Capítulo 32: Perfecto.
Dedicado a: MrsSweetTragedy muchas gracias por todos tus comentarios y por leer esta historia, espero que te guste.
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— ¡Agh! ¡Mi cabeza! — dije mientras echaba mi cabeza hacia atrás y acariciaba mi sien.
Me dolía la cabeza por todo el tiempo que había estado sentada por los proyectos que tenía que hacer ya que se tenían que entregar el Lunes y hoy era Sábado en la noche. Sí, puede que parezca que falta mucho tiempo pero aún queda bastante por hacer.
Escuché como la puerta principal se abría e inmediatamente se cerraba de golpe. Pensé que tal vez era Aarón que llegaba de su entrenamiento pero me llevé una sorpresa cuando la puerta de mi habitación se abrió de la misma forma que la principal y Hanna apareció.
— ¿Aarón ya llegó? — todo el maquillaje en su rostro estaba corrido y sus palabras sonaban arrastradas, en definitiva ella estaba ebria.
— No pero, Hanna... — me interrumpió.
— No... — movió el brazo en forma negativa.— no estoy bien... estaré en la habitación de Aarón... — torpemente retrocedió y cerró la puerta.
Podía seguirla para averiguar qué estaba pasando pero creo que esto es cosa de Aarón y Hanna, ellos son quienes lo tienen que resolver; porque, a parte que esto no me incumbe en lo absoluto, yo no tengo idea de que hacer ¡Ellos nunca habían peleado! ¡No sé si hablan desde que Hanna se fue molesta de la casa!
La puerta de mi habitación se volvió a abrir y en esta ocasión el responsable era Will.
— Hola.— cerró la puerta y se acercó al escritorio ya que era donde yo me encontraba.
— Hola.— una vez cerca se agachó y me dio un beso en los labios.
— Sabes mucho a café.— fue lo primero que dijo cuando se alejó.
— Ah.... sí, estuve tomando algo para no quedarme dormida. — tomé mi termo lo levanté de la mesa solo un instante para que él comprobará que era verdad.
— ¿Y cuánto es "algo" exactamente? — lo pensé por un momento.
— Mmm... como ocho o diez vasos.— dije algo apenada mientras él me miraba asombrado.
— Estas bromeando ¿verdad?
— No...
— Jess, no es bueno tomar tanta cafeína.
— Corrección, es malo si tomas mucho diariamente pero esta es la primera vez que lo hago.
— ¿De verdad?
— De verdad.— sonreí para que me creyera y tal parece que funcionó porque me devolvió la sonrisa.
— Bien pero supongo que no vas a dormir entonces.
— No había pensando en eso... lo siento.— en eso recordé las pesadillas de Will, él me necesitaba para que éstas no regresaran.
— No te preocupes, lo más probable es que no regresen las pesadillas porque te tengo cerca.— me sonrió de una manera muy tierna.
— ¿En serio? — lo miré dudosa.
— En serio. No te angusties.— me dio un beso en la frente antes de irse al baño.
En cuanto entró al baño escuché unas pisadas en las escaleras, segundos después éstas llegaron justo a fuera de mi habitación y alguien habló.
— Ya estoy aquí, Jess.— era mi hermano.
— Sí, Aarón.— sus pasos continuaron hasta el fondo del corredor que era donde se encontraba su habitación.
Me pregunté cómo se pondrá cuando vea el estado de Hanna pero aguanté mis ganas de ir a espiar porque era su problema, no mío.
William salió del baño ya solo con sus boxers puertos e inmediatamente se dirigió a mi cama.
— ¿Vas a tardar mucho? — me preguntó al darse cuenta de todos los libros que tenía en mi escritorio.
— Sí, algo.
— Bien, te esperare. — reí un poco mientras regresaba toda mi atención a mis tareas.
— No creo que puedas.
— Bien, hay que ver.— se quedó callado unos segundos largos antes de volver a hablar. — siempre me han gustado tus dibujos. — lo miré pero él tenía los ojos puestos en el árbol que había dibujado en la pared pues en sus ramas "colgaban" varios dibujos míos. — ¿Cuándo comenzaste a dibujar?
