Capítulo 17: ¿Cita?
Dedicado a: PatriciaGonzalezNogu Muchas gracias por tus votos y comentarios, espero te guste el capítulo.
————————————————
Cuando al fin escuché que el profesor nos dió autorización de salir del aula me apresuré a recoger todo pero a diferencia de otras ocasiones no fui de las primeras en salir, en lugar de eso tomé mi celular y llamé a Aarón para ver dónde se encontraba.
— Hola ¿Qué pasa, Jess?
— Quería saber dónde estabas para que nos pudiéramos ir juntos.
— No tienes ganas de caminar ¿O me equivoco? — como lo había dicho antes, Aarón era la persona que mejor me conocía.
— No, no tengo ganas.
— Pues tal parece que no eres la única porque William también quiere que lo lleve. De hecho estoy en la piscina esperando que termine de entrenar ¿Vas a venir?
Al escuchar donde se encontraba y con quien tendría que irme de regreso enseguida supe mi respuesta "NO". No había cruzado palabra alguna desde lo que paso afuera de la oficina de mi mamá y de eso ya había transcurrido alrededor de un mes.
— No... este... acabo de recordar que quería ir a la librería a comprar un libro nuevo así que creo que iré a la ciudad.
— ¿Pero en qué te vas a ir?
— Supongo que en taxi o no lo sé, ya luego veo... nos vemos después. — Y corte la llamada.
Honestamente prefería irme a la ciudad caminando que ir en auto a casa por 5 minutos con William. Lo extraño de todo es que a pesar de que él y yo vivimos en la misma casa, en todo este tiempo no nos hemos encontrado. Supongo que llega a altas horas de las noche porque no lo veo o escucho entrar a casa.
Bloquee mi celular y lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta para después colocarme mi mochila sobre los hombros y antes de que pudiera dar un paso para dirigirme a la salida un voz me lo impidió.
— Jess. — levanté mi vista y me llevé una grata sorpresa al ver que la voz provenía de Daniel.
— Hola, Daniel. — Le sonreí aunque él no me correspondió como de costumbre, de hecho parecía algo nervioso.
— No quiero que pienses que te estaba espiando ni nada pero escuché que vas a ir a la ciudad y que no tienes en que ir ¿Cierto?
— Sí, mi hermano está ocupado y no me puede llevar a la librería así que creo que me iré en taxi. — reí pero él seguía igual.
— A bueno... es que yo.... es que yo... — Cerró los ojos y las siguientes palabras las dijo tan rápido que casi no las pude entender.— ¿Me permitirías llevarte a la ciudad? — no dije nada hasta que abrió los ojos. Honestamente me había tomado por sorpresa.
— Wow, muchas gracias, Daniel, pero no quiero molestarte, de seguro tienes cosas más importantes que hacer. —me preparaba para seguir mi camino pero la voz de Daniel me detuvo.
— No, en serio que no me molesta acompañarte, de hecho es todo lo contrario a molestarme. — Al ver su sonrisa me convenció.
— Está bien, muchas gracias.— Ambos comenzamos a caminar en dirección al aparcamiento.
Ahora que lo pienso tampoco había hablado mucho con Daniel, claro que cuando lo veía en clase siempre nos saludabamos pero nada pasaba de eso. Así que me alegraba la idea de pasar un tiempo con un amigo. Con el único amigo que tenía.
Al llegar al aparcamiento Daniel sacó sus llaves para apretar un botón, gracias a eso pude darme cuenta cual era su auto. El auto era un BMW color gris con vidrios polarizados y cuando ya solo nos faltaban unos metros para llegar a éste Daniel apresuró su paso, al principio no sabía el porqué pero cuando vi que abrió la puerta del copiloto supe que la había abierto para mí.
— Gracias.— me adentre al auto y al estar del todo posicionada en el asiento él cerró la puerta con amabilidad. Rodeó el auto y cuando entró en el mismo colocó la llave para encender el motor y arrancar.
— ¿Sabes dónde quieres comprar el libro?
— Pues tengo una idea, es una de mis librerías favoritas porque siempre encuentro el libro que quiero y aparte también es cafetería.
— Bien, entonces iremos allá.
Me sonrió y yo le correspondí.
"Usted ha llegado a su destino".
Al escuchar Daniel eso por parte del GPS detuvo el auto enfrente de mi lugar de felicidad.
— ¿Es aquí?
— Sí.— no aparté la mirada de la librería ni por un segundo desde que estuvo en mi campo de visión. Tal vez muchos dirían que estoy mal por ponerme de esta manera solo por una librería pero a mí no me importa, este lugar era mi sitio favorito en todo el mundo y desde que entré a la universidad (poco más de dos meses) no había podido venir. Prácticamente estuve sin libros nuevos por ¡Dos meses!
Al bajar ambos del auto no perdí tiempo para acercarme a la librería y abrir la puerta. Por fuera se podía saber que era una cafetería gracias a las enormes ventanas de vidrio que rodeaban gran parte del local y que a su vez permitían que se vieran los postres y las enormes máquinas de café. La única forma por la cual te podías dar cuenta que también era una librería era entrando ya que no tenían algún letrero donde se pudiera leer "librería", solo uno donde decía "Coffee, coffee" (por si no te había quedado claro con el primer Coffee que esto era una cafetería).
—¿Cómo se llama el libro que buscas? — fue lo primero que Daniel me preguntó cuando entramos.
