El mejor día de Dahyun

Hoy era mi día, mi preciado cumpleaños, hoy cumpliría mis 17 años ya.

—Feliz día cumpleañera, haz crecido tanto, en edad —rodé los ojos por el comentario de Tzuyu mientras arreglaba mi cabello el cual desordeno.

—Y dinos Dahyun; ¿cuál sería tu regalo perfecto?, porque yo solo tengo la mitad de chicle de ayer— preguntó Mina mientras entrábamos a los pasillos de la escuela.

—Saben que con comida y pintura me conformo, pero si tuviera que elegir, bueno, realmente no sé —mentira, obvio que una muestra de cariño vocal, o sea, un beso de Sana sería todo para hacer este día top de los tops.

—Seguro quiere morrearse a Sana —miré a Tzuyu, ¿acaso leyó mi mente?, mis dos amigas empezaron a reír al notar mis mejillas levemente rojas.

Me despedí de las idiotas esas y entre a mi clase. En los asientos del frente estaba Sana charlando y riendo con sus amigas, su sonrisa es tan contagiosa que me hace sonreír. Por estar mirando a Sana mientras caminaba choque con otros asientos haciendo ruido y obteniendo la mirada de todos, incluyendo a la causante de mi choque que con solo verme rodó los ojos y dejo de mirarme.

-Feliz cumpleaños, Dahyun-agradecí a moquito mientras me sentaba a su lado.

Mire en dirección de Sana, al menos podía ver su espalda, no esta mal.

—Buenos días queridos estudiantes, necesito que hagan parejas de dos para que trabajen, no, no se puede de tres, así que las quiero a ustedes separadas —el profesor miraba a trío de dos coreanas y una japonesa —Minatozaki, trabajaras con... —el profesor comenzó a mirar por todo el salón.

—¡Dahyun quiere trabajar con ella! —moquito agarro mi mano y la alzó, rápidamente lo miré buscando respuestas—feliz cumpleaños..—adoro a este chico.

—Bien, Kim con Minatozaki —mire a Sana, esta no parecía muy feliz por la decisión comenzando a discutir con el maestro.— Señorita Minatozaki, haga lo que le digo— Sana se calló al instante y me miro haciendo una seña con la cabeza que me siente a su lado.

Respire profundo y tomando lo que necesitaba me senté a su lado.

—Hola —salude con mi mano quedando completamente ignorada.

—Sólo cállate y escribe —ordenó, suspire empezando a escribir en silencio, no la quería enojar.

No iba ni por la mitad de lo que tenía que escribir, no podía concentrarme, no teniendola al lado, le di una rapida mirada, luego otra y otra hasta que simplemente me quede mirándola, Sana nunca deja de sorprenderme con lo bella que es.

—Hermosa... —murmure sin darme cuenta notando que sus mejillas se volvían rojas.

—¿Podrías dejar de mirarme?, por favor—sacudí la cabeza volviendo a mirar el material, seguro la estoy incomodando pero me era imposible no querer verla.

Segundos despues mi mirada se dirigió a Sana de nuevo, específicamente a sus labios, se veían levemente rosados, suaves, inocentes y gentiles, no me estaba dando cuenta que me estaba acercando hasta que mi boca choco contra la mejilla de Sana, más o menos en la comisura, todo el salón estaba en silencio, yo no me movía, mucho menos Sana.

—Kim Dahyun, Minatozaki Sana, las invito a tener privacidad en detención —ahí fue que sentí un fuerte empujón de parte de mi compañera haciéndome caer al suelo un poco aturdida.

—¡Profesor!, Dahyun tiene la culpa, ni siquiera sabía que haría eso— Sana discutía con el profesor pero este solo nos mando a salir del aula, lo cual hicimos.

—Sana, realmente perdón, no sé que paso por mi mente, ni siquiera yo me di cuenta de lo que iba hacer— Sana se detuvo haciéndome hacer lo mismo, sentía un aura aterrador alrededor de Sana, creo que la ardilla me va a picotear.

—¿Por qué tienes que ser tan rara?, ¿por qué tienes que molestarme?, ¿por qué todo lo que me pasa es tu maldita culpa?, ¡quiero que me respondas eso!, basta de tus estúpidas disculpas — apreté mis labios y miré al suelo— eso pensé, sólo eres una idiota— Sana iba a seguir caminando pero la deje.

Me acerqué rápidamente a ella y tomándola de la cintura la voltee hasta que quedo frente a mi, me puse un poco de puntillas hasta que al fin uní nuestros labios. No se con que valor comencé a mover mis labios lentamente sobre los de ella, hasta que unos segundos después me aleje soltandola.

—Espero que eso responda tus preguntas— Sana estaba tiesa, no decía o se movía—y perdón—me di la vuelta y comencé a caminar rápidamente al patio, de caminar
pase a correr.

Oh Dios Mío, acabo de besar Sana, es lo único que pasaba por mi mente, seguro ya había terminado de cavar mi propia tumba, pero eso sería mañana, hoy era mi cumpleaños y era el mejor día de mi vida, había besado a mi crush.

Mi correr se detuvo al escuchar el fuerte grito de Sana diciendo mi nombre, si, mañana iba a morir.

He vuelto! Espero les esté gustando tanto como a mí.