- ¿Estas seguro de lo que haces?

- Por supuesto... Solo quiero alejarme antes de que esas personas me hagan daño.

- Son tu familia.

- Están locos... Ellos me adoptaron, así que no son mi familia.

- Claro que no están locos.

- Yo hago cosas que no... Pero tampoco voy a adorar al demonio... No me gusta ir a su secta demoníaca.

- Exageras un poco... Supongo que no es tan malo estar ahí.

- Tch... No sabes de lo que hablas, hoy es día de adorar a todos los muerto... Así que hoy van a elegir a alguien para sacrificarlo y que su alma sea el banquete del diablo.

- ¿¡Qué!?

- Deja de hacer ruido... Así es esas cosas... Es horrible ver como matan a las personas, animales... Me da lastima... Yo no he hecho eso y obviamente nunca lo haré.

- Pues vámonos rápido antes de que tus "padres" se enteren.

Es difícil recordar tu vida después de que ya no eres nadie... Después de que has muerto.

Quedas en el olvidó, muchas veces personas te recuerdan y nunca caes en ese olvido... Pero no fue mi caso.

Tan solo serví como ofrenda, en ese momento quise vengarme.

Después de ahí todo mundo se acordó de mi, cada vez en sus sectas demoníacas; cómo si me llamarán, iba y me presentaba... Pero esa sed de venganza nunca faltaba.

- ¡¿A donde vas!?

- A... Pues iba con mi amigo a su casa... Me ha invitado.

- Cancela.

- ¿¡Qué!? ¡No puedo hacer eso!

- Claro que lo harás, además prepárate que pronto partiremos.

- ¿A donde?

- Ya sabes a donde.

- No quiero ir.

- Claro que iras.

- Agg, ¿cómo aguantan esas mierdas? Matan a gente y animales...

- Mira jovencito, nuestro "dios" sabe a quien escoger; así que no se diga más, vas a ir te guste o no.

Tal vez soy más feliz siendo lo que soy ahora.

Creo que por ello no estoy donde debo, ahora caigo... Al final me llene de odio y venganza... Y esa cosa me dio lo que quise.
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Bailes, música, máscaras, fuego... Eso era lo que llegó a recordar... Después de eso... ¿Qué sucedió?

- ¡Cómo siempre, estamos aquí para alabar a nuestro dios, al que acabará con todo!

- (Mierda... Tengo un mal presentimiento ante esto)

- ¡Y es hora de darle nuestra ofrenda!

Baile, música... La ofrenda para su dios, todo estaba ahí... Ahora faltaban las personas que serían la ofrenda para el.

El sacrificio humano, era lo mejor para ellos... Pues así agradecían la ayuda que han recibido.

Se empezaron ha acercar a los jóvenes.
Muchos estaban serios, otros emocionados y otros preocupados.

Por fin se había escogido a dos personas, pero faltaba una tercera la cual es la más importante, pues esta sería la verdadera ofrenda.

- Eres tu... Te ha escogido.

- ¿Qué? (No es cierto) No... No iré.

- Claro que si... Amarrenlo.

- ¡Sueltenme pedazos de escoria!

Una vez elegidos, serian sacrificados uno por uno.

Poco a poco aquel chico veía como aquellos chicos daban su vida sin más, obviamente les dolía el ser acuchillados, golpeados y demás.

El no sería así, el al menos pelearía por sobrevivir... Pero no podía, estaba amarrado y sabía el que su muerte seria muy dolorosa.

¿Que podía hacer? Deseaba que alguien llegará y lo salvará de ahí... Pero obviamente eso estaría muy fuera de la realidad.

¿Que había hecho mal para merecer eso? No tenia familia y estas personas que lo adoptaron no fueron en realidad su verdadera familia... Les interesaba más su sectas que el.

Por desgracia a el le atraía lo paranormal y aunque cruzó la línea pudo parar... Pero ahora, sabía el que tendría su merecido.

Fue la burla de la gente.
Sus creencias lo hacían ver diferente.
Los golpes que recibía para ser cayado y no tener la libertad de expresarse.

Aquellas cosas lo hacían más fuerte y más rebelde... Pudo desatar sus alas, pero ahora... Ahora sería una persona entregada a algo para lo cual no nació.

Su vida era una mierda.

Algo dentro de él le decía que ya no servía luchar, que era mejor morir y ya no saber nada.

Pero el quería seguir con vida, vivir y ver lo que le esperaba en esta vida... Cumplir sus sueños y ver lo hermoso que era esta vida.

