EPÍLOGO.
2 años después...
— Will, en serio ¿A dónde vamos?
— ¿Qué parte de es una sorpresa no has entendido todavía, Jess? — escuche cierto humor en su tono de voz.
— Tal vez no preguntaría sino me hubieras tapado los ojos desde que desperté. En serio me asústate, pensé que me había quedado ciega.
— Sí... en eso me pase, lo siento mucho.
— Ya qué pero lo peor es que hiciste que me vistiera así y también que desayunará de esta forma, llevamos un año viviendo en el departamento pero créeme que aún no sé exactamente dónde están todas las escaleras.
— Ya, vale, entendí. Pero deberías estar agradecida que te agarre antes de que cayeras.
— ¡Oh, lo siento, mi héroe! — escuche que río cuando mi voz soñó con sarcasmo.
— En serio que te amo.
— No lo creo porque aún no me has dicho a dónde vamos.
— Entiende que es una sorpresa...
— Eres malo.
— A veces. — ahora yo sonreí y ya ninguno de los dos dijo nada más el resto del camino.
Después de unos veinte minutos en los que estuvimos cantando todas las canciones que se escuchaban en la radio Will apago el motor de auto.
— Ya llegamos.
— ¿Y ya me puedo quitar tu camiseta de los ojos?
— ¿Cómo supiste que era una camiseta?
— Huele mucho a ti, sin ofender. — otra vez escuché su risa y luego la puerta del auto abrirse y cerrarse. Pasaron unos segundos hasta que la puerta de mi lado del auto se abrió y Will me ayudó a bajar. — Will, en serio ¿dónde estamos?
— Tranquila ya ángel, estarás bien, te gustara la sorpresa.
— Bien, confiare en ti.
— Siempre lo haces. — me tomo por los hombros y comencé a caminar con su ayuda. — Cuidado, siguen tres escalones hacia arriba. Los subí sin dificultad y luego escuche que una puerta se abrió. Sentí como si entrábamos a un lugar pero no estaba del todo segura. — Ya llegamos.
— ¿Ya me puedo quitar esto?
— Sí, deja te lo quito. — sentí sus manos detrás de mi cabeza antes de que pudiera ver de nuevo. Cuando vi donde estábamos no dije nada, me quede sin palabras.
— ¿Y bien? — parecía nervioso cuando me pregunto eso.
— Me trajiste a la casa de Aaron.
— Sí... hace mucho tiempo que no volvíamos aquí.
— Hace como 3 años.
— Sí...
—¿Y por qué me traes aquí?
— Pues porque aquí fue donde nos conocimos Jess. ¿Lo recuerdas?
— Claro que sí. Yo estaba llena de pintura. — camine hasta donde yo recordaba que me había manchado de pintura negra.
— Sí, y te veías muy tierna, como un panda.
— Y me dijiste así para molestarme. — me cruce de brazos y lo mire mal.
— Han pasado años, ya deberías saber que te llame así porque me gustaste.
— Ajá. — me sonrió antes de acercarse y besarme.
— Ven. — me tomo de la mano y me llevo a la sala, una vez ahí él se puso detrás de mí y me abrazo.
— ¿Recuerdas que pasó aquí?
— Pues fueron muchas... — en eso recordé a que es lo que se refería y solo me puse roja.— oh...
— ¿Solo dirás oh? — se rio. — Dime que paso.
— Pues tú... am... digamos que me tocaste por primera vez en el sofá.
— Ya dilo, te mastur... — le tape la boca antes de que pudiera terminar la palabra.
— Calla, Aaron puede estar en alguna parte.
— Él no ha venido hace mucho, desde que se salió de la carrera.
— Se nota que no lo conoces. — solo rio y siguió caminando hasta la cocina.
— ¿Y recuerda que paso aquí? — y solo reí para mí misma.
— Sí, nos besamos por primera vez.... aunque te quisiste pasar conmigo.
— Sí... lo siento por eso pero no me arrepiento de haberte besado.
— A mí tampoco me molesta que lo hayas hecho. — él sonrió y se acercó para besarme.
