Me desperté, no sabia que hora era; así que agarre mi celular para ver la hora, la cual eran las ocho de la mañana.

Por alguna extraña razón me sentía débil.

Me pare de la cama, los libros seguían donde los deje.

Fui al baño, me vi en el espejo y me percate de que mi cuello estaba rojo, aun poseía el collar en mi. Lo que me extrañaba era que mi cuello estaba rojo.

Por ahora me quitaría el collar, para poder bañarme.

Cuando me lo quite, me percate de que tenia un pequeño rasguño en el cuello... No recordaba nada... Excepto los libros y todo eso, pero mi sueños no.

Temía porque fuera algo malo aquel rasguño.

Lo deje de lado y proseguí a bañarme.

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Cuando salí volví a ponerme el collar, me vestí y decidí salir por fin de la habitación.

Baje y no había nadie, me percaté de una pequeña noticia situada en la mesa.

~Eren.
Hemos sido citados en la empresa, así que no regresaremos hasta más tarde.

Te deje el desayuno preparado, solo debes de calentarlo.

Cuidate.
Grisha~

Claro... Cuidarme.

Creo que deje eso de lado... No he tomado precaución... Dios, desde un principio todos me decían que tuviera cuidado con esto... Y ahora ya estoy pagando las consecuencias.

Aunque ahora este collar puede cuidarme, ¿pero hasta cuando? Esto no es el típico cuento de "me paso y salí"... ¿Quien no me asegura qué con esto moriré?

Mi historia es la típica, comenzar y nunca acabar.

Si la amiga de Hanji, si aquel chico que escribió el diario y su amigo no pudieron detenerse... ¿Quien me asegura que yo si? Lo peor del caso es que ya comencé la guerra... El juego... Y ahora no puedo zafarme de el.

Ese era su objetivo... Que dijera que comenzaba la guerra... ¿Cómo no me di cuenta desde antes? Ahora recuerdo los sueños.

Es como si una serie de televisión se presentara ante mi.

Soy un idiota... Esto solo a comenzado.

El ha ganado por ahora... Me hizo caer en su trampa.

-No lo escuches-

Olvide por completo esas palabras... Agg, ahora me odio.

Soy un estúpido... Ya estoy dentro de sus garras; ya no puedo hacer nada, nada más que luchar.

Eso haré... Luchare... No importa si pierdo, el no quiere mi cuerpo... Mientras no llegue a pensar en el suicidio todo esta bien... Mientras no muera, el no podrá tener mi alma... O eso creo.

Solo hay una persona que me puede ayudar... Esa es Isabel, hace mucho que no hablo con ella, pero se que ella me puede ayudar.

La única que yo conozco que sabe sobre esto.

Ahora debo de confiar en ella.

Debo llamarla y preguntarle sobre esto, es más que obvio que va querer que nos veamos.

Solo voy a comer lo que me han dejado y después contactare con Isabel... Espero que ella pueda decirme que hacer.

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Isabel: Pues necesitamos vernos Eren... Puedo ir a tu casa si gustas.

Eren: ¿Enserio?

Isabel: Sí.

Eren: Vale, pero ahora no estoy en la casa; estoy en la casa de mi padre.

Isabel: No te preocupes tu tienes la energía negativa.

Eren: Vale... Te daré la dirección.

Isabel: Esta bien... Te veré ahí cuanto antes.

Eren: Vale, gracias Isabel.

Colgué el celular y le mande un mensaje a Isabel para que supiera la dirección.

Tengo suerte de que ella me pueda ayudar un poco.

Arreglaría un poco la casa para cuando Isabel viniera... No estaba sucia, pero nada perdía en acomodar algunas cosas.

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~¿Cuántas veces te dije que eras un chico ingenuo?~

~¿Por qué ahora temes?~

~Ya tienes algo que te protege~

~¿Por qué temer?~

~No hay motivo por el cual temer~

~¿O si?~

~Si, acabaras cayendo en lo que todos a veces caen... ~

~Morir... Esa no es tu opción~

~Y si mueres dudo que tu alma me pertenezca~

~No dejare que nos acabes~

~¿Qué pasa si ganas?~

~Es más que obvio~

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Eren: Gracias por venir Isabel.

Isabel: De nada... Veo que estas solo... Bueno más o menos.

Eren: Sí... Supuestamente estoy solo.

Isabel: Me doy cuenta... Bueno, ¿cual es el problema?

Eren: Creo que no hace falta decirte.

Isabel: -ve el collar de Eren- ¿De dónde has sacado eso?

Eren: De un libro que encontré... ¿Por qué?

Isabel: Tiene una energía muy rara... ¿Puedo verlo?

