El casi primer acercamiento.

—Díganme, ¿qué hemos logrado? —pregunté a mis amigas mientras escribía en la pizarra.

—Que pases otra humillación con Sana pero con la recompensa de que le hallas visto culo —respondió Tzuyu mientras se quitaba la suciedad del ojo y se limpiaba con el hombro de Mina.

—Y este tesoro —les mostré el lapiz que se le había caído a Sana, tenía diseños de hamsters —este preciado objeto me ayudará a poder acercarme a ella, pero primero lo primero, alejar a las otras dos -las mire con una sonrisa.

—Esta bien, ¿cuál es el plan? —preguntó Tzuyu haciéndome sonreír más.

—Ahí están —sonreí mirando a lo lejos de nuestra mesa en el comedor a Chaeyoung Nayeon y Sana, las cuales hablaban animadas entre ellas— bien, vayan —les di unas nalgadas a mis amigas para que se caminen hacia ellas.

—Disculpen, pero ¿algunas de ustedes son las dueñas del casillero A-6 y A-7?—preguntó Mina a las tres chicas.

—Chaeyoung y yo, ¿por qué? —las miro Nayeon con el ceño fruncido.

—Sus cosas han sido encontradas en los inodoros de los baños, el director pide que nos acompañen sólo ustedes dos —respondió Tzuyu, Chaeyoung y Nayeon se miraron para soltar un chillido unísono, levantarse e ir casi corriendo a la puerta perseguidas por mis amigas que se les notaba el miedo en la cara.

Rápidamente me levanté de mi lugar y caminando con algo de prisa me acerque a la mesa de Sana.

—Hola Sana —salude mostrando una sonrisa que desapareció al ver los ojos fulminantes de la japonesa.

—¿Qué es lo quieres?, no respondas, no me importa, vete —aprete mis labios, casi tuve la sensación de irme pero no, no iba hacerlo, di una fuerte pisada al suelo llamando su atención.

—¡Minatozaki Sana tengo algo que te pertenece!—metí la mano en mi bolsillo derecho pero el lapiz no estaba ahí—carajo, ¡algo que te pertenece!—revise mi otro bolsillo y nada, también recibí mis bolsillos traseros y nada.

—Si no tienes "algo que me pertenece" —hizo comillas con sus dedos—fuera de mi vista, ahora—negué rápidamente.

—No, no, espera, debe estar en algún lad- —me arrodillé en el suelo mirando por todas partes pero no estaba.

—¡dahyun, cuidado! —escuché una alerta, así que voltee el rostro, Nayeon y Chaeyoung venían corriendo hacia mi con papel higiénicos en sus cabezas.

—Piernas no me fallen ahora —me levanté y empecé a correr a no se donde pero lejos de ellas, pero como soy una estúpida terminé acorralandome a mi misma en una de las esquinas del comedor.

—Muy buena esa de dejarnos encerradas con tus indeseables amigas en los baños para estar cerca de Sana — Chaeyoung sonrió mientras tronaba sus dedos.

—Te vimos en el suelo, seguro para volver a irrespetarla —de inmediato negué aquello e intenté explicarles pero fue muy tarde al sentir un espeso y frío líquido en mi cabeza, un batido y no de fresa.

—Ella no te quiere cerca Kim Dahyun, eres la persona que menos soporta en el mundo, se la pasa diciendo eso siempre —Nayeon dió unas palmaditas en mi cabeza para luego retirarse con Chaeyoung hacia Sana, la cual me daba uns mirada de odio.

—Perdón Dahyun, no dejaban de gritar y Chaeyoung tenía las uñas largas —Tzuyu me mostró su brazo lleno de rasguños.

—¿Te estás quejando de esa simpleza?, dicen que Nayeon se parece un conejo, pero con esos dientes es un castor —reí al ver el hombro de Mina lleno de mordidas.

—Al menos eso fue en privado, yo ya tengo otra humillación pública en la lista y no, no pude darle el lapiz, se me perdió —suspiré con tristeza.

—¿Hablas del lapiz que tienes detrás de tu oreja? —llevé mi mano a mi oreja y apartando mi largo cabello que lo cubría tome el lapiz, no sabía si reír o llorar.

—No te rindas, al menos no te dió una patada otra vez —reí asintiendo.

—Hasta mañana Dahyun—me despedí de moquito mientras guardaba mis cosas en mi mochila.

—Vamos Sana, seguro lo dejaste en tu casa—a unos asientos más adelante estaban las tres japonesas, Sana buscaba desesperada algo en su mochila.

—¿Pueden buscar en mi casillero?, es mi lapiz de la suerte —sus amigas asintieron saliendo del aula, mordí mi labio nerviosa y me acerqué a Sana.

—Hey —al escucharme Sana me miro de arriba abajo y siguió buscando en su mochila.

— lo que te iba a devolver era esto —extendí su lapiz en mi manos el cual ella ver tomó de inmediato con una sonrisa—ayer se cayó de tus cosas, estaba intentando devolverlo pero pasaron muchas cosas —reí rascando mi nuca con nerviosismo.

—Gracias, en serio gracias, este lapiz es muy importante para mi, amo las ardillas—juro que iba a desmayarme al ver que Sana me acababa de dirigir una sonrisa—pero no te quita lo rara, ni ningún punto para que dejes de ser insoportable para mi Kim Dahyun—no pude evitar reír.

—Por favor, dime Dubu —sugerí.

—Mmm...no, espero no verte mañana — Sana paso por mi lado y salió del aula dejándome sola.

—¡Primer casi acercamiento logrado! —chille emocionada haciendo un baile de victoria.

—Entonces, ¿cuál es el siguiente movimiento mini jefa? —rodé los ojos por el apodo recibido de parte de Tzuyu.

—Ardillas. —respondí con una sonrisa, mis amigas se miraron y se pegaron en la frente mutuamente.