𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖽𝗈𝗌
Pov Chan
Durante la recepción finalmente pude
encontrar a Changbin o más bien el me
encontró a mi.
- ¡Chan! - me saludó efusivamente - ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Demasiado - respondí intentando no
mirar en dirección a su flamante esposo quien permanecía a su lado
- Creo que aún no he tenido oportunidad de presentarlos correctamente - mencionó - Chan, el es Seungmin
- De hecho ya nos conocimos anoche - se adelantó a decir el tipo
Tragué saliva sintiéndome repentinamente ansioso.
- ¿Cómo es que no lo sabía? - preguntó Changbin
- No creí necesario mencionarlo - se encogió de hombros - no es que habláramos demasiado
- Eso es cierto - respondí rápidamente - es un gusto conocerte - me aclaré la
garganta estrechando su mano mientras intentaba evitar su mirada y fallando miserablemente en ello
- Igualmente - respondió - Changbin me ha hablado bastante de ti - mencionó
- Espero que cosas buenas - metí mis
manos en mis bolsillos intentando lucir
despreocupado
- Por supuesto que han sido buenas ¿por quién me tomas? - mencionó Changbin
Por un bastardo egoista y engreido que no hace más que burlarse de las personas que le rodean ¿tal vez?
- ¡Ya! tampoco es que crea que hablas mal de mi, de ser así no me hubieses elegido como tu padrino - intenté bromear
- Eres un tipo respetable y por sobre todo confiable, valoro eso en las personas - se encogió de hombros
- Disculpen - escuché una voz demasiado profunda a mis espaldas, e intenté contener el gemido de angustia que estuvo a punto de escapar de entre mis labios
¿Porqué la vida es así de cruel?
- Venía a despedirme - aclaró - ya cumplí con mi labor de oficiar la ceremonia
- Si lo dice de esa manera, suena a que
está obligado en esta recepción, Padre
Un escalofrío recorrió mi espalda al oir a Changbin llamarle de esa manera.
Ahora tenía la sensación de que todos
los presentes en el salón, sabian de mi
aventura de una noche con el sacerdote.
- No era mi intención decirlo de esa
manera - comentó divertido
- Al menos podría quedarse unas horas
más, no sabe lo agradecidos que estamos con usted por oficiar nuestra boda - aclaró - ningún otro sacerdote aceptó antes de usted
- El amor es amor, independiente del
formato en el cual se presente - mencionó - no todos lo ven de esa manera, pero al menos yo me considero un hombre abierto de mente
Y no sólo de mente..
Escupí el contenido de mi boca sobre el
traje de Hyunjin, quien venía recién
integrándose a la conversación, notando el rumbo que estaban tomando mis pensamientos sobre aquel hombre de Dios.
- Lo siento - me disculpé avergonzado
intentando limpiar el desastre
- No te preocupes, hombre - respondió - igual no pretendía usarlo hasta que
alguien más se case, y eso no sucede con frecuencia - se encogió de hombros
- ¿Tan horrible es lo que sea que estés
bebiendo? - preguntó divertido Changbin
- Es mojito - respondió una nueva voz a
mis espaldas
Quería que la tierra me tragara al tener
esta vez a los 3 hombres de la noche
anterior, manteniendo una conversación e ignorando completamente el hecho de lo que tenían en común
- Chan, el es Minho, mi cuñado - me
presentó frente al hermoso Garzón de la noche anterior
- Lo recuerdo bastante bien, estuvimos
conversando en la barra - una sonrisa
traviesa tiro de sus labios - veo que le
tomaste mucho gusto a lo de anoche - tragué saliva sintiendo mis piernas
temblar al creer que sería exhibido
- ¿A lo de anoche? - preguntó interesado Changbin
- Ya sabes, el sigue bebiendo mojitos, como si el mundo fuese a acabar hoy - aclaró
Senti mis piernas flaquear, dejando
escapar un suspiro de alivio que no sabía estaba conteniendo.
Voltee en dirección a los demás al notar
que habían retomado la conversación
sobre como había ido la boda,
encontrándome de lleno con la mirada de aquel Ángel.
