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Capítulo 7

El príncipe del infierno

Jimin junto a los diplomáticos del infierno decidieron atacar al paraíso con toda su furia para recuperar al rey Min Yoongi. Ellos se habían estado preparando desde la última batalla para atacar a los celestiales con bombas demoníacas e incluso bombas atómicas que elaboraron con tecnología humanoide. Estaban guardando todo su arsenal de armas para atacar si algún día se llegaban a romper los acuerdos y la captura de su rey significaba un rotundo corte a su falsa amistad impuesta por los dioses.

—Ellos siempre nos han humillado y no vamos a permitir que lo hagan más —dijo el embajador del infierno apretando la quijada, era un hombre calvo de tez morena y ojos color marrón.

—Antes de salir deberán usar todos un tónico que preparé para ser inmunes a la gloria, tiene una duración de una hora pero es suficiente para acabarlos —dijo el sacerdote del templo principal.

—Eso nos dará bastante ventaja —dijo la ángel oscura encargada de los arqueros.

—Iré al frente de la batalla junto a usted, mi alteza. No permitiré que lo lastimen —aseguró Jetzany, el jefe de los soldados oscuros.

—Ya he llamado al submundo indicándole que creen terror en la tierra para causar distracciones —dijo la embajadora del infierno en la tierra— Ellos ya comenzaron. —Sonrió de lado.

—Lo único que me falta decir es que todo lo que está sucediendo es mi culpa, no debí viajar al paraíso. —Suspiró— Si después de rescatar a Yoongi deciden quitarme la corona yo estaré dispuesto a renunciar. No volveré a poner en riesgo al inframundo nunca más.

—Su alteza, jamás nos atreveríamos. ¿Sabe usted lo que Min Yoongi, nuestro rey nos haría si lo hiriéramos de alguna forma? —cuestionó Jetzany— Nos arrancaría el alma y nos enviaría al abismo, le tememos más a él incluso estando prisionero que a los mismísimos dioses.

—Pensé que ibas a decir que me querían, pero aceptaré eso —dijo mostrando una ligera sonrisa.

—Tal vez nosotros no somos seres celestiales y pretenciosos, pero somos demonios unidos que respetan a su rey. Desde el día que contrajo matrimonio con Min Yoongi también nos adoptó a nosotros como sus hijos.

>>Así que, le rogamos que de ahora en adelante piense bien antes de actuar porque confiamos en usted incluso con los ojos cerrados.

Esas fueron las palabras del sacerdote, Jimin se conmovió pero fue fuerte para no llorar enfrente de ellos.

—No lo haré, no los defraudaré. —Suspiró— Creo que es hora de anunciarle a todo el inframundo lo que está sucediendo.

Al decir eso salió del salón diplomático para dirigirse a la explanada. Ahí lo estaba esperando una multitud confundida y ansiosa por averiguar qué era lo que estaba pasando.

⚜️⚜️⚜️

—¡¡¡Hijos de las mil y un perras falderas!!! —gritó Yoongi mientras recibía distintos rayos de gloria en la habitación en la que lo estaban torturando.

Los ángeles celestiales querían vengarse por las matanzas que Min Yoongi realizó a sus hermanos, esos que habían golpeado a Jimin. Además creían ser merecedores de respeto por parte del inframundo y la manera de obtenerlo era teniendo a su rey prisionero.

La habitación en la que Yoongi se encontraba estaba cubierta de oro celestial, Los pies descalzos del demonio estaban invadidos de llagas porque el metal estaba bendecido por los dioses y le quemaba la piel.

Yoongi no estaba poniendo resistencia porque temía por la vida de su esposo e hijo aunque en ocasiones quería destruir la habitación y salir volando de ahí para nunca más regresar. En el techo de la habitación se encontraban los tres arcángeles principales observándolo detenidamente, pero Yoongi era astuto así que los descubrió de inmediato.

—¡Sé que me observan!

—Tardaste menos de lo que pensaba en descubrirnos —dijo Seokjin.

—¿Qué clase de poder tiene tu hijo? Me ha dejado una cicatriz en el brazo que no puedo borrar —Namjoon se quejó.

—¿Poder? Ese niño es un demonio inofensivo.

—Demonio con sangre celestial —soltó Hoseok— No pudimos lastimarlo con nuestra gloria.

—¡¿Intentaron lastimarlo?! —gritó Yoongi apretando los puños.

—Estábamos experimentando... —confesó Namjoon.

—Experimentando, sí claro. ¡Ustedes al igual que yo siempre han anhelado ser igual que los dioses la única diferencia es que yo me atreví a retarlos! —gritó tratando de zafarse de las esposas. Si ellos intentaron lastimar a su hijo ya no tenía porque contenerse.

