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Capitulo 13:⛅

Estaba durmiendo en mi cama cuando sentí que algo me jalaba hacia abajo. Desperté desesperado y con temor afirme lo que creí mientras dormía, algo me estaba halando y ahora parecía que la cama me quisiera devorar. Me sujete de las sábanas queriendo evitar que una catástrofe sucediera, pero fue inútil, yo fui absorbido por la cama y luego me expulsó en otro mundo el cual ya yo conocía.

Me hallaba una vez más en el campo de flores silvestres junto al cegador sol y el cielo azul que por momentos se tornaba en anaranjado. Me levante sacudiendo mis pantalones y antes de vocalizar tan siquiera una palabra ese molestoso hombre me habló.

— No te sacudas mucho, las flores no se van apartar de ti o de tu ropa hasta que te marches — dijo él.

— Al fin te apareces, ¿tienes idea de cuantas veces te llamé en el mundo real? — enojado me volví a él cruzándome de brazos.

— ¿Y tu tienes idea de cuán difícil es contactar contigo?, esto que hago no es por caridad Walter, tengo un fin en mente.

— Ah  bueno a ver si ya me dices tu preciado fin porque la verdad es que no estoy entendiendo nada. Se supone que mi objetivo inicial era enamorar a Sunjin, pero siento que cada día todo va a peor con ella. Jin solo me habla con metáforas y no es directo conmigo, y como si no fuera suficiente ahora Jimin me detesta — revele indignado, caminando de un lado a otro.

— Si, es increíble que en solo unas pocas semanas hicieras todo tan mal... — hablo despectivo.

— ¿Ah si?, entonces ve tu a la tierra a ver si lo haces mejor, pfff — chiste mi lengua con enojo, sentándome sobre el suelo.

— Lo haría, si tan solo no hubieses robado mi cuerpo...

— ¡Que yo no robe nada! ¡Se me impuso estar aquí! — exclame levantándome de golpe.

— Walter sé que no robaste nada, Jin tuvo la culpa. Pero no puedo hacer mucho contra él y la cumbre... — dijo fatigado dirigiendo su vista al suelo —. Walter si te dijera que tengo la posibilidad para que tú no tengas  que enamorar a esa chica, que puedes regresar a tu época y que yo ingresare en mi cuerpo para estar con Jimin, ¿tú que dirías?

— Que es la idea perfecta — admití.

— Entonces te contaré lo que sucedió y también mi plan.

— ¿Es posible? — abrí mis ojos teniendo esperanza y fe en lo que Jungkook me decía.

— Lo es, pues tal parece que ni Jin ni la cumbre saben de este lugar, por esa razón aun no han podido encontrarme.

— ¿Y cuál es tu plan entonces?

— Antes de decírtelo tienes que saber lo que ocurrió...conozco a Jimin desde hace cientos de años, ni siquiera habías nacido todavía y yo ya estaba intentando cuidarlo de todo y de todos. Pero la Cumbre no estuvo de acuerdo con nuestra relación...

— ¿Porque? — indague

— Aún no lo se, solo supongo que nuestra relación no está escrita en el plan de "Destinados". He intentado llegar a él por miles de formas, pero cada vez que piso la tierra la Cumbre me encuentra y nos separa. Por eso es que ahora estas tú aquí, porque Jin y la Cumbre quieren usar mi cuerpo para crear su propia historia con alguien que no es Jimin, usarme básicamente como un títere, pero no se los permitiré — al terminar de decir  el reloj de Jungkook comenzó a sonar, entendía eso como el momento en que él debía marcharse.

— Espera, ¿cómo sabré qué debo hacer? ¿Cuál es el plan?

— Buscaré alguna forma de comunicarme contigo, por ahora esto es todo. Cuida a Jimin y restablece tu amistad con él, debes mantenerlo cerca para que todo funcione.

El cielo se hizo gris y el mismo tornado de la última vez amenazaba con tragarnos.

— Debes alejarte de Sunjin y seguir a Jimin — fue lo último que me dijo Jungkook antes de que el tornado lo hiciera volar por los aires y desaparecer.