El desvió la mirada de inmediato,
prestando atención a lo que Changbin estaba comentando.
¡Ohh mierda!
Por lo visto aquel traidor bajo mi pantalón, no había tenido suficiente diversión la noche anterior porque de pronto parecía buscar escapar por mi bragueta, buscando a su siguiente objetivo.
¿Porqué aquel tipo no podía simplemente ser un hombre de edad, medio calvo y de sonrisa siniestra como la mayoría de los sacerdotes?
La vida era demasiado injusta, aquella
había sido mi mejor cogida y ni siquiera podía jactarme de ello, porque
probablemente me harían arder en una
hoguera por fornicar con aquel hombre
santo.
Que de santo no tenia mucho porque, yo podría ser un degenerado por
prácticamente atrapar a mi presa, pero
el padrecito no parecía estar sufriendo o poniendo demasiada resistencia.
Al hombre santo le gustaba reírse en la
fila, de eso no había duda.
Tal vez y sólo tal vez, el podría estar
interesado en repetir.
Ya luego podría pedirle perdón a su jefe
por hacer cochinadas con el rebaño, en
lugar de predicar.
¿Desde cuando me había convertido en un descarado?
Ese joven sacerdote sólo pretendía
oficiar una boda y terminó obteniendo su propia despedida, por parte de uno de los padrinos.
Cada vez que volteaba en su dirección,
no conseguía ver algo más que a aquel
tipo retorciéndose bajo mi cuerpo y
aferrándose a las sábanas.
El tipo no estaba ebrio la noche anterior y sin embargo cedió a que las cosas sucedieran, dándome un indicio de que si lo intentaba nuevamente el podría estar muy dispuesto.
Le vi acercarse hasta el baño, y no tardé en colarme entre las personas siguiéndole muy de cerca.
Ya tenía un lugar en el infierno por
haber corrompido a aquel hombre santo, si repetíamos o no, no haría una gran diferencia.
A pesar de haberle visto entrar al baño, no conseguí obtener una sola reseña sobre el al entrar en segundo lugar.
Parecía haberse esfumado del lugar o al menos eso fue lo creí, antes de oírle
aclarar su garganta tras de mí.
- ¿Estás siguiéndome? - sonaba más a una afirmación que a una pregunta
¿Qué se supone que le dijera?
El era una autoridad religiosa, no podía
simplemente hablarle como a un ligue de una noche, pero tampoco podía llamarle padrecito.
- Necesitaba hablar contigo, sobre algo - conseguí balbucear, sintiéndome
sumamente incómodo al evaluar
detenidamente su apariencia
El vestía un pantalón formal negro en
conjunto con una camisa del mismo color, haciendo resaltar el cuello clerical blanco en su cuello
Quería darme de cabezazos contra un
muro al verle vestir como lo que era, un
sacerdote.
¿Era siquiera posible excitarse por ver a un sacerdote?
- ¿Sobre qué? - preguntó despreocupado
- Sobre lo de anoche - me apresuré a
responder, el no lucía mortificado, ni
siquiera parecía la mitad de avergonzado de lo que me sentía
- ¿Qué pasa con eso? - preguntó
- Es que... - me detuve abruptamente
pensando detenidamente en que agregar - eres un sacerdote
- Que observador - chasqueó la lengua -
¿qué hay con eso? ¿temes ir al infierno?
Tragué saliva sintiendo sus palabras como una amenaza directa.
- No, yo no - balbucee - creo que iba a ir
al infierno igualmente antes de habernos conocido
- ¿Y eso porqué? - preguntó apoyando su espalda en el muro tras de sí, a la vez que se cruzaba de brazos
No podía evitar sentirme como en un
confesionario al hablar con aquel tipo,
y eso sólo conseguía ponerme aún más
nervioso.