— Honestamente no lo recuerdo. Desde hace años.
— Dibujas muy bien.
— Gracias.
— ¿Y cuándo vas a dibujarme a mí para que lo pegues en ese árbol? — reí antes de responder.
— ¿Quieres que te dibujé?
— Sí ¿Por qué no?
— Bueno, tal vez algún día de estos.
— Muy bien.— volvió a quedarse callado unos segundos hasta que el sonido un relámpago resonó en toda la habitación. — Creo que va a llover.
— Eso parece.
Tal y como lo imaginaba William tardó menos de media hora en quedar profundamente dormido. ¿Cómo lo sabía? Bueno, porque desde que llegó noté que sus ojos color esmeralda estaban cansados. Eran las 3 de la madrugada y yo seguía muy despierta y con mucha energía gracias al todo el café que había tomado.
No tenía ni una pizca de sueño y ya había terminado todos mis proyectos, básicamente lo único que estaba haciendo ahora mismo era ver a William dormir desde mi sofá. Wow, creo que acabo de intercambiar lugares con él ¿verdad? Bueno, al menos no me siento tan acosadora puesto que él me veo dormir por sepa cuantos días sin que yo me diera cuenta.
Comencé a mirar diferentes puntos de mi habitación para no sentirme tan psicópata hasta que mi vista terminó nuevamente en él, no lo podía evitar es que él... él era absolutamente perfecto. Todo en él era perfecto, sus ojos verdes, su cabello castaño casi rubio, sus labios, su nariz, su cuerpo, sus tatuajes...
Cuando paré en esto último comencé a ver con más detalle cada uno de ellos, nunca le había preguntado sobre sus tatuajes pues no le había tomado tanta importancia pero ahora mi curiosidad se había activado.
Me puse de pie y caminé con cuidado de no hacer ruido hasta el borde de la cama, me hinque para ver cada tatuaje más de cerca. La cara de Will estaba a centímetros de la mía, una ganas inmensas de besarlo se apoderaron de mí pero no hice nada porque mi objetivo no era ese.
Su brazo izquierdo estaba escondido bajo su cuerpo pero el derecho estaba a la vista. Los tatuajes de ese brazo comenzaban desde la muñeca y eran unas lenguas de fuego que sólo cubrían un cuarto de su piel de la muñeca al codo, en seguida de las llamas habían unas rosas, cinco, pero una de estas se veía marchita y sobre ellas había una calavera. Todo estaba con tinta negra pero se veía realmente hermoso, tan detallado, preciso y realista. Sobre el codo había algo que tenía varias líneas, gruesas y delgadas, al principio noté que eran plumas pero no encontraba el sentido hasta que noté que todas las plumas continuaban por su espalda, me recargue un poco más sobre la cama para alcanzar a ver mejor pero solo ocasionó que chocara contra Will y que él despertara. Este chico tenía el sueño muy ligero.
— ¿Estás intentando violarme?
— No, yo no...
— Porque esa idea no me molesta para nada.
Me miró con una sonrisa traviesa y yo solo sentí como me ponía roja de la vergüenza, lo bueno era que la habitación no tenía luz, solo la que entraba por las ventanas.
— ¿Te puse nerviosa? — sonrió más.
— Algo... — Desvíe mi vista a alguna otra parte de la habitación y solo escuché su risa algo ronca por estar recién despierto ¡Agh! hasta su voz era perfecta.
— Si no me ibas a violar entonces ¿Qué hacías?
— Yo... — Pensé si decirle la verdad lo molestaría pero no creí que tuviera algo de malo así que lo hice. — estaba mirando tus tatuajes.
No dijo nada, solo me miró y por un momento pensé que tal vez se había molestado, eso me asustó hasta una ligera sonrisa se hizo presente en sus labios. Se sentó sobre la cama y yo hice lo mismo quedando justo frente a él. Giró su cuerpo hacia la izquierda dejándome sus tatuajes del lado opuesto.
Lo primero que llamó mi atención fue el tatuaje que lo cubría del codo hasta el hombro. Éste era un gran reloj antiguo de donde salían unas escaleras rodeadas de agua y un hombre que subía por ellas.
— ¿Por qué te hiciste ese tatuaje? — Toqué el lugar donde el tatuaje se ubicaba, y por alguna razón lo hacía como si mis dedos estuvieran tocando una obra de arte muy delicada. Él lo miró antes de responder.
— Éste es por mi papá. — Le presté toda mi atención al escuchar eso.— Es... el reloj es por el tiempo que él está pasando en prisión, las olas son todos los problemas que él está enfrentando, las escaleras es el camino que tiene que seguir para cumplir su tiempo y pues... el hombre ya sabrás quién es. — Me parecía algo muy hermoso aunque en realidad todo el tatuaje era algo triste.
— ¿Y este otro? — señalé una espada que tenía en la parte interna del codo hasta la muñeca. Esta espada se encontraba rodeada por un lazo que tenía dos palabras, una en cada extremo, "guerra" y "justicia".
— Este simplemente es un recordatorio de que yo tengo que defender a mi papá, que yo tengo que hacerle justicia. — Ahora esas palabras tenían sentido.
— ¿Y de tu otro brazo? — giró del otro lado y comenzó a explicarlos.
— Las rosas son mi mamá y mis hermanas, una de ellas está marchita simbolizado a Rouse. — calló un momento antes de seguir. — La calavera soy yo, ya que... digamos que estoy muerto para ellas. — yo no decía nada pues no sabía exactamente qué podía decir. — Las llamas son... el cómo empezó toda nuestra separación. Y... lo de arriba es... es una ala de ángel. — eso me sorprendió.
— ¿Lo puedo ver? — No dijo nada, simplemente se giró para mostrarme. Y era verdad, solo era una ala, que partía de su codo hasta la mitad de su espalda. Extendí mi mano y comencé a acariciar su tatuaje, él se estremeció ante mi contacto pero nuevamente no dijo nada. Después de unos segundos o tal vez minutos noté que estaba algo tenso así me puse de rodillas sobre la cama y lo abracé por la espalda. Supe que mi acción lo sorprendió pero nuevamente no dijo nada simplemente puso una de sus manos sobre las mías y yo escondí mi cara en su cuello.
Ninguno de los dos hablaba, nos quedamos callados un lado rato hasta que él rompió el silencio.
— Esta ala la hice porque... — por su tono supe que le apenaba decir lo que estaba a punto de contarme. — porque me gustaría ser como tú.
— ¿Cómo yo? — No entendía porque decía eso si ese tatuaje lo tenía desde antes de conocerme, lo sé porque ya lo había visto antes pero nunca le había presentado atención.
— Sí, me gustaría ser más bueno, no estar metido en tanta porquería, ser noble, honesto y humilde, así como tú lo eres. — sentí como mi corazón brincaba al saber que Will pensaba esas cosas tan lindas de mí aunque algunas no concordaban conmigo. Sin pensarlo mucho rodeé a Will para ponerme justo frente a él y besarlo. Él me correspondió en seguida.
— Gracias por contarme de tus tatuajes. — fue lo primero que dije al separarnos.
— No tienes que agradecerme, haría cualquier cosa por tí.
— Todos tus tatuajes tienen relación con lo que está pasando con tu familia ¿cierto?
— Sí... sé que todo esto suena algo masoquista pero no lo quiero olvidar sabes, quiero recordar el momento más duro que he vivido... por alguna razón que todavía no tengo clara.
— Talvez... — Él me miró atento. — porque todo esto te ha cambiado, y lo quieres recordar para no ser el mismo de antes. Por si las cosas en tu vida se vuelven a complicar recuerdes lo que ya has pasado y no te rindas. — Cuando terminé de decir eso él sonrió.
— A veces creo que puedes leer mis pensamientos. — Y ahora yo sonreía.
— No es así solo... te conozco, Will. — No dijo nada, solo se acercó y me beso. — Te quiero, Jess.
— Y yo a ti, Will.
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