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Capítulo 21: Ilegal.

Dedicado a: Todas mis lectoras y todos mis lectores 😊

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— Bien, no las olvides.

Ambos bajamos del auto.

El caminar unos metros me hizo confirmar el lugar de donde provenía todo ese ruido.

Literalmente me encontraba rodeada de motocicletas y de chicos de más o menos mi edad que estaban vestidos como Aarón, de color negro y con chaquetas de cuero del mismo color. También había varias chicas que venían vestidas algo similar a mí, la única diferencia es que yo venía algo más... ¿conservadora?

— ¡Jess! — la voz de Aarón me sacó de mi trance para darme cuenta que ya me encontraba a varios metros alejada de él.

— Perdón.— me acerqué rápidamente y continuamos nuestro camino a quién sabe dónde.

En el trayecto yo parecía un pequeño niño curioso que solo mira a su alrededor maravillado y, aunque parezca tonto, tenía mis motivos pues esto era totalmente nuevo para mí. Por una parte había chicos que se sostenían de una barra.

— Aarón ¿Ellos que hacen? — Aarón miró hacia donde yo lo hacía y me explicó.

— Con la fuerza de los brazos tienen que subir y bajar. La cabeza entera tiene pasar la barra y quien pueda aguantar más se lleva el dinero.

— Oh. Y... ¿Y por qué tú no compites? — se rió.

— Jess, eso no es lo mío. — ambos continuamos nuestro camino.

— ¿Y qué es lo tuyo? — Aarón se quedó callado.

— Bueno... pues... el poker y...

— ¿Juegan poker aquí?

— Sí, Jess, pero las apuestas que hacen son muy altas así que ni se te ocurra entrar ¿Entendido?

— Está bien ¿Y aparte del poker?

— Pues...— se quedó callado.— Compito en carreras de motocicletas...— Al escuchar eso algo dentro de mí se molestó.

— ¡Qué! ¡Es en serio, Aarón!

— Sí, Jess, ya sé que...

— Aarón, se lo habíamos prometido a papá.

— Sí, lo sé y lo siento pero por favor no se los vayas a decir.

— Aarón...

— Por favor. — Me miró con sus ojos suplicantes, que solo usa cuando realmente necesita algo.

Cuando Aarón tenía 14 años y yo 11 nuestro padre nos enseñó a ambos a manejar una motocicleta. Cuando Aarón tuvo 16 Hanna lo convenció de participar en carreras clandestinas, pero afortunadamente nuestro padre se dio cuenta a tiempo y nos contó que cuando él tenía 20 años participaba en esas carreras con sus amigos y que desafortunadamente en una de esas carreras dos de sus amigos fallecieron y una amiga (la madre de Hanna) quedó en coma por casi un año. Cuando nos contó eso nos hizo prometerle que ninguno de los dos participaría en esas carreras.

— Bien, pero con una condición.

— ¿Cuál?

— Que no vuelvas a competir.

— Jess...

— Aarón, lo hago por tu bien. Recuerda lo que les pasó a los amigos de nuestro papá y a la mamá de Hanna. No quiero que eso te pase a ti. — me miró unos segundos antes de responder.

— Está bien, lo prometo.

— Gracias.

Seguimos caminando hasta llegar a un tumulto de gente alborotada. Por lo lejos que nos entrábamos no podía entender el motivo de sus gritos pero eso no tardo demasiado cuando Aarón comenzó a abrir camino entre las personas.

En medio de todo el alboroto no había nada pero de repente apareció una motocicleta color rojo y eso provocó que la gente comenzara a gritar y a mostrar dinero (supongo que para apostar) La razón por la que la motocicleta provocó tal alboroto fue porque no se encontraba andando en dos ruedas sino en una sola como un caballo.

La motocicleta comenzó a andar por todos lados en la misma posición y unos segundos después apareció otra color negro que causó el doble de alboroto. Al igual que la primera se encontraba andando con una sola rueda pero la diferencia era que esta estaba con la de adelante. Todos comenzaron a entregar dinero a un tipo que se encontraba gritando pero por todo el ruido no pude entender que decía.

La motocicleta roja comenzó a hacer como si frenará para después volver a subir con una velocidad impresionante. Todas las personas volvieron a dar dinero (supongo que por el de rojo pues el otro no dejaba de hacer lo primero) El chico dejó de recibir dinero y en eso el de la motocicleta negra pasó de la llanta adelante a la de atrás de uno solo salto para luego pasar a la de adelante y nuevamente a la atrás y repetir el movimiento varias veces a una velocidad increíble. Las personas de acercaron al chico de las apuestas, supongo que para dar dinero pero el chico solo negaba con la cabeza.

Ambas motos continuaron con su guerra pero todo terminó cuando el de rojo cometió el error de acercarse demasiado a su contrincante que al momento de dar un salto asustó al de rojo y provocó que éste se cayera.

Todos gritaron, unos de felicidad y otros de enojo. El de la motocicleta siguió unos segundos más con su movimiento hasta que por fin puso ambas llantas en el piso. El chico que conducía la motocicleta negra se quitó el casco y me sorprendió ver a William.

— ¿William?

— Sí. — dijo Aarón mientras recibía un fajo de billetes del chico de las apuestas.

— ¿Él participa en esto?

— Él es el campeón invicto desde hace como un año.

Me sorprendió mucho escuchar eso. No fue por el hecho de pensar que William fuera campeón en algo sino porque nunca pensé que ese algo fuera ilegal y sobretodo que fuera realmente asombroso.

— ¿Ya te dieron el dinero? — preguntó William cuando se acercó mientras seguía montado en su motocicleta.

— Sí, te fue bien.

— Bien, nos vemos en casa para repartirlo. — Él estaba por arrancar su motocicleta cuando yo lo interrumpí

— No sabía que fueras tan bueno en eso.— una sonrisa apareció en su rostro pero fue más de ego.

— Hay muchas cosas que no conoces de mí.— y dicho eso aceleró y se marchó.

— ¿Te divertiste?— me preguntó Aarón cuando ya estábamos a unos metros del auto.

— Sí, fue divertido conocer todo esto.

— Me alegro que te gustara porque no volverás. — rodeó el auto para que ambos quedáramos cara a cara pero con el auto entre nosotros.

— ¿Qué? Pero, Aarón...

— Jess, por favor entiende, no es por ser malo pero simplemente este no es un lugar bueno para ti ¿Lo entiendes? — Me quedé callada unos segundos.

— Sí, lo entiendo.— realmente no lo entendí pero si algo he aprendido en mi vida es darle la razón a un Cox.

— Gracias.— dicho eso ambos subimos al auto y nos encaminamos a casa.

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