— Ahora vamos a la siguiente habitación. — me sonrió y comenzamos a caminar hasta llegar a la puerta del sótano. Él la abrió y nos adentramos. Una vez que estuvimos abajo él me volvió a abrazar. — ¿Y qué recuerdas de aquí?
— Qué era tu habitación... y... aquí dormimos juntos por primera vez, cuando tuviste tus pesadillas porque te corrí de mi habitación.
— Sí, pero no te pongas mal por eso, aquí hemos tenido buenos momentos, como en las escaleras. — y otra vez me volví a poner roja.
— ¿Por qué te gusta arruinar los momentos lindos?
— Porque me gusta cuando te poner rojita. — me dio un beso en la mejilla.
— Malo.
—Soy tu demonio, amor. — ambos sonreímos. — me tomo de la mano y ahora me guío al piso de arriba, una vez ahí subimos las escaleras y entramos a la que había sido mi habitación, ahora ya no había nada, todas mis cosas ahora estaban en nuestro departamento.
— Este es el último lugar ¿Qué recuerdas? — me aleje de él y camine hasta donde se supone que estuvo mi cama y solo sonreí.
— Aquí... — me gire para mirarlo a los ojos. — Aquí tú y yo hicimos el amor por primera vez. — me sonrió y en sus ojos pude ver que de verdad estaba feliz de que lo pudiera recordar.
— Así es ángel. — se acercó hasta que quedo cerca de mí y me abrazo por la cintura para mirarme a los ojos. — fue cuando confirme que no quería alejarme de ti nunca, me hiciste sentir cosas que nunca pensé que sentiría y hasta la fecha sigue siendo igual. — sonrió y yo a él pero recordé algo.
— Will ¿Por qué estábamos aquí?
— Pues porque aquí fue donde comenzamos nuestra historia, aquí hicimos todo por primera vez como lo habrás notado y por eso creo que es el lugar perfecto para cerrar esta etapa y poder entrar a otra. — lo mire curiosa. Él se alejó un poco y de su chaqueta saco una cajita pequeña.
— ¿Qué es...? — me interrumpió cuando vio mi expresión.
— No te asustes todavía, deja término. — abrió la caja y era un anillo con una piedra muy hermosa en el centro. — Esto no es una propuesta de matrimonio, no todavía, ambos estamos estudiando aun y no sería correcto que entráramos en algo tan importante por el momento. Así que se me ocurrió darte esto, un anillo de promesa. ¿Sabes qué significa?
— He escuchado de ellos.
— Significa que realmente quiero que esto vaya en serio. Claro que desde el principio todo esto era en serio para mí pero quiero que sea oficial, que tú tengas una prueba de eso así que pensé en darte este anillo. Con esto te quiero prometer que nunca me separare de ti, que de verdad veo un futuro para ambos y solo quiero que dentro de unos años este anillo cambie por uno de compromiso pero por ahora es uno de promesa donde juro que siempre estaré para ti, sin importar lo que pase, porque de verdad me haces feliz y te amo demasiado ¿lo aceptas? — lo pensé antes de responder.
— ¿Tanto significo para ti? — pregunte porque ese anillo significaba eso, significaba que de verdad le importaba.
— Significas todo para mí. — solo podía mirar a sus ojos, eran tan honestos que en seguida supe la respuesta.
— Claro que sí acepto Will. — él sonrió más y me puso el anillo, luego de eso me tomo por la cintura y sin que lo esperara mis pies ya no tocaron el piso mientras él me giraba. — ¡Bájame! — comencé a reír como tonta hasta que mis pies tocaron el piso de nuevo. Ambos reímos, puse mis manos sobre sus mejillas y me acerque para besarlo al fin.
— Te amo, Will.
— Te amo, mi ángel.
Y mientras lo miraba solo pude pensar lo que en realidad el planeaba hacer cuando me conoció y como ahora todo cambio y supe algo, supe que todos tenemos a alguien que está dispuesto a vernos caer y lo mejor que podemos hacer es evitarlo, cosa que yo no hice porque me termine enamorando de él, me enamore de mi demonio.
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro