yacía.

Creí que iba a eyacular solo por el uso de mis dedos pero cambio de opinión cuando se levanto para besarme y hacerme entender que se encontraba listo.

- Haa, quiero hacerlo Jungkook - jadeo estando estaba guindado de mi cuello. Humedecí mis labios con mi propia lengua y asentí inquieto, no sabía muy bien lo que estaba haciendo - oh espera - me detuvo - ¿tienes condón?

- No... - negué de inmediato, pues en realidad esto no era lo que tenia en mente cuando decidí venir a la fiesta.

- Bah no importa... - dijo para luego carcajear y tumbarse de vuelta en la cama.

Nuestros planetas hicieron colisión, pero en lugar de caer a pedazos estos se fusionaron para crear un mundo más grande. En ese mundo solo habitábamos nosotros dos y yo era digno de contemplar las estrellas en sus pupilas y sus párpados en media luna. También mis ojos era complacidos por esas preciosas mejillas coloradas qué imitaban a la corteza de marte; y esos gemidos qué se transformaban en cantos, y me hacían pensar que era la luna la que me cantaba, que era ella quien me había elegido y no al revés. El calor nos abrazaba y deduje entonces que Jimin era tan fascinante como las galaxias debido a que su perfección era infinita.

[...]

Hace 20 minutos. La Cumbre.

Relato en tercera persona:

- Señor me temo que hay un problema con el Destinado Walter Duncan - menciono una joven quien era parte de la Cumbre, y estaba encargada de hacer el seguimiento de Walter (Jungkook).

- ¿Qué sucede? - pregunto Jin quien con notoria angustia dejo su té a un lado para precipitarse a su empleada.

- Hay un incremento desproporcionado en el ritmo cardíaco de Walter Duncan, esto solo quiere decir dos cosas: esta haciendo ejercicio o esta...

- No puede ser cierto... - expresó Jin creyendo que el proyecto Destinados estaba siendo atacado como nunca antes.

- ¿Qué hacemos señor?

- Manda a organizar todas las unidades que estén libres, vamos a interferir. No podemos permitir que esto ocurra - dijo Jin dando la orden, aceptando haber fracasado y aceptando que sus problemas quizás no terminarían jamás.

Muchas gracias por leer 😉😉. Es un capitulo largo porque después de este se viene un cambio en la historia 👀.

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