La hora llego, dos personas lo empezaron a llevar a la ofrenda, pero el luchaba.

- ¡Sueltenme! -se safa de uno-

- Maldito bastardo -le golpea en el estomago sacándole el aire-

Poco a poco lo fueron acomodando para por fin hacer el sacrificio.

El cuchillo se acercaba a su estómago, pero el pudo frenar aquella mano y darle una patada al que iba a matarlo.

- ¡Agarrenlo!

- ¡Malditos! ¡Eso es lo que son unos mal vivientes! -se trata de soltar-

Y así llegó la primera apuñalada, en el estomago.

- ¿Ves esto? -le enseña el cuchillo con sangre- No puedes hacer nada.

Una tras otra, en diferentes partes del cuerpo.
Cuchillada tras cuchillada, cada vez más derramaba sangre.

Ahí seria su muerte, dolorosa y lenta.

Porque después de todo dolía recibir aquello.

Su vista paro en el fuego de las antorchas.
Si su alma seria vendida... ¿Por que no hacer una propuesta?

Venganza ante lo que le han hecho, el desprecio y odio.
Lo recordarían a el, cada día de sus sectas; pues el estaría presente sin falta.

Antes de que enterraran el cuchillo en su corazón, grito con odio y en su voz la sed de venganza se notaba.

- ¡Regresaré y ahora cada uno de ustedes LOS MATARÉ Y SE ACORDARAN DE MI, Y EN SUS SECTAS APARECERÉ SIN FALTA... PARA. COBRAR MI VENGANZA!

Al final fue apuñalado en el corazón, dándole una muerte dolorosa y lenta.

Aquel chico escuchaba los gritos de la gente, las alabanzas y después... No escucho nada más y vio pura oscuridad.

Pues su vida ya había terminado.
De la manera más cruel.
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Cuando desperté estaba en aquel lugar.
Mi cuerpo seguía ahí, junto con el de los otros chicos.

Algo despertó en mi.
El enojo, la frustración, el odio y la venganza.

Cumpliría lo dicho.

Pues ahora gracias a ellos era un alma vagando.

Ahora yo seria su nueva muerte, su nuevo miedo... Seria un demonio.
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Gracias a los rituales que ellos hacían poco a poco me fui haciendo más fuente, primero seria la venganza a mis padres... O a los que se consideraban como ellos.

Cuando por fin pude tomar una vez más mi forma humana y presentarme ante ellos, me maraville al poder agarrar un cuchillo... Era lo único que tenia como arma.

Era hora de la sorpresa.

Empecé a mover muchas cosas, gracias a mi energía podía hacerlo.

Sus rostros de temor eran hermosos.

Y fueron más hermosos cuando me presente ante ellos.

- Hi-Hijo.

- Shhh... No soy su hijo... ¿O caso los padres apuñalan a los hijos?... Ahora, a lo que vine... A saciarme de su sangre y muerte.

Gritos de terror fue lo que se escuchó, no importaba ya, pues poco a poco iba a cometer todo esto.

Al siguiente día fueron muchas personas a ver lo sucedido... Nadie sospecharía de un alma vagando.

Era una hermosa obra de arte, sangre por doquier... Ahora sabia lo que sentían ellos al matar a gente... Y sobre todo sabia lo que sentían los entes malos.

Seria parte de ellos de ahora en adelante y lo mejor... Podía irme con quien fuera a donde sea y a la hora que yo quisiera.

El verdadero horror comenzaría de ahora en adelante.

Aunque... Me sentía mal al no poder descansar en paz... Aun pregunto ¿después de la muerte hay otra vida?
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Por fin acababa mi deseo... Eh ahí cuando pude conocer a diferentes personas.

Me propusieron muchas cosas, decidí seguirlos... Y me convertí en uno de los diez demonios más temidos.

Ahí fue cuando conocí más de estas reglas...
No se cuanto tiempo a pasado, no tengo ni idea... Cuando por fin había quedado en el olvido, regresaron personas con mi historia... De ahí las invocaciones.

No se porque siempre cuando me llamaban iban con un peluche, fuera cual fuera... ¿Acaso me creían un niño?

¿Cual fue la edad el la que morí?

En realidad... Cada vez olvido cómo era yo.

Ese día todo cambiaría.

Soy llamado una vez más... Malditos humanos, nunca entenderán... Veo que no aprecian su vida.

- ¿Levi estas aquí?

Muevo las cosas que tiene, vasos caen.

- Amigo -le empieza a salir lágrimas de sus ojos- Perdón... No pude ayudarte... Lo siento.