Eren: Sí -se quita el collar y se lo da-

Isabel: -lo empieza a examina- Vaya, hace mucho que no veía un collar así... Es muy especial, pues las alas significa libertad, mientras la esfera roja es el escudo y núcleo para proteger.

Eren: (Mi cerebro no entendió lo dicho) En español por favor.

Isabel: Es como una espada y escudo... Debes de cuidar este collar, porque ahora ya es parte de ti.

Eren: ¿Qué pasa si algún día no lo traigo?

Isabel: Mira, esa cosa que te sigue esta aquí; solo que toma su distancia... Nosotros ahora estamos en la sala, el esta en la habitación donde tu duermes; la cual es la última.

Eren: Entonces eso ya se me pego.

Isabel: Cada ser humano nace con alguien que lo protege y alguien que lo hace ver las tinieblas de este mundo... El lado bueno, que para la mayoría es conocida como los ángeles; es la parte que nos protege, ellos toman su distancia, pero siempre están junto a nosotros... De hecho están lo más cerca posible de nosotros... Por el contrario la parte mala es la que nos hace caer, el juego de ellos es creer que no existen... Mucha gente no cree en estas cosas, pues para ellos todo tiene lógica; pero aunque no lo creas siempre hay algo que no podemos ver, ni sentir, ni escuchar... El caso de la ouija es algo muy delicado pues se cree que es un juego, cuando no lo es; aquellos entes ponen este juego al alcance de los niños, pues sin más propensos al caer en estas trampas... Tu error Eren, fue creer que esto es un juego; tu me puedes decir que no, pero se que tu mente dice que si.

Eren: ¿Hay alguna manera de librarme de esa cosa?

Isabel: Debemos saber quien es y que es lo que es... Puede ser un espíritu o demonio... Si es lo segundo, olvídate de librarte de el; pues si lo intentas podrás enfadarlo y va querer tomar venganza.

Eren: ¿Cómo voy al saber que es?

Isabel: Si es un ente hará lo que sea para causarte miedo... Si es un demonio se presentará pacíficamente, dirá que quiere ser tu amigo y que te apoyará... En casos diferentes se presenta de manera agresiva y te dirá cual es su objetivo... Pero su objetivo siempre será el mismo... Tu alma o cuerpo.

Eren: ¿Qué pasa si no la consiguen?

Isabel: No lo sé, lo único que se es que harán lo posible por fatigar a las personas que ellos desean.

Eren: Así que no hay manera de quitarlos de encima, ni de ganar su guerra.

Isabel: Si sabes quien es puedes hacer algo por el... Pero si es un demonio... Olvídalo.

Eren: ¿Esta mal si lo enfrentó?

Isabel: Si y no... Aunque te recomiendo que no lo hagas.

Eren: ¿Por qué?

El ruido de la puerta de mi habitación siendo azotada nos saco de la platica.

Isabel y yo nos quedamos viendo.

Pues técnicamente estaba solo, pero como dijo Isabel... No del todo.
La chica dijo que subieramos.
Así que la seguí.

Cuando llegamos a mi habitación abrió la puerta y comenzó a hablar con alguien, como si hubiera una persona.

Isabel: Hola... Veo que estas algo enfadado.

Me quedaba viendo a Isabel, pues esto comenzaba a darme temor.

Isabel: No era nuestra intención molestarte.

Vi para donde apuntaba la vista de Isabel y decidí mirar hacia ese lugar, era cerca de la cama.

Isabel: ¿Por qué estás con Eren?... ¿Su energía?... -ve a Eren- No te acercas por el collar... Ya veo... Bueno, nos vamos no volveremos a molestarte.

Y así salimos de la habitación, regresando así al la sala.

Isabel: Vaya que los espíritus burlones están a la orden del día.

Eren: Supongo que hablaste con uno.

Isabel: Así es, el no es quien te sigue... Vaya que la persona que te sigue sabe ocultarse bien.

Eren: ¿Son personas?

Isabel: La mayoría de veces... Esos espíritus son almas vagando.

Eren: Siento que cada vez entiendo menos.

Isabel: -ríe- No hace falta que lo entiendas.

Eren: Entonces si existen esos dos mundos.

Isabel: Mmm... No sabría decirte con claridad... Pero la parte mala es la que hace que no la notes, aunque siempre está ahí para hacer lo que quiera... Tus temores ellos lo saben, tus debilidades, tus deseos, tus alegrías, tus necesidades... Sobre todo tus deseos y necesidades, lo que hacen es cumplirlo; pero tiene su precio, a veces puede ser tu cuerpo, el alma o cumplir otras cosas.