—Ay Yoongi, ¿no te quedó claro que tú no eres como nosotros? —cuestionó Hoseok— Tú eres hijo de los dioses, no eres un simple ángel o arcángel. Pero tu sangre está modificada para ser demoniaca, eres algo así como su experimento personal... El dios de la maldad.

—¡Ya cállate Hoseok, no le digas más! —Seokjin lo regañó.

—Eso significa que su gloria no puede detenerme.

Al decir eso se arrancó las esposas sonriendo de lado y sorprendiendo a los arcángeles

⚜️⚜️⚜️

Una legión de ángeles oscuros, quimeras y monstruos volaban con ferocidad hacia el paraíso, estaban dispuestos a destruir todo a su paso con tal de recuperar a su rey. Mientras tanto Jungkook yacía en el castillo infernal junto con Jilianny. Ambos desesperados porque querían saber cómo les iba a todos en la batalla.

—¿Siempre ha sido así, Jili? —preguntó el niño.

—¿El qué?

—La guerra entre cielo e infierno... —dijo sentado en la sala de estar moviendo sus piecitos con inquietud.

—Algunas veces más violenta que otra, pero para eso existen los acuerdos...

—¿Acuerdos?

—Es lo que mantiene los dos mundos en paz y sin guerras pero fueron violados cuando los arcángeles te secuestraron.

—¿Ellos me secuestraron? Solo me llevaron a pasear por las calles de oro —dijo frunciendo el ceño.

—Ellos te utilizaron para que tu padre se entregara y ahora está siendo torturado seguramente, por ese motivo todos van a luchar... Para liberarlo.

—¡¿Mi papá está en peligro por mi culpa?! —gritó poniéndose de pie.

—¡No, no es tu culpa! —Jilianny trató de calmarlo.

—¡Sí lo es! —Los ojos bicolor de Jungkook se tornaron totalmente rojos, pero no igual a los de Yoongi. Era un rojo sangre, sin fuego, sin brillo— Iré por él, por lo que logré escuchar soy inmune a la magia angelical.

—No, debes quedarte aquí en el castillo. Fue una orden de tu padre.

—Jilianny, ¿me puedes recordar quién soy? —preguntó el niño extendiendo sus alas negras.

—Ah... Jungkook, un niño de seis años.

—Olvida mi edad y mi nombre, dime quién soy.

—Eres... El príncipe del infierno.

—¡Bien! —Sonrió de oreja a oreja mostrando sus hoyuelos— Entonces soy tu superior y deberás obedecerme.

Al decir eso el niño dibujó con el dedo índice una puerta mágica que al abrirla se convirtió en un portal que guiaba directo al paraíso.

—¿Pero qué es esto..? —cuestionó Jilianny sorprendido.

—No sé. —Encorvó los hombros— Solo estoy haciendo lo que mi corazón desea y quiero ir a rescatar a mi padre. ¿Vas a venir o te perderás la acción?

—Voy contigo —Jilianny cruzó el portal junto con Jungkook.

Si no podía detenerlo por lo menos no lo dejaría solo.

Ambos entraron al paraíso con facilidad, frente a ellos se encontraba Jimin junto a la legión de súbditos que lo acompañaba para pelear y del otro lado la misma cantidad de ángeles celestiales dispuestos a defender su reino.

—Nosotros no iremos a pelear —dijo el niño— Iremos a buscar a mi padre.

—Pero mi príncipe, no sé dónde podrá estar...

—Aprendí a rastrear con solo verlo, está en esa dirección — dijo señalando el santuario celestial.

—El santuario... Si pongo un pie ahí me convierto en cenizas.

—Entonces acompáñame a la entrada que yo...

La batalla comenzó, Jimin peleaba cuerpo a cuerpo con los que fueron en su momento sus hermanos, los arqueros lanzaban flechas con veneno demoníaco a los angeles y bombas con su magia cegadora. El sonido de los rayos mágicos y voces de lucha asustaron a Jungkook porque nunca había presenciado algo tan violento. Miró a un celestial arrancar el corazón de una quimera con tanta facilidad, después a un ángel oscuro arrancarle la cabeza al celestial que había asesinado a la quimera. Observaba a lo lejos a su padre cortar cabezas de diestra a siniestra, recordó a Marissa, su rostro terrorífico.

—Jili... No debí haber venido... Te... Tengo miedo.

—¿No te he dicho que el miedo es para los cobardes? —Se escuchó la voz de Yoongi atrás de Jungkook.

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