Recuerdo aquel chico, fue amigo mio... Uno de los únicos, uno de los verdaderos... El que me quería ayudar a irme de ese infierno.

Recuerdo que me dijo una vez que el me ayudaría, que me sacaría de ese infierno y que juntos veríamos las cosas maravillosas de la vida.

Me acerque... A sido la única persona que a derramado lágrimas por mi.

- Levi... ¿Sigues aquí?

Vi aquel peluche... Era idéntico a uno que tenia... A uno que me habían dado cuando era pequeño.

Me senté en frente de el, agarre el peluche y moví una de sus manitas.

- - ve el peluche y derrama más lágrimas- Amigo mio... Perdoname... ¡Lo siento!... ¡Debí ayudarte!... ¡No merezco la vida!

Solo podía mover aquel peluche... Pues mi voz no podía salir y aunque así fuera el no me escucharía.
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Cuando se despidió de mi vi el dolor que eso le causó.

Aunque apago la vela seguí con el.

Vi cuando el durmió, no se que hora era... Decidí tomar su cuerpo, sentía extraño.

Era muy diferente estar en un cuerpo humano que estar fuera... Pude agarrar una hoja y un plumón y como pude deje una pequeña nota.

Lo regrese a donde estaba, junto con aquella nota... Era hora de irme, un minuto más y el podría estar en peligro.
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Pasaron años, días, meses... Y todo seguía igual, llamado de aquí para haya.

¿Quien dijo que esto ero fácil?

Me daban ofrendas para poder así hacer muchas cosas... Pero claro, eso iba en contra de esa misma persona.

No hacia el trabajo así porque si.
Lo que desees lo haré, pero en ti.

Si me pedían matar a tal persona, decidía matar al que pido eso.

Aunque los demás me veían extraño y me decían una y otra vez que eso no es así... Son mis reglas y haría lo que me de la gana.
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Hicieron una ofrenda pidiéndome la muerte de una persona y la de su hijo.

Mate aquella persona que me pidió tal estupidez.

Pero ese mismo día, murió la persona que me habían pedido matar... Y su hijo había resistido la muerte.

Nunca supe lo que paso.
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Vagando me encontraba.

En un parque, poca gente había... Me alegraba de que nadie me pudiera ver.

Mi vista se dirigió a un peluche, me acerque a el... Era un hermoso zorro.

Después un pequeño niño se acercó a el, se quedó viendo un rato y después lo agarro, una sonrisa radiante iluminó su rostro.

El pequeño peluche había encontrado un nuevo amigo.

- ¡Papi, papi!

- ¿Qué pasa pequeño?

- ¿Me pudo quedar con este peluche? - enseña el peluche-

- No.

- Añañe - hace una carita tierna-

- No, y aunque infles esos cachetes no... Deja eso donde estaba, vamos por un helado.

- Esta bien... -deja al peluche donde lo encontró-

Vi como el niño se iba junto con su padre, pero en su rostro había algo de desilusión.

Volví al ver el peluche... Creo que haría una tontería pero bueno.
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Era de noche, no se la hora pero sabía que ya era demasiado tarde.

No sabía porque seguía en ese parque, recordé lo que iba hacer así que agarre el peluche; que por suerte seguía ahí.
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Cuando llegue a donde debía vi algo que llamo mi atención, pues el pequeño de antes se encontraba llorando.

Decidí poner el peluche fuera de su ventana y comenzar a tocar.
Tenia suerte al menos en poder hacer ruido.

Eso llamo su atención, se levantó de su cama y dudo un poco si ir o no.
Pero se levantó y se dirigió a la ventana.

Cuando hizo a un lado la cortina y vio el peluche se alegro un poco, abrió la ventana y lo tomo.

- ¿Cómo llegaste aquí? - lo mete a su habitación- Creo que no importa eso ahora... -cierra la ventana y cortinas y regresa al su cama- ¿Sabes? A veces me siento muy solo.

Supongo que muchas personas se han de sentir así de vez en cuando.

- Algún día todo cambiará -abraza al peluche-

Espero que para ti así sea...

Líneas que separan un mundo de otro.

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Cuando uno enferma esta más propenso a estar entre esa línea, la vida y muerte.

- Vas a estar bien pequeño.

¿Cuanto tiempo he pasado aquí?

No puedo irme de aquí... Y cuando lo hago al poco rato regreso al mismo lugar.

Es por el maldito peluche... Ese es nuestro lazo y por ello no puedo irme.

Conozco a esta familia muy bien... Tengo suerte de que no me vean.