— No, no, no. Ya te dije Walter Jungkook, debes alejarte de Jimin y seguir a Sunjin. Es la única manera en la que vas a poder regresar a tu época — me decía Jin.

— Pero yo le prometí que iba a ayudarlo con la mensualidad de su academia — mencione porque Jin se negaba a darme más dinero.

— Lo lamento Walter Jungkook, pero esa no es mi prioridad y tampoco debería ser la tuya. Tu misión es lo más importante ahora y la estas haciendo a un lado por contentar a este chico que ni siquiera te va a recordar cuando te vayas.

Era triste recordar que Jimin se olvidaría de mi una vez y me marchara a mi época, pero supuse que así es como las cosas debían ser.

— Entonces conseguiré un empleo.

— No, no puedes hacer eso — negó enseguida sin darme una razón.

— ¿Y porque?

— Porque debes centrarte en tu misión Walter Jungkook. Si tomas un empleo sería algo más de lo que debes ocuparte además de los estudios, y eso te quitaría tiempo que pudieras disfrutar junto a Sunjin — decía siendo amable y usando sonrisas, pero luego de la historia de Jungkook, todo se me hacia falso en Jin.

— No se cual es tu insistencia con Sunjin, empiezo a pensar que ella me odia — mencioné cabizbajo.

— No es así, Roma no se construyó en un día hijo, una relación lleva tiempo — decía al borrar la pizarra frente a él y escribir más cosas con la ayuda de un plumón.

— Si es así, ¿entonces cuanto más tiempo tengo que pasar aquí?

— Los que sean necesarios — respondió luego.

En caso de ser cierto lo que Jungkook me había dicho entonces Jin estaba jugando conmigo. Sentía que me había engañado al hacerme creer que mi misión era sencilla y que solo me tomaría un par de meses, cuando en realidad esto podía durar muchos años. Yo no estaba dispuesto a esperar tanto años para reencontrarme con mi familia, si me iban a entregar esa oportunidad quería que todo se resolviera ahora, y tal vez esa rapidez solo lo lograría con la ayuda de Jungkook. Entonces me decidí por hacer una pregunta trampa.

— Jin, a veces siento que no puedo manejar mi propio cuerpo, como si me controlará ¿eso es normal?

— Mmm ¿a qué te refieres?

— Que siento que este cuerpo está siendo guiado por alguien más. La verdad es que creo que hay muchas cosas que no me dices, Jin — dije, pero el hombre no me observó hasta unos cuantos segundos después.

— ¡Oh mira la hora!, ya es muy tarde — menciono estando exaltado, contemplando un reloj inexistente en su muñeca.

— ¿Esta todo bien?, porque la hora aun no ha terminado. — y era verdad lo que decía, todavía quedaban veinte minutos de clases según por mi propio reloj.

— Le prometí al vecino del amigo de mi primo que le enseñaría golf hoy así que, me temo que la clase será más corta — dijo tronando sus dedos después, haciendo que apareciera a su costado un bolso largo lleno de palos de golf.

Se separó de mi y tronando sus dedos una vez más cambió su atuendo a uno auténtico de un deportista de golf, aunque se le viera bien esto me parecía inaudito.

¿Hasta donde pensaba llegar con esta mentira solo para no decirme las cosas con eran?

— Nos veremos entonces Walter Jungkook — se despidió, y luego de escuchar como el hombre trono sus dedos por última vez, yo aparecí en mi habitación como lo hacía siempre que llegaba desde su mundo.

Me senté en la cama en completa soledad y con malestar. Ahora sabía que si ayudaba a Jimin con la mensualidad no iba a poder gastar tanto en cafeterías o restaurantes como antes, y eso enfadaría a Sunjin. Antes de tomar una decisión drástica me plantee muy enserio lo que me decía Jungkook y lo que me decía Jin, pero la verdad es que quien más me ayudo a tomar una decisión fue el propio Jimin, sin decir nada...solo la ausencia de su presencia me hacia replantearme qué tal vez Jin me estuvo mintiendo desde el segundo uno. Añadiéndole además que mi espíritu siempre se sentía agonizante cuando no tenía al peliplateado cerca.