- Porque, ¿no he sido un buen hombre? - comenté aturdido
- ¿Y quien si? - preguntó ladeando su
cabeza - no necesitas sentirte mortificado por esto, todos cometemos errores
- El problema no fue cometer el error -
aclaré - querer repetir es lo que me hace sentir mortificado
- ¿Quieres repetir aún sabiendo que soy
un sacerdote? - preguntó incrédulo
- Si sirve de algo, quería repetir incluso
antes de saber que eras un sacerdote -
aclaré
Un suspiro escapó de entre sus labios,
mientras parecía estar pensando
detenidamente en ello.
- ¿Lo estás considerando? - pregunté
después de algunos minutos de silencio
- No se trata de eso - mencionó - llevo algunos meses pensando en dejar el hábito, pero no conseguía estar
completamente seguro
- ¿Ahora ya estás seguro? - pregunté
interesado
- ¿Te crees lo suficientemente bueno como para doblegar mi fé? - preguntó
- Hasta cierto punto, eso fue lo que hice - mencioné seguro
- Me parecías más atractivo cuando no
hablabas, y sólo buscabas saciar tus
necesidades - suspiró
- Me parece a mi, ¿o estás negando que
las tuyas fueron saciadas? - lo miré
entre cerrando mis ojos - no estabas
precisamente sufriendo
- Crei que tu si, al oír los sollozos que
dejabas escapar de camino hasta aquí -
aclaró
- Estaba pasando un mal momento -
corregi - no hay manera de ver como algo bueno el coger con un religioso
- Pero aquí estás ahora mismo,
pidiéndome repetir - chasqueó la lengua - tu no aprendes, ¿verdad?
Considerando que me había bebido al
menos 4 mojitos en lo que iba de día, creo que el tenía razón.
Yo no aprendo;
- ¿Vas a darme una oportunidad? - pregunté ignorando su útima pregunta
- Tienes la oportunidad de arrepentirte
- ¿Me estás jodiendo? - fruncí el ceño -
no quiero arrepentirme, estoy bien así,
gracias
- Hay una gran cantidad de invitados allí afuera - señaló
- Quiero hacerlo contigo, no con los demás invitados - insistí
- ¿Te excita que sea un sacerdote? -
preguntó
Mi quijada prácticamente cayó hasta
el piso, habían tantas cosas mal en oír
aquellas palabras salir de la boca de
un sacerdote, que no sabía por donde
empezar a debatir.
- ¿Es eso? - insistió - ¿tienes algún tipo
de fantasía sexual con tener relaciones
sexuales con clérigos?
- ¡Dios mío! - gemí - deja de hablar sobre sexo mientras vistes así, por favor - me quejé - al menos quítate el clériman si quieres opinar
- Eres un fetichista - admitió - pareces
estar familiarizado con mi atuendo, y eso no es común
- Mi tío es un sacerdote, por eso lo sé - le corregí - y no, no tengo un fetiche o tal vez sí, desde anoche por eso estoy
deseando repetir
- Bien - se encogió de hombros
- ¿Si? - pregunté incrédulo - ¿sólo así
nada más?
- Claro - respondió despreocupado - pero no voy a quitarme el hábito
Mis ojos parecían a punto de escapar de
sus cuencas, de ninguna manera.
No podia hacer algo con el, vistiendo como un sacerdote.
¿Qué vendría luego?
¿Nalguearlo mientras lo llamaba
padrecito?
- No puedo hacerlo si llevas puesto eso -
señalé
- No parece ser un problema para tu libido - comentó repasándome con la mirada antes de detenerse sobre mi entrepierna
El tipo era un degenerado, de eso no había dudas.
Pero había algo tan atractivo en el, que
me impedía simplemente dejarlo pasar,
tal vez podría conseguir hacerle maldecir llevando el hábito.
Aunque no sería la gran cosa,
considerando que no dejaba de hablar de sexo, aún vistiéndolo.
- Entonces, ¿ya tienes tu respuesta? - preguntó
- Si - respondi rápidamente - lo hare
aunque sigas vistiendo así
Su mirada era realmente penetrante, y
sumada a su rostro angelical no hacían
demasiado por controlar mi excitación.
- Te espero en el estacionamiento -
comentó antes de salir del baño
Necesitaba condones, y ni de broma se
los pediría a Felix, el comenzaría a preguntar y soy realmente malo
mintiendo.
No teniendo demasiadas opciones
simplemente tendríamos que hacer escala en alguna farmacia.
Me sentía extremadamente paranoico al partir de camino a mi casa, esperando no encontrarme a algún conocido de paso.
Entré prácticamente como un tornado a la farmacia tomando los condones de manera apresurada, sin siquiera verificar algo al respecto antes de salir del lugar como si el diablo viniera tras de mí.
No tenía una excusa válida para justificar al sacerdote en mi auto, pero como muchos dicen mientras menos deseas ver a alguien, más probabilidades existen de que encuentres lo contrario.
- ¿Chan? - escuché a alguien preguntar,
encontrándome de lleno con uno de los
más entrometidos de mis compañeros de trabajo
- ¡Hey! - lo saludé apartándome de
inmediato de la puerta de mi auto
Le ví observar con interés al sacerdote.
- Hombre, ¿cómo estás? - comentó viendo descaradamente al individuo que parecía estar cambiando la música en el interior de mi auto
- Hmm bien - respondi - estoy un poco
corto de tiempo, hombre - mencioné -
están esperando por mi
- ¿Vas a casarte o algo así? - preguntó
interesado
- No, por supuesto que no - balbucee
viendo al sacerdote, quien parecía muy
cómodo arreglando su cabello, mientras se veía por el espejo retrovisor - mi vecina - comenté de manera atropellada - está muriendo y necesito llevarlo para obtener una extremaunción
La pobre anciana que tenía por vecina, no tenía culpa de mi calentura.
Pero no podia pensar en algo lo
suficientemente bueno, para sacar de mi camino a aquel chismoso.
- Ohhh lo siento, Chan - comentó - no
te quito mas tiempo
- No te preocupes- comenté subiendo a
mi auto - ¿nos vemos el lunes si?
- Por supuesto - asintió - adiós
Ni siquiera respondí algo más antes de
salir rápidamente del estacionamiento de la farmacia.
- ¿Es tu amigo? - preguntó interesado
- Un colega del trabajo - respondí
- ¿A qué te dedicas? - preguntó curioso
- A ser un hereje que duerme con clérigos - balbucee
- Me refiero a ¿cómo te ganas la vida? -
señaló
- Soy profesor - comenté evitando dar
demasiados detalles
- ¿De primaria? - preguntó
- ¿Por qué tanto interés? - respondi
- Sólo estoy buscando algún tema de
conversación - mencionó - luces nervioso
- Estoy nervioso - balbucee - estoy
llevando a un sacerdote hasta mi casa
para coger a lo bestia, y tengo la horrible sensación de que todo el mundo lo sabe
- Creo que tienes un grave problema -
negó - lo útimo que alguien pensaría al
verte con un sacerdote es en darle algún índole sexual
- ¿Por qué estás tan tranquilo? - pregunté curioso estacionando afuera de mi casa - ¿no deberías estar hiperventilando? Eres tu quien está en una situación aún peor - aclaré - a menos que acostumbres a hacer este tipo de cosas con tu rebaño
- No acostumbro a hacer este tipo de
cosas, pero por lo visto tu sí - mencionó - ¿no es Minho el herrmano del novio? -
preguntó interesado - el no ha dejado de llamarte, desde que entraste a la farmacia
Tragué saliva, sin conseguir recordar en que momento le dí mi número al Garzón, probablemente esto sucedió cuando estaba demasiado ebrio para conseguir recordar.
- Es un amigo de la infancia - balbucee -
no nos veíamos hace mucho
Su mirada escrutadora consiguió erizar
cada vello de mi cuerpo, no podía mentirle a un sacerdote.
Eso no estaba bien.
- Es un tipo a quien conocí estando ebrio anoche - corregí - el me ayudó con
algunos asuntos
- Ya veo - alzó una de sus cejas - ¿estuviste con el antes de verme?
- Sí - admití - ¡no! - me corregi
rapidamente al notar a que se referia
con estar - estuve con el pero no hicimos demasiado, sólo conversamos y tal vez un poco más, pero no hicimos - balbucee - ya sabes
- Para ser un hombre que me pidió
mantener relaciones sexuales, pareces ser exageradamente pudoroso
- Lo soy, es sólo que - me detuve
abruptamente - no estoy seguro de que es lo que estoy haciendo
- ¿Vamos a entrar o nos quedaremos aquí? - preguntó
- Ohh sí, cierto - comenté arrastrando un poco las palabras - vamos
Prácticamente le empujé en el interior
de mi casa, antes de saludar con una de
mis manos a mi anciana vecina, a quien supuestamente debía traerle el sacerdote para recibir a extremaunción.
- Lindo lugar - comentó observando en
detalles mi casa, mientras aseguraba la
puerta - ¿no vas a ofrecerme al menos un vaso de agua?
De paso podría pedirle bendecir el agua
de mi ducha, lo necesitaría para poder
dormir tranquilo por las noches luego de cometer semejante estupidez.
- Claro - comenté intentando no tropezar con mis propios pies antes de llegar a la cocina
Sentí su cálido aliento humedecer mi nuca, al cerrar el grifo siendo seguido de cerca por sus labios en aquel lugar.
Una de sus manos las cuales se habían
mantenido ancladas a mi cintura, deslizó por la parte delantera de mi pantalón hasta detenerse sobre mi entrepierna, acariciando tentativamente aquel lugar.
Tragué saliva sintiéndome demasiado
desorientado al sentir sus dedos bajar mi cremallera.
Sentía mi corazón latir desbocado, ya no podia arrepentirme y no es un quisiera hacerlo.
Sus labios parecían no conseguir apartarse de mi cuello, mientras conseguía liberar mi erección únicamernte por mi bragueta, sin siquiera desabotonar mi pantalón.
Bajando ligeramente mi mirada, pude
ver su mano estimularme, su dedo pulgar frotando la parte superior de mi pene, mientras todo el espesor del mismo permanecía sostenido por la palma de su mano.
Le sentí tomar uno de mis brazos,
volteando mi cuerpo con facilidad antes de atrapar mis labios entre los suyos.
Por mas que intentaba mantener mis ojos cerrados, buscando no ver su hábito no conseguía olvidar que quien me estaba masturbando era un religioso.
Sus manos se apartaron de mi rigida
erección y pude sentirle desabotonar mi camisa de manera calmada, el estaba tomándose su tiempo.
No fuí consciente de en que momento
terminó de hacerlo, sino hasta sentir sus labios deslizar por mi cuello, trazando un camino entre húmedos besos y traviesas mordidas.
El se estaba convirtiendo en mi perdición, sentía mi entrepierna arder en necesidad al percibir sus húmedos labios sobre mi pelvis,
La calidez de los mismos rodeando mi
erección, consiguió hacerme aferrar mis manos con fuerza al mesón de la cocina.
La vista era aún más de lo que hubiese
imaginado, podía ver la saliva escurrir
por la conmisura de sus labios mientras
ahuecaba sus mejillas succionando, y
arremolinando su lengua en torno a mi
pene en cada succión.
El finalmente desabotonó mi pantalón
deslizando este hasta la altura de mis
muslos, aún bombeando sobre mi erección pude sentir sus suaves labios sobre aquel punto demasiado sensible bajo la base de mi erección, le sentí tomar igualmente mis testículos entre sus labios y ser acunados por su lengua, haciéndome prácticamente perder la cordura.
Los chasquidos de su saliva al succionar estos de uno a la vez en su boca, estaban siendo demasiado para mi.
El parecía no cansarse jamás de tomarme en su boca, y tenía bastante claro que si no hacía algo al respecto terminaría acabando por correrme en boca y esa no era mi idea principal.
Le atraje de vuelta hacia mi, el lucía
bastante complacido con su trabajo.
Ni siquiera se inmutó al sentirme tirar
de su cinturón, mucho menos al deslizar en una misma vez su pantalón junto a su ropa interior, dejando igualmente este a la altura de sus muslos.
Imagino que el hacerlo en la cocina no era lo que tenía en mente, pero no pareció mostrar algún indicio de disconformidad al enterarse.
Pude ver su erección erguirse, resaltando incluso por bajo el borde de su camisa.
Sabía que el no se la quitaria, el buscaba únicamente tocarme los huevos dejándose aquel clériman puesto, de eso estaba seguro.
Sintiéndome repentinamente molesto sólo atiné a inclinarle sobre la isla de la cocina, buscando de alguna manera evitar tener que ver su cuello clerical otra vez, o de lo contrario probablemente ni siquiera conseguiría alcanzar mi orgasmo al pensar en esto como el peor pecado que había
cometido en mi vida.
No era un fanático religioso, pero
respetaba profundamente la autoridad
eclesiástica, o al menos eso quería creer antes de llegar a este punto.
Su respiración se tornó sumamente
irregular, y le ví aferrarse con fuerza al
mesón, dejando escapar un profundo
gemido al sentir mi lengua empujar en su estrecho agujero.
Pude sentir mi móvil vibrar pero no
conseguía prestar atención a nada más,
separando aún más sus glúteos conseguí hacerme de un espacio estando de rodillas tras su cuerpo.
No era esto en lo que pensaba al estar de rodillas frente a un sacerdote, creí que era algo que reservaría únicamente para el día de mi boda, pero las cosas jamás habían salido como lo esperaba.
Sus piernas parecían flaquear, cada vez
que mi lengua conseguía ir un poco más profundo.
Presioné con fuerza uno de sus glúteos,
consiguiendo ver mis dedos marcarse en aquel lugar
No me cansaba de tomar su culo en mis
manos, el tenía uno impresionante y
siempre he tenido una debilidad por los
mismos.
Sintiéndome demasiado ansioso me
levanté buscando a tientas los condones, consiguiendo poner uno correctamente a pesar del lío tembloroso en el que se habían convertido mis manos.
No sabía si era debido a mi necesidad o si simplemente su culo era más maravilloso de lo que hubiese creído, pero al hundirme nuevamernte en el conseguí ver destellos de luces tras mis párpados, dejando caer mi cabeza hacia atrás a la vez que un gemido profundo y algo ahogado escapaba de entre mis labios.
Le ví arquear su espalda alzando el culo aun mas, tomándole firmemente por las caderas conseguí mantenerle fijado e impedir sus movimientos, saliendo de el sólo lo suficiente, para luego empujar mis caderas abriéndome paso aún más profundo en su interior.
El chasquido incesante de mi piel al
impactar contra la suya, sumado a los
gemidos profundos y quejidos que dejaba escapar era lo único que podía escucharse en casa.
Sus piernas continuaban temblando casi tanto como mis manos en cada empuje, por lo que opte por tomarle con firmeza por uno de sus hombros, consiguiendo mayor estabilidad en cada empuje de mis caderas.
Quien quiera que haya sido el causante
de las vibraciones de mi móvil, parecía no dar tregua, haciéndome sentir aún más ansioso.
Alcé su camisa lo suficientemente como
para tener un buen vistazo de mi rigida
erección hundiéndose una y otra vez en el.
Amasando una de sus nalgas, de manera un tanto inesperada deje caer mi mano, estampando esta contra su piel.
Pude oírle gemir aún más alto al recibir
aquella inesperada nalgada, ver su
piel color caramelo adquirir una suave
tonalidad rojiza rápidamente, hizo que
no pudiera resistir la tentación de repetir aquella acción.
El parecía complacido con esto, o al menos eso creí al verle separar aún más sus piernas, buscando mayor comodidad.
Rodeando su cuerpo con uno de mis
brazos conseguí tomar su erección en la palma de mi mano, bombeando esta y recibiendo un gemido satisfactorio de su parte.
Tirando aún más de su pantalón conseguí quitarlo por completo, dejándole desnudo, al menos de la cintura hacia abajo.
El no tardó en entender lo que esperaba, sentándose sin mayor dificultad sobre el mesón de la cocina.
Le empujé por lo hombros dejándole
completamente extendido sobre el mesón, atrayendo su cuerpo hasta el borde.
