Jimin se alejó de nuevo, ya era muy habitual en él. Intenté llamarlo por varios días pero solo cortaba mis llamadas y eso me hacia sentir fatal. Lo único que podía distraerme ahora eran mis clases y las tareas que tenía pendiente por hacer.

Analizaba también que iba a decirle a Jungkook, estaba muy enfadado con él por haberme mentido y actuar de forma tan inocente cuando en realidad era mucho más peligroso de lo que creí.

A esos de las once de la noche el hombre se me presento a través de un sueño, y ahí fui cuando tuve la oportunidad de sacar todo lo que tenia guardado por dentro.

— ¡Hey Walter!, eso fue magnífico, estoy tan feliz — decía Jungkook quien sonreía de oreja a oreja.

— ¿De que hablas?

— ¡Del beso!, Jimin se notaba tan feliz mientras te besaba, digo...mientras me besaba.

— Ah viste eso...supongo que entonces también sabes lo que ocurrió con Jin ¿no? — pregunté sintiéndome amargado y busque un árbol para obtener sombra.

— ¿Con Jin? ¿Qué ocurrió con Jin?, eso no lo pude ver — menciono alcanzándome en el árbol.

— Bueno resulta que ya me dijo la verdad, TODA la verdad — dije haciendo énfasis para que él entendiera por sí solo a que me refería, y creí que lo conseguí cuando observé su expresión preocupada.

— Qué bien, ahora podemos...

— ¿Porque no me lo dijiste? ¿Porque actuaste como si fueras solo un hombre inocente al que le robaron todo?, cuando en verdad hiciste cosas imperdonables — enojado pedí respuestas y me pose frente a él con mis brazos cruzados.

—! Lo lamento Walter, sé que no te dije todo, pero no creí que fuera necesario — intento justificarse.

— Viajaste en el tiempo para salvar a Jimin incontables veces aunque sabias que hacer eso era ilegal, hurtaste la brújula del tiempo o como se llame, y te incluiste en la vida de Jimins qué ni siquiera eran de tu época...además olvidaste decirme lo más importante... — estaba alterado, pero luego de tener más recuerdos me sentí deprimido — qué Jimin esta destinado a morir, que no importa lo que hagamos él siempre morirá.

— ¡Eso no verdad! — exclamó corriendo hacia mi — ¡tú salvaste a Jimin! ¡Él está vivo gracias a ti!, este es el único multiverso en donde Jimin ha sobrevivido, eso significa que cambiaste su destino — aseguró él, pero yo todavía tenia una duda que no me dejaba vivir en paz. 

— Jungkook...

— ¿Si Walter?

— ¿Qué hiciste con los Jungkooks de otras realidades? ¿Los mataste?

— ¿Ah? ¡No! Pfff... — resoplo y negó con la cabeza, pero eso no era suficiente para convencerme.

— Dime la verdad, si quieres que te ayude tienes que ser sincero conmigo.

— Bien... — suspiro — no los mate, los envié a un mundo en donde Jimin y yo jamás existimos, pero nadie lo sabe ni siquiera la Cumbre así que debe ser un secreto — dijo Jungkook, pero ahora no sabía si podía confiar en sus palabras.

— De mi boca no saldrá ni una sola palabra, pero a cambio de mi silencio deseo que tú seas honesto conmigo... — dije pensando luego en lo que él me había prometido — ¿puedes devolverme a mi cuerpo? o ¿no?

Jungkook hizo una expresión que no me gustó y después respondió en susurros qué no pude comprender.

— ¿Qué? — tuve que preguntar al no entenderle.

— Aún estoy averiguando como hacer eso, pero te juró que encontraré la manera de hacerlo.

Eso que dijo me hizo sentir defraudado. Había perdido todas esas horas que pase junto a Sunjin en mi intento de conquistarla, y ahora también perdía la oportunidad de regresar a mi vida.

— ¡Walter! ¡No te vayas! — decía andando detrás de mi cuando yo intentaba escapar de él y de este universo extraño — ¡Walter sé que voy a lograrlo! ¡Por favor confía en mi!

— ¡¿Porque confiaría en ti?! — gruñí en su rostro al girarme y detenerme — ¡desde que te conozco solo te has dedicado a mentirme!, te quejas de Jin y de la Cumbre, pero resulta que eres igual a ellos o peor...

— Walter no necesitas saber todo para regresar a tu mundo. Yo te prometí que me encargaría de eso, siempre hay una forma para conseguir todo — decía, pero ya yo no quería oírlo.

— Eres un mentiroso... — masculle fulminando al hombre con la mirada.

— No te mentí en todo. Te he dicho siempre que amo a Jimin y que él me ama, eso no es mentira.

— ¿Y qué hay de Jimin? ¿Alguna vez le has preguntado lo que él quiere?, te has dedicado a robarle su vida solo por tu capricho inconmensurable, si lo amaras lo dejarías en paz.

— Eso nunca. — se cerró a la idea — y menos ahora que sobrevivió, estamos ante los últimos pasos Walter solo debes ser paciente, estoy trabajando como nunca para regresarte tu vida — afirmó.

— Mi cuerpo se encuentra en el mismo lugar en donde me dijiste que estaría — confirmé su suposición, creyendo que esto sería de ayuda.

— Increíble, debemos encontrar el reloj del tiempo para poder enviarte a tu época una vez y ya hayas ingresado a tu cuerpo — dijo Jungkook.

— ¿Y en dónde se encuentra? — pregunte.

— Lo sabremos pronto. — aseguró y al cerrar mis ojos y volverlos a abrir me encontré en mi habitación, teniendo tantos pensamientos en mi cabeza que fui incapaz de dormir hasta que se hicieron las dos de la madrugada.

Día viernes. 10:15am.

No podía dormir bien desde mi discusión con Jungkook y sentía que él tenía algo que ver con esto. Pero esta situación me estaba afectando demasiado, ya que al estar en clases no podía prestarle atención a todo lo que el profesor de gafas graciosas decía.

— ¿Durmiendo en clases? — escuche a alguien a mi lado y mi mentón resbaló de mi palma. Ahí fue cuando noté qué me estaba quedando dormido.

— Oh...hola Minji — saludé a la chica.

Era increíble pensar como Minji siempre aparecía en momentos inesperados, era una especialista en eso.

— ¿Y qué ocurrió?, no me has dicho para salir desde la última vez que nos vimos.

— Discúlpame, he estado con muchas cuestiones encima. En cuanto tenga un tiempo te prometo que tendremos un rato agradable junto con amigos — dije, pero ahora que lo pensaba yo ni siquiera tenía amigos ¿a quién iba a llevar en la salida?

— Puedo entenderlo — respondió ella colocando sus pesados libros sobre su mesa —, ¿y ya terminaste la tarea sobre la evolución?

— Estoy en eso...cuando iba a clases no hablaban de esas cosas — dije entre dientes al recordar mi vida real.

— ¿Disculpa? — pregunto ella, pues me había escuchado.

— Oh nada, solo pensamientos absurdos — dije queriendo desviar su atención.

— Bueno...¿Y cómo está Jimin? — preguntó.

Tenía muchos asuntos en mi cabeza por resolver, pero de todos modos el que me preguntará de esa forma tan libre sobre el peliplateado fue sospechosa cuanto menos.

— ¿Eh? ¿Tú conoces a Jimin? — me volví a Minji intrigado por una respuesta lógica.

— Yo no, pero tú si. Me dijiste la otra vez que conocías a un Jimin, cuando te pregunté porque habías escrito ese nombre tantas veces en tu cuaderno — explicó y tenía razón. Ahora podía recordar la conversación de ese día.

— Oh si claro...lo lamento, estos últimos días han sido bastante difíciles — exprese agotado rascando mis párpados con los nudillos.

— Puedo comprenderlo. Este es mi número por si deseas salir a hacer algo — decía entregándome un papel con un número escrito.

— Lo tendré en cuenta — asentí guardando el papel en el bolsillo de mi pantalón.

Atendimos a la clase y a las doce del mediodía terminó, fue entonces cuando tuve el tiempo de llamar una vez más a Jimin.

12:20pm.

—  Vamos Jimin...por favor contesta — susurraba para mi mismo.

Y al parecer el mundo escuchó mis plegarias pues Jimin al fin atendió a mi llamado.

— ¡¿Podrías dejar de llamarme como un paranoico?! ¡Tengo treinta malditas llamadas tuyas en las últimas veinticuatro horas! — grito estando ofuscado.

— Lo lamento, discúlpame, pero es que de verdad necesito hablar contigo — respondí.

— ¡Pues yo no necesito hablar contigo! ¡Ya te dije todo lo que tenía que decirte!

— ¡Por favor no cuelgues! — le pedí casi en súplica.

— ¡Si sigues llamando voy a demandarte!

— ¡No, no hagas eso! ¡Por favor solo escúchame!, al menos una última vez...

