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CAPÍTULO 1

POV KYUNGSOO

Me quedé inmóvil sobre la cama, sentí el colchón hundiéndose a mi lado. De pronto el peso desapareció. Cerré los ojos como si estuviera dormido.

Ni siquiera iba a pedir que se quedara a dormir, o volvería a cometer nunca más el mismo error de la primera vez. Él me había dejado bien en claro que no dormiría conmigo después de nuestras sesiones de sexo.

-Nos vemos Soo – Susurró casi para sí mismo, no respondí. La puerta de mi departamento se abrió de pronto y después fue cerrada.

En ese momento dejé salir el aire de mis pulmones que estaba reteniendo.

Me incorporé en mi cama y procedí a ponerme algo de ropa. La cama se sentía fría de pronto, traté de no pensar en eso. Así había sido desde hace 6 meses atrás.

Me había topado con Kim Jongin esa noche en un bar, había terminado con mi novio de un año. Baek y yo habíamos ido a tomar algo, para las 12 de la noche con algunas copas de más y el hombre más guapo que había en el lugar me dirigí a mi departamento. Jongin había sido el mejor sexo de despecho que pude pedir, ese día la pedí que se quedara, estaba un poco vulnerable. Me dejó claro que no seriamos nada, que no dormía con nadie y que solo me buscaría para sexo.

Me llamó a los dos días, desde entonces Jongin y yo nos veíamos de vez en cuando para tener sexo y después nos despedíamos. No hablábamos más de lo necesario. Nos bastaba con saber que estábamos limpios y que no éramos alguna clase de psicópata. Además el sexo era tan bueno.

Fue dos meses después del primer encuentro que supe el apellido de Jongin.

Baek estaba trabajando en TTE Company, me había conseguido una entrevista con su jefe para el puesto de asistente. Lo había conseguido y ahora era asistente de Park Chanyeol, director de recursos humanos de la misma compañía y mano derecha de Kim Jongin.

Así es, trabajaba en la empresa de la familia Kim. La sorpresa cuando vi a Jongin por primera vez fue tan grande, él no me vio. Después me enteré que era el CEO del lugar y estaba comprometido desde hace dos años con Davika Hoorne actriz y modelo, era un compromiso que había sido arreglado. La boda se llevaría a cabo a finales del siguiente año.

En ese momento dejé ir toda esperanza que tuviera para estar con Jongin. Habían pasado 4 meses que yo estaba en la empresa y Jongin jamás me había visto en la empresa. Y como raramente hablábamos cuando nos veíamos, no le había dicho nada. Era mejor así.

Claro que después de 6 meses y por la manera en que iniciamos, a mí me había sido difícil no comenzar a desarrollar sentimientos por Jongin. Mi corazón estaba comprometido y me había enterado hace un par de meses cuando en medio del ajetreo de sexo había soltado la frase "Te amo", solo recordarlo hacia que mi cara se calentar, Jongin no lo había escuchado pero a mí, me había hacho darme cuenta de que estaba totalmente perdido.

Y aquí estaba yo, con sentimientos por un hombre que ni siquiera me ve en su propia empresa, y que además solo me quiere para tener sexo, y he ahí el problema. Aunque quisiera dejar de ser solo sexo para Jongin, mi corazón no me lo permitía. El sólo pensar en no volver a verlo hacia que me doliera el estómago.

Caminé hasta la cocina para tomar un vaso de agua, me miré en el reflejo del refrigerador mientras me refrescaba, a Jongin le gustaba dejar marcas. Era difícil esconderlas. Volví a mi cama una vez más, mi celular estaba sonando,

-¿Ya se fue el jefe? – Preguntó mi mejor amigo desde el otro lado de la línea.

.Él se acaba de ir – Tenia la voz un poco ronca.

-¿Estas bien? Realmente me preocupas Soo, cada que lo ves terminas más deprimido que antes.

-Claro que no, es solo que estoy cansado.

-Oh demonios, deja de presumir que tienes largas sesiones de sexo – reí por sus ocurrencias.

- Bueno, es lo que tenemos – miré a la hora, ya era tarde. - ¿Solo llamabas para preguntar por nuestro jefe?

-Sí, sabes que soy curioso. ¿Alguna vez le vas a decir que trabajas para él? ¿Qué pasara cuando sepa?

-No pasara nada y no veo porque mencionarlo, él y yo solo tenemos sexo – guardo silencio. Segundos después volvió a hablar.

-Llega temprano mañana, el señor Chanyeol tiene que organizar un evento y nos quiere para que lo ayudemos.

-Sí, ya lo sé. Soy su asistente Baek.

-Ok, solo decía. Por si algún orgasmo te había quemado las neuronas- volvimos a reír y enseguida colgamos.

(-)

La mañana siguiente tal como había pensado había sido pesada. Chanyeol tenía una reunión con el CEO y los directivos para la próxima fiesta para inversores, hasta ahora yo seguía sin formar parte de esas juntas, Baek se encargaba de ayudar al señor Chanyeol, por la experiencia que tenía.

-Soo, cariño trae un café bien cargado por favor – Chanyeol siempre había sido así conmigo. Era una persona cariñosa con sus empleados y además era un buen jefe.

-Claro.

Una vez que llegué a su oficina, él estaba hablando con Baek sobre la junta. Dejé su café sobre su escritorio y estaba a punto de irme.