Alzando sus piernas conseguí pasar estas por sobre mis hombros, antes de abrirme paso nuevamente en su interior.
Era aún mas satisfactorio para mi ver la
expresion placentera en su rostro, en cada empuje de mis caderas.
Un alto gemido escapó de entre sus labios, su respiración antes irregular parecía aún más compleja al conseguir golpear su próstata.
Le ví observarme detenidamente y en
detalles, su mirada repasando no sólo
mi rostro, si no también mi torso el cual
permanecía visible aún a pesar de no
haber quitado mi camisa por completo.
Nuevamente tomé su erección en la
palma de mi mano, y no tuve que esperar demasiado para verle arquear su espalda alcanzando su orgasmo, derramándose sobre su propio vientre.
La vista de sus tentadores labios
entreabiertos, sumado a su tersa piel color caramelo totalmente húmeda producto del sudor y el verle constantemente re lamer sus labios me llevó a seguirle de cerca.
Alcanzando igualmente el mío,
profundamente hundido en su interior.
Su silencio luego de esto era horriblemente tortuoso, pero sinceramente no estaba seguro de que esperaba que dijera.
Le ví reincorporarse sobre el mesón, no
conseguí ver la más mínima señal de
arrepentimiento en su rostro y podria
decirse que hasta cierto punto fue un
alivio.
Me aparté quitando el condón y anudando este en silencio, antes de acercarme a tirarlo al tacho de la basura.
- Esto no debería ser tan incómodo - le
escuché mencionar
- ¿Nos veremos otra vez? - pregunté
hablando a la misma vez que el
- ¿Es eso lo que quieres? - preguntó
interesado
- Espero que sí - admití
- En ese caso, serás el primero en saber de mi al solucionar mi situación - comentó finalmente quitando su cuello clerical, y desabotonando los primero botones del cuello de su camisa
Le vi tomar mi móvil enviando un mensaje desde este, antes de oír su móvil vibrar con un mensaje entrante.
- Ahora ya estamos en contacto - aclaró
- Espero que lo hagas - señale - estaré
esperando por ti, e igualmente espero que en tu próxima boda no seas seducido por uno de los padrinos - intenté bromear
- Espero eso aplique igualmente para ti
con los clérigos - señaló
- ¿Tengo derecho a tener mi despedida de soltero antes de que regreses?
- Estoy seguro de que no tardaré
demasiado, así que supongo que sí - comentó divertido - luego de eso, ya no
seré tan permisivo - aclaró
Ya habiendo acomodado su ropa, le ví
acercarse a mi ofreciéndome mi móvil de regreso.
Y antes de conseguir reaccionar
correctamente, le sentí jalar uno de mis brazos en su dirección tomándome
totalmente desprevenido al sentir sus
labios nuevamente sobre los míos.
- Nos vemos pronto - comentó seguro
- Eso espero - respondí viéndole salir de
casa
Un suspiro que no sabía estaba
conteniendo escapó sin permiso,
revisando nuevamente mi móvil.
- "Mi despedida de soltero o al menos eso espero"- una sonrisa tiró de mis labios al leer el mensaje que se había auto enviado desde mi móvil
Realmente esperaba que el lo viera de esa manera, y no sólo estuviera bromeando.
Bajé por mis mensajes encontrando
finalmente, el último de quien parecía no dejar de enviar uno tras otro.
- "¿Nos vemos en el estacionamiento a las 12:00?"- era el mensaje que me había enviado Minho hace ya varias horas
Revisé la hora en mi móvil, eran las 11:15
- "Nos vemos allí" - respondí
Jamás aprendía y lo tenía bastante claro, pero si estaba completamente seguro de que esta sería mi despedida de soltero, ya que al dejar su hábito, no me creía capaz de dejar ir a Jisung.
quien como chan dnsnjddnn
Espero que les haya gustado <3
No olviden de comentar y votar en los dos capitulos si te gusto wawi 💓
Besos en la nalga ₍ᐡ-᷅ ·̫ -᷄ᐡ₎
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