Dedicado a: Karla_hidalgo  muchas gracias por leer, espero te guste el capítulo.

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Poco a poco abrí mis ojos gracias a los ladridos de Hook que fueron tan fuertes y crueles como para despertarme de mi sueño.  Era raro que Hook ladrara y más por la mañana pues las únicas razones por las que lo hacía eran cuando escuchaba un ruido muy fuerte o veía a William. Así que al escuchar como alguien usaba unas llaves para abrir la puerta principal supe que el motivo de los ladridos era la segunda opción.

Al pensar en eso lo único que se me vino a la mente fue ponerme de pie y correr hacía la puerta de mi habitación para así cerrarla con seguro. Después de hacerlo solo me quedé mirando el pomo de ésta, pensando si realmente había sido lo correcto hacer eso y al ver como el pomo se movía con fuerza supe que había tomado una buena decisión. 

Por supuesto que sabía que hacer esto era la cosa más inmadura que alguien haría en la vida. Pues a mi edad se supone que tendría que salir para arreglar y dejar las cosas claras con el chico que me había abandonado en el parque pero... no lo sé, simplemente esto fue lo que se me ocurrió, quedarme encerrada en mi mundo en lugar de salir a enfrentar la realidad pero ¿Pueden culparme? el año pasado apenas dejé de dormir con mi oso de peluche ¡Claro que no soy madura! Y entre más pueda retrasar eso mejor para mí. 

En lo que mi mente solo divagaba, o más bien solo ponía una excusa para justificar mi acción tan infantil, su voz sonó del otro lado de la puerta después de tocar tres veces. 

— ¿Jess, estás ahí? — me quedé callada, no porque no quisiera que supiera que sí, sino porque no tenía ánimos de hablar con él ahora mismo.— Bien... sé perfectamente que estás ahí pero te entiendo. Vendré luego ¿bien? — Otra vez no respondí. — Okay.

Y lo siguiente que escuché fueron sus pisadas alejándose. 

Vaya... ¿De verdad soy tan cobarde? 

Lo peor del caso es que no tenía la menor idea de que es lo que me asustaba... o tal vez lo sé pero no quiero que todo salga mal... sí, definitivamente es la segunda. Porque ¿A qué chica no le daría miedo que el chico del que estaba enamorada no le corresponda? tal vez a muchas pero ahora piensa que es la primera vez que te enamoras, cambian las cosas ¿no? a todos nos da miedo enamorarnos y no ser correspondidos y sobre todo cuando no tenemos ni la menor idea de que es lo que pasa después del rechazo. De pequeña nunca me enamoré, claro que me gustaba alguno que otro chico pero solo eso. Así que sí, estoy asustada. 

¿Por qué las cosas no pueden ser más sencillas? 

"Porque entonces las cosas serían aburridas"

Pensé que ya no estabas. 

"Oh, siempre estoy aquí, tu vida es muy graciosa"

¡¿De dónde es divertida?!

"¡De todo! es que te complicas mucho la existencia. Solo sal y habla con el idiota ese."

Es más fácil decirlo que hacerlo. 

"Claro que no, es igual"

Vale ¿Y qué le digo? 

"¿Yo qué sé? Es tu vida, no mía"

Ahg, eres una inútil. 

"Lo dice la niña que habla consigo misma porque no sabe resolver las cosas con el chico del que está enamorada"

Cállate.

Me acerqué a la puerta de nuevo y decidí por primera vez en mi vida no pensar tanto las cosas porque, después de todo, lo que tenga que pasar pasará de todas maneras ¿no? 

Abrí la puerta y fui a la planta baja. Una vez ahí primero pensé en tocar la puerta de su habitación pero al escuchar un ruido en la cocina me dirigí hacia allá. 

Entré a la cocina y sí, William estaba ahí cocinando algo... nunca lo había visto cocinar ahora que lo pienso, siempre lo hacemos Aarón o yo pero nunca él. Supongo que realmente tenía hambre; pues claro, si me abandonó ayer en la tarde significaba entonces que no comió, no cenó y no desayunó. 

— Oh, miren quién salió de su escondite.— fue lo primero que dijo cuando giró y se dio cuenta de mi presencia. Al ver que mi cara permanecía neutral luego de su broma borró su sonrisa. — ¿Qué? 

— ¿Es en serio tu bromita? — me miró algo asustado... y tal vez era porque llevaba tiempo que no le hablaba así. — Porque yo no fui la que se marchó sin decir nada para después regresar de su escondite como si nada. 

— ¿Estás molesta por eso? 

— Oh, perdón ¿Esperabas un pastel con un enorme cartel de bienvenida? 

— ¡NO! — aventó lo que tenía entre sus manos al lavaplatos. — No sé qué es lo que esperaba. — dejó la mirada fija en mí y yo no la aparte. 

— ¿Por qué te fuiste? 

— ¿Es en serio tu maldita pregunta? — cuando dijo eso rió pero con su tono burlón. 

— Sí, es muy en serio mi maldita pregunta. — volvió a reír de l misma manera. 

— No sé si recuerdas lo que me dijiste antes. — claro que lo recordaba, le dije que lo amaba, por segunda vez. 

— ¿Por eso te fuiste? 

— Pues sí. — lo miré unos segundos antes de responder. 

— Eres un jodido imbécil. — lo dije riendo como él. 

— Tal vez, pero al menos acepto las cosas. 

— ¿Disculpa? 

— Como escuchaste. No pudiste aceptar que no dije que te amaba y lo tuviste que decir de nuevo ¿Qué sigue? ¿Una tercera vez? Porque simplemente no aceptas que yo no siento lo mismo por ti. — solo lo miré y... al fin lo entendí, él solo... no me quería como yo a él y eso no iba a cambiar. 

— Vale.— lo miré y su expresión era de sorpresa, tal parecía que él pensaba que pelearía por esto pero... ya no, estaba cansada. 

— ¿Es todo lo que vas a decir? — preguntó cuando vio que caminaba a la salida. 

— Sí. — asentí. — No sé tú pero yo ya terminé con todo esto. 

— Wow, en serio te creí cuando dijiste que me amabas. 

— Puedes amar mucho a alguien, pero también debes saber cuando es hora irte. — y con eso regresé a mi habitación.