Ahora el pequeño esta enfermo, por lo que escuche del doctor dice que esta muy débil, su cuerpo está demasiado frío... Al parecer su corazón no estaba recibiendo oxígeno y sangre.

De hecho estaba al borde de la muerte... Me di cuenta rápidamente ya que su padre había ido a algún lugar en ese lapso el pequeño me vio.

- ¿Quien eres tu? -con voz débil- ¿Acaso me harás daño?

~ Si quisiera hacerte daño lo hubiera hecho desde antes~

- ¿Antes? -algo confuso-

~¿Cómo puedes oírme?~

- ¿Por qué no oírte? -toce un poco-

~No lo sé...~

- ¿Acaso vienes por mi? ¿Voy a dejar este mundo?

~Para ser un niño sabes demasiado... Y no, no vengo por ti~

- ¿Entonces?

~Veo que te aferras a esta vida... Y por eso te ayudaré...~

- ¿Ayudarme?

~Sí, te vas a curar muy pronto; proteger tus sueños, proteger tu vida... Pero, no podré estar contigo siempre~

- Yo quiero que estés conmigo... ¿Acaso por ti el zorrito llego aquí?

~Mmm... Te lo dejare a tu punto de vista... Ahora debes descansar, necesitas dormir tus defensas están demasiado bajas~

- ¿Tu me cuidaras mientras duermo?

~Sí~

Me acerque al pequeño, estaba demasiado pálido el; se apreciaba que le costaba respirar, tome las cobijan y lo tape.

- ¿Y mi beso de buenas noches?

~No~

- Añañe

~Tch... Esta bien... -se acerca y le da un beso en su frente- buenas noches mocoso~

- Mi... Nombre es... -le empieza a ganar el sueño- Eren. - se queda dormido-

Mientras estés dormido nada ni nadie puede hacerte daño, aun así velare tus sueños.

Ahí es cuando cruza las líneas... Vida y muerte... Bien y mal.

Ahí es cuando supe que cada ente y ángel pertenece a una persona, rara es la que no tiene el mal a su lado.

Yo ya estaba Unido a aquel niño, pero el ángel que lo protegía ponía ciertas barreras; obviamente ignoraba eso, ya que aquí es lo cuidas y te ganas su alma.

Aunque obviamente no pelearía por ella, no vale la pena... O eso creía.
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Vi crecer a ese pequeño, en ese colapso se percataba de mi, pues sentía mi energía.

Informo muchas veces a su padre de mi, le decía que algo o alguien lo seguía; cosa que a el le extraño.

Entonces ese día, que permanecía solo decidió hablar conmigo, cosa que no logro.

- Se que estas ahí... ¿Por qué me sigues? ¿Acaso me conoces?

No, no te conozco... Pero por desgracia te conocí cuando eras un pequeño.

- Ay... Creo que al menos me debería alegrar un poco... Pues siempre estoy solo.

Claro... Algún día te vas alegrar bastante al saber quien soy en realidad.
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- Necesito que te alejes de Eren.

~¿Por que he de hacerlo?

- No perteneces aquí.

~¿Tu si?

- Yo soy quien protege de el.

~No vi eso al principio.

- Nuestro mecanismos es diferente.

~Claro... Nunca debes de comparar un ángel con un demonio.

- Te alejaras de el.

~Claro que lo haré... Cuando el deje esas estupideces.

Nunca... Debes de jugar con el más haya.

Menos con los entes malignos.

Debes de respetar el más haya.

No debes cruzar la línea que hay entre este mundo y el de ellos.

¿Quieres experimentar?

Estas en el lado equivocado.

¿Quieres venganza?

Busca otra cosa.

¿Quieres que se quede contigo?

Pon ahora un alto.

Claro...

Tu alma poco a poco será mía.

¿Por qué ese afán?

Si te salvas... Me iré de tu lado y nunca más estaremos juntos, pero si no es así... Me adueñare de tu alma.

¡Debes parar!

GRACIAS POR EL PODER QUE ME DAS.

¡ACABA CON ESTO!

No hay salida.

Aun hay esperanza.

Tu curiosidad es mayor.

El no puede ganar.

Seguiré fingiendo.

No caigas más en su juego.

Vamos a seguir jugando.

Aléjate de el.

No lo harás.

No vayas más haya de esa línea.

¿Quieres ver un mundo desconocido?

No lo escuches.

¿Acabar con tus penas?

No hagas caso.

¿Ver tus sueños realidad?

Alto.

Tu vida, tus reglas... Y tu muerte.

Aléjate ¡AHORA!

Lo siento, pero ya has dado el primer paso.