Llevado por mis sentimientos y querer buscar una solución rápida compre un sobre en donde introduje el dinero exacto de la mensualidad. Escribí un pequeño mensaje en una nota y cerré el sobre.

Para hacérselo llegar a Jimin tuve la idea de esperar a su hermana en la parada de autobús, ya que ahora recordaba que el joven alguna vez me hubo mencionado que Jiyeong estudiaba en una universidad a dos calles de mi facultad. Me detuve ahí en el mediodía y sin almuerzo (sin haberlo tomado porque sentía que si comía perdía esta oportunidad), y espere por al menos veinte minutos cuando entonces la vi caminar hacia acá. Me oculte detrás de unas personas para que la primera impresión de Jiyeong al verme no fuera huir, y con paciencia aguarde para que se acercará más.

Cuando la vi en mi costado me propuse saludarla, y al menos esta vez no reaccionó tan mal.

— Hola Jiyeong — dije haciendo una reverencia.

— ¿Otra vez tu? ¿Me estas siguiendo o algo así?

— Mmm casi...

— ¿Qué?

— La verdad es que te espere porque quería dar esto — dije entregándole dicho sobre.

— ¿Y esto que es? — pregunto tomando el sobre y leyendo lo que yo hube escrito en este.

— Es para Jimin. Por algo que le prometí antes de que nos peleáramos — explique encogiéndome de hombros, sintiendo algo de vergüenza.

— ¿Entonces quieres que yo se lo entregue? — pregunto y por su tono creí que estaba enojada.

—  Si por favor es muy importante, y créeme no es nada para fastidiarlo — hable un poco más, para captar su confianza.

— Si, supe que te disculpaste con él. Eso estuvo bien — asintió para entonces guardar el sobre en su bolso —. Se lo daré — me afirmó.

—  Muchas gracias, que estés bien — dije cuando me marchaba luego de hacer otra reverencia para agradecer y despedirme.

Camine hacia el restaurante de todas las tardes y envié algunos mensajes a Sunjin solo para hacer hora, ella ya no era mi objetivo principal.

A eso de las siete, cuando ya me encontraba haciendo mis deberes con la ayuda de la magia del Internet, mi teléfono vibró con una llamada. El corazón dio un pequeño, pero importante brinco cuando mis pupilas pudieron leer el remitente en la pantalla, era Jimin.

Esperando que lo peor pasara y no haciéndome muchas ilusiones, atendí.

— ¿Hola? — respondí.

— ¿Porque lo hiciste? — dijo él.

— ¿Qué cosa? — pregunté queriendo que él se extendiera más.

— Tú sabes que, enviándome dinero como si yo fuera tu...mejor no digo nada — su voz se notaba molesta, pero yo estaba a gusto con al menos poder escucharlo.

— Es lo que te prometí, ¿lo recuerdas?

— Cuando lo mencionaste no pensé que sería en serio.

— Yo siempre cumplo mis promesas, como también esa promesa que cumplí cuando te fui a ver en tu presentación — revele y sentí que eso llamo su atención.

— ¿T-tu fuiste?

— Por supuesto, hasta grabé un video del momento.

— No te vi...

— No quería que lo hicieras. Sabía que estabas tan enojado que lo menos que deseabas era verme el día de tu presentación — explique mi punto.

— Bueno, me conoces, porque tienes razón en eso — rio bajo y yo le seguí. Tenía una risa muy jovial.

— ¿Te haces una idea de cuanto lamento lo que ocurrió?

— Mmm la verdad es que no lo se. Lo que dijiste pareció muy real.

—  Era real, pero en un concepto totalmente errado. Me equivoque desde el primer segundo en que decidí abrir mi boca solo para soltar blasfemias, y ahora ese recuerdo me hace sentir tan avergonzado de mi mismo — susurre a la bocina de mi teléfono, mientras deseaba estar diciéndole estas palabras a Jimin en persona.

— ¿Entonces piensas que cumpliendo tus promesas yo voy a perdonarte?

— Mmm sip. — afirme de una forma tan descarada que sentí que eso lo iba hacer reír, y supe que no me equivoque cuando escuche su risa.

