Capítulo 20: ¿A dónde van?
Dedicado a: itsbes muchas gracias por todos tus votos!!!
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La última vez que escuché los gritos fue cuando los descubrí y ya había pasado una semana desde eso, honestamente no sé por qué William se pudo recuperar tan fácil pero por la razón que sea me siento feliz de que todo haya terminado. Me he quedado despierta hasta las 2:00 o hasta que el sueño me vence para poder ayudar a William en caso de que sea necesario.
Hoy era viernes en la noche y lo único que he estado haciendo era ver películas durante toda la tarde. Ya había visto La última canción, 10 cosas que odio de ti, Orgullo y Prejuicio y ahora me encontraba terminando de ver Lo mejor de mí.
— ¡NOOOOO! — Grité al ver cómo le disparaban en el pecho a Dawson. — ¡No, esto es una broma! — inconscientemente las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos porque yo quería que Dawson pudiera tener una vida feliz con Amanda a pesar de los años ¡Pero ahora resulta que no! ¡Lo mataron! — ¡NOOOO! — tomé un puño de palomitas y se las lancé al televisor.
— ¿En serio crees que lanzándole palomitas al televisor el protagonista va a resucitar? — William estaba recargado en el marco de la entrada de la sala mirándome divertido por la escena que acababa de hacer. — He visto cientos de veces esa maldita película y créeme, nunca resucita.
— ¿La has visto? — dije sorprendida y su expresión también fue de asombro y supongo que fue por haberme contado eso aunque esa expresión cambió rápidamente por una de diversión.
— Sí, era la película favorita de mi hermana y siempre término llorando a pesar de ya saber el final. — reí un poco y él me respondió con una sonrisa antes de marcharse a su habitación.
Desde el día en que lo vi dormir antes de salir de su habitación no lo había vuelto a ver hasta ahora. Intenté retroceder unos segundos para recordar cuando me sonrió (algo que no fue muy difícil de lograr) y gracias a eso pude darme cuenta que a pesar de que se había visto tranquilo tenía unas enormes ojeras bajo sus ojos ¿No durmió desde la última vez que lo vi?
Estaba por ponerme de pie para ir a seguir a William pero cuando vi que el corazón de Dawson sería donado para el hijo de Amanda decidí quedarme sentada para ver lo que quedaba de la película.
Al terminar la película era alrededor de las 9:34 p.m. No era tan tarde como esperaba así tal vez pudiera ver una serie.
Estaba a punto de seleccionar para comenzar a ver American Horror Story, pero justo en ese momento la puerta del sótano se abrió de golpe. Giré en ese momento para ver qué pasaba, pero en eso la puerta de la entrada ya se estaba cerrando. Pero las cosas no acabaron ahí porque unos fuertes pasos se escucharon por la escalera hasta que Aarón terminó de bajarlas y dirigirse a la puerta principal.
— ¡Aarón! — regresó rápidamente a la sala.
— ¿Qué pasa? —
— ¿A dónde van? — Aarón se puso algo dudoso por lo que tardó unos segundos en responderme.
— Vamos...vamos a... A la biblioteca.
— ¿En serio? ¿Tú y William en la biblioteca? Por favor, Aarón, puedes inventar mejores mentiras que esa. Vamos, tú puedes, te doy otra oportunidad.
— Está bien, honestamente creo que es mejor decirte la verdad así que...— se quedó callado unos segundos.— vamos cerca del puerto. Donde se realizan peleas y carreras clandestinas. — me quedé callada unos segundos antes de reír.
— Ya ves, eso es algo más creíble. Te felicito por tu creatividad. Ahora supongamos que te creo ¿Para qué quieres ir allá?
— Por que él se encarga de las apuestas que hagan a mi favor. Aarón recoge el dinero. — William apareció y se unió con nosotros en la sala.
— ¿No es una broma?
— No. — respondieron los dos al mismo tiempo.
— Bien, entonces voy con ustedes.
— No.— volvieron a responder los dos a la vez.
— Aarón, ambos sabemos que voy a ir quieras o no. — Aarón me miró mal antes de suspirar.
— Bien pero hay tres reglas.
— ¿Cuáles son?
— Primero: No hables con nadie que no conozcas. — reí — hablo en serio, te pueden drogar con solo hacer eso. — me puse seria al ver su expresión.— Segundo: No te alejes de mí o de William, hay muchos borrachos allá. Y tercero: ve a cambiarte, allá no se usa ropa colorida.
— ¿En serio? — Aarón miró mal mi pantalón azul claro con mi blusa rosa y tenis blancos.
— En serio. Así que corre.
Me puse de pie y me dirigí a las escaleras. Cuando estaba a la mitad escuché a William.
— Genial, ahora voy a estar de niñera. Los veo allá. — estaba a punto de girar para enfrentarlo pero cuando escuché que la puerta se cerró seguí mi camino.
Al llegar a mi habitación me decidí por una blusa blanca, unos jeans oscuros y botas con una chaqueta de color negro.
— Estoy lista — dije al bajar de las escaleras.
— Bien, vamos.
Salimos y nos montamos en el auto de Aarón para dirigirnos al puerto.
Cuando estábamos cerca del puerto no podía ver a nadie, hasta llegué a pensar que tal vez Aarón me había mentido, pero eso cambió cuando comencé a escuchar gritos que cada vez se hacían más intensos y también motores de motocicletas.
— ¿Recuerdas las dos reglas que te dije? — Dijo Aarón al detener el auto.
— ¿No eran tres? — dije para ver si la expresión seria de Aarón cambiaba pero no funcionó.
— Jess, lo digo en serio.
— No hablar con extraños y no alejarme de ti o William.
— Bien, no las olvides.
Ambos bajamos del auto.
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