Jimin entonces se quedo en silencio, pero sabía que no había colgado.

— Habla. — dijo luego de un largo silencio.

— Jimin lo admito, actúe como un imbécil, no te traté de la mejor manera. Sé que no fui justo contigo...

— Jungkook conozco a los hombres como tú. Siempre actúan amigables cuando comenzamos una relación de amistad. Pero resulta que siempre se acercan a mi por una única razón y es esa razón la que no pueden ocultar, y una vez y los confronto con la realidad fingen demencia queriendo aparentar qué yo soy el equivocado ¡cuando no es así!, no soy idiota Jungkook; sé reconocer la forma en la que me miras o en la que finges no mirarme. Desde que te conocí no actúas como un amigo actuaría con otro, pero te avergüenza reconocerlo.

Si Jimin era capaz de ver todo eso entonces todos lo podrían ver. A decir verdad jamás había pensado en esos detalles hasta que me encontré con Jungkook. No sabía de que forma me estaba relacionando con Jimin, quizás esto tendría que ver con que éramos destinados.

— Tienes razón. Yo no debí hacer cosas que te hicieran pensar mal, yo solo quería ser...

— ¿Amigable? — dijo por mi.

— Si... — musite.

— Bien, al menos sé que siempre tuve la razón pero ¿sabes que es lo que más me molesta? 

— No.

—  No haberme equivocado...eso sería más reconfortante ahora — susurró y tuve el presentimiento de que se encontraba llorando.

—  Jimin eres un buena persona, estoy seguro de que tu futuro será grandioso, eres en verdad valioso...

— Jungkook me gustas. — declaró con el objetivo de interrumpirme.

— Lo sé. — confirmé.

— ¿Y si lo sabias porque no hiciste nada para alejarme? ¿Porque me besaste aquella noche?

— Porque estamos destinados. — dije queriendo hablar con la verdad.

— ¿Q-qué qué? — pregunto con incertidumbre — ¿Cómo que destinados? ¿Me estas tomando el pelo, Jungkook? — cuestionó enfadado.

— No, no. Ahora no puedo decirte mucho, pero es verdad. El mundo es más extraño de lo que crees Jimin.

 — Si ya veo...

— Cuando pueda decirte todo te prometo que te lo diré, pero ahora debo irme, por favor cuídate cuando vayas a cruzar las calles y mantente siempre abrigado, si ves algo fuera de lo normal avísame ¿si?

— Jungkook ¿qué te andas metiendo?

— Nada, es que quiero ser sincero contigo a partir de ahora. Te diré todo lo que se, pero tiene que ser en persona.

— Ah no, no, no, ni siquiera quiero verte.

— ¿Cómo salió tu padre de la operación? — indague.

— Genial, pero ¿eso que tiene que ver?

— ¿Harás la fiesta entonces?

— Si, pero...

— ¡Entonces nos veremos ahí!, y te contaré todo lo que desees saber.

— Jungkook, pero tú no...

— Cuídate, nos veremos pronto — dije para finalizar la llamada.

— Adiós Jungkook. — se despidió con un tono depresivo antes de colgar y eso me hizo sentir terrible, tal vez lo mejor era ir ahora con él.

Cada vez que Jimin hacia insinuaciones con alejarse mi corazón se apagaba, me sentía mucho más débil de lo normal. Pero al menos ahora entendía que el único arma que tenía a mi favor era la verdad. La verdad nos haría libres a mi y a Jimin, y ya me estaba importando muy poco lo que tenían para opinar Jungkook o Jin.

Le pedí a Jimin en un mensaje la dirección y la hora de la fiesta que él tenía pensado organizar. Mientras esperaba fui a un restaurante cercano para pedir mi almuerzo, y cuando metí mi mano en el bolsillo de mi pantalón me encontré con el papel que tenía anotado el número de Minji. Sin perder el tiempo use mi teléfono para agendar el número de la chica con el objetivo de pedirle que me acompañará a la futura reunión de Jimin, pero cuando estuve a nada de enviarle un mensaje me di cuenta de que ella ya me había enviado uno mucho antes de tan siquiera tener mi número. Mi mente colapsó y no fue capaz de procesar bien lo que leía, era inaudito, casi imposible.

Minji:

— No permitas que Jimin guarde la guitarra.

Minji había sido el número desconocido que me había advertido del accidente de ese día, antes de que este sucediera. Ahora todo se complicaba mucho más para mi, y para los que ansiábamos respuestas perspicaces.

Muchas gracias por leer, feliz fin de semana 🤗🤗💗💗