— Tú no tienes reparo en verdad... — hablo carcajeando — pero, debo ser sincero contigo y decirte que las cosas ya no van a poder ser como lo eran antes. Podemos volver a hablar, pero lo mejor para ambos será no encontrarnos mucho, quizás eso pueda confundirnos.

Acepte lo que Jimin estaba proponiendo porque conocía a que hacía referencia. Ahora que sabía sobre su orientación y parte de su historia con el Jungkook real, no era apropiado que continuáramos con nuestra relación de amistad como lo era en un principio. Porque era cierto que yo quería a Jimin, pero solo como un amigo, no lo veía de esa forma en como el Jungkook real seguro lo veía. Me comprometí con su decisión y esa noche estuvimos conversando durante una hora entera. Me comento lo mucho que fue elogiado tanto por sus padres, como también por sus profesores. Hablamos sobre distintos temas que a ambos nos interesaban, tales como el cine y la música, y también me hizo anotar un listado de películas que tenia que ver si o si, pues según sus palabras "eran parte de la cultura general". 

Finalizamos la llamada prometiéndonos encontrarnos un día con amigos para ir a beber algo u también salir al cine, pero Jimin siempre hacia énfasis en que todo debía ser en grupo, nunca y jamás ambos solos, y yo lo entendía.

Termine la noche sintiéndome realizado. Había culminado mis deberes, me amiste con Jimin y lo estaba ayudando además a cumplir su sueño. Todo era tan grandioso para mi que juraba haber dormido con una brillante sonrisa en mi rostro. Pero mi encuentro con Jimin fue más pronto de lo que espere, y no fue por las razones correctas.

Agosto. Día martes. 06:30pm.

Veía la presentación de ballet por parte de Sunjin. Podía opinar que ella lo hacía bien a pesar de que yo no estaba muy familiarizado con esta danza. Con sus piernas largas y envueltas en mallas, daba giros con saltos, atrayendo la atención del público con sus vestimentas estéticas y pasos pulcros.

Estaban en la mitad de la presentación cuando mi teléfono comenzó a sonar. Saqué este del bolsillo para apagarlo, pero no pude hacerlo porque se trataba de Jimin. Sabía muy bien que el hombre no me llamaba por cualquier tontería, pues desde que nos contentamos no habíamos intercambiado palabras al intentar seguir con nuestra sana distancia, así que tuve que salirme del teatro para atenderle.

— Hola Jimin, ¿cómo estas? — pregunté cuando atendí.

— ¿Puedes venir a la cafetería en donde siempre nos encontrábamos? — pregunto y supe que algo no andaba bien cuando oí su llanto.

— ¿Qué ocurrió? — angustiado por su salud me atreví a preguntar.

— No me siento bien, y necesito tener a alguien conmigo antes de que pueda cometer una locura — sollozo.

—  Estaré ahí en quince minutos, quédate en donde estas y llámame de nuevo si lo necesitas, ¿esta bien?

— E-esta bien. — afirmó colgando después.

Percibí una punzada de temor en mi pecho. Jimin no era de los que lloraban o pedían ayuda por  cualquier cosa, de hecho la primera vez que lo vi llorar ni siquiera quería demostrarme que estaba llorando. Algo no estaba bien y temía por lo peor.

Tuve que dejarle un mensaje a Sunjin con una de sus compañeras de danza, y tome el bus que me llevaría más rápido a la cafetería popular por ambos.

Entre la neblina de la noche y la oscuridad hallé a Jimin temblando en un banco de la plaza, como si fuera él un cachorro abandonado. Me acerque a su lado y lo primero que hice fue observar su rostro, el cual estaba inundado por todas sus lágrimas.

— Jimin, ¿qué ocurrió? ¿Qué...?

Pero entonces el chico habló.

— A mi padre...le han detectado cáncer en el hígado... — menciono temblando, muriendo junto a esa revelación tan mortífera.

Lo tomé entre mis brazos para abrazarlo y brindarle el amor caluroso que estaba necesitando. Ahí recordé a mi padre real, y como este había muerto también debido a un cáncer...Jimin y yo no éramos tan diferentes después de todo.

Muchas gracias por leer y por su paciencia jeje 🤗. Cuídense 💖

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