Eren: Cada vez esto me da más miedo.
Isabel: No debes de temer, solo toma precauciones... Aunque te diría que dejaras todo... Pero la curiosidad del ser humano es demasiado fuente.

Eren: Cómo dicen, la curiosidad mato al gato.

Isabel: Pero el gato murió sabiendo... Yo se que después sabrás quien es la persona que te sigue, dudo que tu mueras... Si lo haces, aquella cosa no se quedará con tu alma.

Eren: ¿Por qué no?

Isabel: Porque no era tu tiempo de morir, si mueres y de casualidad si se queda con tu alma, fue porque ganó el juego; pero si mueres y tu alma vaga, no era tu tiempo de morir.

Eren: Por ahora no pienso morir... Si algún día pienso en el suicidio, te pido que me des unos buenos golpes.

Isabel: -ríe- Por supuesto.

Eren: Ya has aclarado una de mis dudas.

Isabel: Poco a poco vas al tener más dudas, pero yo ya no podre contestarte, pues el que debe de hacerlo es esa cosa.

Eren: ¿Cómo puedo saber si es un ente o demonio?

Isabel: Ya te lo he dicho... Un ente busca burlarse de ti y causarte temor, el demonio se presenta como una persona amable, dirá que te ayudará... En otras palabras tomará tu confianza, una vez ganada; se presentará ante ti... Eso sí, si lo has hecho enojar, se presentará de otra manera.

Eren: Vale, creo que ya he entendido un poco.

Isabel: De todas formas sabes que puedes contar conmigo en lo que necesites -sonríe-

Eren: Te lo agradezco mucho Isabel.

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~No deberías de escucharla~

~Pronto dejaras de escuchar a tus amigos~

~Olvidate de los que te quieren~

~Al final solo me escucharás a mi~

~Seré el que provoque el terror en tu cuento de hadas~

~Es divertido verte desesperado por algo que no comprendes~

~Ahora debes hacer lo que te dije~

~Si no lo haces te enfrentaras a las consecuencias~

~Más vale que hagas todo al pie de la letra~

~No quiero discusiones contigo~

~Porque aunque ese collar me aleje de ti puedo hacer lo que me plasca cuando tu estés dormido~

~¿No sabias que una persona dormida es más propensa a ser dominada?~

~Ustedes los humanos cuando duermen son muy vulnerables~

~Tienes la decisión de hacerlo o no~

~El tiempo corre~

~Desde este momento~

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Estuve un rato más con Isabel, después se fue; decidí irme ya a mi casa, así que deje una nota donde le decía a mi padre que regresaría al rato.

Solo iría a ver si todo estaba en perfecto estado.

No tenía la voluntad de hacer alguna invocación o juego.

Después de todo aun puedo controlar eso.

Algo a mi favor.

Aunque no debo de cantar victoria muy pronto.
Pues el me a hecho caer en su juego.

Y ahora que recuerdo un poco... Aquella cosa me pidió una invocación... No se cual, pero... Debo de hacerla.

Dios, no quiero hacerla hoy.

No es el día más indicado para hacerla.

Aunque...
~Hazlo~

Debo de callar a mi mente por un momento.
~Te irá mal~

Cállate... Debes callarte.

No lo haré hoy... Aunque... Aggg, mi mente es un lío.

¿Qué debo de hacer?
~Solo hazlo~

¿El qué?
~El jugar~

Esto no es un juego.
~Claro que lo es~

Solo debo continuar mi camino.
~Vamos a jugar~

No quiero jugar.
~Claro que quieres~

No... Aléjate de mi.
~Juguemos con el hombre de la media noche~

Y como si fuera magia, la invocación del hombre de la media noche se hizo presente.

Un juego algo fuerte.

Sabia lo que necesitaba y por supuesto sabia como hacer el juego.
Pero no estaba muy seguro de hacerlo.

El juego comienza a las doce de la noche y termina a las tres treinta y tres minutos de la madrugada...

¿Me arriesgo?

Ahora tengo este collar que me protege... Aunque no del todo.

¿Qué debo de hacer?

Una parte de mi teme hacerla y otra quiere esa adrenalina.

Mi curiosidad puede más... Y se... Que terminaré haciéndola.
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Una vela.

Sal gorda o de grano.

Una hoja que lleve tu nombre junto con tus apellidos.

Cerillos.

Diez segundos para encender la vela si es que se apaga.

Correr al círculo de sal si no has podido encender la vela.

Esperar hasta que den las 03:33 a.m

Una invocación peligra.

Tu única protección es la luz de la vela y el círculo de sal.

Que comience el juego.
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Gracias por leer.

~>Adry<~