-D.o. – Bueno, era cariñoso hasta que se trataba de trabajo – Ocuparé que me ayudes a revisar los reclutamientos para el área técnica de la empresa y además ya sabemos cómo sería la fiesta de fin de mes. Nos encargaremos del catering y las invitaciones.

-Claro señor – Chanyeol me recorrió con la mirada y me devolvió una sonrisa coqueta.

-Por cierto hoy te ves bien – mis mejillas se colorearon – ya se pueden retirar los dos.- Baek salió detrás de mí.

-DEMONIOS, tiene la suerte más perfecta del mundo. Te follas al CEO de la empresa y se nota que Chanyeol te trae ganas también – golpee su hombro.

-No digas esas cosas aquí, alguien te puede oír.

-Sí, bien. Por cierto, creo que Kim Jongin por fin sabrá sobre ti. Todos los empleados tendrán que ir a la fiesta y estas incluido cariño.- miré al suelo y asentí.

-Que sea lo que tenga que ser.

-A veces me asusta tu despreocupación, antes no eras así Soo. Sabes que Jongin te puede correr en cuanto pierda el interés en ti – Y lo sabía, tampoco era que estaba despreocupado, de hecho ya me había planteado el renunciar en cuanto él se enterara para evitar perder más mi orgullo. Pero me asustaba más el que Jongin perdiera el interés en mí.

Sabía por buena fuente (un Chanyeol tomado), que Jongin o Kai  no quería a su prometida y ella tampoco, solo que se tenía que sacar por el bien de sus familias. Creí que eso se había quedado atrás en la edad media, pero veo que no es así. Sin embargo ambos eran perfectos juntos.

Así lo parecían en las juntas mensuales de empleados. Juntas en las que éramos tantos empleados que tampoco Jongin se había fiado en mí, no lo culpaba. Mi celular vibro, tenía un mensaje.

Te veo esta noche, estoy teniendo un día horrible. Llevare algo de cenar. – Jongin

Apreté el celular contra mi pecho. Hoy lo volvería a ver.

-¿Era el jefe? – asentí a mi amigo.

-Al menos hoy llevará la cena – y estaba tratando de no emocionarme con eso.

-Enserio Soo, no quiero verte lastimado – negué a mi amigo y le da una grande sonrisa.

- No te preocupes, ya vete a trabajar.

(-)

Jongin arrastró sus labios sobre mi clavícula, dejé salir un suspiro pesado. Mi cuerpo se estremecía cada vez que Jongin me tocaba un poco.

-Tengo hambre – dije en medio de suspiros.

-También yo – dijo desabrochando mi piyama.

-No, Jong – Lo separé un poco – Se enfriará la comida que trajiste – inspiro mi aroma un poco y después se rindió, hoy parecía un poco raro.

-Claro, comamos – se dirigió a la mesa donde saco as cajas de comida china – También tengo hambre, hoy solo tuve mi desayuno – lo miré sorprendido, quise pedirle que se cuidara un poco más pero las palabras no salieron solo pude verlo, el me miro y me dedico una pequeña sonrisa cansada – Odio cuando el trabajo se pone pesado – asentí tomando mi comida.

-¿Cómo esta Monggu? – Quise cambiar de tema, su perro era lo único de lo que me había hablado en algún momento.

-Está bien, algo gordo porque no lo he sacado a pasear – asentí, comiendo de mi comida. Jongin me observaba mientras lo hacía, sus ojos recorrieron mis piernas desnudas por el corto pantaloncillo. - ¿Pasa algo?

-No, solo es un poco raro. Jamás habíamos comido algo juntos – asintió riendo.

-No te hagas ilusiones Soo,  solo tenía hambre pero también quería echar un buen polvo, así que se me hizo buena idea. Pero aquí no pasa nada – asentí sintiendo un nudo en mi garganta.

-Nadie se está haciendo ilusiones, solo dije que parecía raro – levanté un poco la voz mirándolo, este hombre me ponía furioso cuando asumía algo – Además no es como si me fuera a enamorar de ti solo por una cena – soltó una carcajada.

-No te hagas el inocente, ambos sabemos que sientes algo por mí. Solo quería aclararte que no va a pasar, lo hablamos desde la primera vez Soo- Se acercó a mí, estaba tan molesto. Asumía que sentía algo por él y si, lo había pero eso no quitaba que me sintiera humillado.

-Eres un idiota, jamás me enamoraría de alguien como tú – me dio una sonrisa burlona y se acercó mordiéndose los labios.

-Es bueno saberlo, si lo hicieras tendría que dejarte – Se acercó y tomo mi cintura acercándome a él. Mi comida cayó al suelo – Ya no tengo hambre, ahora quiero tener el mejor sexo, me pones mucho cuando te enojas – Y él me había dejado sin aliento. Sus labios tomaron los míos de pronto, era un beso salvaje, apasionado y lleno de deseo como siempre lo eran. Siempre eran así de intensos. Ambos teníamos claro que sentíamos una atracción sexual que no podíamos luchas.

Dejé salir un gemido cuando me tomo por las pompas y me subió para que rodeara sus caderas, su erección se clavó en mis muslos.

-Me encanta esta piyama – susurró en mis labios llevándome a la cama.

Una vez en ella, tuvimos una noche salvaje de sexo. Con jadeos y humedad por todos lados. Al final de la noche, Jongin se fue a su casa como siempre.

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