Dedicado a: amohushhush muchas gracias por leer y votar, espero te guste el capitulo. 

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Al llegar de la Universidad lo primero que hice fue la tarea, algo en lo que no me tarde mucho ya que, por alguna extraña razón, había perfeccionado esa habilidad, supongo que era algo bueno porque tendría más tiempo libre pero a la vez era malo porque volvería hacer cosas raras como ponerme a cantar mientras salto en la cama. 

En cuanto terminé fui a revisar el calendario para ver cuando era la entrega de un proyecto. Una vez hecho eso otra cosa llamó mi atención mientras seguía mirando el calendario de perritos que tenía tras la puerta y es que hasta ahora me daba cuenta que solo faltaba un mes para Navidad, por ende esta era mi última semana de clases y la siguiente exámenes. Estaba por ver qué día era mi primer exámen pero en eso la puerta se abrió de golpe. 

Lo siguiente que pasó fue que me encontraba en el piso con un dolor de cara horrible y frente a mí, en cuclillas, estaba un preocupado William mirándome. 

— Jess, perdón, no sabía que estabas ahí ¿Estás bien? 

— Sí... 

— En serio lo lamento. 

— No te preocupes estaré bien.

— ¿Segura? 

— Sí, segura.— se veía muy preocupado así que decidí bromear un poco para que se relajara.— pero mejor a la próxima tocas la puerta.— dije mientras masajeaba el puente de mi nariz, él sonrió.

— ¿Desde cuando estamos con formalismos? — su tono fue de broma y estaba segura que ahora él se encontraba bien. 

— Desde que golpeaste mi cara con la puerta. 

— Vale. De verdad lo siento. 

— Tranquilo, ya no importa. 

— Prometo pensar lo de la puerta.

— Vaya, que considerado.— dije sarcásticamente. 

— Lo sé.—me siguió el juego. 

— Eres todo un caso, Morrison.— negué con la cabeza mientras nos mirábamos. 

— Pero a ti te encanta.— dijo en tono seductor mientras se acercaba a mí.

— Sí.— mi tono fue más un suspiro porque era verdad, me encantaba todo de él. 

William siguió acercándose hasta que ni un solo milímetro separó sus labios de los míos. Me encantaba besarlo pero a la vez me angustiaba que pudiera acostumbrarme a eso porque si lo perdiera no sabría qué hacer. 

— ¿Y a qué debo el honor del golpe en la cara que me acabas de dar? — él rió. 

— Se debe a que quiero mostrarte un lugar que tal vez te guste ¿Quieres ir? 

— Con una condición. 

— ¿Cuál? — me miró curioso. 

— Que no vuelvas a abrir la puerta de esa forma.— él volvió a reír. 

— Hecho.— me dió un corto beso en los labios antes de ayudarme a ponerme de pie. 

Bajamos las escaleras para salir de la casa y dirigirnos a la cochera ya que era donde estaba su motocicleta. La última vez que me subí ahí fue cuando Will me llevó con mi mamá para ayudarla con la sesión de fotos y ese día recuerdo que él iba demasiado rápido, además de casi atropellar a tres personas, así que ahora estoy algo asustada y nerviosa. Y claro que William lo notó.

— Tranquila.— aparte mi vista de la moto para mirarlo a él.— prometo no ir tan rápido. La vez pasada solo quería molestarte, ahora es diferente.— me entregó un casco. 

— ¿Qué es diferente? — me miró unos segundos antes de responder. 

— El hecho de que ahora voy protegerte como si fueras mi vida.— solo lo miré porque me había quedado sin palabras. Él se dió cuenta así que se subió a la motocicleta. 

— ¿A dónde vamos? — pregunté mientras me sentaba atrás. 

— Es una sorpresa. — se puso el casco y cuando lo tuve abrazado arrancó. 

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Y justo como él me lo había prometido, en todo el camino fuimos a una velocidad considerable, sin pasar semáforos y por supuesto sin casi matar a alguien. Ahora mismo nos encontrábamos en la zona centro de la ciudad pero en una de las menos transitadas. Will aparcó la motocicleta frente un edificio pequeño algo viejo pero con una apariencia realmente fascinante; dicho edificio era una librería. 

— Es aquí. — dijo cuando apagó la motocicleta.

— ¿En serio? — dije feliz. 

— En serio ¿Te gusta? — él también estaba feliz. 

— Mucho y eso que no he entrado. — ambos bajamos de la motocicleta. 

Lo que me gustaba de este lugar era su apariencia. Por fuera parecía una casa con siete escalones para llegar a una puerta y ventana de madera pintadas de color azul, la pared estaba hecha de un hermoso mosaico de ladrillos que casi no se podía notar por las plantas que partían de los "pies" hasta la "cabeza" de la librería. Cualquiera que pasara por enfrente pensaría que es una casa vieja bien conservada, lo único que hacía notar que era una librería era un pequeño letrero en la puerta que decía "Books and Coffee"

Subimos los siete escalones para entrar por la antigua puerta azul y en cuanto la abrimos una campana sonó. Por fuera tenía la apariencia de una casa antigua en la cual no parecía haber alguien dentro pero como dicen: no juzgues a un libro por su portada. Y eso era muy cierto. Dentro de la librería había unas cuantas personas, con respecto a la decoración todo era demasiado moderno con un toque rústico por las máquinas de café que se encontraban a la entrada, en seguida había mesas con sofás que eran algo más modernos. Finalmente al fondo y en la segunda planta, ambas zonas muy grandes, estaba lo maravilloso. En estos dos lugares había repisas de cristal repletas de libros. Esta de verdad que era una de las librerías más hermosas que había visto. 

— ¿Qué estás esperando? — me dijo Will con una gran sonrisa y supongo que era por la cara de asombro que tenía ahora mismo.

— Gracias.— le di un beso en la mejilla y me dirigí rápidamente a donde se encontraban todos los libros. 

Comencé a caminar por los pasillos con calma para no perder de vista algún libro pues eran tantos que no sabía cuál tomar. Caminé por todos lados hasta que fui decidiendome por algunos, ya tenía 4 en la mano para cuando fui al segundo piso. Al llegar ahí lo primero con lo que te encontrabas era un letrero con una bella caligrafía que decía "No juzgues a un libro por su portada". No entendí muy bien porque apenas ponían ese letrero hasta que levanté la vista y noté que cada libro estaba envuelto en papel café pero lo más impresionante es que todos tenían escritas frases diferentes; supongo que eran frases de los libros respectivamente. 

— Esta fue mi parte favorita.— Will apareció detrás de mí.— en cuanto la vi supe que te tenía que traer. 

— Gracias.— le sonreí y él me correspondió. En eso se me ocurrió algo.— ¿Y qué tal si nos elegimos un libro? — me miró curioso. 

— ¿Cómo? 

— Sí, yo escojo uno para ti y tú uno para mí.— lo pensó.

— Me parece bien.— sonreí y ambos nos separamos para buscar los libros. 

Yo llevaba ya un rato y todavía no podía escoger alguno, quería encontrar algo que en el instante en el que lo leyera me recordara a él. Busqué y busqué pero no fue hasta que caminé a una estantería que se ubicaba al fondo que lo encontré, encontré el libro prefecto. 

En en papel estaba escrito "Uno no entiende a los demás hasta que no considera las cosas desde su punto de vista; hasta que no se mete bajo su piel y camina con ella por la vida" Esto me recordo cuando yo no comprendía porque Will era tan malo conmigo y con todos, lo entendí todo hasta al fin decidí conocerlo, hasta que vi las cosas desde su punto de vista.

— ¿Ya lo tienes? — me preguntó Will saliendo de uno de los pasillos. 

— Sí ¿Y tú? 

— También. — se veía algo nervioso.— Entonces dámelos para pagarlos. — le tendí el que elegí para él. — No, me refiero a todos los que tienes en las manos. 

— Will, no tienes que... 

— Si comienzas a negarte te juro que te hago cosquillas ahora mismo. — rápidamente le entregué los libro. 

— Esto es extorsión.— dije cuando él comenzó a caminar al piso de abajo y lo seguí. 

— Ya lo sé pero no me importa.— reí un poco. 

Después de pagar, ambos decidimos irnos a casa pero antes de que nos subieramos a la motocicleta él me entregó el libro que escogió para mí. Tomé el libro y en voz alta leí la frase que tenía. 

— "Cualquiera en su sano juicio se volvería loco por ti".— en cuanto terminé de leerlo sonreí. — ¿Por qué lo escogiste? 

— Porque es cierto. Cualquiera en su sano juicio se volvería loco por ti, Jess, o al menos eso me pasó a mí cuando te vi.— se vio tan nervioso cuando dijo eso que no pude evitar acercarme para besarlo en los labios, él me correspondió en seguida. Cuando nos separamos hablé.

— Ahora ve el mío. — se lo entregué y él leyó. 

— "Uno no entiende a los demás hasta que no considera las cosas desde su punto de vista; hasta que no se mete bajo su piel y camina con ella por la vida".— me miró algo confundido.— ¿Por qué lo escogiste? 

— Porque...porque yo no te entendía, no entendía nada sobre ti, tu forma de ser ni de comportarte conmigo o con los demás. Te logré entender hasta que conocí tu punto de vista y me dejaste entrar a tu vida y en serio que te agradezco eso. — me sonrió y me abrazó.

— Esa fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, así que no tienes nada que agradecer. — me dió un beso en la frente. 

— Te quiero, Will. 

— Y yo a ti, Jess.