— Para serte honesta no vengo por ningún libro en específico, siempre que estoy aquí es para ver todos los libros y decidir en el momento cuales me llevaré.
— Wow, eso es algo raro, la mayoría viene a una librería para buscar un libro en específico.— yo solo sonreí.
— Lo normal esta sobrevalorado.
— Oye, eso me gusto ¿Lo puedo usar algún día?
— No. — ambos reímos hasta que llegamos a la parte trasera de la cafetería que era donde se encontraban los libros. Creo que eso era lo único que no me gustaba de este lugar, le daban más importancia al café que a los libros ya que éstos no tenía un lugar propio, era como si los escondieran.
— ¿Normalmente cuánto tardas en ver libros? — me preguntó Daniel mientras él también vea algunos.
— No lo sé, solo sé que una vez llegué como a la una de la tarde y salí cuando ya el sol se había escondido y no había gente en la calle.
— ¿En serio?
— Sí, ese día casi les da un infarto a mis papás.
— Ya lo creo.
— De hecho creo que la única razón por la que salí fue porque me avisaron que ya habían cerrado. — Después de que una sonrisa atravesara el rostro de Daniel por mi historia ambos continuamos en silencio buscando libros.
1 hora y media después...
— Listo, ya sé cuales me llevaré.
— A ver.— Daniel se acercó y miró por un momento los dos libros que tenía entre mis manos. — En este al final se muere. — Rápidamente lo miré mal por lo molesta que estaba, pero a él le dió risa.— Tranquila, solo bromeaba, ni siquiera he leído alguno de esos dos libros.
— ¿En serio?
— Sí ¿Por qué te mentiría?
— Bueno, me acabas de mentir y fue para molestarme.
— Solo quería comprobar un hipótesis.
— ¿Qué hipótesis?
— Olvídalo, ven.— tomó mi mano y me guió al frente del local donde se encontraba la cafetería. A pesar de que nunca me había tomado la mano la sensación no era incómoda, de hecho se sentía agradable. — Por molestarte te voy a pagar los libros y te compraré un chocolate caliente. — me reí porque claramente era una broma.
— Gracias pero los pagaré yo. — iba a caminar a la caja cuando él me quitó los libros de las manos.
— No, tú ve a buscar una mesa.
— Pero...
— Sin peros.— y sin más se dirigió a la caja con mis libros.
Me reí un poco por la escena que me acababa de hacer y me fui a buscar una mesa. Me decidí por una que estaba cerca de una ventana.
A los pocos minutos Daniel regresó con dos vasos de café y una de las bolsas que daban cuando compras libros. En cuanto se sentó me entregó la bolsa.
— Gracias pero no tenías que hacerlo. Te los voy a pagar. — Daniel me sonrió.
— Sé que no tenía que hacerlo pero lo quise hacer.
— ¿Por qué? — Se encogió de hombros.
— Quería darte algo que te hiciera feliz. — tomó un poco de su café y habló antes de que yo lo hiciera. — ¿Y qué te gusta hacer aparte de dibujar?
Después de esa pregunta la conversación entre los dos siguió fluida, sin silencios incómodos. Hablamos prácticamente de lo que nos gustaba hacer, como si el objetivo de todo esto fuera conocernos mejor, algo que resultó porque supe que Daniel no era de New York sino de Chicago, que era hijo único y lo que estaba estudiando no era diseño gráfico (como yo pensaba) sino arquitectura, por ello algunas de nuestras clases coincidían.
Después de un tiempo dijo que sería mejor llevarme a casa porque si llegaba tarde tal vez Aarón lo mataría, así que nos fuimos.
Al llegar a casa Daniel me acompañó hasta la puerta y cuando él regresó a su auto y estaba por adentrarse en éste recordé algo.
— ¡Daniel! — giró para mirarme. — ¿Cuál era tu hipótesis? — él sonrió, tal vez porque lo recordé.
—— La hipótesis era: Cuando te molestas ¿Te sigues viendo igual de linda? — sentí como me sonrojaba.
— ¿Y se cumplió la hipótesis?
— No.— me sentí mal.— porque superó mis expectativas, te viste más hermosa de lo que esperaba. — volví a sonreír y él me correspondió antes de adentrarse en su auto y marcharse.
— Así que estás saliendo con, Daniel. — me sobresaltó la voz de Aarón.
— Me asustaste.
— Responde. — se vea algo molesto.
— No, no estoy saliendo con él, solo me acompaño a la librería.
— Así que... ¿Tuvieron una cita?
— No, no fue una.... — ¡Ay! considerando todo lo que pasó en la cafetería y lo que pasó hace unos segundos creo que Aarón estaba en lo cierto. — Ay, creo que sí. Tuve una cita con Daniel. — una sonrisa se dibujó en mi rostro.
— Sí.— mi sonrisa se hizo más grande.
— Bueno me alegro que haya sido con Daniel y no con un idiota como este que tengo atrás. — estaba tan perdida en lo sucedido que no me había dado cuando que William se encontraba escuchando y viendo todo atrás de Aarón. Cuando Aarón dijo eso último el rostro de William se puso rígido y sin decir una palabra abrió la puerta del sótano y la cerró de golpe.
— Creo que se molestó. — dije.
— ¿Él de qué no se enoja? — reí — ven, vamos a cenar. Hice lasaña.
— ¡Sí!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro